El dos veces campeón defensor Miami Heat es vulnerable. Eso lo sabemos, y tal vez tendremos una primera muestra en el mismo día inaugural de la temporada 2013-14.

Quedó demostrado las pasadas tres postemporadas, que aunque formidable y digno monarca de la NBA, Miami no es un rey sin oposición, ni siquiera en su propia conferencia.

De ese grupo de serios retadores a la corona que LeBron James apenas se acostumbra a modelar, es fácil separar al pretendiente (Knicks) del desconocido (Nets), y singular al favorito (Pacers). Pero hay otro rival, uno familiar, que podría ser el verdugo del rey cuando suene el silbato final en su campaña.

Los Chicago Bulls no son un oponente cualquiera para James, Dwyane Wade, Chris Bosh y compañía. No cuando tuvieron el mejor récord del Este en dos de las tres campañas de la era de los 'Tres Grandes' y solo 13 victorias (Miami 170-Chicago 157) los separa en ese periodo de tiempo, a pesar de que la tropa de Tom Thibodeau se bandeó en el 2012-13 sin su astro Derrick Rose.

No cuando Chicago gana 7-4 el uno contra uno desde que LeBron llegó con sus talentos a Miami --incluyendo el triunfo la que le puso fin a la racha histórica de 27 victorias-- utilizando su sofocante defensa y ruego juego físico para maltratar y ser una espina en el costado del Heat sin importar quien vista el rojo y blanco.

No cuando Rose --el último jugador no llamado James en ser el MVP de la NBA-- viene a la carga a los 24 años de edad, listo para silenciar las críticas y recuperar su lugar entre los canasteros elite de la liga, con su mirada fija en el rey y su trono.

Chicago, que abre la temporada el 29 de octubre ante el campeón defensor, no fue un gran jugador en el mercado de agentes libres, manteniendo básicamente intacto su núcleo, con la esperanza de que buena salida sea la norma a través de la plantilla y que un Rose hambriento marque la diferencia. Mike Dunleavy Jr. llega en esencia para sustituir a Marco Belinelli, mientras que el equipo espera que Marquis Teague pueda desarrollar y ayudar a reemplazar los minutos de Nate Robinson y Richard Hamilton.

Fuera de Rose, el jugador más importante para la venidera campaña es el joven alero de 23 años Jimmy Butler, quien se robó el corazón de la fanaticada en Chicago con una destacada actuación en la pasada postemporada. Butler --as defensivo con espacio para mejorar en ofensiva-- aprovechó la lesión del titular Luol Deng para dejar claro que es una figura invaluable en el futuro de los Bulls, brindándoles flexibilidad en y fuera de la cancha como una atractiva pieza de cambio.

Con Butler en ascenso, Chicago tiene varias fichas en juego para tratar de afinar tras la corona del Este. Butler no es intocable, aunque las posibilidades más reales son que Deng, Kirk Hinrich (ambos en el último año de contrato) o Carlos Boozer (candidato a amnistía) sean movidos si la situación lo requiere, pensando a corto y largo plazo.

De cualquier forma, los Bulls no tendrían problema en competir por el mejor récord de la conferencia, amparados de su defensa, y dependiendo de la ofensiva de Rose y la energía de Joakim Noah como cartas ganadoras. La fórmula no falla desde que Thibodeu tomó las riendas en el 2010, y aunque la fanaticada todavía espera por un campeonato, sus oportunidades de representar al Este en la Final de la NBA son tan buenas como las de cualquiera.

Tanto Chicago como Indiana tienen el personal para desbancar al Heat, aprovechando su altura y fortaleza en la pintura para gastarlo, y su juventud en el perímetro para hacerlo sudar. Miami todavía es el favorito y trabaja con mejorar sus áreas problemáticas, pero considerado que ningún equipo avanza a cuatro finales corridas desde los Boston Cetics de Larry Bird (1984-87), su posición no es segura.

Tampoco es la de los Bulls, por lo menos hasta que veamos a Rose en el tabloncillo. Solo entonces sabremos si la lesión que lo mantuvo fuera desde el 28 de abril de 2012, y lo obligó a perderse las pasadas dos postemporadas, fue una bendición disfrazada o es una pesadilla de la cual todavía no despertarán.

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Los Cleveland Cavaliers aprendieron la lección.

A pesar de que sueñan despiertos con la posibilidad del regreso del hijo pródigo en verano de 2014, los Cavs no lo apuestan todo a que LeBron James decida traer de vuelta sus talentos. A lo que sí apuntan es que volverán a la postemporada por primera vez desde que se quedaron sin su Rey en 2010.

Desde entonces, los Cavs viven una montaña rusa de emociones, sufriendo la peor racha de derrotas en la historia de la NBA, y celebrando la oportunidad de escoger primero en el draft de la NBA no solo una, pero dos veces en tres años desde la partida del ahora monarca absoluto de la liga.

Y aunque su total de victorias mejora a son de gota de agua (de 19 a 21 a 24 la temporada anterior), la campaña 2013-14 podría significar el inicio de una larga estadía para los Cavs en los playoffs...con o sin LeBron.

Las firmas del defensa Jarrett Jack, el pívot Andrew Bynum y el alero Earl Clark añaden piezas claves alrededor de Kyrie Irving, quien a los 21 años de edad ya es considerado por algunos como el mejor base en la Conferencia del Este. El ex Novato del Año necesita evitar las lesiones para continuar en su impresionante ascenso a la elite de la NBA, pero tiene etiqueta de súper estrella; y si lo dudan, solo pregúntenle a Coach K.

Bynum, cuyo historial de lesiones va mucho más allá de la temporada pasada que perdió en su totalidad, llega a tratar de demostrar que puede mantenerse en cancha, y que a los 25 años de edad sus destrezas no han perdido lustre. Si saludable y en forma, posee la capacidad de alterar el panorama en el Este.

