¿Qué ha pasado con Salvador Cabañas?
Fue una estrella del Club América, anotando más de 100 goles en la Liga MX. Estuvo vinculado con el Manchester United y estaba a punto de conducir a Paraguay en el Mundial Sudáfrica 2010. Entonces le dispararon en la cabeza.
Esta nota es presentada por ESPN FC. Salvador Cabañas está tranquilo. Sentado, jugando cartas en el patio de la casa de sus padres, vestido con los colores azul y blanco del Aquidaban. Jugadores del equipo de segunda división de la liga local de Itagua, Paraguay, en el cual Cabañas colabora en su entrenamiento, participan alrededor de una larga mesa, estratégicamente ubicada en el rincón trasero del jardín bajo la sombra de árboles de mango, guayaba y toronja. Pintan el rostro de la sobrina de Cabañas y autoproclamada hincha número uno del Aquidaban. El olor a carne asada llena el aire. Vuelan los chistes dichos en guaraní, dialecto local y hay algunas pequeñas apuestas en pie. Poco después, el Aquidaban jugará un vital partido en busca de su ascenso, intentando llegar a la primera división en Itaugua. Esta escena y el hecho de que un ex delantero estrella internacional de la talla de Cabañas está ayudando a entrenar a un equipo de su barrio no es para nada anormal; con la excepción del hecho de que Cabañas realmente no debería estar aquí. El domingo 24 de enero de 2010, Cabañas, quien tenía 29 en aquél entonces, su esposa María Lorgia y su cuñado Amancio Rojas, quien se encontraba en Ciudad de México visitándoles, decidieron salir y disfrutar de la vida nocturna. Eligieron el Bar Bar, un exclusivo club nocturno que había conseguido atraer a Madonna, Diego Armando Maradona y Bon Jovi, entre otras figuras de renombre mundial. El whisky fue la bebida elegida y la noche se desarrollaba como se esperaba hasta que Cabañas subió para usar el baño. Allí, en las primeras horas del 25 de enero, se desató una discusión entre Cabañas y el narcotraficante José Jorge Balderas. A medida que se caldearon los ánimos, Balderas sacó una pistola negra y, según lo contado por un testigo, cayó en la provocación de Cabañas y haló el gatillo. El único disparo dejó a Cabañas tendido y la bala calibre 38 de color cobre permanece incrustada en el hemisferio izquierdo del cerebro de Cabañas, sobre su nuca. En aquél entonces, Cabañas era héroe nacional en Paraguay, además del atacante estrella del Club América de la primera división en México. Había pasado de su origen de familia humilde en Paraguay a conseguir fama, fortuna y éxito en uno de los clubes más importantes del continente. "Ahí empecé futbolísticamente a jugar fútbol, en el 12 de octubre, después ...en el '99 me fui a Guaraní, después regresé al 12 y después fui transferido a Chile en el Audax Italiano y de ahí ya pasé a México que fue a Jaguares de Chiapas y después en el América de México", expresó Cabañas, quien ostentaba promedio cercano a un gol por partido durante su carrera de clubes. El balazo terminó con todo ello, poniendo la vida de Cabañas de cabeza y, en definitiva, lo llevó de regreso al refugio del hogar de sus padres. En Paraguay, su caída ha sido toda una saga sin fin con múltiples giros, con interrogantes con respecto a lo ocurrido con sus finanzas y una serie de acusaciones que pesan sobre aquellos que rodean a Cabañas. El dinero llovía al ritmo de $2.5 millones al año con el América al momento de producirse el incidente y el próximo paso era aparentemente inminente: se había firmado un precontrato con el Manchester United para el verano siguiente, al menos, según lo cuenta su cuñado Amancio Rojas. Semanas después, en abril de 2010, el United anunció la contratación de Javier Hernández, proveniente del eterno rival del América, las Chivas de Guadalajara. Cabañas estaba a punto de convertirse en la pieza central del rompecabezas para el