Entrevista con Mario Kempes

Randall Alvarez:
Hola y bienvenidos a esta edición de Perfiles...

Hoy tengo el placer de presentar a un jugador legendario: el argentino Mario Kempes.

Luis Omar Tapia, ahora compañero de trabajo, lo entrevistó poco antes que el "Matador" se incorporara a las filas de ESPN... Aquí, algunos fragmentos de dicho reportaje:

Luis Omar Tapia
Cuéntame de tu padre y de toda la influencia que te dio para poder llegar a ser la persona que eres hoy en día...

Mario Kempes
Si, lo que pasa es que mi viejo fue futbolista también, futbolista de ahí de la región y vio que todos le comentaban que veían en mí algo, qué es lo que era no lo sé. Pero él me enseñó a hacer cosas, mas específicamente los entrenamientos, que uno nunca hacía, de pegarle con la cabeza y eso de cabecear, que yo hacía muy poquito, a pesar de lo alto que era.

Luis Omar Tapia
¿Vos pensaste en los logros que le diste a la Argentina, que el país está en deuda contigo, digo en lo futbolístico?

Mario Kempes
No, no, yo creo que cuando uno hace algo es porque lo siente, porque lo llaman en este caso, como me llamó Menotti a mí. La verdad, yo creo que le debo yo más a Argentina, por prestarme la camiseta. Hoy creo que usar la camiseta de Argentina, o la del que sea tu país, es lo más grande que le puede pasar a un futbolista.

Luis Omar Tapia
Mario, ¿te quedó alguna deuda pendiente con el fútbol?

Mario Kempes
Yo nunca me propuse de antemano hacer algo, nunca me ha preocupado el decir "ché, qué me pasara mañana"... Siempre he tratado de disfrutar los entrenamientos y disfrutar los partidos, que era lo que más me gustaba.

Luis Omar Tapia
Una anécdota que te haya dejado el Mundial 78, aparte de la final...

Mario Kempes
Lo que pasa que lo único que yo siempre me he quedado y siempre lo he digo cada vez que me hacen una nota, es el público, esa alegría constante que vos veías del público, tan es así que mira que celebraron cuando perdimos con Italia, porque no sé si era una premonición o algo por el estilo de que nosotros ibamos a jugar en Rosario y ellos se quedaban sin ver la selección Argentina en directo claro.
Pero ellos fueron a festejar y vos veías esa alegría cuando te mira la gente cada partido que empezabas, porque claro vos percibís los gritos, pero las caras no las podés ver todas y los gritos, a medida que iba pasando el partido, se iban haciendo más fuertes y eso te da como un cosquilleo cuando entrás al campo, es un respeto que uno le tiene... le merece al público. Y claro, vos terminabas el partido, ganabas y esa alegría que se sentía y después que lo veíamos en la tele... es lo más lindo que me dejó!



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