Jack, por su parte, es el tipo de combo guard que cae como anillo al dedo saliendo de la banca, similar al rol que empleó con mucho éxito en Golden State la pasada campaña; su experiencia también es un clave considerando las edades de Irving y Dion Waiters (21) en la cancha trasera.

También llega a Cleveland el primer pick del draft, Anthony Bennet, quien tendría su lugar en una versátil línea frontal junto a Bynum, Clark, el prometedor Tristan Thompson y el brasileño Anderson Varejao, cuya salud también es de suma importancia para las oportunidades -y la defensa- del quinteto de Mike Brown, en su segunda vuelta con la franquicia.

Así que Cleveland, en papel, mejoraría si evita las lesiones y juega defensa, y no perdió futura flexibilidad económica en el proceso. Y considerando que el equipo todavía tiene mucho espacio para mejorar luego de finalizar 19 en puntos por juego (96,5) y por 100 posesiones (104,3), y 25 en puntos permitidos (101,2), el valor de tener muchas piezas en el juego es incalculable para un equipo joven que podría clasificar sexto en el Este; más opciones para el futuro del 'Rey'.

Dando un vistazo por la conferencia, los primeros seis lugares parecerían que tienen nombre y apellido con el campeón Heat, los Pacers, Bulls, Nets, Knicks y Hawks predestinados a tener su momento en el baile. El Oeste, como es la norma, es más profundo, y apenas tendría dos plazas disponibles cuando ya clasificamos al Thunder, Spurs, Clippers, Grizzlies, Rockets y Warriors.

Y entonces hay otros quintetos -Mavericks, Nuggets, Lakers, Pistons, Raptors- que pretenden irrumpir en los playoffs con diferentes agendas a corto y largo plazo, presentando un panorama más complicado. Eso es otra historia.

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Al igual que Cleveland, hay unos equipos que no solamente tienen intenciones de desbancar a un oponente del cuadro clasificatoria para la campaña que viene, sino que además se perfilan como jugadores en el futuro inmediato y lejano de la NBA.

Aquí, una leve mirada a estos.

1. Washington Wizards

Bulls/Wizards
AP Photo/Nam Y. Huh

Sí, los Wizards tienen serias intenciones de regresar a la postemporada por primera vez desde la temporada 2007-08. Tuvieron marca de 29-53, pero acumularon un 24-25 en los 49 partidos en que el armador John Wall vio acción.

El ex primer pick del draft dio señales de ser una futura súper estrella, y junto a Bradley Beal componen una de las canchas traseras en ascenso. Si Nené se mantiene saludable para comandar la pintura, y la defensa sigue firme luego de lucir la campaña pasada (8vos en puntos por juego permitidos, 5to en por ciento de canastos en contra), Washington debería ponchar su boleto a la postemporada.

Y al igual que Cleveland, su panorama económico a largo plazo luce prometedor.

2. Minnesota Timberwolves

Kevin Love
David Sherman/NBAE/Getty Images

Los 'eternos prospectos' en el Oeste nos tientan otra vez con una escuadra que saludable, luce capaz de entretener y clasificar a la postemporada.

Cruzando los dedos por salud sobre todo- en especial Kevin Love (73 juegos los dos últimos años) y Ricky Rubio (98)- los Timberwolves (31-51) atraviesan por un productivo verano, añadiendo via el sorteo a Shabazz Muhammad y Gorgui Dieng, y firmando a Kevin Martin y Chase Budinger en ofensiva de perímetro y puntería a larga distancia, y Corey Brewerpara ayudar en defensa y en el juego rápido.

Hay serias cuestiones defensivas que ponen en duda un avance profundo en el cargado Oeste, pero el potencial ofensivo de los Timberwolves los debe clasificar por primera vez desde la campaña 2003-04. Sería bienvenido, aunque el panorama a largo plazo luce apretado si Rubio no da un brinco en su juego.

3. Portland Trail Blazers

Damian Lillard
Garrett W. Ellwood/NBAE/Getty Images
No realizaron las movidas grandes, pero calladamente los Trail Blazers se colocaron en contención por un boleto a los playoffs sin sacrificar flexibilidad ecónomica en el futuro, luego de ganar 33 juegos la campaña pasada.

La cancha trasera de Damian Lillard y C.J. McCollum podría ser de las mejores y más excitantes en la liga, mientras que LaMarcus Aldridge sigue siendo uno de los mejores cuatro en la liga. Las adquisiciones del delantero Thomas Robinson, el centro Robin Lopez y el alero Dorell Wright llegan para mejorar una mediocre banca.

Portland es el perfecto ejemplo de un equipo de mercado pequeño que trata de competir con los grandes via el draft, con movidas pequeñas y con mucha paciencia, dispuesto a reconocer cuando llega el momento de empezar de nuevo y sacrificar el presente por el futuro. De cualquier forma, lucen bien.

4. New Orleans Pelicans

Anthony Davis
Jim McIsaac/Getty Images
Los Pelicans (27-55) presentan uno de los quintetos más interesantes para la próxima campaña, con un núcleo que tanto intriga, como asusta.

Anthony Davis debe tomar otro paso rumbo al súperestrellato, aunque quizás es mucho pedirle a un joven de 20 años que madure física y mentalmente- para ser el líder del equipo en y fuera de la cancha. Jrue Holiday es una gran adición como base titular, y Tyreke Evans tiene el potencial de ser especial saliendo de la banca como 'combo guard' detrás de Holiday y Eric Gordon.

Con el certero tiro de Ryan Anderson como complemento, New Orleans tiene la capacidad de ser un dolor de cabeza para la competencia, en especial del lado ofensivo de la cancha.

