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Los escándalos que marcaron el béisbol en 2017

El béisbol no estuvo exento de escándalos en el 2017 que está a punto de terminar.

Pero sin duda alguna, el más sonado de todos y con mayores consecuencias lo protagonizó la gerencia de los Bravos de Atlanta.

Una extensa y profunda investigación de las Grandes Ligas encontró que el equipo contrató a cinco prospectos extranjeros por cifras mayores a las que reportaron, con lo que violaron los límites para las firmas internacionales.

Los turbios manejos en las firmas de agentes internacionales le costaron la expulsión de por vida del béisbol al ex gerente general John Coppolella y han generado una de las sanciones más duras recibidas jamás por equipo alguno.

Como parte del castigo anunciado por el comisionado Rob Manfred, los Bravos perdieron a 13 de sus mejores prospectos internacionales, incluido el cotizado jugador de cuadro venezolano Kevin Maitan, firmado el año pasado por 4.25 millones de dólares.

Atlanta debió renunciar a Maitán, Ji Hwan Bae, Juan Contreras y Yefri del Rosario, Abrahan Gutiérrez, Brandol Mezquita, Juan Carlos Negret, Yenci Peña, Ángel Rojas, Yunior Severino, Liván Soto, Antonio Sucre y Guillermo Zúñiga.

Los 13 jugadores se convirtieron automáticamente en agentes libres y ya varios firmaron nuevos pactos con otros equipos.

Manfred también anunció que los Bravos no podrán contratar al prospecto dominicano de origen haitiano Robert Puason, un campocorto de 15 años que ya tenía un acuerdo de palabra con el equipo para el 2019.

Además, Atlanta estará limitado a contratar a cualquier jugador internacional por más de diez mil dólares durante el período de firmas 2019-20 y su fondo de bonificación de fichaje internacional para el período de firma 2020-21 se reducirá en un 50 por ciento.

Además de la expulsión de por vida de Coppolella, su ex asistente especial Gordon Blakeley fue suspendido por un año y no se le permitirá trabajar para ningún equipo durante su sanción.

Los Medias Rojas de Boston también "se portaron mal" en el 2017, al robarle las señas a los Azulejos de Toronto en un partido que se extendió a 19 episodios el 5 de septiembre.

Lo del robo de señas es tan viejo como el propio béisbol, pero la diferencia en esta ocasión es que incluyó tecnología de punta.

Boston tomó la información del cuarto de video y la transmitió a través de relojes Apple Watch en lugar de usar los métodos habituales.

Desde la temporada del 2016, las Grandes Ligas permitieron el uso de iPads en el dugout con el fin de brindar estadísticas de primera mano a los entrenadores, aunque sin acceso a internet, pero el acuerdo no abarcaba el uso de relojes inteligentes.
Luego, ya en la postemporada, los Diamondbacks de Arizona fueron multados por el comisionado luego de que el coach cubano Ariel Prieto tuviera un Apple Watch en el dugout.

Pero a pesar de que una investigación determinó que el dispositivo no se usó para comunicaciones relacionadas con ese juego de comodines de la Liga Nacional ante los Rockies de Colorado, que los Diamondbacks ganaron 11-8, Prieto, un muy valioso entrenador, al decir de los equipos en que ha trabajado, fue despedido y hasta ahora no ha conseguido un nuevo empleo con otra franquicia.

Y otro cubano protagonizó un escándalo en plena Serie Mundial, magnificado por los medios hasta niveles ridículos.

El novato Yuli Gurriel le bateó un jonrón al japonés Yu Darvish en el tercer juego del clásico de octubre entre los Astros de Houston y Dodgers de Los Ángeles .

Al llegar a la banca, mientras conversaba con un compañero de equipo, Gurriel hizo un gesto al estirarse los ojos con los dedos, el alusión a los rasgos orientales del serpentinero, a quien llamó "chinito".

Y como en estos tiempos hay cámaras en todos lados, el hecho fue captado y el cubano fue acusado de racista y no se sabe cuántas cosas más.

El comisionado lo suspendió cinco partidos, castigo que cumplirá al inicio de la campaña del 2018.

Los fanáticos de los Dodgers pedían la sanción inmediata, en medio de la Serie Mundial, pero Manfred consideró mejor hacerlo en la temporada regular, para que también hubiera un daño económico al jugador.

Gurriel dejará de cobrar entonces 322 mil 581 dólares durante esa ausencia, cifra más que compensada con el bono de 438 mil 901 dólares que recibió cada integrante de los Astros por ganar la corona.