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Más auténtico, imposible

Bien sea jugando al básquetbol o rapeando, Damian Lillard, también conocido como Dame D.O.L.L.A, es representante de muchas cosas que van más allá de sí mismo.

El número cero que se puede ver en la frente y espalda de la camiseta de los Portland Trail Blazers de Damian Lillard, de hecho, es la letra "O". Primordialmente, ese gesto rinde homenaje a la ciudad de Oakland, donde creció, residiendo en el vecindario de Brookfield Village. También sirve de tributo a Ogden, población en la cual jugó al básquetbol universitario en Weber State y al estado de Oregon, donde vive y trabaja, ayudando a criar a su hijo Damian Jr. Se podría decir que está representando, ondeando su bandera. No obstante, Lillard les dirá que se trata de algo mucho más simple que eso. Está siendo quien es. Está consciente de las cosas que le han convertido en la persona que es. "Hago las cosas siendo yo mismo", les dirá. "Como me siento y las cosas con las cuales fui criado, (así soy) todo el tiempo, independientemente de donde me encuentre o quién esté a mi alrededor. Siempre es lo mismo, la misma energía todo el tiempo".


DURANTE EL PASADO VERANO Lillard, de 29 años, firmó una extensión contractual por cuatro años y $196 millones con los Blazers. Prácticamente al mismo tiempo, Kawhi Leonard y Paul George gestaron de un cambio radical en los Clippers, Kevin Durant y Kyrie Irving emprendieron una nueva etapa de fantasía en Brooklyn y LeBron James pudo persuadir a Anthony Davis para que formase parte del proyecto de recuperación de la gloria para los Lakers.

Sin embargo, Dame Lillard suigió siendo Dame Lillard. Sé quien eres, donde quiera que te encuentres. Mantente aferrado a tus raíces. Haz que esto funcione. Procura que todo tenga el mejor resultado posible. Aporta lo mismo, la misma energía, todo el tiempo. Si se le pregunta con respecto al jugador del cual estaba pendiente este verano, Lillard no mencionará a Leonard o Davis. Hablará sobre Dirk Nowitzki, la leyenda de los Mavericks que llevó a su equipo a un título en 2011 y se retiró, luego de 21 años en Dallas.

"Se mantuvo fiel", dirá. "Respeto lo que hizo Dirk. Fíjate, yo veo eso y pienso: 'Valdrá la pena. Sé que valió la pena para él', ¿saben a qué me refiero? Digo: él siempre, siempre, siempre será respetado en Dallas y dentro de la liga. Eso es lo que percibo desde mi punto de vista".


BROOKFIELD VILLAGE es un vecindario mixto compuesto por miembros de las comunidades afroamericana e hispana, ubicado en la zona oriental de Oakland, a una distancia de aproximadamente 25 minutos a pie del Oracle Arena; donde un joven Lillard solía esperar cerca del estacionamiento destinado a los jugadores, con la intención de obtener autógrafos y meterse dentro de la arena para ver los partidos. Los hogares que forman parte del barrio fueron construidos en medio de dos periodos distintos de bonanza: el primero, a principios del siglo pasado y el segundo durante la II Guerra Mundial, con el fin de proveer viviendas a los obreros encargados de la fabricación de municiones y suministros. Uno no intenta hacerse el interesante en Brookfield. Simplemente, se va a trabajar, te llenas de orgullo y se asumen los retos, independientemente de los que sean.

Uno puede ver mucho de Brookfield en la mirada de Lillard al final de los partidos. Y también puede verse en los ojos de su padre Houston. "Mi padre siempre me decía: 'Uno no debe temer a nadie'", afirma Lillard. "'Cuando entres en una habitación, debes creer en ti mismo'. Digo: siempre se me impartió eso".