La defensa es un experimento, pero el potencial de Davis de ese lado de la cancha lo influye todo.

En fin, al igual que en Cleveland, Washington, Minnesota y Portland, el potencial para llegar a los playoffs está ahí.

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Basquetbol, NBA

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George Steinbrenner estaría orgulloso de Mikhail Prokhorov y sus intenciones de 'comprar' un campeonato de la NBA para Brooklyn.

Entrando en su tercera campaña como dueño de los Nets, el magnate ruso sigue gastando dinero, haciendo inversiones, pagando impuestos de lujo y dando el visto bueno a alteraciones a la plantilla del equipo en busca de la combinación perfecta que le permita sentarse en el trono de la NBA.

Similar a como el eterno jefe de los New York Yankees jamás titubeó a la hora de absorber cualquier salario con tal de celebrar un campeonato de la Serie Mundial, Prokhorov rompe la alcancía y marca el paso en un desespero por no solo conquistar la NBA, sino sustituir a los Knicks como el quinteto número uno bajo las luces intensas de la 'Gran Manzana'.

Y a pesar de que los Knicks ganaron el primer asalto de una rivalidad que en verdad no se materalizó la pasada temporada -y el título de la liga no parecería estar en el futuro inmediato de los Nets- Brooklyn por lo menos se merece sentirse ganador en julio y optimista de poder arrebatarle el título de la División Atlántico a sus más famosos vecinos.

Los Nets obtienen otra nota positiva esta temporada muerta tras el mega cambio con los Boston Celtics que trajo a bordo a Kevin Garnett y Paul Pierce para cambiar la cultura y brindar credibilidad al unirs e al armador Deron Williams, al escolta Joe Johnson y al centro Brook Lopez en lo que debe ser uno de los mejores cuadros titulares en toda la NBA, por lo menos en papel y a nivel individual.

Garnett, Pierce & Terry
AP Photo/Mary AltafferGarnett, Pierce, Terry y el piloto Kidd suman cuatro anillos

Con Garnett y Pierce llegó Jason Terry para salir de la banca, al igual que el ruso Andrei Kirilenko, quien dejó dinero en la mesa con la promesa de jugar para un ganador. Luego de ganar 49 juegos y sufrir un decepcionante desenlace en la postemporada, los Nets mejorarían dramáticamente si la edad, salud y química se lo permite.

Sin contar la firma del coach Jason Kidd, quien parece brincó del tabloncillo a su asiento en la banca de la franquicia que condujo a sus únicas apariciones en la Final de la NBA como uno de los mejores bases en la historia. ¿Su última parada antes de tomar las riendas de los Nets? Sirviendo de voz de la experiencia y coach en cancha en los Knicks. Con paciencia, puede ser un buen dirigente, quizás una super estrella de la profesión.

Pero ninguna de esas movidas le garantiza un campeonato en Brooklyn, todavía mirando de abajo al campeón Miami Heat, los Indiana Pacers y Chicago Bulls, y en competencia directa con los Knicks en la Conferencia del Este.

Y aunque comprometen su futuro por una oportunidad irreal de ganar en la actualidad, el mensaje a sus fanáticos es sencillo y directo: haremos lo necesario para ganar y si ganas en New York, ganas en cualquier sitio.

Claro está, los Knicks han demostrado que no solo abrir la chequera es suficiente para montar un equipo ganador, fórmula que infructuosamente llevan siguiendo por años sin nada que demostrar en términos de campeonatos. Los quintetos de New York cuentan con unos ingresos económicos que son la envidia de la mayoría en la NBA, pero los Knicks son expertos en equivocarse a la hora de aprovecharlo.

La adquisición de Andrea Bargnani podría ser un buen ejemplo de eso.

En teoría, el italiano ayudaría a crear espacio y expandir el perímetro con su tiro a distancia; en realidad, el Bargnani trae un salario alto, deficiencias defensivas y un juego en declive que tiene el potencial de no sobrevivir en New York. Mike Woodson tendrá las manos llenas con sus rotaciones, barajando ofensiva y defensa para maximizar el talento de sus jugadores.

Kevin Garnett and Carmelo Anthony
Bruce Bennett/Getty ImagesKevin Garnett y Carmelo Anthony lucharán por la supremacía de Nueva York

Woodson logró dar un paso al frente la campaña pasada cuando los Knicks tuvieron su mejor temporada desde el 2000, ganando 54 partidos y su primer título divisional desde 1994. Sin embargo, aunque Carmelo Anthony tuvo la mejor temporada de su carrera, no los pudo cargar más allá de la segunda ronda.

Fuera de Bargnani, los Knicks se 'limitaron' a firmar a Metta World Peace y traer de vuelta a J.R. Smith y al argentino Pablo Prigioni, piezas claves en la mesa de juego de Woodson considerando la dependencia en ofensiva (Smith) y defensiva (World Peace) saliendo de la banca.

No obstante, el escolta Sexto Hombre del Año se perderá el inicio de la campaña en recuperación de una lesión en la rodilla, y todavía tiene que ser más consistente como la segunda opción ofensiva detrás de Anthony.

Ni hablar de Amar'e Stoudemire, cuyo nombre y contrato que expira posiblemente tiene más valor que lo que pueda brindar en cancha. Por lo menos tiene que demostrar lo contrario.

Sumando la totalidad de las partes, los Knicks no lucen mejor que el cuarto o quinto mejor equipo del Este, posición en la cual su rivalidad con los Nets podría florecer. Digo, ¿quien no anticipa el primer choque entre Garnett y Anthony?

Así amanece New York, con dos quintetos peleando por notoriedad en el tabloncillo de la 'ciudad que nunca duerme', y hambrienta por un ganador que les permita celebrar su primer campeonato de la NBA desde la temporada 1972-73.

