Romario de Souza Faria fue una de las claves del triunfo para Brasil. Un Brasil que tenía un estilo muy europeo, pero que recibió su inyección de samba gracias a las genialidades de Romario y su compañero Bebeto.

Todos los partidos del torneo los vieron anotar con la excepción de un encuentro dramático en los cuartos de final ante Holanda.

El estilo de Romario es simple: un atacante nato que sabe cómo terminar las jugadas. No hace mucho para ayudar a su equipo, pero sabe qué hacer con el balón cuando tiene la oportunidad de anotar. Romario es un jugador que tiene todo tipo de cualidades pero a veces es perjudicado por su personalidad. Su reputación de gustarle demasiado la "fiesta" le ha causado enfrentamientos con varios entrenadores.

El Mundial de 1994 no era el único Mundial para Romario ya que jugó un partido en Italia ante Escocia, pero no logró entenderse con Careca. Romario aún se estaba recuperando de una lesión en la pierna y tuvo poco tiempo para tener un efecto positivo en Brasil, que perdió en la segunda ronda ante Argentina.

La Copa Mundial de 1998 no tuvo la suerte de ver la combinación de Ronaldo y Romari,o cuando el "Lobo" Mario Zagallo decidió no convocar a Romario. Zagallo dio como excusa las lesiones, pero los rumores que circulaban decían que tenía que ver sus frecuentes visitas a varios de los centros nocturnos meses antes de la convocatoria.