Lillard se involucró en su primera riña en Brookfield Park. Fue en ese parque donde solía jugar al fútbol americano bandera, también conocido como tochito y allí se uniformó para jugar su primer partido de básquetbol a la edad de 6 años. Lillard recorría Brookfield Park en bicicleta y él y su hermano Houston Jr. iban temprano y muy seguido al gimnasio de dicho parque, para jugar contra hombres mayores, en ocasiones hasta altas horas de la noche.

"Me acuerdo de cuando quedaron encerrados ahí", afirma su madre Gina Johnson. "Recuerdo que siempre iban allí para jugar y después se quedaban adentro, escondiéndose para poder jugar por más tiempo".

También hay dolor en Brookfield. La tasa de criminalidad (según cifras manejadas por la web AreaVibes.com) es de un 191% por encima del promedio nacional. Las drogas, la prostitución y la violencia fueron parte regular del ambiente que rodeaba a Lillard en su infancia. En esos días, como antídoto, el barrio organizaba una convivencia veraniega todos los años, denominada "Picnic sin preocupaciones". "Todo el vecindario asistía, junto al resto de la ciudad de Oakland", dice Lillard.

El picnic dejó de coordinarse cuando Lillard tenía aproximadamente 12 años porque, con demasiada frecuencia, la diversión terminaba cediendo ante los conflictos. "Siempre terminaba en una pelea o tiroteo o cosas así", recuerda. Sin embargo, Lillard gusta de recordar la manera como se sentía cuando su barrio mostraba la mejor cara.


El denominado "Picnic sin preocupaciones" en Brookfield dejó de coordinarse cuando Damian Lillard tenía 12 años. Una década después tras su temporada estelar de novato en Portland, Lillard reestableció el evento en el este de Oakland. Ryan Young por ESPN

NUEVA YORK, Chicago, Detroit y Los Ángeles son conocidas fábricas de jugadores de básquetbol. No obstante, libra por libra, el área de la ciudad de Oakland podría contar con la mejor colección de baloncestistas del mundo.

Bill Russell, estrella de los Boston Celtics y campeón de la NBA en 11 oportunidades, asistió a la Secundaria McClymonds de Oakland antes de dominar en la Universidad de San Francisco. Gary Payton cursó estudios en la Secundaria Skyline y Jason Kidd hizo lo propio en St. Joseph Notre Dame antes de asistir a la Universidad de California en Berkeley. Paul Silas, Brian Shaw, los hermanos Barry, Lester Conner, Antonio Davis, Eddie House, Greg Foster, Drew Gooden, Leon Powe, Ivan Rabb y J.R. Rider cuentan con raíces en la propia Oakland y sus alrededores. Si Lillard es actualmente el estandarte más famoso del Baile de Brookfield Village, también es el más reciente jugador proveniente de una larga línea de atletas que mantienen viva la tradición del básquetbol en el Área de la Bahía de San Francisco y representan a su estrecha comunidad baloncestística. "Gary Payton, B-Shaw, Jason Kidd, todos, nos hemos mantenido sumamente unidos", afirma, pensando en su época de joven jugador en desarrollo.

El hermano de Lillard pasó por la ruta del junior college y jugó fútbol americano en Laney College, luego de obtener malas calificaciones en la secundaria. Houston se esforzó y eventualmente se hizo acreedor de una beca en Southeast Missouri State, insistiéndole a su hermano menor que aprendiera de sus errores, concentrándose para conseguir mejores notas académicas. "Ejercí bastante presión sobre él", afirma Houston. Damian respondió al reto de su hermano. Se hizo elegible a cursar estudios universitarios al momento de su graduación. A pesar de ello, no fue codiciado por muchas casas de estudios, inscribiéndose eventualmente en Weber State. St. Mary's y Washington State hicieron intentos tardíos de persuadir a Lillard; no obstante, él decidió ir a la primera escuela que expresó deseos de contar con él.

