Claudio López: el Piojo más rápido del mundo

Desde los comienzos de su carrera, cuando según la historia se ganó su apodo, Claudio López hizo valer su mejor arma: la velocidad. Un recurso que también le dio resultados en Racing, en el Valencia y en la Lazio

Por VITO DE PALMA

- "Che, ¡qué rápido es ese chiquitín!".
"¿Vistes? ¡Parece un piojo!"

LOS COMIENZOS
No podemos estar seguros, pero la leyenda cuenta que Claudio Javier López recibió el apodo de "Piojo", que nunca lo abandonaría a lo largo de su extensa e intensa carrera, cuando fue campeón de su categoría de inferiores a los 12 años, con el Deportivo Independiente de Río Tercero, su ciudad natal. El pibe, hijo único de Héctor y Esther, tenía en aquel entonces un físico muy pequeño, pero ya sobresalía por la velocidad, su arma fundamental aún hoy en día.

Luego del paso por el Deportivo Huracán, también de Río Tercero, López se confirmó en la sexta división de Estudiantes de La Plata para luego llegar, en la temporada 1992/93, a Racing Club de Avellaneda, el equipo que lo entregaría a la fama.

Desde un primer momento quedó claro que este cordobés, tan introvertido fuera de la cancha como descarado en el terreno de juego, estaba para cosas mayores. Debutó el 20 de julio de 1992, ante Deportivo Español, y si bien el primer gol tardó en llegar - 12 de junio de 1993, curiosamente ante un equipo cordobés, Talleres - el Piojo no tardó tanto en ganarse el corazón de la sufrida hinchada de Racing.

También hubo críticas, es verdad: muchos le reprochaban que tanta velocidad, tanto desborde sobre el carril izquierdo, raramente se tradujera en centros efectivos o goles. Pero "la pasta" estaba, y con el apoyo de los técnicos de turno, Claudio López fue ganando confianza y efectividad.

Los números son clarísimos: primera temporada, 19 partidos y un gol; segunda, 36 partidos y 4 tantos; tercera, 26 presencias y 3 goles; y, en fin, su mejor año en la Argentina, la 95/96, cuando además de las 31 presencias y los 13 goles realizados con su equipo, fue una de las principales figuras en la excelente campaña de la Selección argentina Sub 23 y en la Olímpica, medalla de plata en los juegos de Atlanta 1996.

En esa etapa con la camiseta nacional el Piojo disputó 18 partidos y marcó 7 goles. El técnico, como muchos recordarán, era Daniel Passarella, que luego lo mantuvo siempre con un pilar de la Selección mayor en el trayecto hacia Francia 98. De cualquier manera, desde aquel entonces López no ha salido nunca de la "rosa" de la Selección, aún después de la llegada de Marcelo Bielsa, y hasta ahora ha representado 45 veces a su país, con 10 tantos realizados.

LA ETAPA ESPAÑOLA
Es obvio que, luego de esos resultados, Racing no podía retenerlo: el delantero fue comprado por el Valencia de España por 500 millones de pesetas, más o menos unos 22 millones de dólares, al comienzo de la temporada 1996/97.

Como es normal, la primera temporada fue de adaptación: jugó mucho (32 encuentros en campeonato y 6 en Copa UEFA), pero marcó relativamente poco, apenas 3 tantos en el torneo local y dos en el escenario continental.

Pero el año siguiente, dirigido por el técnico italiano Ranieri, un especialista en contraataque, pudo aprovechar de la mejor manera su velocidad y su sentido del gol. De hecho, Ranieri armó todo el equipo alrededor de él, perjudicando por el contrario al otro argentino del plantel, Ariel Ortega.

Los resultados fueron excelentes: 32 presencias y 12 goles, algunos de los cuales fueron realmente muy bonitos.

Pero lo mejor todavía tenía que llegar, y se produjo en la temporada siguiente: 21 goles en campeonato, con 32 presencias, y nada menos que 10 tantos en otros tantos partidos de Copa UEFA.

