El Luna Park vuelve a vivir

Este fin de semana, y aunque ya no esté Juan Carlos "Tito" Lectoure, el legendario estadio Luna Park abrirá nuevamente sus puertas al boxeo, con motivo de cumplirse su 70° aniversario

BUENOS AIRES -- En una época marcada por la escasez de proezas deportivas y la abundancia de ídolos de barro, hace algunos meses una noticia devolvió parte del entusiasmo perdido: el legendario estadio Luna Park abrirá nuevamente sus puertas al boxeo, con motivo de cumplirse su 70° aniversario.

Extrañamente, Juan Carlos "Tito" Lectoure, amo y señor del Luna durante medio siglo, ya no está para anunciarlo, tras producirse su repentina muerte el pasado 1 de marzo.

En realidad, quién sabe si don Tito se hubiera animado a volver a organizar un festival pugilístico para celebrar el aniversario de "su casa". Después de todo, en octubre de 1987, cansado de tanta miseria humana, había decidido bajarle el telón al deporte al que le había entregado alma y vida durante 40 años.

Sin embargo, Esteban Livera, su sobrino y heredero, consideró que sería la mejor forma de homenajearlo. Y todos aplaudimos su decisión. Porque el Luna Park es el boxeo argentino.

Por eso, cuando este sábado el argentino Omar Narváez enfrente al nicaragüense Adonis Rivas, por el título de los moscas de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), el pugilismo vernáculo volverá a vivir.

UNA HISTORIA DE GUANTES Y GLORIA
El nombre Luna Park aparece por primera vez en Buenos Aires en 1912, en la calle Rivera al 600, de la mano de sus fundadores Ismael Pace y José Lectoure. Allí duró tres años, ya que en 1915 se mudó a Corrientes y 9 de Julio, lugar donde hoy se erige el Obelisco.

Si bien su esencia no era boxística, sino más bien se trataba de un teatro al aire libre, uno de los primeros grandes hitos fue la transmisión radiotelefónica del combate entre Jack Dempsey y Luis Angel Firpo, el 14 de septiembre de 1923. Miles de personas se juntaron a palpitar "el combate del siglo" y ése fue el primer paso hacia la construcción de una leyenda que todavía perdura.

Otro de los hecho más transcendentales fue la inauguración oficial del actual estadio de Corrientes y Bouchard, que se llevó a cabo el 5 de marzo de 1932 con la realización de un festival boxístico.

Esa noche, al aire libre y con una tribuna todavía por construir, Amílcar Cafferata noqueó en cuatro rounds a Jack Canavesi, José Suárez Franco venció por puntos a Juan Pathenay y Emilio De Rittis derrotó a Eduardo Corti.

Una semana más tarde, el Luna vivió una de sus noches más tristes, cuando Víctor Peralta destronó a Justo Suárez y le rompió el corazón a miles de argentinos, para quienes el "Torito" era un ídolo indiscutido.

De allí en más y hasta 1987 se realizaron 24 peleas por títulos mundiales, 18 títulos sudamericanos y 87 argentinos. Y desfilaron figuras locales de la talla de Pascual Pérez, Horacio Accavallo, Alfredo Prada, José María Gatica, Alberto Lovell, Luis Federico Thompson, Cirilo Gil, Mario Díaz, Eduardo Lausse, Andrés Selpa, Abel Laudonio, Abel Cachazú, Jorge Fernández, Rafael Merentino, Nicolino Locche, Carlos Monzón, Víctor Galíndez, Oscar Bonavena, Sergio Víctor Palma, Santos Benigno Laciar, Gustavo Ballas, Ubby Sacco, Juan Martín "Látigo" Coggi, entre otros.

La lista de visitantes ilustres la encabeza el gran Muhammad Alí (estuvo presente en un aniversario de la revista "El Gráfico") y le siguen Jack Dempsey, Archie Moore, Sandy Saddler, Kid Gavilán, Tommy Loughran, Emile Griffith, Rodrigo Valdés, Kid Pambelé, Ismael Laguna, etc.

Todavía están frescos los duelos memorables entre Prada y Gatica, en los que la popular y el ring side se peleaban con más entusiasmo que los propios boxeadores, representando a clases sociales totalmente diferentes.