Ogden, Utah, es una ciudad universitaria con aproximadamente 90,000 habitantes (80% de origen blanco y 2% afroamericano) ubicada aproximadamente a 40 millas al norte de Salt Lake City, y soñar con la NBA parecía risible, al jugar en la Conferencia Big Sky, que raramente produce prospectos dignos del básquetbol profesional. A pesar de ello, Lillard llamó la atención, con promedio de 24.5 puntos, cinco rebotes y cuatro asistencias en su último año de estudios en 2011-12 y su padre comenzó a sentir un pálpito. "Me lo guardaba. Después, comencé a compartirlo con su mamá y otros pocos familiares y amigos, diciendo que yo creía que teníamos [un jugador profesional]", recuerda. "Solía decir eso: 'Gente, creo que tenemos algo especial'".

Y tenía razón. Portland eligió a Lillard en el sexto puesto del draft de 2012 y sus estadísticas de 19 puntos, 3.1 rebotes y 6.5 asistencias en la temporada de ese año le hicieron merecedor de los honores al Novato del Año. Desde entonces, ha sido All-Star en cuatro oportunidades.

Es importante poder levantarse y jugar al nivel de tus héroes locales, escapar de los peligros que se pueden ver en las calles, sentir que hay opciones en tu vida. Gente, creo que tenemos algo especial. El padre de Lillard sabía bien lo que estaba viendo y sabía bien de lo que hablaba. Dame tenía una oportunidad. No obstante, el hijo de Houston Lillard Senior no pensaba en marcharse. Intentaba retribuir con algo.

“No creo que yo sea excesivamente leal. Pienso que soy fiel a mí mismo.”

- Damian Lillard


A FINALES de su destacada temporada de novato, Damian Lillard quería, por encima de todo, revivir el "Picnic sin preocupaciones" y en esta ocasión, sin que surgiera preocupación alguna. Con el apoyo de su agente Aaron Goodwin y Mary Ford, directora de relaciones públicas de la agencia Goodwin Sports, Lillard dio inicio a la tradición, asumiendo la mayor parte de los gastos. "Él dijo que, si alguna vez se convertía en jugador de básquetbol profesional, haría algo por su vecindario", recuerda su abuelo Albert. Las amenidades del primer picnic incluyeron paseos a caballo, juegos de video y hamburguesas y perros calientes cortesía de los bomberos de Oakland. Distribuyeron mochilas escolares con los bienes necesarios, aparte de camisetas y tenis de básquetbol de la marca Adidas.

Durante los últimos seis años, se han organizado varios eventos al estilo "Sin Preocupaciones" patrocinados por Dame. Este año, contaron con tirolesas, muros para escalar y casas inflables. Varios barberos y estilistas hicieron cortes y trenzas de cabello y Oscar, tío de Lillard, preparó su famosa receta de costillas y pollo en una gigantesca parrilla en la parte trasera del estacionamiento.

Mientras tanto, Lillard estrechó las manos de residentes del vecindario y posó para fotografías con los niños, firmó autógrafos y se reunió con viejos amigos. Deseaba que la gente de su terruño fuera capaz de tocarle. Y él quería tocarles también. Lillard piensa en "la vida cotidiana de la gente, la lucha que deben enfrentar a diario", afirma. Y también piensa en "cómo cosas como esta le dan una luz a la gente".

Brookfield ha sufrido diversos cambios desde que Lillard era niño y paseaba con su bicicleta por el parque, jugando en el gimnasio a toda hora. Durante mucho tiempo, Oakland ha sido conocida como una de las ciudades más acogedoras para la comunidad afroamericana en Estados Unidos. Es la cuna de las Panteras Negras y en la actualidad, aproximadamente el 25% de su población es de origen afroamericano. Sin embargo, esta ciudad diversa está cambiando a diario: nuevos rascacielos para condominios de lujo, restaurantes hípster, la caída de la población afroamericana y un problema creciente de personas sin hogar son evidencias de las repercusiones de una industria tecnológica en franco crecimiento. Las raíces de Dame en el este de Oakland siguen siendo predominantemente afroamericanas, aunque él no sabe por cuánto tiempo.