técnico de la selección de Paraguay Gerardo "Tata" Martino en el Mundial, y si bien la albirroja consiguió la histórica hazaña de pasar a cuartos de final en Sudáfrica, permanece la sensación de imaginarse qué hubiera ocurrido con la presencia de Cabañas. "El Tata decía lo mismo que era como que 'armar todo el equipo y poner Salvador allí, era la pieza que falta.'", afirma Justo Villar, capitán del equipo en 2010 y actual director deportivo de la selección nacional. "Nunca vas a saber que pudo haber pasado con él o sin él en el Mundial, porque estábamos fuertes pero si sabíamos que él fue un factor importante que perdimos". "Estaba a punto de irme a Europa cuando de repente pasó lo que pasó del accidente", explicó Cabañas. "Y por eso terminó todo lo que era de viajar a Europa en ese tiempo, pero lo más interesante es que estamos bien de salud". Después de terminar la partida de cartas y aún digiriendo la carne del asado, Cabañas le da al equipo una breve charla y les recomienda a los jugadores del Aquidaban no caer bajo la presión que representa la vital serie de ascenso. Diez minutos después, los jugadores se dirigieron por las calles de Itaugua a jugar una serie en la cual terminaron perdiendo. Para Dionisio, padre de Cabañas, la calidad relativamente baja del juego y los lamentos a la hora de pensar dónde podría estar su hijo de no haber sido impactado por ese balazo no importan en este momento: el hecho de tener a Salvador con vida, viviendo con él y con deseos de participar en el fútbol le dan satisfacción. "Ya [está] mejor, él está bien ahora", dijo Dionisio Cabañas. "Esa es la meta de Salvador, quiere trabajar, como ayudante o entrenador". Las cicatrices de aproximadamente dos pulgadas de diámetro a cada lado de Cabañas caen de forma vertical hasta terminar sobre sus sienes, ofreciendo un recordatorio permanente y visible de todo lo que ha debido soportar; los aretes brillantes y tres anillos en sus dedos sirven como recuerdo de sus días como celebridad continental. Cabañas era un jugador con actitud y arrojo, dentro y fuera de la cancha. Los hinchas de sus equipos lo amaban, los del rival no tanto. Sumó 61 goles en 103 apariciones en liga con el Club América y llevó a la selección de Paraguay a un sorpresivo tercer puesto en las eliminatorias mundialistas de Suramérica, conocidas por su dificultad; convirtiendo seis goles mientras Paraguay clasificaba a su cuarto Mundial consecutivo. Cabañas sigue caminando con su pecho hinchado y cabeza en alto. Las prominentes pantorrillas de futbolista siguen presentes. Sin embargo, la interacción con el exdelantero no es fluida. Si bien Cabañas puede pronunciar frases completas, repite sus oraciones y se muestra sumiso en ambientes sociales, siendo incapaz de dar respuestas concretas cuando se le pregunta, por ejemplo, cuáles son sus planes exactos para la tarde. Toda la comunicación para acordar horas y lugares de reunión fue hecha a través de Rojas, su cuñado. Sin embargo, Cabañas ha llegado muy lejos desde aquella noche de 2010. Cabañas fue llevado, consciente, desde el piso donde se ubicaban los baños del Bar Bar al Hospital Ángeles Pedregal, un tramo de 15 minutos. Cabañas repetía: "vamos a salir de esta" en su trayecto en ambulancia hasta el hospital, según recuerda María Lorgia, quien fuera su cónyuge en aquel entonces. A su llegada, Cabañas fue puesto en coma inducido. Extraer la bala del cerebro de Cabañas fue descartado el día posterior al incidente por el neurocirujano Ernesto Martínez Duhart. Todo Paraguay comenzó a orar. Los hinchas del Club América hicieron vigilia a las afueras del hospital. Los médicos practicaron un procedimiento quirúrgico de emergencia que duró siete horas. Los padres de Cabañas volaron hasta Ciudad de México para estar a su lado. El mundo esperaba noticias de él. "Primero