Basquetbolistas, por la justicia social
El combate actual de la NBA y la WNBA ante el racismo comenzó mucho antes que se realizaran las protestas de este año.
CUANDO LA TEMPORADA NBA 2019-20 reinició bajo la burbuja de la Florida, ocurrió dentro de un mundo radicalmente distinto al que teníamos cuando interrumpió su actividad el pasado 11 de marzo. Los asesinatos de George Floyd, Breonna Taylor y Ahmaud Arbery provocaron protestas y demostraciones de repudio en todo Estados Unidos, poniendo nuevamente sobre el tapete los problemas causados por la desigualdad e injusticia racial.
La NBA y la Asociación Nacional de Jugadores de Básquetbol (NBPA, por sus siglas en inglés), sindicato que congrega a los deportistas de la liga, han impuesto para el reinicio de la temporada el objetivo de combatir contra el racismo sistémico y promover la justicia social, incluyendo pintar sobre la cancha la frase “Black Lives Matter” y plasmar distintos mensajes relativos a la justicia social sobre las camisetas de los jugadores. Luego que Jacob Blake, un hombre afroamericano de 29 años, recibió varios disparos de la policía de Kenosha, Wisconsin, el 23 de agosto, los jugadores de la NBA tomaron pasos aún más decisivos. Los Milwaukee Bucks decidieron boicotear el quinto partido de su serie de playoffs ante el Orlando Magic, programado para el 26 de agosto. Poco después, la NBA pospuso los tres juegos que estaban pautados para ese miércoles.
Si bien la lucha es más visible hoy en día, la presente generación de jugadores de NBA y WNBA ha dado un paso al frente y alzado su voz durante varios años, al verse directa e indirectamente afectados por estos temas.
No todas las luchas se han desarrollado en público. No todas las acciones han generado movimientos. Pero todas han causado impacto. A continuación, reseñamos algunos de los momentos, grandes y pequeños, que durante la última década nos han llevado a dónde nos encontramos hoy, con los jugadores profesionales de básquetbol luchando en pro de un mejor futuro.
Jugadores del Heat posan con suéteres de capota en memoria de Trayvon Martin
Siendo adolescente, LeBron James se enorgullecía de ser un estudiante del deporte. Pero a medida que maduraba, se convirtió en estudiante de los atletas. Allí radica la sutil distinción entre estudiar el título de la NBA alcanzado en 1971 por Oscar Robertson y Kareem Abdul-Jabbar y comprender las razones por las cuales peleaban los atletas, más allá de las canchas de baloncesto.
Dicha evolución se hizo evidente en la primavera de 2012 cuando James, Dwyane Wade y sus compañeros del Miami Heat posaron vistiendo suéteres de capota para una fotografía etiquetada #WeAreTrayvonMartin (“Somos Trayvon Martin”) en memoria del adolescente de Florida que había sido asesinado un mes antes, a manos de George Zimmerman. Para el 23 de marzo, Zimmerman aún no había sido aprehendido. El momento de activismo en grupo por parte del Heat, motivado por Gabrielle Union, entonces novia y actual cónyuge de Wade, fue el inicio de la misión emprendida por James a favor de una mayor concientización y acción en pos de la igualdad.
“Ciertos atletas no hablaban sobre ciertas cosas y eso está bien. Cada uno en lo suyo”, afirmó James en 2017. “Si esta fotografía y este momento sirvieron para volver a encender la llama dentro de los atletas para que hablen de estas cosas, pues creo que hicimos nuestro trabajo”.
Ya James había incursionado en actividades vinculadas con la política y la acción social, pero fue una participación mesurada. Sin embargo, desde la campaña en pos de justicia por el asesinato de Martin, James continuó expandiendo su participación en causas sociales y políticas, siendo la más reciente la creación de la iniciativa More Than a Vote (“Más que un voto”) en junio de 2020, con la intención de proteger el derecho al voto de la comunidad Negra y Afroamericana. El compromiso de James no solo ha replanteado su carrera, sino que también ha marcado la diferencia en una incontable cantidad de vidas.