Lillard está consciente del aburguesamiento de su área, que ha elevado el costo de la vivienda y con el tiempo, ha cambiado la composición racial de la ciudad. En el año 2000, Oakland tenía un 35.7% de población afroamericana y 31.3% de población blanca. En el censo del año 2010, la estadística se revirtió: 28% afroamericana y 34.5% blanca. "Cada vez que voy a casa, veo cómo cambian las cosas poco a poco", comentó Lillard a The Undefeated hace dos veranos. "Le dije a alguien el otro día: 'Mi hogar no es lo que solía ser'... Esto le roba el espíritu al vecindario".

Por ende, el picnic no es solo una fiesta. No se trata del regalo de una súper estrella a las personas que llegó a conocer cuando crecía. Se trata de un compromiso, una inversión, la forma de mantener vivo algo esencial dentro de ese lugar y una manera de mantenerse auténtico dentro de ese sitio.

Cuando un jovencito afroamericano asistente al picnic le pregunta a Lillard si realmente es oriundo de Brookfield ("Este muchachito trató de quitarme la tarjeta de origen", dice Lillard entre risas), la autenticidad es palpable y le aporta un elemento adicional que aumenta su pasión por la importancia de este evento. "Necesitaba hacerme más presente", indica. "Él puede ver a todos los que solían compartir en la estación de gasolina, gente que vive por el este y las personas que viven en su calle. Entonces, si es capaz de ver mi interacción con ellos y que se producen con regularidad, eso resonará".

Todo resuena a un nivel máximo cuando Lillard sube al escenario del picnic en su personaje de Dame D.O.L.L.A, siendo quizás el rapero de mayor renombre que cuenta con un empleo de atleta profesional a tiempo completo. "Si son de Brookfield, necesito que hagan un círculo", le dice a la multitud, micrófono en mano, convocando a la reunión de su comunidad. Hay atletas que suelen incursionar en el mundo del hip-hop, pero este no es el caso. Esto es Brookfield. Este soy yo, actuando como soy. Él es, tal como lo dicen sus siglas en inglés, "Diferente En Niveles Permitidos por el Señor".

“Sepan que soy de Oakland, por eso soy demasiado legítimo para rendirme. Si todos forman parte de mi sección, forman parte de mi colección ...”

- "Boss Life", tema de Dame D.O.L.L.A.


La pasión de Damian Lillard a la música hip-hop surgió cuando su primo le exigía a sus pasajeros que tendrían que cantar rap en el asiento trasero de su auto. Según su hermano Houston Jr., a Lillard le sobraba talento como rapero. Marcus Eriksson por ESPN

OAKLAND CUENTA CON una nutrida historia de estrellas del rap, siendo sus figuras más famosas Too Short, MC Hammer, Digital Underground. G-Eazy, el fallecido Mac Dre, Souls of Mischief, Keak Da Sneak, Dru Down, Richie Rich, Luniz y Mistah F.A.B.

Sin embargo, en el caso de Lillard, su incursión en la música comenzó siendo un caso de familia, cuando su primo Eugene "Baby" Vásquez se mudó a Oakland proveniente de la ciudad de Nueva York a principios de la década de 1990. Baby solía ubicarse a las afueras de la casa de los abuelos de Lillard, en las cercanías de Brookfied Park y tenía una regla si sus jóvenes primos querían pasar el tiempo con él dentro de su auto: "Tocaba instrumentales y nos decía que sólo podíamos estar con él en su auto si rapeábamos", recuerda Houston Jr. "Nos poníamos nerviosos y éramos tímidos; pero después de un tiempo, si querías estar dentro del auto, lo hacías".

Incluso siendo niño, Dame solía disfrutarlo. "Seguía y seguía. Llegamos al punto en el cual él dominaba el ritmo y yo no era capaz de seguirle el paso", recuerda su hermano.