no lo podía creer", dice Villar, quien jugaba en ese entonces en España. "Después el shock de entender un poco si era una broma o si era cierto y cuando supimos que era cierto, si estaba vivo si de una manera consciente". Cabañas respondió bien al tratamiento. Abandonó el hospital 37 días después de sufrir el balazo y fue transportado a una clínica de rehabilitación en Ciudad de México, antes de viajar a Buenos Aires el 21 de marzo para proseguir la terapia cognitiva. Puso pie en suelo paraguayo el 22 de mayo y prometió volver a las canchas. "Obviamente, existen consecuencias una vez sufrida una lesión en el cerebro, especialmente una lesión penetrativa como lo es un impacto de bala", explica el Doctor Ramón Díaz-Arrastia, profesor presidencial y director de investigaciones clínicas traumatológicas de lesiones cerebrales de la Escuela Perelman de Medicina de la Universidad de Pennsylvania. También se pueden producir problemas tales como cambios súbitos de ánimo, dificultad con la toma de decisiones y organización general, aunque Díaz-Arrastia insiste que esto depende de cómo se desarrolla cada caso de forma individual. "Algunas personas se refieren a dichas lesiones como ocultas porque, si miras al individuo, de forma superficial; digamos, te encuentras con el paciente en una fiesta, se verán perfectamente normales. Sin embargo, confrontan problemas en los ámbitos de funciones de ejecución, en los ámbitos del ánimo e inconvenientes con las emociones", indica Díaz-Arrastia, quien agrega que entre los problemas potenciales que pueden enfrentar las personas que viven con balas en sus cerebros están la epilepsia post-traumática y demencia. En el entorno inmediato que rodea al hogar rural al cual Cabañas regresó en Itaugua (aproximadamente a una hora en auto de Asunción, la capital del Paraguay), hay pocos elementos que puedan vincular a Cabañas con el jugador que fuera designado como Futbolista Suramericano del Año 2007.Dentro de la casa en la cual creció Cabañas y que sirve actualmente como su residencia, la historia es distinta. Es normal en cualquier hogar familiar que los orgullosos padres coloquen a la vista de todos las copas y trofeos ganados por sus hijos. En la residencia de los Cabañas, el trofeo ganado por el delantero como goleador de la Copa Libertadores 2007 está en la parte superior de la mesa de televisión. Entre los futbolistas que han conseguido ese galardón encontramos a Pelé, Zico y Neymar. Otro de los trofeos obtenidos por Cabañas está al otro lado del gabinete, en parte cubierto por un muñeco de los Minions. Sobre las paredes de la sala de estar en la rústica casa se encuentran pinturas y fotos de los días de Cabañas como jugador, junto a una chaqueta militar al estilo del Siglo XIX. Es la misma vestida por Cabañas para filmar un comercial previo al Mundial de 2010, en el cual fue caracterizado como "El Mariscal" Francisco Solano López, presidente considerado general heroico en Paraguay por su rol desempeñado en la Guerra contra la Triple Alianza (1864-1870), en la cual fuerzas militares paraguayas lucharon contra sus vecinos Brasil, Argentina y Uruguay. El hecho de que Cabañas fuera elegido para vestir esa chaqueta sirve de recordatorio permanente a toda su familia y visitantes del estatus que disfrutó Cabañas como futbolista más prominente de su país antes de recibir ese impacto de bala. "Grandeza es no dejarse vencer por nada" reza un afiche enmarcado, obsequiado por el Club América a Cabañas, colgado al lado de la chaqueta. "Salvador Cabañas: Con un balazo en la cabeza, en bancarrota y trabajando en una panadería", rezabaun titular de un articulo de la BBC de 2014. Incluso con el noveno aniversario del incidente ocurrido a principios de año, varios medios de comunicación sacaron a relucir la historia de la panadería. Cabañas