“Tengo una oportunidad de ser la inspiración que sirve de modelo para todos estos niños. Y cuando yo me sentaba y no decía ni mie----, cuando muchos de mis colegas tampoco decían ni mie----, no se sentía bien”, afirmó James durante el Fin de Semana del Juego de Estrellas de 2018. “Represento demasiadas cosas para la sociedad. Represento demasiado para la juventud. Represento demasiadas cosas para tantos niños que sienten que no tienen salida y necesitan que alguien les conduzca a salir de la situación en la que se encuentran”. — BRIAN WINDHORST
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Jugadores NBA visten camisetas con la frase “No Puedo Respirar”
Cuando Derrick Rose pisó la cancha para jugar el partido de los Chicago Bulls contra los Golden State Warriors el 6 de diciembre de 2014, sustituyó su tradicional camiseta de entrenamientos por una franela negra con tres palabras escritas en fuertes letras blancas:
“No puedo respirar”.
Esas fueron las últimas palabras de Eric Garner, quien fue estrangulado hasta morir por parte de un oficial de la Policía de Nueva York en julio de 2014. Una semana antes de la afirmación de Rose sobre la cancha, un gran jurado declinó presentar cargos contra el oficial.
“Cuando me la puse y salí a la cancha, sabía que algo iba a suceder, porque todos mis compañeros, estaban simplemente estremecidos”, escribió Rose en su autobiografía, publicada en 2019. “No se trataba de mí, pero podía darme cuenta de que pensaban algo diferente. ¿Se molestaría la gente? Debido a que yo no era alguien que hablara mucho, no siempre daba a conocer mi posición, pienso que eso lo hizo sonar más fuerte. Pero eso es lo que quería decir. Cosas así. Algo simple. Algo que me importara. Y se trataba de ayudar a los demás. Así es cómo quería expresarlo”.
En aquel momento Rose, conocido por su discreción, desató un movimiento. En los días posteriores, LeBron James, Kyrie Irving y el fallecido Kobe Bryant fueron algunos de los jugadores que vistieron camisetas con la leyenda “No Puedo Respirar”.
Seis años después, esas mismas palabras volvieron a resonar después del asesinato de George Floyd, quien también dijo “No puedo respirar” mientras un oficial de la policía de Minneapolis se arrodilló sobre su cuello durante aproximadamente ocho minutos.
“Provengo de la misma clase de barrio donde mataron a ese hombre”, escribió Rose sobre el asesinato de Garner en 2019. “Se parece a las fachadas de todas las tiendas de mi vecindario. Fácilmente, pude haberlo visto, haber estado ahí. ¿Y qué podía haber hecho con la policía? Decir: ‘Oye, oye, ¡lo estás estrangulando! Estás a punto de matarlo’”. — ERIC WOODYARD
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Carmelo Anthony lidera una marcha de protesa en Baltimore
“Necesitamos proteger nuestra ciudad, no destruirla”, escribió Carmelo Anthony en una apasionada publicación en Instagram el 27 de abril de 2015, mientras su terruño de Baltimore era estremecido por motines luego del funeral de Freddie Gray, un hombre Negro que falleció producto de lesiones en su médula espinal y otras áreas de su cuerpo, mientras se encontraba bajo custodia policial.
El mensaje de Anthony era poderoso, pero él quería hacer más. Tres días después, lideró una marcha desde el Este de Baltimore hasta el Oeste de dicha ciudad, zona donde había crecido en una pequeña casa frente a un complejo habitacional público, conocido como “Murder Homes”. (“Hogares del crimen”)
“Quería sentirlo”, afirmó Anthony a ESPN en 2016. “Quería sentir ese dolor. Quería sentir esa tensión”.
Dos meses después, Anthony volvió a prometer que haría más, retando a sus colegas deportistas a aprovechar sus tribunas y poder para ayudar a “conducir nuestra ira en la dirección apropiada”.
Esta era una faceta de Anthony que el público no había visto antes. A pesar de ello, el activismo social siempre había estado presente en su familia. Su padre Carmelo Iriarte fue miembro de los Young Lords, un grupo en pro de la justicia social conocido en la Ciudad de Nueva York durante las décadas de 1960 y 1970 por distribuir equipos de hospital a los más necesitados, dotar de desayunos a los niños y por limpiar (y en algunos casos, incinerar) basura en algunos barrios.
Anthony afirma que el incidente ocurrido a Freddy Gray fue su llamado a la acción: “Para mí, fue la gota que derramó el vaso. Parecía que algo había explotado”.
