Miguel Díaz, una leyenda viviente

El argentino reside en Nueva York y trabaja con Bob Arum, quien lo contrató en la Top Rank, una de las dos compañías promotoras más importantes del mundo. Pero además, en 1999 fue elegido como el mejor entrenador del país del Norte

LEYENDA
El argentino Miguel Díaz vive en Nueva York y es una de las personalidades más importantes del boxeo mundial, además de un prestigioso entrenador
(ESPNdeportes.com)
BUENOS AIRES - Como dice el refrán, "nadie es profeta en su tierra". Ese es más o menos el caso de Miguel Díaz, porteño como pocos a la hora de vivir, pero que tuvo que irse a los Estados Unidos para concretar su sueño.

Si bien su historia está más vigente que nunca en estos días de pobreza y sueños truncados en la Argentina, de la que tanta gente se marcha en busca de nuevos horizontes, lo cierto es que Díaz es un pionero en cuestión de inmigración. Allá por 1965 dejó su querido barrio de Saavedra para radicarse en Los Angeles.

Si bien en el proceso tuvo que dejar a un lado su pasión por el fútbol (fue jugador y sigue siendo hincha incondicional de Platense) y hasta los estudios universitarios, en Estados Unidos se abrazó más que nunca a lo que en definitiva se convertiría en la razón de su vida: el boxeo. En realidad, estaba escrito en su destino, ya que su padre había sido boxeador y técnico.

Después de trabajar en la televisión angelina presentando las viejas peleas del Great Western Forum, Díaz llegó a Las Vegas en 1972. Allí comenzó su carrera como entrenador y conoció, entre otros, a Juan Carlos Lectoure, que con el tiempo se convertiría en uno de sus mejores amigos. Tito le llevó a varios de sus boxeadores y lo presentó a Bob Arum, quien lo contrató para trabajar en la Top Rank, una de las dos compañías promotoras más importantes del mundo.

Allí tiene actualmente su propia oficina, desde 1996, además de entrenar boxeadores todos los días en el gimnasio de la calle Business Lane, de Las Vegas.

Además de un reconocido entrenador, Díaz es considerado el mejor cura-heridas del mundo, por lo que por sus manos han pasado cientos de boxeadores de primer nivel.

Entre otros campeones mundiales -su lista supera los 20- trabajó con Roberto Durán, Julio César Chávez, James Toney, Johnny Tapia, Pedro Décima, Roger y Floyd Mayweather, Erik Morales, Diego "Chico" Corrales, Stevie Johnston y William Joppy.

El año pasado estuvo en el rincón de Hasim Rahman, cuando éste sorprendió al mundo noqueando a Lennox Lewis en Sudáfrica.

Sin embargo, el reconocimiento le llegó recién en 1999, cuando la Boxing Writers Association of America (Asociación de Periodistas de Boxeo de los Estados Unidos) lo eligió como el mejor entrenador del país, superando ampliamente en la votación a prestigiosos nombres como Emanuel Steward o Floyd Mayweather padre. Era la primera vez que ganaba un técnico extranjero, lo cual resalta aún más el mérito del argentino.

Hace un par de semanas, Tito Lectoure y el Luna Park fueron el motivo de su vuelta a la Argentina. En el 70° aniversario del legendario estadio, Díaz trajo consigo toda su experiencia para asesorar a Esteban Livera, sobrino y heredero de Lectoure.

Con la misma cordialidad con las que nos recibe cada vez que nos toca viajar a los Estados Unidos, Díaz habló de boxeo -como no podía ser de otra manera- con ESPNdeportes.com.

- Miguel, ¿cómo encontraste la Argentina boxística?
- Y...hace falta mucho trabajo para volver al nivel que alguna vez tuvimos. Creo que todos los entrenadores deben unirse y ser más humildes. Hay que dejar de lado las ambiciones personales y trabajar para el bien del boxeo argentino. Hay que terminar con esa historia de creernos que somos vivos, que somos los mejores. Por ahora, nuestro país quedó bastante de lado en el plano internacional. Fueron muchos años de no contar con figuras y ahora estamos pagando el precio. Pero si trabajamos en serio la cosa se puede dar vuelta. Además, las imágenes que llegan todos los días por TV no ayudan demasiado, son muy negativas.

- ¿Y en cuánto al aspecto técnico?
- Y...los boxeadores argentinos tienen que entender que para ganar afuera hay que estar entrenado al 100%. Ya no hay lugar para quienes no sean totalmente profesionales. Y los técnicos han descuidado el ataque. Tendrían que darse cuenta de que hay que salir a atacar para poder ganas peleas, sean rivales muy importantes o de segunda línea. Ya no alcanza con defenderse bien, porque eso no impresiona a los jurados.

- ¿Cuánto puede ayudar la reapertura de un estadio con tanta fama mundial como el Luna Park?
- Mucho. La vuelta del boxeo al Luna fue todo un éxito y esto puede repercutir, puede servir de impulso para hacer grandes cosas en el futuro cercano. Si se trabaja con cierta continuidad esto puede ponernos nuevamente en el mapa del boxeo mundial y todos se beneficiarán. La vuelta del Luna generó mucha expectativa entre la gente del boxeo en los Estados Unidos.

- ¿Es posible que, a pesar de la gran crisis económica, vuelvan a la Argentina los grandes boxeadores, como ocurrió en alguna época?
- Hay que ir despacio. Creo que se ha dado un primer paso muy importante, que fue lograr que la gente recupere el interés en el boxeo. Sin público no hay boxeo. Y en este sentido creo que quedó demostrado que los argentinos siguen siendo grandes fanáticos del boxeo cuando la oferta es atrayente. Livera trabajó muy duro y la intención es seguir haciendo boxeo, así que trataremos de darle una mano en lo que podamos. Por ahora, no se puede pensar en ganar mucho dinero, pero si la cosa sigue adelante pueden empezar a aparecer por aquí figuras de cierto nombre.

- ¿Arum se ha mostrado interesado en este sentido?
- Indudablemente. Por algo, él es uno de los hombres más poderosos del mundo del boxeo. Es un hombre con mucha percepción y sabe que aquí puede abrirse un gran mercado. Además, Arum siempre dice que Lectoure fue uno de sus grandes amigos en este ambiente, así que esto también pesará a la hora de hacer negocios. Si hay disponible un boxeador argentino de jerarquía, nosotros podemos traer uno de afuera del mismo nivel.

- ¿Qué significó el hecho de haber sido elegido el mejor técnico de 1999?
- Y...fue una felicidad enorme. Por fin me reconocieron el trabajo que había hecho durante 25 años. Y eso que no soy negro, puertorriqueño o mexicano. Soy argentino, je, je. Aunque siempre dije que un hombre sólo no puede hacer todo el trabajo en la esquina. Por eso, siempre estaré agradecido a mis colaboradores.


SEBASTIÁN CONTURSI es redactor especial de ESPNdeportes.com.

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