La Rosa mostró sus espinas

Después de cuatro victorias aplastantes en otros tantos partidos, Inglaterra ya se planta al mismo nivel que las potencias del Hemisferio Sur. ¿Sus claves? Clive Woodward, su entrenador, supo amalgamar la histórica potencia del pack con unos backs de gran capacidad atlética y mucho atrevimiento ofensivo

TWICKENHAM -- Cuatro victorias contudentes, aplastantes, han dejado a la Selección de rugby de Inglaterra en la sala de espera de un nuevo título del Torneo de las Seis Naciones. Claro que esta espera será bastante larga -hasta septiembre- debido a la postergación que sufrió su duelo con Irlanda a causa de la epidemia de fiebre aftosa que sufren los sectores rurales de Gran Bretaña.

Invicto en los únicos dos partidos que disputó, el conjunto irlandes se mantiene invicto y con chances de arrebatar el título al equipo de la Rosa, pero solo lo conseguirá si gana sus tres cotejos pendiente (Escocia y Gales serán los otros rivales). No es imposible que ello suceda, tan sólo resulta muy poco probable.

TRIBUTO AL MEJOR DEL INVIERNO
Lo cierto es que ha finalizado la etapa invernal del Seis Naciones y se debe tributar a un equipo inglés que resultó aplastante en sus cuatro compromisos : 44-15 sobre Gales en Cardiff; 80-23 a Italia, 43-3 sobre Escocia y 48-19 a Francia, todos en Londres. En esos 320 minutos de juego el equipo de la Rosa marcó 215 tantos, que incluyen 28 tries. Sus rivales fueron mucho más complacientes: apenas 60 tantos.

Vale la pena insistir en lo aplastante de estas victorias para llegar a la conclusión de que Inglaterra se alejó definitivamente de nivel europeo para ubicarse en el mismo escalón de las superpotencias del Hemisferio Sur (Austraia, Nueva Zelanda y Sudáfrica) y, de hecho, debe recordarse que cerró el 2000 con una fantástica seguidilla de triunfos ante los Pumas, los Springboks y los Wallabies. Todo esto a partir de algunos toques sutiles que Clive Woodward y su equipo de entrenadores pusieron en práctica.

¿Qué cambió en Inglaterra? Woodward se jugó y tuvo buenas respuestas en backs con gran atrevimiento ofensivo como Will Greenwood (autor de seis tries en este torneo), Iain Balshaw, Dan Lugery Ben Cohen, que se asociaron a la perfección con otros hombres de gran condición atlética como Austin Healy, Matt Perry y Jonny Wilkinson. Entonces el trabajo de los delanteros, reconocido desde hace más de una década, ahora encontró un mejor complemento.

POR LO HECHO, IRLANDA TIENE CRÉDITO
De los restantes participantes del certamen que quedó interrumpido hasta septiembre, habrá que elogiar con recaudo lo realizado por Irlanda en su excursión a París, en tanto que Gales supo recuperarse de su horrible comienzo y sumó 5 puntos en los tres partidos posteriores, destacándose el vibrante 43-35 sobre Francia en París. Irlanda recién tendrá la chance de probar su nivel dentro de unos meses, cuando complete los tres duelos pendientes.

Indudablemente Francia fue la gran decepción del torneo, con apenas un triunfo como local ante Escocia. El equipo de Bernard Laporte fue de mayor a menor, evidenciando el período de crisis que atraviesa el país del rugby champagne, más allá del subcampeonato mundial celebrado hace dos temporadas.

Escocia, por su parte, fue irregular y pasivo, sin adquirir protagonismo alguno durante el torneo; en tanto que Italia recibió la cuchara de madera por haber perdido sus cinco encuentros, sin que las estadísticas contemplaran su evolución rugbística.

También en pleno de período de transición, al igual que Francia, a los italianos les costó encontrar reemplazos en puestos importantes y el ejemplo más notorio lo protagonizó el ítalo-argentino Diego Domínguez, quien fue vuelto a convocar tras un año de retiro efectivo en el campo internacional.

Así comenzó el 2001. Quedará marcado como el año de la enfermedad, de la aftosa. Claro que para los ingleses se tratará del año de la consolidación, otra vez entre los mejores.

Pablo Mamone tiene 16 años como periodista especializado en rugby. Se ha desempeñado como redactor del diario Clarín y como productor de los programas de rugby de ESPN. Actualmente es Director de Noticias del SportsCenter Latino y columnista de ESPNdeportes.com

PABLO MAMONE es periodista especializado en rugby desde 1985. Se ha desempeñado como redactor del diario Clarín y como productor de los programas de rugby de ESPN. Actualmente es Director de Noticias del SportsCenter Latino y columnista de ESPNdeportes.com.

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