y su familia niegan que estuviera laborando allí para ganarse la vida. Por el contrario, afirman que Cabañas ayudaba de manera informal a su padre a entregar domicilios de pan y otros productos en Itaugua hasta hace un par de años. La panadería de grandes dimensiones ubicada al lado de la casa familiar (construida gracias a los ingresos financieros de Cabañas) ya no sigue funcionando, a pesar de que el olor inconfundible a masa y harina sigue invadiendo el aire dentro de ella. La accesibilidad con la que cuentan las grandes cadenas de supermercados en años recientes ha hecho que los domicilios tradicionales caigan en desuso, según cuenta el padre de Cabañas. Ciertamente, hay pocos indicios de lujo mientras subimos por el camino de tierra en vía a la casa, la cual no es más grande u ostentosa que las otras viviendas que la rodean. Cabañas, su hermano (quien labora en la construcción), hermana, su excuñado Rojas, su hija y padres todos viven en la residencia. Se han producido amplias acusaciones y especulaciones con respecto a lo ocurrido con la fortuna ganada por Cabañas en el fútbol durante los años posteriores al incidente. Desde su separación de su exesposa María Lorgia producida poco después del balazo, apartarse de su exagente José María González, la dificultad de conseguir pagos por parte del Club América, problemas con la Hacienda mexicana y una oleada de otras acusaciones, el trágico incidente definitivamente ha abierto muchas heridas aparte del impacto de bala. Lorgia, la exesposa de Cabañas, ha acusado a los familiares inmediatos de manipular al ex jugador; un periodista ha sugerido que la familia de Cabañas niega administrarle medicamentos que le ayuden en su toma de decisiones con el fin de manipularlo y además afirman tener evidencias de que la familia ha caracterizado la supervivencia de Salvador del incidente como intervención divina, invitando a otras personas a donar dinero para orar en un altar dentro de su residencia. La familia ha rechazado todas las acusaciones, afirmando que son falsas.
Igualmente, Lorgia ha acusado a Cabañas de mantener amoríos extramaritales cuando estaban juntos y por su parte, Cabañas le ha acusado de robarle, aunque fueron fotografiados juntos en septiembre pasado durante la fiesta de cumpleaños de la hija de ambos. Lorgia generó titulares cuando comenzó a trabajar en el comercio cambiario en las calles de Asunción en 2016, expresando que necesitaba hacerlo con el fin de ganarse la vida.
"[La familia] quedamos mal", indica Dionisio, padre de Cabañas, quien se muestra amable y abierto, aunque lamenta lo que considera falta de solidaridad y apoyo por parte de los excompañeros de Cabañas. "Era nuestro sostén, económicamente también bajamos. Pero sucedió y ¿qué vamos a hacer?" Cabañas juega de forma poco frecuente algunos partidos amistosos por dinero, pero no ha viajado fuera del país por algún tiempo. Su historia ha decaído en el orden de prioridad informativa de la prensa paraguaya, con una nueva generación de jugadores en ascenso y que aspira emular los éxitos del grupo de 2010. En Itaugua, el estadio 12 de octubre sirve como recordatorio de los humildes orígenes de Cabañas como jugador. Sin embargo, es notable ver que ni siquiera una tribuna lleva el nombre del mayor jugador de la institución y héroe local; que el Estadio Luis Alberto Salinas Tanasio, con capacidad para 10.000 asistentes, no ha sido rebautizado en su honor y que no ayuda a entrenar a los jovencitos de la localidad. Por el contrario, quienes trabajan allí han recibido instrucciones de no hablar sobre Cabañas con los periodistas, con rumores de una amarga separación tras su complicado intento de regreso después del incidente. Rojas, su cuñado, podrá describirse como "un amigo que le ayuda, más que un agente". Sin embargo, es claro que el esposo