El amor de Lillard por el rap creció cuando otro de sus primos, quien se identifica dentro del mundo del hip-hop por su seudónimo Brookfield Duece, comenzó a tener éxito dentro del ambiente del rap en Oakland. Dame recorría la ciudad con su primo cuando salía del colegio por las tardes, cantaba con él, con las ventanas del auto abiertas. "Brookfield Duece hacía sonar su música por todo Oakland", recuerda Houston Jr. "Influyó mucho en Dame". Lillard siguió la tradición cuando llegó a la NBA, con su iniciativa "4 Bar Friday", convocando en 2013 a los aspirantes a raperos a través de Instagram para que enviaran sus mejores cuatro versos en 30 segundos o menos, publicando los mejores raps cada semana.

Se trata de una evidencia de que la música para Dame siempre gira en torno a las conexiones y la sensación de comunidad. En 2016, lanzó su primer álbum "The Letter O" ("La Letra O"), un guiño al número de su camiseta de los Blazers y en el cual contó con la colaboración de figuras del hip-hop de la talla de Lil Wayne, Jamie Foxx y Raphael Saadiq. Posteriormente, publicó otros dos álbumes, "Confirmed" y "Big D.O.L.L.A", aparte de crear su propia disquera, Front Page Music (con Brookfield Duece como parte de su catálogo de artistas).

"Él no habla con falsedades, eso es lo maravilloso [que tiene él]", afirma Lil Wayne. "Cuando escuchas una canción y notas que alguien está hablando de algo verdadero ... Nada fabricado, ni esto ni aquello, ni esto otro, es algo veraz".

Uno puede percibir el comportamiento del padre de Dame sobre la cancha; no obstante, el arrojo de su madre se hace presente sobre el escenario. Gina emana una vibración positiva cada vez que uno se encuentra con ella, con su sonrisa, risas, habilidades para el baile y buen humor. También es capaz de hacer el Baile Brookfield como los mejores, moviendo sus brazos y pies en un ritmo poético, tal como lo han hecho en su vecindario durante décadas.

Mientras Dame camina hacia el escenario en pleno picnic, comienza a mostrar esa personalidad que hace sonreír a su madre mientras él y Brookfield Duece cantan el coro de la canción "Dre Grant". "Mi mamá era la persona que me motivaba", afirma Dame. "Si tuviéramos otra fiesta de cumpleaños infantil y comienzan a tocar música, mi mamá diría: 'Oye, D, suena esa canción. ¡Haz ese baile de Brookfield!"

Esto de la música es algo real para él. Los álbumes han disfrutado de buena posición en las carteleras musicales. Además, el apoyo de músicos tales como Lil Wayne, quien hace aparición en sus tres discos, sirven como validación de su reputación en ese mundo. "Él me envía canciones y cada vez que le envío una canción, él graba y me la envía de inmediato", afirma Dame. Las comparaciones con otros atletas que han tomado el micrófono son inevitables y es cierto que él se involucró en una batalla del rap escenificada con Shaquille O'Neal el verano pasado; a pesar de ello, Dame no quiere concentrarse en cosas así.

"Es divertido, pero creo que mi carrera en las batallas del rap ha terminado. Quiero decir, no puedo hacer algo más grande a una batalla con Shaq", afirma con una sonrisa. Dame no se considera como un atleta que rapea como pasatiempo. Se considera un atleta, como Damian Lillard y se denomina como músico, de nombre Dame D.O.L.L.A. El y de la frase anterior es clave. "Literalmente, soy capaz de hacer ambas cosas", expresa. "Y asumirlas como carrera".


Dentro de la misma persona residen el escolta estelar de la NBA, Damian Lillard, y el artista de rap talentoso, Dame D.O.L.L.A. Ambas personalidades se basan en una feroz lealtad a hogar y familia. Marcus Eriksson por ESPN

SI AMBAS FACETAS de vida son inspiradas en sus vivencias en Brookfield, también se complementan mutuamente. Sobre el escenario, en cada ocasión en la cual hay que demostrar de lo que se es capaz, ganarse al público, hacerles sentir una emoción, bien sea orgullo, alegría, fortaleza o celebración. "Tengo que demostrarme a mí mismo de lo que soy capaz", afirma Dame. Sobre la cancha, es algo similar. Demostrar de lo que se es capaz, una y otra vez.

