- Gonzalo Plata - 90'+2'
- Christian Cueva - 62'
- Luis Advíncula - 88'
La fórmula Lapadula-Cueva da aire a Perú y deja a Ecuador con manos vacías
QUITO (EFE) - Un contragolpe desatado por el ítalo-peruano Gianluca Lapadula y un pase quirúrgico a Christian Cueva para empujar el balón al fondo de la red allanaron el camino de Perú a una victoria por 1-2 sobre Ecuador en los 2.850 metros sobre el nivel del mar de Quito.
Lapadula, de madre peruana y padre italiano, selló su destacada jornada en el minuto 87 con otro balón filtrado para que Luis Advíncula pusiera la puntilla, con un sutil toque que pasó entre las piernas de Alexander Domínguez.
Ecuador aún tuvo tiempo para recortar distancias con un gol de Gonzalo Plata en el minuto 91.
Fue la primera victoria de los pupilos de Ricardo Gareca en seis partidos jugados por las eliminatorias sudamericanas del Mundial de 2022, un soplo de aire para un equipo amenazado por la crisis pues tras caer goleado en Lima por Colombia el jueves pasado, había quedado como colista con un solo punto.
La derrota en el estadio Rodrigo Paz Delgado puso una pesada losa a Ecuador, que el viernes vio interrumpida una seguidilla de tres victorias al caer por 2-0 ante Brasil en Porto Alegre.
Sin sumar en dos salidas, la Tri quedó provisionalmente congelada en el tercer puesto con 9 puntos y la Blanquirroja pasó al penúltimo puesto, con 4.
La fórmula Lapadula-Cueva resultó ser la carta que cambió el rumbo a Perú.
Lapadula tuvo en el primer tiempo la oportunidad de marcar pero definió mal en un mano a mano. Y Cueva fue desde los extremos un factor de zozobra constante para sus custodios y de desahogo para sus compañeros.
A los 53 minutos el árbitro uruguayo Esteban Ostojich anuló tras consultar el VAR su decisión de conceder un penal a Ecuador por una presunta mano intencional del central Luis Abram.
Ostojich tardó unos 5 minutos para reconsiderar su primera evaluación cuando el partido presentaba a una selección ecuatoriana volcada al ataque y a una peruana atrincherada alrededor de la portería de Pedro Gallese.
Con esa constante, los pupilos de Gustavo Alfaro dejaron grietas en defensa y los de Gareca aprovecharon la contra.