Nets y Knicks, están advertidos.

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A un año removido de ganar la batalla en la temporada muerta con las adquisiciones de Dwight Howard y Steve Nash, los Lakers deben sentirse traicionados por unos vengativos dioses de la NBA que decidieron no sonreirle a la legendaria franquicia y humillarla en el proceso.

Y aunque tenemos espacio para cuestionar y debatir la capacidad de Dwight Howard para ser la cara del violeta y oro de Los Ángeles, no cabe duda de que su partida deja a los Lakers como el gran perdedor en lo que va de la temporada muerta.

Pero no son los únicos que podrían sentirse derrotados. Debido a las decisiones de algunos y la inacción de otros, los Lakers no se encuentran solos en la lista de los equipos que se preparan para largos inviernos y tristes primaveras; solo la encabezan.

Faltando tiempo suficiente para que el panorama cambie, y probablemente no sea el mismo en octubre, veamos más en profundo a dicho grupo de quintetos que la fortuna no les sonrie en julio.

Los Ángeles Lakers

Las movidas simplemente no han rendido frutos para los Lakers desde que ganaron su campeonato más reciente, con la partida de Howard como el nocaut que cierra las oportunidades titulares para la franquicia hasta la temporada 2014/15, quizás más.

Con miras a mantenerse contendientes tras repetir como monarcas en el 2010, los Lakers hicieron los imposible por firmar a por lo menos uno de los dos agentes libres más cotizados antes de la clase de 2014. Primero adquirieron a Chris Paul en diciembre de 2011, pero la NBA vetó la transacción; luego consiguieron a Howard en agosto de 2012, pero el matrimonio nunca pareció estar destinado a tener un final feliz.

Ahora, sin un heredero al lugar de Kobe Bryant como jugador franquicia, y todavía sin las piezas correctas para correr el sistema de Mike D'Antoni, el violeta y oro encara la real posibilidad de quedar fuera de la postemporada por primera vez desde el 2004/05, mirando de abajo a quintetos como los Clippers y los Warriors en el tope del Pacífico de la NBA.

Definitivamente no lo que Bryant esperaba enfrentar en las postrimerías de su brillante carrera.

Boston Celtics

El archirrival de los Lakers le puso fin oficial a la era de los 'Tres Grandes' con las salidas del coach Doc Rivers y los veteranos Paul Pierce y Kevin Garnett, optando por una total reconstrucción que debe impedirles extender a siete su racha de apariciones en los playoffs como uno de los poderes en el Este.

Danny Ainge hizo lo que pudo en las transacciones, acumulando picks a largo plazo y contratos que expiran, y seleccionando al centro Kelly Olynyk (25 puntos en su debut en la liga de verano) como pieza clave en el futuro del equipo, antes de entregarle las riendas del quinteto al debutante coach Brad Stevens. Por ahora, lo más interesante en Boston sera ver si cambian o no a Rajon Rondo, quien les traería más bienes en el tedioso proceso.

Dallas Mavericks

Parecería como si la resaca de la celebración del primer campeonato en la historia de la franquicia todavía afecta a los Mavericks de Mark Cuban.

Por segundo año corrido, Dallas se vio rechazado por los agentes libres de más renombre, fallando en conseguir un canastero estelar para primero parear con el alemán Dirk Nowitzki y luego sustituirlo como la cara de la franquicia -similar a lo que le ocurre a Bryant con los Lakers- o las piezas a su alrededor para contender.

Acostumbrados a montar el equipo via la agencia libre gracias a la billetera de Cuban, parecería que los Mavericks tienen que cambiar su énfasis, tocar fondo y construir con el draft antes de regresar a ser prominentes en la NBA; el orgullo quizás lo impide.

Gracias por participar

Oklahoma City Thunder

Mientras los otros poderes en la conferencia mejoraron o mantuvieron el status quo, el Thunder absorbió otro golpe con la salida de Kevin Martin, lo que significa que el cambio de James Harden cada vez luce peor para OKC. Con todo y eso, Kevin Durant, Russell Westbrook y compañía serán los favoritos de muchos, aunque pierden balas en el salvaje Oeste.

Charlotte Bobcats

Simplemente no entiendo la lógica. Al Jefferson podría tener un rol específico en un equipo con aspiraciones; Charlotte no es contendor, ni lo necesita como parte de su construcción. Sin embargo, $41 millones en la ecuación, y estarían juntos por los próximos tres años. Jefferson dará lo que tiene, pero parecería que lo más que hará es robarle tiros al primer pick Cody Zeller y contribuir a la peor defensa en la NBA.

New York Knicks

Las movidas de los Knicks dejaron un sabor agridulce en el paladar. De un lado traerán de vuelta a JR Smith y al argentino Pablo Prigioni con buenos contratos, pero la adquisición de Andrea Bargnani no los ayuda para nada en la pelea con los Bulls y los Pacers por destronar al Heat, o en la guerra civil que protagonizan con Brooklyn.

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Chris PaulNoah Graham/NBAE/Getty ImagesLos Clippers aseguraron la ganancia al atar a Chris Paul
En Houston hay un ganador. En Los Ángeles también, pero son los Clippers, no los Lakers, quienes se nutren del mercado de agentes libres para anticipar con ansias la próxima campaña de la NBA.

Los Rockets atraparon al pez grande con la firma de Dwight Howard, poniéndole por fin punto final a la novela que lleva protagonizando el estelar pívot desde antes de ser agente libre durante su última campaña en Orlando.