Sólo quedan nueve décimas de segundo y si estás en desventaja por dos puntos contra los Rockets en 2014 y debes convertir un triple para ganar la serie. Y lo logras. Después, quedan 1.5 segundos en el partido contra Oklahoma City de la temporada pasada, el marcador está empatado e intentas un triple a 37 pies de distancia (Treinta. Y. Siete. Pies.) sobre Paul George y si aciertas, ganas la serie. Y así sigue. "Como se veían las cosas, pensaba... Me siento ansioso, con ganas de intentar uno de esos tiros".

Obviamente que ese tiro contra Oklahoma City sirvió de inspiración a una oleada de memes. Lillard lo denomina como "un momento". Hizo un gesto de despedida a George y el Thunder después de que el balón pasó por la canasta. Su hermano estaba presente. Fue rodeado por sus compañeros en plena cancha. La multitud enloqueció. Y él miró a la cámara de televisión más cercana con un rostro, una mirada fija diciendo hago cosas así cuando me de la gana, amigos.

“Él no habla con falsedades, eso es lo maravilloso [que tiene él]. Cuando escuchas una canción y notas que alguien está hablando de algo verdadero ... Nada fabricado, ni esto ni aquello, ni esto otro, es algo veraz.”

- Lil Wayne

Lillard se hizo merecedor del apodo "Dame Time" debido a sus constantes hazañas heroicas a finales de los partidos. Sin embargo, esto, esta increíble cesta, no solo fue la más importante de su carrera hasta ahora, sino que también se convirtió en una de las mejores en la historia de los playoffs. Retrocedan esa grabación. Preparen esos memes. Mírenlo, en su momento. Allí tenemos al hijo de su padre. Es Damian Lillard, base de elite de la NBA, justo allí, en su máximo nivel. Y también es Dame D.O.L.L.A., con actitud para derrochar. Entrega su corazón y alma en todo momento. Está pendiente de todos quienes se atreven a retarle. Es intrépido, tal como siempre lo ha sido, desde su primer partido en la NBA, cuando se enfrentó a Kobe Bryant y los Lakers, hasta el día de hoy.

Mírenlo de cerca y no se requiere de mucho para imaginar que también está pendiente de todos los que le rodean, todos sus amigos y vecinos en Brookfield. Hace un gesto para ellos, haciéndoles saber que ese momento también les pertenece.


El ritmo de la poética "danza Brookfield" ha latido en el este de Oakland desde hace décadas, y los fans de Lillard siguen su ejemplo cuando el jugador de la NBA sube al escenario del 'Picnic sin preocupaciones' y empieza su marcha. Marcus Eriksson por ESPN

LA MAGNITUD DE ESA CESTA y esa sensación parecen ser un recuerdo distante. Incluso, después de la reciente adquisición de Carmelo Anthony, los Trail Blazers tienen récord de 9-13 y se ubican cerca del sótano en la pizarra de la Conferencia del Oeste. Un Dame usualmente sano ha debido lidiar con espasmos en su espalda, los cuales le obligaron recientemente a ausentarse de dos partidos. Un regreso a las Finales de Conferencia parece improbable y un campeonato podría ser poco más que un sueño en la presente temporada. A pesar de ello, no aspiren ver a Lillard achicarse ante el reto, o en busca de una excusa.