de Mabel, hermana de Cabañas, se encuentra en control de la situación familiar y sirve como filtro para todo lo que tenga que ver con Cabañas. Cuenta con la total confianza de Dionisio y Basilia, padres de Cabañas. Rojas acompaña a Cabañas prácticamente a todas partes y éste busca su permiso para conceder entrevistas. Establecer contacto directo con Cabañas es casi imposible sin ir directamente a su casa porque él ni siquiera cuenta con línea celular. "Está todo bien, normal", expresó Rojas con respecto a la situación con Lorgia. "Todo arreglado". Rojas se mantiene firme en indicar que Cabañas cuenta con estabilidad financiera, indicando que es propietario de un complejo deportivo ubicado en las cercanías de Asunción y que hay un acceso a cantidades de dinero más amplias de lo que parece a la hora de visitar la residencia. "Él ganó mucho dinero y lo tiene bien guardado", dijo Rojas, sin querer ahondar en detalles. Cabañas tiene los nombres de sus hijos, Santiago y Mia Ivonne, tatuados en sus antebrazos. Rojas indica que Cabañas los ve con regularidad. Agrega que Santiago, de 17 años, es un talentoso centrocampista. Rojas muestra entusiasmo a la hora de sugerir que su cuñado podría tener gran futuro como director técnico. "Diez años son muchos", expresó Rojas cuando se le pregunta qué idea tiene con respecto al futuro de Cabañas. "Yo lo veo en dos años, un año dirigiendo allí por la Ciudad de México o en un equipo de México". Habla de conseguir su certificado de técnico, de un posible regreso a México o incluso, asumir las riendas de la selección de Paraguay. "Sueño muchas cosas y ojalá en algún momento llegue ser un gran profesional, un gran técnico y, por qué no, llegar a la selección", dijo Cabañas. "Es lo que más quiero".
El ex delantero del Audax Italiano y Chiapas tiene una idea de cómo desea que jueguen sus equipos. "A mí me gusta siempre el fútbol ofensivo y tener mucho el balón que es lo más interesante", dijo. "Yo creo que mis jugadores deben tener mucho el balón, mi equipo, eso es lo que pretendo yo, cuando sea técnico y ojalá sea dentro de poco". Aparte de su labor informal con el Aquidaban, Cabañas trabajaba con el Deportivo Capiata, club de primera división cuya sede se encuentra a 20 minutos de su residencia en Itaugua. Sentado en el banquillo del Estadio Licenciado Erico Galeano Segovia, Cabañas se reía junto con el delantero paraguayo del club de Primera División Dionisio Pérez. "Feliz [de] estar trabajando acá y acá con los jugadores estos famosos", expresó Cabañas, entre risas, después de la primera pregunta hecha con respecto a su rol con el club. "Algún día quiero que me hagan famoso estos". Este es Cabañas, en su elemento natural. Involucrado en charlas de vestuario, hablando guaraní con una que otra palabra de castellano, sintiéndose tan cerca del deporte que le llevó a las alturas y disfrutando del respeto de los jugadores. Sin embargo, tres días después nos dijo en su casa que ver fútbol le hace ansioso por volver a la cancha y por eso lo evita. Aún con su Club América preparándose para enfrentar a sus eternos rivales Chivas en el Superclásico este sábado por la noche, es poco probable que Cabañas sintonice el partido. "Veo muy poco lo que es el fútbol mexicano, casi nada". Cabañas comenzó a trabajar en el sistema de canteras del Deportivo Capiata en enero de 2017 y ascendió hasta convertirse en uno de los asistentes del técnico Pablo Caballero en octubre de 2018, hasta que el club cesanteó a Caballero en diciembre pasado. Sin embargo, Caballero ha sido figura clave a la hora de intentar impulsar el regreso de Cabañas a nivel profesional. "Yo lo conocí en México, ahí donde jugaba", dijo Caballero, ex jugador de Pumas y el Puebla. "Nos cruzábamos en los aeropuertos, pero una vez comimos un asado juntos y todo eso, pero después