Estos hitos fueron la culminación de una trayectoria en la que las dificultades convivieron con un duro trabajo que empezó a dar sus primeros frutos en la década del ´80, con la clasificación para el Campeonato de Europa Senior, en 1981, hecho que se repitió en 1985 y 1987, y la obtención de las medallas de Oro en la Spring Cup de 1984 y en los Juegos Mediterráneos de 1987.

En 1990 se inició la década prodigiosa. El anuncio de la concesión a Barcelona de la organización de los Juegos Olímpicos de 1992 dio el punto de partida a una nueva época en la historia del voley español. Se originó el concepto de "concentración permanente" y los mejores jugadores nacionales se reunieron en Granada, con un programa de trabajo serio y novedoso encaminado a hacer que la selección española desempeñara no sólo un papel digno sino también importante en los Juegos.

La culminación de este proceso fue el 8ª puesto en Barcelona, con Diploma Olímpico. Pero, además, se consiguió que el gran público vibrara con cada ecuentro de la selección, liderada entonces por Francisco Sánchez Jover, y en la que brilló con fuerza propia el que a partir de ese momento se convertiría en uno de los mejores jugadores del Mundo y, sin duda, el más carismático de los españoles: Rafael Pascual.

Después de Barcelona, se abrió un período de renovación del equipo. Desaparecieron los veteranos dando paso a todo un plantel de jóvenes promesas que fueron lideradas por Rafa Pascual. El trabajo realizado se reflejó en la clasificación para el Campeonato Europeo en 1993 y la medalla de Plata en los Juegos Mediterráneos del mismo año, además de repetir el éxito en la Spring Cup de 1994.

Con la inclusión de España en la Liga Mundial 1995, se consiguió por fin el reconocimiento de la FIVB y se entró de lleno en la elite del voley mundial. Esta competición significó el despegue de la joven selección española que asombró con su actuación a propios y extraños, convirtiéndose en la revelación del campeonato y consagrando a Rafael Pascual como mejor jugador.

Ls posteriores ediciones de la Liga Mundial confirmaron el constante progreso de la Selección Nacional.

La Copa del Mundo en Japón ´99 fue la culminación de tanto esfuerzo. España, que llegaba con el reconocimiento internacional después de su 8º puesto en el Campeonato del Mundo celebrado el año anterior, demostró una vez más su gran momento con la obtención del 6º puesto, siempre de la mano de Rafa Pascual, nombrado Mejor Jugador en el Campeonato del Mundo 1998 y máximo anotador en esta Copa del Mundo.

Una vez concluido el período olímpico con la participación en los Juegos de Sydney 2000, en los que el equipo español quedó clasificado en noveno lugar, se abrió una nueva etapa para la Selección.

Francisco Hervás se hizo cargo del equipo como primer entrenador y el plantel se renovó. Jóvenes valores se incorporaron al conjunto nacional y desaparecieron nombres de veteranos jugadores que habían brillado en el equipo durante la década anterior. Y la renovación dio sus frutos. En Sevilla, España consiguió brillantemente, y por primera por derecho propio, la clasificación directa para un Campeonato del Mundo, el de Argentina 2002, en una dura lucha contra las selecciones de Croacia, Austria y Noruega.

Esto demostró que se continúa con la trayectoria ascendente iniciada hace más de una década.

JAPÓN
Luego de no participar en los dos últimos Juegos Olímpicos, la selección de Japón perdió presencia frente al Mundo del voley. Ahora, con la contratación de Mikiyasu Tanaka como entrenador, va en busca de un "nuevo" Japón, que los ponga de nuevo en el lugar que les corresponde.

Los jugadores este año son jóvenes con escaso roce en competencias internacionales pero con un alto potencial en el futuro. Haciendo uso del vasto conocimiento de Tanaka, la selección nipona, seguramente, se convertirá en un duro y renovado equipo para cualquier contrincante.