La etapa española de la carrera de López se cerró de una manera casi perfecta: casi, porque el Valencia perdió, antes el Real Madrid, la final de Champions League, final a la que llegó de la mano de su nuevo técnico, el argentino Héctor Cúper, pero también de la velocidad devastadora del Piojo y de sus goles, 5 en 17 partidos. En el torneo local, el Piojo sumó 27 encuentros, anotando apenas 6 goles, pero es evidente que la prioridad de todo el equipo era la máxima competición europea.

LA ETAPA ITALIANA Y LA LESIÓN
La trayectoria de aquel "chiquitín" cordobés seguía hacia arriba, e inevitablemente llegó otro pase, esta vez al fútbol italiano, al "torneo más difícil del mundo". Obviamente, el Piojo llevó su pique demoledor y sus goles al equipo que acababa de coronarse campeón de Italia, la Lazio, donde militaban varios compatriotas, como Diego Simeone, Juan Sebastián Verón y Hernán Crespo, conocidos compañeros de Selección.

La pareja López - Crespo, abastecida por Verón y sustentada por Simeone, estaba para hacer desastres, pero la mala suerte estaba agazapada detrás de la esquina: primero, cuando López asombraba a los hinchas italianos con su juego, la precisión y violencia de sus disparos de zurda y anotaba 5 goles en los primeros 6 partidos de Champions League, una fastidiosa ciática frenaba a Crespo, y luego una grave lesión - rotura de ligamentos de la rodilla - marginó al mismo Piojo de la competición.

Fue el momento más duro para el Piojo, que nunca se había enfrentado a algo más grave que alguna lesión muscular. En ese entonces, luego de la intervención quirúrgica, su carácter introvertido se cerró aún más, y el jugador evitaba cualquier diálogo con la prensa, argumentando que si no le gustaba hablar cuando podía expresarse en la cancha, directamente le parecía absurdo hacerlo sin poder jugar.

Pero el Piojo trabajaba, y duro, para poder volver lo más pronto posible. Y su recuperación se encontró con un regalo inesperado: la convocatoria de Marcelo Bielsa para la Selección, en ocasión del amistoso ante Italia. Claro, el Piojo todavía no estaba para jugar, pero concentrar con el plantel más querido tuvo, seguramente, un efecto enorme en el plano anímico.

De cualquier manera, la vuelta no fue fácil, porque los hinchas de la Lazio, en una temporada difícil para el equipo, no le tuvieron ninguna paciencia y hasta lo silbaron en varias ocasiones, cuando todavía el Piojo pagaba el precio de la larga ausencia de las canchas. La temporada, seguramente la más triste de su carrera, se cerró con un balance elocuente: apenas 16 presencias, ningún gol.

Y así llegamos a la actualidad, que no es tan fea, en los números - 12 presencias en el torneo local, con 6 goles, y 8 en Champions League, con 2 tantos -, como lo es en los resultados: tempranera eliminación de la competencia europea, equipo en crisis y la titularidad perdida por un largo período.

Por surte, la rueda está volviendo a girar, y el Piojo está recuperando la confianza del nuevo técnico Zaccheroni y del público: de hecho, en el último partido del 2001, ante el Bologna, López marcó ambos goles de su equipo, y fue ovacionado por los hinchas.

Desde ahora, entonces, debería comenzar una fase positiva, para que el chiquitín cordobés, aquel Piojo aclamado en las canchas de todo el mundo, pueda llegar a pasear su velocidad, su sentido del contraataque, sus gambetas, sus disparos potentes y certeros en el escenario más soñado, el del Mundial de Japón y Corea 2002.

Para que pueda, ahí, mostrar su mejor Perfil: el perfil ganador.

-ESPNdeportes.com

 ENVÍALO

ESPNdeportes.com: INFORMACIÓN PUBLICITARIA | EMPLEOS
Copyright ©2001 ESPN Internet Ventures. Todos los derechos reservados. Este material no puede ser publicado, transmitido, re-escrito, o re-distribuido en ninguna forma. Por favor presione aquí para las restricciones y términos legales aplicables a este sitio. El uso de este sitio implica la aceptación de dichas normas.

CLAUDIO LÓPEZ