En 2016, Anthony sostuvo una asamblea pública con miembros de las fuerzas del orden público en Los Ángeles, con la intención de conseguir maneras de forjar nexos entre la policía y la comunidad.
Poco después, Anthony atendió una llamada de Colin Kaepernick, quien pidió su consejo con respecto a qué hacer después, luego de que comenzara a sentarse durante el himno nacional como acto de protesta en contra de la brutalidad policial y el racismo sistémico.
“Ahora viene lo difícil”, le dijo Anthony a Kaepernick. “Porque tienes que mantenerlo vivo”. — RAMONA SHELBURNE
LeBron ataca las raíces de la violencia armada
Like seriously man!!!! A baby shot in the chest in Cleveland. It's been out of control but it's really OOC. Ya'll need to chill the F out.
— LeBron James (@KingJames) October 1, 2015
C'mon man let's do and be better! Don't fall into the trap. This can't be only way. Accept more from yourselves. #TheLand #TheNation
— LeBron James (@KingJames) October 1, 2015
Las jugadoras del Minnesota Lynx visten camisetas con la leyenda “Black Lives Matter”
La entrenadora del Minnesota Lynx Cheryl Reeve tenía algo que decir. Corría el 7 de juio de 2016. En la noche anterior Philando Castle, un supervisor de la cafetería de la Escuela J.J. Hill Montessori, había sido asesinado a tiros por un oficial de policía en Falcon Heights, Minnesota, suburbio de Minneapolis. En la víspera del deceso de Castle, Alton Sterling fue también asesinado por oficiales de policía en Baton Rouge, Luisiana, en el mismo barrio donde se crio la alera del Lynx Seimone Augustus.
Mientras el Lynx se aprestaba a iniciar su práctica antes de un partido contra el Connecticut Sun, Reeve apartó a sus cuatro capitanas: Augustus, Lindsay Whalen, Rebekkah Brunson y Maya Moore. Hizo una simple pregunta. “Usemos nuestras voces”, afirmó Reeve. “¿Qué queremos hacer”?
Dos días después, el Lynx alzó su voz. Antes de un cotejo contra las Dallas Wings, toda la plantilla vistió camisetas negras con la leyenda “El cambio comienza con nosotros — Justicia y rendición de cuentas”. En la espalda, se leían los nombres de Philando Castle y Alton Sterling, junto con el escudo de la Policía de Dallas, en homenaje a las víctimas del ataque contra el departamento de policía de esa ciudad el 7 de julio de 2016. Bajo los nombres y el escudo, se encontraba la leyenda “Black Lives Matter” en fuertes letras blancas. Como respuesta, cuatro oficiales de policía que cumplían labores de seguridad en el partido abandonaron el estadio.
Esa demostración sobre la cancha se convirtió en un trampolín para la presencia del activismo a favor de la justicia racial en la WNBA. Cuatro años después, varias jugadoras decidieron no participar en la temporada 2020 para concentrarse en labores de activismo y justicia racial. Entre ellas, se encuentran Natasha Cloud de las Washington Mystics, Renee Montgomery y Tiffany Hayes del Atlanta Dream y Moore, quien se abstendrá de jugar una segunda temporada, luego de luchar por la absolución de Jonathan Irons, quien fuera liberado el pasado 1 de julio, luego de haber pasado 22 años tras las rejas. — KATIE BARNES
Jugadores NBA dan inicio a los ESPYs con discurso contra la violencia
Jugadoras del Indiana Fever se arrodillan durante el Himno Nacional
Tamika Catchings (ex Jugadora Más Valiosa, campeona de la WNBA, cuatro veces medallista de oro olímpico, All-Star en 10 ocasiones y futura miembro del Salón de la Fama) se aprestaba a saltar a la cancha vistiendo el uniforme del Indiana Fever por última vez. Pero esa no sería la gran noticia de esta noche.
Mientras se escuchaban las notas de “The Star Spangled Banner”, el himno nacional de Estados Unidos, cada una de las 12 jugadoras unieron sus brazos y se pusieron de rodillas, siendo la primera ocasión en la cual un equipo profesional hizo este gesto al unísono.
