El partido Bath-Toulouse, por la primera fecha de la Champions Cup, había terminado en victoria para los franceses por 22-20 pero desde el club inglés reclamaron que el partido se volviera a jugar: el árbitro Andrew Brace pitó el final cuando el reloj de la transmisión marcaba 79 minutos y 57 segundos.
"A pesar que los gráficos de la transmisión indicaban que iban 79 minutos y 57 segundos cuando el partido terminó, el reloj oficial del estadio - que estaba visible para los jugadores, managers y espectadores- mostraba que se había llegado a los 80 minutos", dijo la EPCR (European Player Club Rugby). También admitieron que la disparidad en los relojes causó alguna confusión y considerarán maneras de evitar situaciones similares en el futuro.
Bruce Craig, dueño de Bath, consideraba que el partido debía volver a jugarse y, además del supuesto error en el pitazo final, agregó que Toulouse debería haber terminado con 13 hombres ya que dos de sus jugadores - Kaino y Pointud- fueron citados y suspendidos tras el partido.
"Esto es la Champions Cup, hay cuestiones finacieras y deportivas involucradas. Bath fue perjudicado", marcó Craig.