"Ellos me permiten ser la mejor versión de mí mismo como jugador", expresa con respecto a sus compañeros de los Blazers. "Me apoyan con las cosas que hago fuera de la cancha. Entonces, ¿por qué voy a buscar una situación distinta?". Lillard ya ocupa el segundo lugar en la lista de anotadores históricos de la franquicia de Portland, solo superado por Clyde Drexler. De mantenerse saludable, Lillard avanzará hasta ubicarse entre los cinco primeros jugadores de la historia de su equipo con mayor cantidad de partidos disputados. Drexler y Bill Walton son considerados los jugadores más grandes de todos los tiempos que han vestido la camiseta de los Blazers, en gran medida debido a que estos lideraron a Portland hasta clasificar a las Finales de la NBA. Lillard se encuentra dentro de esa misma jerarquía. Él podría retirarse del básquetbol hoy mismo y se dará por sentado que su camiseta con el número "0" colgará del techo del Moda Center. No obstante, aún hay trabajo por hacer, justo allí, donde él se encuentra.

"No subestimen sus deseos intensos de ganar un campeonato", afirma el entrenador de los Blazers Terry Stotts. "Él no cambia de equipo bajo el supuesto de querer alcanzarlo. Él piensa que lo podemos conseguir en Portland".

Por estos días, Lillard y Damian Jr. se han asentado en West Linn, un vecindario acaudalado de Portland. Patinan juntos y alquilan salas de cine cercanas para entretener a sus familiares y amigos. Lillard reparte tenis a los necesitados y ha creado el Programa RESPECT con el objetivo de ayudar a que jóvenes estudiantes de secundaria de la localidad logren graduarse. Él considera que este es su hogar, a pesar de que sigue vinculado a Brookfield. Eso se percibe cuando Lillard habla sobre Damian Jr. "Mi hijo es oriundo de West Linn", afirma. "Su orgullo radicará en su nombre y en lo que representa. Por ello, sentirá esa clase de orgullo de esa forma".

Ese orgullo también se hace obvio cuando Lillard habla con respecto a la decisión de quedarse con su equipo y firmar una extensión contractual con Portland. "No creo que yo sea excesivamente leal. Pienso que soy fiel a mí mismo", expresa. "Cuando digo que esto es lo que quiero hacer, digo, quiero hacer que este equipo gane un campeonato y deseo que esta ciudad sienta lo que es ganar un campeonato, después de tanto tiempo".

La última vez que los Trail Blazers se alzaron con un título de la NBA fue en 1977 con Walton marcando la senda. Lillard los condujo a las Finales de Conferencia en la temporada de 2018-19, dentro de una conferencia brutalmente competitiva que podría incluso ser más complicada para ganar este año, con la presencia de Leonard y George, con James y Davis de por medio. A pesar de ello Lillard, que jamás ha evadido un reto, es capaz de imaginar un día en el cual los Blazers celebren ese ansiado segundo campeonato en las calles del centro de Portland, con él alzando orgulloso el trofeo Larry O'Brien de campeones de la NBA por todo lo alto, con su música sonando fuertemente en las bocinas y su gente bailando desde Oakland hasta Portland.

Él quiere traerlo de vuelta, eso es lo que él desea hacer.

Es lo que sabe hacer.

Así lo dice en sus letras. Si todos forman parte de mi sección, forman parte de mi colección.

Y así lo hace ver, claramente, en el pecho y la espalda de su camiseta.

Marc J. Spears Spears es redactor senior que cubre la NBA para The Undefeated. Sus trabajos previos incluyen perfiles de Carmelo Anthony, Ben Simmons y Trae Young.

Vestimenta por Erinnicole Goodwin & Desiree Olavarrieta/It's Goode Clothing; Utilería por Kymm Ernst; Peinado por Dionte Allen; Acicalado por Ailsa Hopper Court; Producción por Noah Lichtwardt/Open Range Crew; Vestimenta en la portada: Camisa por It's Goode Clothing; Pantalones por Amiri; Bota por Saint Laurent; Conjunto 2: Camiseta por Calvin Klein; Pantalones por Fendi; Conjunto 3: Camisa, pantalones y zapatos por Dolce & Gabbana; Conjunto 4: Camisa por 1017 ALYX 9SM

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