La decisión del equipo (que sorprendió hasta a Stephanie White, entrenadora del club para aquel entonces) se produjo en un momento cuando arrodillarse durante el himno nacional seguía siendo un gesto controversial y divisivo entre muchos estadounidenses. Apenas habían transcurrido pocas semanas desde que la decisión inicial de Colin Kaepernik de sentarse y luego ponerse de rodillas como gesto de protesta pacífica en contra de las injusticias raciales en Estados Unidos, para convertirse rápidamente en un tema candente. Apenas dos meses antes, la WNBA había multado a equipos y jugadoras (incluyendo Indiana) por haber vestido camisetas en apoyo al movimiento Black Lives Matter durante los calentamientos previos al partido. Posteriormente, la liga rescindió las sanciones.
Las jugadoras del Fever buscaban dejar claros los matices que se escondían detrás de las protestas. Por ejemplo, la escolta Marissa Coleman afirmó que tenía familiares que habían servido en las fuerzas armadas y que su padre fue oficial de policía. Pero “el mayor irrespeto a este país y a quienes luchan por él es mantenerse callado sobre estos temas que afectan a los Afroamericanos y a las personas de color”.
Casi cuatro años después, el país ha experimentado un cambio radical con respecto a la percepción de las protestas pacíficas durante el himno nacional: la mayoría de los estadounidenses ahora afirma apoyarlas. Obviamente, Kaepernick soportó las críticas más fuertes antes de que este gesto fuera aceptado con mayor amplitud. Pero la decisión del Fever de arrodillarse como equipo (y de hacerlo en plena tormenta nacional generada por el tema) también es digna de méritos. — CHRIS HERRING
LeBron responde al presidente tras sus críticas a Kaepernick y Warriors
U bum @StephenCurry30 already said he ain't going! So therefore ain't no invite. Going to White House was a great honor until you showed up!
— LeBron James (@KingJames) September 23, 2017
Lakers se unen sus brazos durante el Himno en la pretemporada
Cuando comenzaron a sonar las notas de “The Star Spangled Banner”, jugadores y miembros del cuerpo técnico del equipo Los Angeles Lakers unieron sus brazos. Del otro lado de la cancha, los Minnesota Timberwolves hicieron lo mismo. Ambos equipos se mantuvieron de pie (con los codos cerrados) durante la totalidad del himno nacional.
La muestra de unidad sucedió seis días después que docenas de jugadores de la NFL se pusieron de rodillas durante el himno nacional, en protesta por los comentarios hechos por el presidente Trump, afirmando que los jugadores que efectuaran dicho acto de protesta debían ser despedidos. No obstante, ningún jugador de la NBA se arrodilló.
En la noche previa al partido entre Lakers y Timberwolves, el vicecomisionado Mark Tatum envió un memorando a los distintos equipos, recordándoles la política de la NBA con respecto al himno, presente en los reglamentos desde 1981: “Los jugadores, entrenadores y preparadores físicos deben ponerse de pie y alinearse en una postura digna frente a las líneas de fondo o sobre la línea de falta”.
Quince años después de la adopción de dicha norma, el escolta de los Denver Nuggets Mahmoud Abdul-Rauf decidió no ponerse de pie durante el himno nacional, alegando creencias religiosas y personales. Luego de servir una suspensión por un partido, llegó a un acuerdo con la liga: Abdul-Rauf se pondría de pie, pero colocaría sus manos sobre su rostro en señal de oración durante la interpretación del himno.
No obstante, Abdul-Rauf fue objeto de un canje por parte de los Nuggets, su tiempo de juego disminuyó y perdió su condición de titular. Para 1998, con 29 años, ya no formaba parte de la NBA. Volvió dos años después, para disputar 41 encuentros con la camiseta de Vancouver. Abdul-Rauf expresó que su situación fue consecuencia directa de su posición con respecto al himno.
La NBA reanudará su temporada en arenas vacías en el Walt Disney World Resort de Orlando y el himno nacional volverá a sonar. Por los momentos, la instrucción de ponerse de pie durante su interpretación sigue en vigor. Pero el ambiente a nivel nacional ha variado mucho entre 1996 y 2017.