Su firma con Houston y alianza con James Harden fue la mejor decisión que pudo tomar -en términos de balancear el producto en cancha y el éxito inmediato- considerando el presente y futuro de las franquicias que se peleaban por sus servicios. Los Rockets le presentan la mejor oportinidad pata ganar ahora y en el futuro, y para crecer como canastero, bajo la constante supervisión de Kevon McHale y con Hakeem Olajuwon como tutor.

De esos equipos que se quedaron sin los servicios de Howard, su antiguo jefe es el que sufre más. Los Lakers no solo perdieron a quien es considerado -en las buenas y en las malas- el mejor centro en la NBA, sino que todos sus planes desde hace más de un año quedaron arruinados, dejando a la franquicia más glamorosa de la liga anticipando más el 20014 por la próxima clase de agentes libres, que por los resultados que pueda acumular un equipo en cancha que no debe contender.

Pero no todo es tristeza en Los Ángeles, donde los Clippers enviaron un claro mensaje con sus intenciones de no solo ganar títulos divisionales, sino de competir por campeonatos. Doc Rivers tiene todo en sitio para sepultar el pasado y completar el cambio de cultura, y no olvidemos que Chris Paul era el mejor agente libre disponible; en otras palabras, Los Ángeles sí firmó al mejor jugador disponible en el mercado.

Ya hablaremos más en profundo de los Lakers y los otros equipos que pueden ser catalogados como perdedores en lo que va de la temporada muerta, y que desde ya lucen perdidos para la próxima campaña.

Mientras tanto, veamos a los quintetos que se sienten ganadores en julio, no sin antes recordarles que hace un año los Lakers se encontraban en una posición similar a como se encuentran ellos ahora, celebrando las firmas y movidas que esperaban rindieran frutos durante la temporada que se avecina&y ya sabemos como eso terminó.

Houston Rockets Con Howard a bordo, los Rockets mejoran sustancialmente para la temporada que se avecina, culminando un proceso de semi-reconstrucción que parece que nunca se dio y que es digno de admirar.

Howard (17,1 ppj, 12,4 rpj) mejorará la defensa, rebotes y juego interno de un quinteto que dependió en su totalidad de una explosiva ofensiva que finalizó primero en ritmo (96,1 posesiones por 48 minutos) y segunda en puntos por juego (106,0 ppj) para clasificar sorpresivamente la campaña pasada.

Houston con Howard no se coloca automaticamente en el tope del Oeste, donde los San Antonio Spurs, Oklahoma City Thuder, Los Angeles Clippers y Memphis Grizzlies lucen sólidos, pero se acerca dramáticamente. Y considerando la edad de sus dos piezas angulares -Howard (27 años) y Harden (23)- los Rockets apenas despegan.

Los Angeles Clippers

Dejando cada vez más en el olvido su nefasto pasado, la trayectoria de los Clippers continúa en ascenso total luego de ganar la mayor cantidad de partidos en la historia de la franquicia con su primer título de la División del Pacífico, y sus movidas así lo representan.

El cambio por los servicios de coach Rivers les brinda la estabilidad y experiencia ganadora en la banca que no tienen desde que Larry Brown tuvo su turno a mediados de la década de los '90. Enfatizará la defensa y y transformará 'Lob City' en algo más dependible camino a los playoffs.

Más importante aún, la presencia de Rivers ayudó a convencer a Paul de que escribiera su historia a largo plazo en Hollywood, y automaticamente la organización le brindó más ayuda con la puntería de J.J. Reddick y Jared Dudley, más el regreso de Matt Barnes y su rudo juego defensivo en el perímetro.

Houston se robó las primeras planas con Howard, pero quizás ningún equipo se ve mejor para la próxima campaña que los Clippers, quienes sacan la cara por Los Ángeles y su más exitoso 'hermano' mayor. El escenario de Hollywood les pertenece.

Indiana Pacers

Fuera de Paul y Howard, ningún agente libre era más importante para su quinteto, y sus aspiraciones en el 2014, que David West con los Pacers.

Su regreso significa que Indiana tendría de vuelta al mismo cuadro titular -incluyendo potencialmente a la mejor línea frontal en la NBA- que ganó su primer título divisional desde la temporada 2003/04 y empujó al dos veces campeón Miami a siete juegos en la final del Este con su estatura, fortaleza y defensa.

Indiana vendió carísimo ese revés ante el Heat, pero dejó claro que se perfila como quizás el más digno rival para el Rey James y sus compañeros en la Conferencia del Este. Traer de vuelta al veterano delantero fuerte era prioridad para mantener ese buen momento que vive la franquicia, en total ascenso. El alero Paul George y el centro Roy Hibbert son la fundación a corto y largo plazo de la franquicia, pero West es el líder y respetado veterano que se siente tanto en como fuera de la cancha.

Qué mucho sabe Larry Bird.

Golden State Warriors

La tropa de Mark Jackson extrañaría la explosividad ofensiva de Jarrett Jack saliendo de la banca, pero no cabe duda de que Andre Iguodala es una mejoría en general. Su defensa en el perímetro y versatilidad será clave, y no tendría que tirar mucho para dejarse sentir, considerando la puntería de sus nuevos compañeros Stephen Curry y Klay Thompson. Golden State se perfila como el segundo mejor en la División del Pacífico, ¿quién lo iba a decir?

Brooklyn Nets

Serán un mejor equipo con Paul Pierce y Kevin Garnett, especialmente a la hora de crear una actitud positiva y cultura ganadora en y fuera de la cancha. Pero lucen finitos en la banca, no son jovenes, lesiones podrían traicionarlos y su futuro luce atado a los millones y millones que el ruso Mikhail Prokhorov decida invertir o botar. Y Jason Kidd -a pesar de que creo en él- todavía tiene que probarse como dirigente.