La cita obligada fue doble durante varios años, ya que se realizaban festivales los miércoles y los sábados. Y algunas sillas del ring side estaban reservadas a los gobernantes de turno. Seguramente, el más célebre fue el general Juan Domingo Perón, hincha fiel de Gatica y el "Gallego" Fernández. Justamente en el Luna fue donde el por entonces coronel Perón, secretario de Trabajo y Previsión, conoció a María Eva Duarte en 1944.

Paradójicamente, los tres boxeadores que más gente llevaron al Luna nunca fueron campeones mundiales: el "Mono" Gatica, Bonavena y Horacio "la Pantera Tucumana" Saldaño.

En septiembre de 1965, "Ringo" Bonavena metió nada menos que 25.236 personas (récord absoluto para la historia del estadio) en su choque con Gregorio Peralta, la noche en que se consagró argentino de los pesados.

El duelo entre Saldaño - uno de los más grandes ídolos de las últimas décadas - y Tito Yanni, en marzo de 1980, fue para muchos el combate más dramático en la historia del Luna.

Otro que arrastraba gran cantidad de público fue Juan Domingo "Martillo" Roldán, quien a principios de los 80's demolía a cuanto rival le ponían por delante. Una de sus actuaciones más recordadas fue ante Jacinto Fernández, en septiembre del '82. Aunque la ilusión que el cordobés despertaba por entonces (sobre todo, la de Lectoure, que creía a muerte en él) quedó hecha añicos con el tiempo, tras los tres fracasos en peleas mundialistas.

LOS CAMPEONES MUNDIALES
En los años '50 comenzaron las defensas de título mundial de Pascual Pérez y Horacio Accavallo.

El mendocino realizó la primera pelea de título en nuestro país en enero de 1956, cuando retuvo el título mosca al vencer a Leo Espinoza.

Entre las defensas de Accavallo se recuerdan la que realizó ante Efrén "Alacrán" Torres (diciembre del '66) y Hiroyuki Ebihara (agosto del '67), esta última, la pelea que marcó su despedida del boxeo.

Aunque muchos lo silbaran al principio, Locche terminó siendo un hijo dilecto del Luna. Dos de sus noches más gloriosas fueron ante Ismael Laguna (julio del '65) y la defensa del título welter junior ante Antonio "Kid Pambelé" Cervantes (diciembre del '71).

Ya en la década del '70 llegó el turno de dos monstruos contemporáneos: Monzón y Galíndez.

Cómo no recordar los triunfos de Carlitos ante el gran Emile Griffith (septiembre del '71) y Bennie Briscoe (noviembre del '72). O la obtención del cetro de los semipesados de Galíndez, con un nocaut técnico en el decimotercer asalto ante Len Hutchins.

Más acá en el tiempo, todavía con grandes Osvaldo Caffarelli o Ricardo Arias relatando desde algún rincón, se destacaron Palma y "Falucho" Laciar.

Las mejores noches de Palma, ante Leo Cruz (abril del '81) y Ricardo Cardona (agosto del '81), aunque también en el Luna tuvo su noche negra, tiempo después, ante Juan Domingo Malvárez. Y Laciar

Laciar vio las dos caras de la moneda en el Palacio de los Deportes. En junio de 1981 los jurados le robaron descaradamente el título en su pelea ante el panameño Luis Ibarra y la gente del ring side se tuvo que esconder para evitar los monedazos que caían. Pero tuvo su revancha en diciembre de 1984, venciendo brillantemente a Hilario Zapata.

Coggi nunca defendió sus títulos en el Luna, pero protagonizó allí una pelea espectacular que, en definitiva, le valió la oportunidad de su vida, cuando en octubre de 1986 derrotó sorpresivamente a Hugo Ariel "Pajarito" Hernández, consagrándose además monarca argentino de los súper ligeros.

LAS DOS ÚLTIMAS
En los últimos años de vida boxística del Luna Park dos peleas han quedado en las retinas. Justamente, las dos últimas.

Oficialmente, Adolfo Arce Rossi y Ramón Abeldaño firmaron el certificado de defunción pugilística del Luna Park, el 17 de octubre de 1987.

Sin embargo, el 2 de diciembre de 1989 se produjo una fugaz resurrección, cuando Lectoure le alquiló el estadio a una empresa, para que organizara el combate entre Jorge Castro y Miguel Angel "Puma" Arroyo. El triunfo espectacular de "Locomotora" fue realmente la última pelea que vio el Luna.

SEBASTIÁN CONTURSI es redactor especial de ESPNdeportes.com.

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