Una larga racha sin triunfos y la goleada sufrida la semana anterior ante el Fénix de Uruguay (6-1) en la Libertadores, colmaron la paciencia del Cruz Azul para decidir cortar abruptamente la relación con su técnico Mario Carrillo y su plantilla.

El presidente del equipo, Guillermo Alvarez, afirmó que la opción de ofrecer nuevos contratos busca provocar un repunte y una actitud diferente entre los jugadores cara al resto del torneo mexicano y para la Copa Libertadores.

La "Máquina cementera" ganó su último partidos el 17 de noviembre pasado, en el torneo Apertura, y desde entonces acumula una racha de seis empates y tres derrotas en la liga local, más un triunfo y dos empates en la Copa Libertadores.

Carrillo llegó al Cruz Azul en medio de grandes esperanzas en diciembre y fue despedido al mismo tiempo que los jugadores del club recibían la ruptura de sus contratos con una oferta no negociable para firmar por diez juegos o darse por despedidos.

La decisión del Cruz Azul no tiene antecedentes en el fútbol mexicano y la misma supone una sacudida de raíz a los cimientos de una liga con equipos habituados a someter a los jugadores con dobles contratos.

La oferta de liquidaciones a aquellos que no acepten un contrato temporal por diez partidos, llena la situación legal y le abre al club una amplia baraja de posibilidades desde recortar salarios y privilegios a fijar nuevos objetivos de rendimiento.

La rescisión y el planteamiento de un nuevo contrato nunca se ha presentado en la liga mexicana y constituye también una nueva forma de enfrentar las crisis de resultados en los equipos que siempre suelen tener al técnico como único culpable.

La tormenta afecta a una plantilla que tiene figuras como el uruguayo Sebastián Abreu y el mexicano Francisco Palencia, que hace dos años estaban en los "cuernos de la luna" al quedar subcampeones de la Libertadores.

El brasileño Julio César Pinheiro y los argentinos Mariano Messera y Daniel Baldi también están metidos en el embrollo junto al portero mundialista Oscar Pérez, el más goleado en la actual competición.

La tormenta desatada por Cruz Azul completó la jornada de ceses en la cual el mexicano Demetrio Madero renunció por su voluntad como entrenador del Querétaro y el boliviano Carlos Leonel Trucco dejó a la selección de su país para volver a dirigir al Pachuca mexicano.

Con el cese de Carrillo y la salida de Madero se ha elevado a seis el número de relevos en los equipos mexicanos después de nueve jornadas del torneo Clausura, que tiene como líder a las Chivas del Guadalajara.

El desfile de técnicos comenzó en febrero pasado cuando los Tecos corrieron al mexicano Francisco Chávez y llamaron al argentino Oscar Ruggeri, que no ha logrado hacerlos ganar en cinco partidos dirigidos.

El Puebla le dio las gracias al mexicano Víctor Manuel Vucetich y designó al uruguayo Hugo Fernández, un viejo conocido de esta institución, y los Jaguares de Chiapas cesaron al chileno Jorge Garcés y llamaron al mexicano Sergio Bueno para ver si logran mejorar en la liga