Sacramento Kings/ New Orleans Pelicans

Ambos salieron bien del triple cambio que incluyó a Portland. Greivis Vásquez es el tipo de armador con mentalidad de pasar primero que los Kings necesitan desde hace tiempo, mientras que Tyreke Evans podría reecontrar su juego como 'combo guard' saliendo de la banca en New Orleans, tipo Vinnie Johnson. Sin contar las otras movidas; los Kings seleccionaron a Ben McLemore (para algunos el jugador más talentoso del draft) y adquirieron al veterano Carl Landry, mientras que los Pelicans trajeron al base Todos Estrellas Jru Holiday para correr el show.

Para el campeón Miami Heat, una combinación de agresividad y urgencia es necesaria para el segundo juego de la Final de la NBA frente a los San Antonio Spurs.

Miami no lo hizo mal en la derrota 92-88 para abrir la serie, pero perdió energía a través del juego antes de sucumbir ante el excelente desempeño de Tony Parker y Tim Duncan al frente de los campeones de la Conferencia del Oeste.

Ese letárgico desenlace dejó al Heat en peligro de enfrentar la monumental tarea de recuperarse en la carretera abajo 0-2 frente a un rival que apenas acumula dos derrotas en la postemporada. La eficiencia de Parker y la altura de Duncan fueron claves en el primer partido, y ahora el quinteto de Erik Spoelstra tiene que responder con los ajustes necesarios.

Pensamos que LeBron James le haría frente a Parker más a menudo esta vez, aunque Spoelstra tiene que tener más opciones si no quiere gastar a su súper estrella peleando cortina tras cortina en persecución del escurridizo armador de los Spurs. ¿Duncan? Su grandeza quedó en evidencia una vez más en la final, demostrando sus quilates frente a un rival que no cuenta los hombres grandes para afectarlo.

El esfuerzo de Miami tiene que ser en colectivo, embotellando y destellando una frenética energía que los impulse en ofensiva y defensa.

Pero eso es solo una ficha en el juego. Veamos otros factores claves entrando al segundo partido de la Final de la NBA.

El diente defensivo de Miami

El Heat no jugó con la chispa que los caracteriza, y necesita recuperarla para superar a un rival tan experimentado y disciplinado como los Spurs. Todo empieza con las pérdidas de balón, y la inhabilidad de Miami de poder sacar de ritmo a San Antonio.

Los Spurs ganaron el primer asalto de esta batalla en particular con un ridículo total de cuatro pérdidas que le permitió controlar el ritmo del juego y cortó las piernas a la ofensiva del Heat, la cual se nutre de las fallas de sus rivales. Miami anotó en cada uno de esos errores de San Antonio para un total de ocho puntos, lejos de su promedio en la temporada regular (18,6) y playoffs (18,4).

Miami tiene que jugar con más agresivididad en ambos de la cancha -sólo 17 tiros libres intentados- y buscar la manera de establecer su identidad defensiva. La urgencia del momento usualmente los inspira, así que esperen una actuación más eléctrica del monarca.

Más de Tony Parker Para Miami tener éxito en defensa, necesita trastornar a Parker, quien viene de convertirse en apenas el quinto jugador en los últimos 20 años* en lograr un juego de por lo menos 20 puntos, cinco asistencias y cero pérdidas de balón en la final.

El veloz y certero base francés prácticamente hizo lo que quiso contra Miami, y pacientemente los despedazó en el cuarto parcial con 10 puntos, incluyendo la milagrosa cesta con 5,2 segundos jugar que dejó sin aliento al AmericanAirlines Arena.

Miami tiene que defenderlo con más agresividad, y tratar de cerrarle espacios para maniobrar. Conglomerar las líneas de pase es clave, al igual que la altura y presencia física de James si recibe la tarea de perseguir al Jugador Más Valioso de la final de 2007.

Un Rey más agresivo

Suena increíble tener que exigirle más luego de su tercer 'triple doble' -y segundo corrido- en una Final de la NBA. Pero sí, el Heat necesita un poco más de su cuatro veces JMV.

Con el balón en mano, James tiene que reconocer mejor cuando tomar control de la ofensiva de Miami, similar a como hizo en el tercer parcial del quinto juego contra Indiana. Sus cuatro tiros en el cuarto parcial del primer partido dejaron mucho que desear, especialmente porque sus compañeros tampoco demostraban vida en ofensiva. Era el momento para atacar, y James no tenía balas.

No necesariamente es cuestión de tirar más (aunque su 16 disparos deberían ser por lo menos 20), sino de ser más enérgico para prender la chispa que caracteriza al Heat.

Aunque Miami gana más cuando Jame tira menos (8-3 en los playoffs cuando tira menos de 18 veces, 4-3 cuando tira más de 18 veces), la contundencia del primer golpe propinado por los Spurs requiere una rápida respuesta de quien es el mejor canastero en el mundo.

No es tarea fácil, considerando el éxito de San Antonio contra James en sus primeros cinco pareos en juegos de final, limitándolo a un porcentaje de cestas de 36,8 FG%. El astro tuvo un partido incómodo contra Kawhi Leonard y una defensa colectiva que hizo un gran trabajo cerrándole el paso y doblándolo en la pintura, de paso negándole acceso a la línea del tiro libre (4-3).

Está en James encontrar la manera de descifrarla con energía controlada y violenta agresividad, manteniendo un alto nivel también en el lado defensivo, donde todos aniticipamos verlo más en Parker.

Por eso, más que nunca, James necesita más de sus socios en los 'Tres Grandes'.

Bosh en alerta

Wade demostró estar listo para el reto antes de caer presa del letargo del Heat en el cuarto parcial, pero los problemas de Bosh continúan.

El supuesto delantero fuerte del Heat escogió el peor momento para atravesar por uno de los peores momentos de su carrera en los playoffs (8,2 ppj, 5,0 rpj, 28,0 FG%), enamorado de la línea de tres puntos y contento con disparar tiro tras tiro de larga distancia.

