Espanyol de Diego Reyes sigue sin ganar en su estadio

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Jordi Blanco / ESPN Digital, BARCELONA -- El Espanyol sigue sin arrancar en su estadio. Propuso y dominó, pero fue incapaz de derrotar a un Athletic de Bilbao muy defensivo y que se llevó un premio exagerado a lo visto en el terreno de juego.

Cuatro empates y dos derrotas acumula ya el equipo de Quique Sánchez Flores, peligrosamente cerca de las posiciones de descenso en la temporada más ilusionante de los últimos años, ofreciendo más en el césped de lo que recibe en el marcador y atrapado sin razón en una difícil espiral.

Apareció en el campo decidido el equipo periquito, atolondrado pero insistente y apocando a un Athletic que en absolutamente nada se pareció al que, bajo el embrujo de Aduriz, goleó al Genk en la Europa League.

De hecho, el delantero vasco, autor de cinco goles hace tres días, fue un fantasma durante toda la primera parte, víctima de la nula ambición ofensiva de un Athletic que sin Laporte se olvidó de proponer casi nada.

Enfrente el Espanyol, dirigido por Jurado, lanzado por Hernán Pérez y Piatti y estirado por un fallón Leo Baptistao, decidió muy pronto que el partido se viviera en terreno contrario.

Atrás Diego López disfrutó de una primera mitad de lo más relajada y Diego Reyes pasó superó con notable la prueba... Bueno, la superó con facilidad por cuanto ni Aduriz se presentó ni Williams o Eraso dieron muchas señales de vida.

Tuvieron Leo Baptistao y Jurado las mejores ocasiones periquitas en la primera parte, pero el error en el remate final condujo el partido al descanso con un 0-0 visiblemente injusto a tenor de lo contemplado.

DOMINIO SIN ACIERTO

El entretiempo fue la mejor noticia para el equipo vasco y dio paso a una segunda mitad en la que el Espanyol redobló su apuesta, pero encontrándose enfrente a un Iñaki Williams que le dio aire a los suyos.

Fue así como creció el ritmo por ambas partes y que dos centros envenenados de Piatti y Aduriz dieran a entender que el partido cambiaría, lo que se confirmó en el minuto 60, cuando el capitán de los leones disfrutó de su mejor y última ocasión... Por cuanto inmediatamente después y de forma sorprendente Valverde le retiró del campo para reforzar el centro con Raúl García.

El cambio de registro de los leones le dio más brío al Espanyol, que con Caicedo primero y Reyes en la parte final le ganó otra vez todo el terreno al Athletic, al que la entrada de Muniaín no le supuso una mejora ofensiva.

A pelotazos unos para acercarse a la meta rival y a pelotazos los otros para evitar problemas, el partido se fue acercando a un final cantado, en el que solo se podía interpretar a través de la casualidad que se moviera el marcador.

Y, como se sospechaba, el 0-0 permaneció intocable. Seis partidos consecutivos ya enlazó el Espanyol sin ganar en casa. El Athletic menos fiero que se recuerda sobrevivió en Barcelona y la urgencia llama a la puerta de unos periquitos que no vuelan como querrían sus hinchas.