Las distintas sistemas de defensa que utilizó en el cuarto periodo y el forzar todas las personales sobre el alero Bruce Bowen, el peor de los Spurs desde la línea de tiros libres, hizo posible que los Mavericks se encontrasen al final del partido con una victoria por 113-110, que ni ellos mismos podrían creerse.

Nelson sorprendió a su discípulo Gregg Popovich, entrenador de los Spurs, con cambios constantes en la defensa para hacer que los jugadores claves del equipo de San Antonio, como Tim Duncan y el francés Tony Parker, no pudiesen tirar a canasta con comodidad en los últimos minutos del partido y Bowen fuese el símbolo de los 17 puntos que no encestaron desde la línea de personal.

Luego el alero alemán Dirk Nowitzki se encargó de encestar desde cualquier posición para confirmar cada día más que es el nuevo Larry Bird de la NBA, el base canadiense Steve Nash imponía su velocidad y Michael Finley era el jugador frío que anotó la canasta decisiva con sólo 14 segundos para finalizar el partido.

"No jugamos un gran partido, pero si encontramos la manera de conseguir la victoria y eso es lo importante de cuando inicias unas finales", destacó Nelson. "Estoy convencido que el segundo partido de mañana, miércoles, será completamente diferente, pero estamos preparados para aprovechar nuestras oportunidades".

Los jugadores de los Mavericks son conscientes que en todos los partidos no van a tener la oportunidad de hacer 50 lanzamientos desde la línea de personal y anotar 49 consecutivos, pero sí están convencidos que llegan al segundo partido con la moral de haber conseguido la victoria en el primero y tener la ventaja de campo.

"Nuestro primer objetivo está cumplido porque logramos la victoria que nos permite tener la ventaja de campo y depender de nosotros mismos, pero como es lógico buscaremos ganar también en el segundo", destacó Nowitzki, quien con 38 puntos, incluidos 17 de 17, y 15 rebotes fue la gran estrella de los Mavericks.

El resto de los jugadores de los Mavericks, encabezados por Nash, dijeron que el gran valor del triunfo fue que cuando iban 18 puntos abajo en el marcador nunca perdieron la confianza que podían darle la vuelta al marcador.

"Tuvimos siempre el convencimiento que si luchábamos hasta el final había opción de conseguir la victoria y eso fue lo que sucedió", declaró a EFE Nash. "Hemos ganado un partido, pero todavía nos quedan tres más para superar la eliminatoria y los Spurs siguen siendo el equipo a batir".

El ambiente entre los jugadores de los Spurs es de cierta frustración e incredulidad sobre lo que sucedió en el primer partido, pero a la vez son conscientes que el segundo partido de la serie será decisivo para sus aspiraciones, porque otra derrota los pondría de inmediato al borde del abismo.

"Lo primero que tenemos que hacer es convencernos de que el primer partido lo perdimos nosotros y no lo ganaron los Mavericks", declaró Popovich. "Las reflexiones que hicimos hoy sobre la derrota es que jugamos un gran partido durante 40 minutos y fuimos los peores en los últimos ocho".

Popovich dijo que no le extrañaba para nada la capacidad de sorpresa que Nelson tiene a la hora de montar sus estrategias para superar al rival.

"No voy a descubrir la capacidad que tiene Don como profesional, sabe perfectamente que es lo que tiene que hacer en cada partido, pero sin quitarle mérito a lo que consiguió creo que fallar 17 tiros de personal no es algo normal en unas finales de conferencia".

Popovich destacó que los jugadores están mentalizados para olvidarse de lo que sucedió en el primer partido y pensar que el segundo es el que ahora importa y el que tenían que ganar.

"Cuando estás en las finales no hay tiempo para las lamentaciones, solo debes centrarte en corregir errores y salir a jugar con más determinación, entusiasmo y convencimiento que nunca", destacó Popovich.

Por su parte, el alero Tim Duncan, que vio como con 40 puntos, su mejor marca como profesional, 15 y siete asistencias no fueron suficientes para ganar el partido, dijo que todos los jugadores estaban más unidos y motivados que nunca para ganar el segundo.

"Lo que sucedió en el primero ya forma parte de la historia, ahora debemos demostrarnos a nosotros mismos que somos un equipo ganador y que podemos superar a cualquier rival si hacemos hasta el final bien las cosas en el campo", señaló Duncan, que falló siete tiros de personal, dos decisivos en los últimos 120 segundos del partido.

Bowen, el jugador que también falló 5 de 10 tiros de personal, y fue la víctima de la estrategia de Nelson, dijo que no sentía culpable por la derrota porque se gana o se pierde en equipo.

"No creo que mis fallos desde la línea de personal fuese la causa de la derrota, simplemente no pudimos encestar los puntos en los momentos decisivos y los Mavericks sí lo hicieron", destacó Bowen. "Estaré listo para recibir personales e ir a la línea sin ningún temor a que pueda fallar".