MELBOURNE -- "90%" recuperado de la tos que lo complicó en Brisbane y ya reintegrado con normalidad a los entrenamientos, Roger Federer retorna a Melbourne con el N°2 del mundo al acecho y la flamante presencia de Ivan Ljubicic en su banco, después de dos temporadas junto a Stefan Edberg.
Ljubicic conoce bien a Djokovic y sabe lo que es ganarle al N°1 del mundo, pero Federer descartó que esa variable hubiera tenido que ver con la decisión.
"Eso es algo que surgió por la prensa. Yo siempre trato de mejorar cómo me adapto a ciertos rivales, superficies o a mi propio juego. Y Novak es una parte de ese rompecabezas, pero no más que eso", explicó el suizo.
"Novak merece una pequeña estrella al lado de su nombre, porque lo ha estado haciendo extremadamente bien. Pero yo el año pasado de hecho tuve muy buenos partidos contra él. Hoy estoy más concentrado en mi juego, para ser honestos".
"A Ivan lo conozco hace mucho, siempre nos llevamos bien, aun cuando él es el único jugador que me ganó tanto en Basilea como en Gstaad", retomó el suizo entre risas. "Él y Stefan son diferentes. Y así de distintos serán sus aportes, tiempos y formas".
Con vasto campo por sumar en Australia (defiende solo tercera ronda), Federer podría desplazar a Murray del N°2 tras el torneo. Pero el suizo solo piensa en ser el mejor de todos:
"Después de ser N°1, uno no mira demasiado el ranking. Entiendo que alguna gente lo haga, puede ser imporante para las preclasificaciones ocasionalmente. Pero para nosotros, perder en cuartos, semis, finales no cambia mucho... sigue siendo una derrota. Nuestro objetivo está siempre más allá".