Aunque su presencia en el perímetro ayuda a crear espacio para el Heat, su actual ineficiencia le roba confianza con cada tiro errado. Necesita atacar y tratar de jugar un poco más cerca al canasto -12 de sus 16 tiros contra los Spurs fueron de más allá de 15 pies*- para dejar su marca en el lado ofensivo y despertar su juego en total. James ya lo retó y todos cuentan con él; el balón lo encontrará, ya veremos si responde.

La presión de un 0-2

Mucho se habla de lo "cómodo" que el Heat se siente luego de la derrota en el primer partido, considerando que no pierden juegos corridos desde 8 y 9 de enero, su dominio tras una derrota en lo que va de esta postemporada (4-0 con margen de victoria de 22,3 ppj*), y que estuvieron en esta misma situación hace un año antes de ganar cuatro juegos en fila frente a OKC para conquistar el campeonato.

Sin embargo, los Spurs son un monstruo totalmente diferente a los que Miami ha dejado en su camino a la cima de la NBA. La experiencia y veteranía de sus hombres claves en finales es incomparable actualmente en la liga, y es por mucho el mayor reto que el Heat enfrenta desde el nacimiento de sus 'Tres Grandes' en el 2010.

Los Spurs y sus 'Tres Grandes' no se van a achicar por el momento, y no le regalarán nada a Miami. Reconocen la importancia de una ventaja de 2-0 de cara a tres juegos corridos en San Antonio, donde solo han perdido una vez en los playoffs, y la presión que esa situación ejercería en los hombros de su rival más glamoroso.

Sería el tipo de presión que obligaría a cualquiera caer de rodillas, incluyendo al Rey y su grupo de caballeros.

*vía ESPN Stats & Info

La fortaleza física de LeBron James estuvo a prueba contra los Indiana Pacers. Ahora sus piernas y velocidad recibirán el tratamiento frente a los San Antonio Spurs.

Específicamente, persiguiendo cortina tras cortina a Tony Parker.

El estelar base de los Spurs acapara la atención defensiva del campeón Miami Heat de cara al inicio de la Final de la NBA, luego de su brillante desempeño durante la postemporada de la Conferencia del Oeste.

Parker fue el mejor jugador en dicha llave, promediando 23,0 puntos por juego y 7,2 asistencias por desafío, encestando el .475 por ciento de sus tiros de campo. Ahora encara al mejor canastero en el mundo, quien formará parte del esquema defensivo que Erik Spoelstra implementará para tratar de frenar al armador francés y la eficiente ofensiva de San Antonio.

Que no quiere decir que James defenderá a un descansado Parker exclusivamente; Mario Chalmers, Norris Cole, Dwyane Wade, Ray Allen y Mike Miller todos lo tendrán de frente en algún momento. Más que nada, será el esfuerzo grupal del Heat en el perímetro lo que el MVP de la Final de 2007 tenga que descifrar, ya sea cuando Miami juegue grande o pequeño.

La realidad es que James no puede pasar un juego completo gastando energía pisándole los talones al veloz Parker, un experto a la hora de llegar a la pintura y dividir cortinas rumbo al canasto. Lo defenderá por tramos -como hizo contra Derrick Rose en la postemporada de 2011- y estará más pendiente en los momentos culminantes, pero la responsabilidad de frenarlo será colectiva.

Miami ha hecho un buen trabajo limitándolo desde el inicio de la era de sus 'Tres Grandes' en el 2010-11. En cuatro juegos, de los cuales los Spurs perdieron tres por marcador promedio de 106-88, Parker acumula cifras de 15,8 ppj, 6 apj y .440 FG%.

Pero claro, la temporada regular no es un buen barómetro para medir o predecir como Parker y los Spurs se vean frente a Miami, considerando especialmente el buen momento por el que atraviesan los campeones de la Conferencia del Oeste luego de acumular maca de 12-2 para llegar a su quinta final.

Parker brilló en particular, coronando su ascenso como posiblemente el mejor armador en la NBA con un descomunal despliegue ofensivo (24,5 ppj, 9,5 apj, .532 FG%) para barrer a los Memphis Grizzlies en la final del Oeste. El francés de 31 años de edad guía con brutal eficiencia el ataque de los Spurs, quienes han mejorado de 105,9 a 106,5 su promedio de puntos por 100 posesiones de la temporada regular a los playoffs.

Su valor en el avance de San Antonio a la final es obvio, promediando 23,8 ppj, 7,9 apj y 48.9 FG% en 12 victorias, en comparación con 18,5 ppj, 3,0 apj y 38.2 FG% en dos derrotas.

Los Spurs además siguen como el mejor equipo a la hora de mover el balón y acumular asistencias (23,6 apj), a la vez que marchan segundo en porcentaje de tiros de campo (.469 FG%) y tiros de tres (.362 3P%), y tercero en por ciento verdadero de disparos (ajustando el valor de los tiros libres y tiros de tres) con 54,8%.

Parker se merece mucho crédito por el éxito ofensivo de los Spurs a la hora de anotar, gracias en parte a su excelente tiro de media distancia y su habilidad de llegar al canasto.

Comparando la temporada regular con los playoffs, el tres veces campeón ha aumentado su producción en tiros entre 15 y 19 pies de su total de disparos (de 22% a 30%), mientras que el por ciento de sus tiros dentro de cinco pies ha disminuido de 39% a 30%.

De cualquier forma, la mayoría de sus disparos se dividen en esos dos renglones (60% de sus tiros en general), y aunque su porcentaje de cestas ha disminuido en la postemporada de .522 FG% a .475 FG%, Miami no puede darse el lujo de dejarlo libre; tiene que encontrar la manera de salirle al paso y tenerle alguien siempre con las manos en la cara.