Cuando se le preguntó el mes pasado si se les permitiría a los jugadores arrodillarse durante el himno nacional, el comisionado Adam Silver expresó que no se sentía “cómodo” con la palabra “permitir,” aunque agregó: “También comprendo el rol de la protesta y creo que lidiaremos con dicha situación cuando ésta se presente”. — MALIKA ANDREWS
La policía de Milwaukee reduce con una pistola eléctrica a Sterling Brown
17 de febreroLeBron responde a sus críticos: Los jugadores no se quedarán callados
“Definitivamente, no nos callaremos para botar el balón. Definitivamente, no lo haré”.
Así respondió LeBron James a la presentadora del canal Fox News Laura Ingraham, quien había dicho que él y otros jugadores de la NBA debían “callarse y botar el balón”.
Hablaré Sobre Mi Paz
El Utah Jazz veta a un aficionado que profirió epítetos racistas contra Westbrook
Protestas a nivel nacional contra el asesinato de George Floyd
Coalición hace un llamado para contratar más figuras de origen afroamericano
Negro | Blanco | |
Jugadores | 74.8% | 18.1% |
Dueños principales | 2.9% | 91.4% |
Vicepresidentes | 14.8% | 76.1% |
Gerentes generales | 21.7% | 73.9% |
Entrenadores | 26.7% | 66.7% |
Las jugadores y sindicato de la WNBA piden la expulsión de Kelly Loeffler
Dear @SenatorLoeffler ....
— Renee Montgomery (@itsreneem_) July 7, 2020
I’m pretty sad to see that my team ownership is not supportive of the movement & all that it stands for. I was already sitting out this season & this is an example of why. I would love to have a conversation with you about the matter if you’re down?
Se reaunda la temporada de la NBA en Florida
Las palabras e imágenes que ilustran el regreso a la actividad en la NBA son curiosamente incómodas: Joel Embiid llegando para abordar su vuelo hasta Orlando vestido con equipo de protección personal y un casco que le hace ver como si formara parte de las labores de rescate en Chernóbil. Patrick Beverley escribiendo en Twitter que, si LeBron James dice que la liga se va a reanudar, los jugadores van a jugar. Adam Silver está listo para reiniciar, pero parece mantenerse alerta por si debe volver a interrumpir todo de forma inmediata.
Cuando la NBA suspendió su actividad en marzo pasado, fue el primer mensaje importante enviado al pueblo estadounidense para señalar que el COVID-19 era un asunto serio y devastador. El resto de los deportes le siguió poco después. Al mostrar decisión, la NBA eligió mantener precaución y seguridad, en vez de mostrar insensibilidad ante las ganancias perdidas. Ha sido la ocasión más reciente en la cual el mundo del deporte le prestó un servicio al país.
Estados Unidos solo ha visto cómo los retos generados por la pandemia se han hecho cada vez más complicados. Al igual que la liga. El clima veraniego no sirvió para desacelerar la propagación del virus, mientras que la simultánea concientización nacional de los temas raciales y de violencia policial, combinado con la petición a los jugadores de poner en riesgo su salud o perder millones de dólares ha hecho que muchos de ellos se pregunten si no tienen suficiente poder de decisión sobre sus futuros.
Todas las miradas están puestas sobre el básquetbol profesional. La NBA es la liga deportiva que disfruta de mejor cooperación por parte de sus jugadores, pero Minneapolis y el COVID-19 pondrán a prueba la fortaleza de ese nexo. La NBA no cuenta con nuevos elementos que afirmen que sea seguro jugar, en comparación con lo vivido en marzo pasado. A pesar de ello, el espectáculo se apresta a seguir. Y se vieron los primeros pasos en falso durante la pandemia. La imagen de distintos jugadores llegando con trajes de seguridad sirven de mensaje tan poderoso como la inscripción de frases a favor de movimientos en pos de la justicia social sobre sus camisetas.
En medio de esta incertidumbre, los jugadores han mostrado sus distintas inquietudes. Por ejemplo, tenemos la cantidad de atletas que podrían renunciar a participar de la reanudación de la Liga. También tenemos a Kyrie Irving, quien sugirió constituir una liga rival propiedad de los jugadores: esa actitud secesionista, mientras sus instituciones re imaginan a Estados Unidos y a sí mismas, no parece tan descabellada. Este momento de definiciones también podría traer las semillas de una revolución. — HOWARD BRYANT
Bucks boicotean partido de playoffs
Fotografía por AP Photo, Getty Images, USA Today Sports.