El 2002 es un año de desafíos y experiencia para el conjunto asiático. Japón volvió, luego de cuatro años de ausencia, a la Liga Mundial.

Tras muchos partidos y entrenamientos, sus jugadores serán no sólo físicamente más duros, sino también más fuertes psicológicamente. Este Campeonato Mundial Argentina 2002 será el primer escalón para tratar de ubicarse en el grupo de la elite internacional.

KASAKASTAN
El voley masculino es el deporte colectivo que mayores logros obtuvo en Kazakastán y sus equipos son competitivos también en el ámbito internacional.

El seleccionado ya había conseguido algunos primeros y segundos puestos en Copas y Campeonatos de la Unión Soviética. Sus jugadores fueron integrantes de equipos nacionales de la URSS que tuvieron el honor de ganar medallas de Oro en Juegos Olímpicos y Campeonatos Mundiales.

El equipo masculino se formó en 1991, el mismo año en que Kazakastán se convirtió en un país independiente. Desde ese entonces, participó regularmente en competencias oficiales organizadas por la FIVB y por la AVC.

El equipo nacional ganó en varias oportunidades los Juegos del Asia Central y obtuvo la medalla de Plata en el Campeonato Asiático de 1993.

Desde enero de 2002, el técnico del seleccionado es Alexandr Zapevalov.

YUGOSLAVIA
En los últimos 50 años, el voley yugoslavo vio pasar algunas generaciones destacadas. El fanático más antiguo del deporte recuerda a Zlatko Kovacevic, Dragomir Popovic, Mlhajlo Markovic, Ivan Trinaestic, Brastislav Marcovik, Voja Milanovic, Predrag Okrajinov, Danilo Soldatovic, entre otros.

También quedaron en la memoria los ganadores de las medallas de Bronce de los Campeonatos Europeos de 1975 y 1979: Milos Grbic, Mlodrag Gvozdenovic, Nikola Matljasevic, Laslo Lukac, Aleksandar Boricic, Vladimir Bogoevski, Vladimir Bosnjak, Slobdan Lozanclc, Zlvojin Vracarlc, Vinko Dobric, Ivikca Jelic, Vladimir Trifunovic, Aleksandar Tasevski, Radovan Malevic, Boro Jovic, Djordje Djuric, Zarko Petrovic, Vladimir Batez, Zeljko Tanaskovic, Dejan Brdjovic, Djula Mester, Slobodan Kovac, Nikola Grbic, Vladimir Grbic, Rajko Jokanovic, Andrija Geric, Goran Vujevic, Ivan Milijkovic, Veljko Petkovic, Igor Vusurovic, Slobodan Boskan. Estos jugadores ganaron las valiosas medallas bajo la conducción de un experto, Lazar Grozdanovic.

La primera aparición de la selección yugoslava en los Juegos Mediterráneos fue en 1963 y se constituyó desde entonces en un ganador regular de medallas de Oro en esta competencia con las victorias conseguidas en 1963, 1967, 1971, 1975 y 1979.

En los Campeonatos Europeos, obtuvo las medallas de Bronce en Belgrado en 1975, París en 1979 y Atenas 1995. En el campeonato de 1997 en Appeldoorm, Holanda, el equipo dio un paso al frente y logró la medalla de Plata por primera vez en la historia. La calidad de los jugadores fue confirmada dos años después, con la medalla de Bronce ganada en Viena.

Con el tercer puesto conseguido en el Campeonato Europeo en 1979, la selección yugoslava se ganó el derecho directo a participar en los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980, en los que finalizó 6°. En Atlanta, en 1996, obtuvo la primera medalla en esta competencia al terminar en la 3° posición.

Los últimos años marcaron una gran presencia de Yugoslavia en los primeros planos del voley internacional. En 1998 fue subcampeona mundial, uno de los mayores logros de su historia, y en el 2000 ratificó su gran momento con el ansiado Oro en los Juegos de Sydney.

En el último Campeonato Europeo, en República Checa 2001, el equipo nacional ganó por primera vez el título del continente.