Pero Puerto Rico cambió la historia. La República Dominicana y Argentina, presumidos aspirantes a empresas mayores, cayeron en los enfrentamientos ante el conjunto caribeño a pesar de los números y del favoritismo que les otorgaba la historia.

El mazazo terminó con la supremacía dominicana y con el talento y la proyección de las albiazules, resignadas a su suerte.

El cuadro de Jorge Pérez Vento encajó mejor el revés después y centró su aventura mundialista en un enriquecimiento experimental.

El equipo de Claudio Cuello, cuya imagen brilló ante Estados Unidos y Kenia, se refugió entre lamentos y aparcó el reclamado crecimiento para un equipo lleno de talento.

La República Dominicana asumió mejor el reto de un duelo de selecciones condenadas e impuso su supremacía. Ni siquiera la voluntad y la clase de Carolina Costagrande salieron a relucir a la cancha para evitar un adiós triste para Argentina. La opuesto que juega en el Jesi de Italia ha confirmado su nivel mundial en el torneo aunque ante las dominicanas no tuviera su día.

Argentina tiró de orgullo tras perder el primer set (25-20). Con la mejoría defensiva terminaron las facilidades para el ataque dominicano, acomodado en el acierto de Milagros Cabral y de Yudelkys Bautista.

Las jugadoras de Claudio Cuello acusaron la pérdida del segundo parcial y en el tercero bajaron los brazos.

La República Dominicana creció y no desperdició el hundimiento de su rival. Encontró una renta gruesa desde el principio y evitó cualquier amago de resurrección argentina, más pendiente del vuelo de regreso que en intentar un resultado maquillado.

SINTESIS DEL PARTIDO:

REPUBLICA DOMINICANA (3): Bautista, Vargas, Arias, Cabral, Jackson, Moreta -equipo inicial-, Carrera (libero), Suazo, Novas y Duarte.
ARGENTINA (0): Costagrande, Conde, Lamas, Vogel, Brussa, Borghi -equipo inicial-, Robinet (libero), Crusoe, Vincente, Ansaldi y Pinendo.