Los clasificados ya son viejos conocidos a la postemporada, incluido los Bravos de Atlanta, que ganaron la División Este por décima temporada consecutiva.

ATLANTA VS. HOUSTON

Normalmente cuando terminas con la mejor marca en tu liga y cuentas con una de las mejores ofensivas en las Grandes Ligas, puedes asegurarte de comenzar la postemporada como favorito para llegar a la Serie Mundial.

Sin embargo, este no es el caso de los Astros de Houston del 2001. Después de ganar la División Central con 93 victorias, los Astros abren su serie con Atlanta el martes en el Enron Field sin una ventaja sobre los Bravos, que ganaron su décimo título de la División Este consecutivo a pesar de ganar sólo 88 partidos.

La razón por la cual, los Astros no parten como favoritos tiene que ver dos elementos fundamentales. El primero, los Astros sólo ganaron dos de los últimos nueve partidos que disputaron y tuvieron una racha de seis derrotas consecutivas que permitieron a los Cardenales de San Luis entrar en la lucha por el título. Lo único que salvó a los Astros fue que le ganaron dos de tres a San Luis en la última serie de la campaña.

El segundo es que los Astros entran a la postemporada con incógnitas debido a lesiones. Sin contar a las bajas que alejaron del diamante al dominicano Pedro Astacio y el venezolano Carlos Hernández, los Astros comienzan la postemporada sin saber lo que podrán esperar de Roy Oswalt, el novato sensación que sufrió un tirón muscular dos semanas antes de concluir la campaña.

Oswalt, quien registró marca de 14-3 en su primera temporada en las Mayores, ha indicado que está listo para lanzar en la postemporada, sin embargo la última vez que dijo que estaba bien físicamente sólo duró tres entradas y se volvió a resentir de su lesión. El piloto Larry Dierker no puede depender de Oswalt para avanzar a la siguiente ronda.

Los Astros también tendrán que enterrar los fantasmas de sus últimas participaciones en la postemporada. El equipo texano clasificó a tres playoffs consecutivos entre la temporada de 1997 y 1999, sin embargo sólo ganaron dos partidos y perdieron nueve y fueron eliminados dos veces por los Bravos.

Si los Astros piensan avanzar a la Serie de Campeonato tendrán que tener la producción de los "Killers B" de Jeff Bagwell y Craig Biggio, que han fracasado en su carrera en la postemporada al ritmo de un promedio de bateo de .123 (81-10).

El fuerte de los Bravos sigue siendo el mismo que de los últimos diez años – el picheo. Los Bravos abren la serie con el veterano Greg Maddux, que se enfrentará al abridor de segundo año Wade Miller, que nunca ha lanzado en la postemporada.

El segundo partido de la serie es más de los mismo para los Bravos ya que envían al montículo al zurdo Tom Glavine ante Dave Mlicki, que llegó a mitad de temporada de los Tigres de Detroit y ganó siete partidos para los Astros.

Otra de las claves será el veterano John Smoltz (¿el nuevo Dennis Eckersley?) en su nuevo rol de cerrador. Smoltz ha brillado en esa posición y tendrá toda la confianza del mundo del piloto Bobby Cox, que no ha tenido ese lujo durante la era de John Rocker y Mark Wohlers.

Los Astros pagarán caro la falta de experiencia en el cuerpo montícular.

GANADOR: BRAVOS

ARIZONA VS. CARDENALES Si existe un favorito en la Liga Nacional son los Diamondbacks de Arizona. El simple hecho de tener dos de los mejores abridores en las Mayores le esconde los huecos en la ofensiva y en el cuerdo de relevistas.

La combinación de Curt Schilling y Randy Johnson ha sumado 43 victorias esta temporada y en una serie de cinco juegos, los Cardenales tendrán que enfrentarse al dúo dinámico tres veces, que no será nada fácil.

Schilling y Johnson tendrán que igualar su producción de la temporada regular en los playoffs ya que los Diamondbacks tienen problemas con el cuerpo de relevistas, salvo el cerrador coreano Byung-Hyun Kim. Los Diamondbacks tendrán problemas si necesitan depender de Brent Prinz, Greg Swindell y Mike Morgan para mantener una ventaja en las séptima y octava entradas. Si Schilling y Johnson lanzan bien y Bob Brenly puede mantener a Prinz, Swindell y Morgan sentados en el bullpen habrá una celebración en el desierto.

Johnson también tendrá que encontrar la forma de olvidarse de los fallos en la postemporada en los últimos, donde ha perdido sus últimas seis salidas. Mientras tanto, si Albie López o Miguel Batista logra tener una buena postemporada, los Diamondbacks pueden soñar con un triunfo en la Serie Mundial

Para eso, los Diamondbacks necesitarán que alguien apoye el bateo de Luis González, quien conectó 57 cuadrangulares en la temporada regular. Mientras que González se ha mantenido consistente a lo largo de la campaña, el resto de la ofensiva ha tenido más altas y bajas que una montaña rusa.

Matt Williams, Reggie Sanders o Steve Finley necesita tener una buena serie con el bate para quitarle un poco de la presión a Gonzo.

Por su parte, los Cardenales esperan que cantidad sea mejor que calidad ya tienen un cuerpo de abridores más completo que los Diamondbacks. El abridor Matt Morris saldrá en el primer partido, pero a pesar de contar con 22 victorias en la temporada regular, el derecho sólo ha logrado un marca de 7-6 fuera del Busch Stadium.

Woody Williams, Darryl Kile y Bud Smith o Dustin Hermanson seguirán a Morris al montículo durante la serie y aunque ninguno es tan dominante como un Johnson, son lanzadores sólidos.

Será una serie muy cerrada, pero por el simple hecho de tener Schilling y Johnson hace a los Diamondbacks un equipo sumamente complicado para los Cardenales.