Las cifras defensivas del Heat a la hora de defender el tiro dentro de cinco pies (56 FG%) y de 15 a 19 (38,9 FG%) no varían mucho de la campaña a la postemporada, y la ola de jugadores que Spoelstra le asigne a Parker -incluyendo a James- tratará de sacarlo de ritmo y de negarle el acceso a la pintura.

Sin embargo, Parker ha demostrado una habilidad única de encontrar espacio en el perímetro para hacer daño con sus disparos y pases certeros. Y si logra encestar lo suficiente, manteniendo envueltos a sus compañeros a la vez, San Antonio podría celebrar una quinta corona con el potencial a la vez de arruinar el experimento de los 'Tres Grandes' en Miami que ya los Spurs han perfeccionado.

Dwyane Wade
Ezra Shaw/Getty ImagesDwyane Wade y Chris Bosh son la ficha del tranque para el Heat
Podemos hablar de la estatura de los Indiana Pacers, su dominio absoluto en la pintura, su sofocante defensa y el surgir de Paul George y Roy Hibbert.

Pero el campeón Miami Heat podría decir que está donde está debido a que dos de sus 'Tres Grandes' producen menos en comparación.

Mientras LeBron James demuestra cada segundo en cancha porque es el mejor canastero en el mundo, Dwyane Wade y Chris Bosh están lejos de cumplir con las expectativas entrando al decisivo -y para algunos sorpresivo- choque en el séptimo juego de la final de la Conferencia del Este.

La falta de productividad de Wade y Bosh ha dejado a Miami sin ayuda constante para James, quien en ocasiones ha revertido "a sus días en Cleveland", dominando el balón uno contra cinco en búsqueda de puntos que son difíciles de conseguir contra los Pacers y su excelente defensa.

Y a veces ha funcionado; por eso nos encontramos en un partido de vida o muerte. Pero hasta el Rey necesita ayuda.

Wade no ha hecho excusas por la dolencia que sufre en su rodilla, tratando de batallar y encontrar su ritmo en cancha contra un equipo que reconoce la importancia de 'Flash' en la serie.

Con Indiana al frente 2-1 en la segunda ronda de los playoffs de 2012, y tras una victoria en la cual Wade solo encestó cinco tantos -en aquel entonces el peor total de su carrera en los playoffs-, el exMVP de la Final de la NBA explotó para totales de 30, 28 y 41 tantos los siguientes tres partidos que ayudaron a James a cerrar la contienda en particular rumbo a su primer campeonato juntos.

Esta vez, el tiro de Wade (14,5 ppj en la serie) no ha estado ahí (.442 FG%, .667 FT%) en lo que es la peor serie de postemporada en su brillante carrera. Peor aún, el estelar escolta va de más a menos, tocando fondo en los juegos cuatro, cinco y seis, con un total de 36 puntos y solo 11 encestes en 34 tiros de campo.

Su acto de desaparición y falta de ritmo ha dejado a James como el único jugador en Miami capaz de crear su propio tiro y generar ofensiva para otros.

Esos 'otros' incluye a Bosh, el supuesto delantero fuerte que vive en el perímetro y juega pequeño frente a la altura que presentan Hibbert, David West y compañía, recuperando un total de 22 rebotes en los primeros seis desafíos de la serie.

Bosh (11,3 ppj, 3,7 rpj, .411 FG%), quien se ausentó de la serie del año pasado debido a una lesión, llegó a la final del Este enfocado en verse las caras con Hibbert y los hombres grandes de los Pacers, ansioso por dejar su marca en el avance del Heat. Sin embargo, luce lejos de ser uno de los 'grandes', totalizando 19 tantos en 21 tiros con apenas cinco aciertos en los pasados tres partidos, afectado también por un leve esguince en un tobillo.

De hecho, su mayor contribución entrando al duelo decisivo fue quizás en el primer partido, cuando sirvió como ansuelo en la jugada final que permitió a James anotar la cesta de oro, con Frank Vogel sacrificando a Hibbert en la jugada.

El más alto de los 'Tres Grandes' de Miami apenas se siente, y su decepcionante actuación sirve de excusa para que muchos clamen por su salida del grupo, pensando en el presente y futuro del equipo.

Indiana se merece el crédito por la defensa empleada, pero más energia y furia controlada podría despertar a los socios de James.

En resumidas cuentas, Wade y Bosh no solo tienen que producir más, sino ser más efectivos con las oportunidades que tengan, forzando la mano del coach Erik Spoelstra; si producen con prontitud, James no vacilará en buscarlos y econtrarlos con mayor regularidad. Dentro de todo, el 'Rey' sabe compartir el balón.

Miami tiene mucho que perder en el segundo séptimo juego de los 'Tres Grandes' como compañeros, incluyendo:

1. Un segundo campeonato corrido, y tercero para la franquicia. Solo los Celtics (17), Lakers (16), Bulls (6) y Spurs (4) han ganado más.

2. La oportunidad de ser el primer equipo desde el segundo 'threepeat' de los Chicago Bulls de Michael Jordan (1996-98) en ganar el Este tres años corridos.

3. Su lugar en la conversación de los mejores equipos en la historia, luego de una histórica temporada que los vio ganar 27 juegos corridos.

Sin contar lo que significaría a largo plazo para la franquicia en relación a Bosh (¿material de cambio?) y Wade (¿gastado a los 31 años de edad por su temerario estilo de juego?), y como eso afecta a James (posible agente libre en el 2014).

Sí, el Heat tiene mucho en juego, más allá de la física cita con los Pacers. James hará su parte; le toca a Wade y Bosh.

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