Por ahora, están iguales y sin sorpresas

Marat Safin se impuso al francés Paul-Henri Mathieu, mientras que el galo Sebastien Grosjean derrotó a Yevgeny Kafelnikov en segundo turno para el 1-1 en el primer día de la final por la ensaladera de plata

SIEMPRE LLEGA UN POCO MAS LEJOS
Marat Safin se estira para devolver una pelota durante su partido ante Paul-Henri Mathieu; el ruso mostró toda su clase y le dio el primer punto a su país en la final
(Reuters)
PARIS -- La primera jornada de la final de la Copa Davis que enfrenta a Francia y Rusia no deparó ninguna sorpresa, los favoritos de ambos equipos ganaron sus respectivos encuentros y afrontan igualados a un punto lo que resta para conocer al dueño de la próxima ensaladera de plata.

El ruso Marat Safin se impuso al francés Paul-Henri Mathieu (6-4, 3-6, 6-1 y 6-4) en el primer partido, mientras que el galo Sébastien Grosjean derrotó a Yevgeny Kafelnikov (7-6 (7/3), 6-3, 6-0) y puso la igualdad en la final.

SAFIN NO DIO LUGAR A LA SORPRESA
El día comenzó con la incertidumbre por ver las prestaciones del debutante Mathieu ante el ruso Safin, pero el número tres del mundo no dejó opción a la sorpresa.

El francés salió dispuesto a repetir la gesta del pasado mes de octubre, cuando derrotó a Safin en las semifinales del torneo de Moscú, pero el ruso había aprendido la lección y no tropezó dos veces en los mismos errores.

El joven alsaciano fue un rival de mérito, al que quizá le faltó un tanto de solidez mental para buscar las vueltas al siempre inestable Safin.

Pero su partido fue bueno y no dará opción a decir que su sorpresiva selección fuera un error del entrenador francés, Guy Forget.

Sin embargo, se encontró ante un Safin en gran forma, dispuesto a demostrar que está dispuesto a poner todo de su parte para que Rusia gane su primera ensaladera de plata en su tercera final.

Acusado habitualmente de desmotivación en esta competición, el moscovita no relajó ni un momento los músculos, impidiendo que Mathieu encontrara un hueco por el que sorprender.

El resultado final fue un partido de algo más de tres horas de duración, lleno de fuertes raquetazos, más propios de una pista rápida que de la tierra batida de la que se vistió hoy el pabellón parisino de Bercy.

A la solidez del ruso desde el fondo de la pista respondió el francés con golpes que buscaban la línea, un riesgo que acabó pagando con errores. Sólo en la segunda manga le dio resultado su tenis al borde del abismo, a lo que contribuyó la relajación de Safin.

Pero el resto del partido fue tranquilo para el ruso. Ganó el tercer set en algo más de media hora y, pleno de confianza, salió a buscar el partido.

En la cuarta manga rompió el servicio de su rival en dos ocasiones, pero pareció tenerle miedo a la victoria, por lo que desperdició una bola de partido y regaló su saque.

Fue el único momento en el que Mathieu pudo subirse al tren del partido, apoyado por el público y animado por la sombra del nerviosismo en el rostro del ruso.

Entonces, Safin recurrió a una de sus armas más seguras, el servicio, que dejó sin opciones al francés y le permitió terminar el partido con un punto directo de saque.

GROSJEAN SOPORTO LA PRESION
La derrota de Mathieu incrementó la presión sobre Grosjean, auténtico apoyo de Francia para esta semifinal.

En número uno de los galos se enfrentó a Kafelnikov en el que puede ser el último torneo de su carrera si, como ha anunciado, se retira del tenis al final de esta competición.

Pero la motivación del ruso duró un set, el tiempo que tardó Grosjean en demostrar su superioridad.

La primera manga se decidió en el punto de desempate, después de que los dos tenistas se rompieran el servicio mutuamente en una ocasión.

El resto del partido fue un monólogo del francés, en el que Kafelnikov sólo puso la nota discordante de sus continuos errores. Perdió su servicio en el quinto juego, lo recuperó en el siguiente pero lo volvió a perder en el séptimo, y con él la segunda manga.

Fuera del partido, entregó sin lucha el último set, ajeno a un encuentro que ya no podía remontar y como si tuviera ganas de reservar fuerzas para el doble de mañana, que puede tener un enorme efecto en la final.

Kafelnikov tendrá que volver a saltar a la pista, acompañado de Safin, para derrotar a la pareja francesa, formada por Nicolas Escudé y Fabrice Santoro, que estarán más frescos.

Desde 1977, el ganador del partido de dobles gana la final, por lo que los dos entrenadores dan una gran importancia al encuentro del sábado.

-EFE

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viernes, 29 de noviembre
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