vine yo jugar a Cerro [Porteño] acá y él se quedó hasta que le pasó lo que le pasó. Ahora al comienzo no me reconoció a mí, después me empezó a reconocer y ahora se acordaba de todo". Caballero insiste hasta el cansancio que Cabañas cuenta con la habilidad para convertirse en técnico; pero agregó que le ha sido difícil conseguir empleo. El dinero que Cabañas percibió por su trabajo con el Capiata fue pagado por Caballero y no directamente por el club, según cuenta el propio Caballero. "Pedí permiso para incorporarlo porque aquí la gente no lo quiere, increíble somos los paraguayos", dijo Caballero, quien describió a Cabañas como su "ídolo" en sus días de jugador. A pesar de ello, durante el primer partido del Deportivo Capiata en primera división contra Cerro Porteño, Cabañas era espectador en las tribunas, en vez de encontrarse en el banquillo dando instrucciones tácticas y asesorando a Caballero. Y durante los entrenamientos, Cabañas solía separarse del resto del cuerpo técnico. También se hizo evidente, tras hablar con personas ligadas al club, que Cabañas no asistía a los entrenamientos a diario. "Nos toca ahora intentar ayudarlo, disfrutarlo también, por ahí de las anécdotas, de las cosas que él cuenta, lo que él representa para los jugadores acá en el país", afirma Santiago "Sasa" Salcedo, ex delantero del Capiata de 37 años y quien es el mayor goleador de la principal liga de Paraguay, además de compañero de Cabañas en la selección de su país. A principios de diciembre, antes del asado del Aquidaban, el equipo y plantel técnico hicieron su ritual previo a los partidos, pidiendo la bendición en la Basílica de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupe en una peregrinación hecha por cientos de miles de paraguayos cada mes de diciembre. Los asistentes se agolpaban a pesar del intenso calor del sol de final de mañana y a pesar de que Cabañas así lo quería, había pocas probabilidades de que éste mantuviera un bajo perfil. Los susurros podían escucharse entre la muchedumbre: "Cabañas está aquí... ¿Es ese Cabañas?" El exjugador accedió a tomarse docenas de selfis mientras salía de la basílica para aplicarse el agua bendita de Tupasy Ykuá. Cabañas, quien solía besar su tatuaje de Jesucristo en su brazo derecho cada vez que convertía un gol, se mostraba inquieto con tanta atención; sin embargo, reaccionó cuando dos modelos femeninas pasaron frente a él y éste hizo un comentario en guaraní dirigido a ambas. Para Villar, su excompañero en la selección de Paraguay, las complejidades, conflictos, publicidad negativa y dificultades financieras experimentadas por Cabañas no deberían ser el tema central por relucir a la hora de hablar de su vida después del incidente. El director deportivo de la selección nacional ve a Cabañas como ejemplo de una persona que se ha impuesto a la adversidad, casi en paralelo al carácter nacional forjado por la difícil historia del Paraguay. El exarquero se contenta al escuchar que Cabañas desea volver a trabajar dentro del mundo del fútbol y afirma que éste puede utilizar su experiencia para así ayudar a los jóvenes jugadores paraguayos. "Yo creo de como ejemplo de superación, ejemplo de lucha y de sacrificio, es mucho lo que se puede aprender de él y los muchachos [de la selección nacional] que pueden verlo valoran eso", expresó Villar. "De haber salido de un pueblo humilde, de una familia humilde, de ir creciendo, ir logrando cosas". "La lucha continua que tiene con superar sus problemas", continuó Villar. "Para mí es un ejemplo así de mostrar que se puede lograr cosas aún estando con mucha adversidad". "Siempre es difícil", señaló Cabañas. "[Lo] va a estar en todo momento, donde vayas tú va ser difícil la cosa pero uno tiene que demostrar de lo que vale".
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