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Esta vez se le tiene que dar

PRAGA (AP) -- La República Checa cruza los dedos para que una nueva campaña invicta en la ronda de clasificación podrá ahora sí culminar la Eurocopa con un festejo a lo grande.

Situada en el "Grupo de la Muerte" por tercera edición consecutiva, los checos no se amilanan de cara al campeonato europeo, confiados en repetir la actuación que tuvieron hace ocho años, cuando alcanzaron la final en Inglaterra.

Con el volante Pavel Nedved como figura referente, el cuadro checo se presenta como uno de los más cohesionados del continente y aún más importante ha superado el trauma que provocó el no haberse clasificado a la Copa Mundial del 2002.

Nedved es uno de los tres sobrevivientes del conjunto de 1996, que perdió la final ante Alemania, convocados por el técnico Karel Bruckner.

Aparte de Nedved, el Balón de Oro el año pasado con la Juventus de Italia, la otra carta brava es el atacante Jan Koller del Borussia Dortmund alemán.

Los checos ganaron invictos su grupo en las eliminatorias de la Eurocopa y solo han perdido dos de sus últimos 22 partidos.

Las peleas internas que propiciaron la derrota frente a Bélgica en los repechajes para el mundial de Corea-Japón son tema del pasado y ahora reina la camaradería.

Desde que Bruckner, uno de los entrenadores más respetados del país, tomó la batuta tras la salida de Jozef Chovanec en el 2002, los checos han domado a varios gigantes como Italia y Francia.

También se han ganado la admiración por su estilo ofensivo, que a ratos hace recordar el "fútbol total" de la Holanda de los 70.

Bruckner tiene una receta bien cocinada de juventud y experiencia, con tres veteranos de la Eurocopa de 1996, y varios otros que se vienen abriendo paso.

En la delantera, la punta de lanza es el gigante Koller, uno de los artilleros más letales del continente, quien suma 27 goles en 49 partidos con la selección. Sus cómplices en el ataque son Vratislav Kokvenc, del Bochum alemán, y Milan Baros del Liverpool.

Karel Poborsky no ha perdido la velocidad y determinación que lo convirtió en una de las figuras de 1996, y es el socio ideal de Nedved.

Marek Jankulovski, Tomas Galasek y Zdenek Grygera son los tres muros que presenta la zaga, mientras que Pter Cech, con apenas 21 años, se hizo dueño indiscutido del puesto de arquero.