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Serie Mundial 2021: Un disparate disfrazado de sabermetría pudo costar caro a Atlanta

BRISTOL - Brian Snitker se jacta de ser un dirigente de la vieja escuela en el medio de la nueva era analítica. Y le creo. No tengo duda de que es un gran mánager y está logrando en su quinta temporada al frente de los Braves, el paso que tanto le costó al legendario Bobby Cox: Avanzar a la Serie Mundial. Un hombre con 43 años en la organización como jugador, coach y mánager y que previo al juego cuatro, estaba a dos victorias de lograr apenas el segundo título de la franquicia desde su mudanza a Atlanta.

Sin embargo, por más enchapado a la antigua que puedas ser, se entiende que hoy debes manejar los conceptos, análisis y decisiones que la sabermetría arroja y que se discuten en conjunto con el grupo de operaciones que se inclinan hacia los porcentajes y probabilidades de que tu equipo haga más carreras que el rival por 9 entradas y que termine en una victoria.

La decisión de Snitker, quien paga los platos rotos por ser la cara al frente del club, de iniciar el juego con el lanzador Dylan Lee, quedará para la historia como una de las peores decisiones dirigenciales en la historia de la Serie Mundial. Así es...¡En 117 años!

Lo que ocurrió alrededor de las decisiones de pitcheo de Atlanta del juego 4 fue una completa vergüenza para la organización. Vergüenza para el béisbol de Grandes Ligas. Algo que no se debe repetir.

Estamos en la Serie Mundial. Este es el mayor evento de Major League Baseball, donde coronas a tu campeón. Un evento que data desde el siglo 19, con una tradición inigualable en cualquier deporte. El sueño de todo jugador de béisbol y el anhelo de cada uno de los más de 20 mil jugadores de Grandes Ligas en la historia. El éxtasis de la victoria de los campeones de cada liga y su lucha por el dominio total. Es el espacio de mayor cobertura, atención y hasta valor para los fanáticos quienes proporcionan algunos de los llenazos más grandes del año, pagando exorbitantes cantidades por un boleto para accesar al parque de pelota. Abrir un juego de Serie Mundial no sólo es uno de los máximos honores para un lanzador, sino también es la oportunidad de entrar en alguna de las más relevantes páginas de la rica historia del juego.

Entonces, en una situación de tanta relevancia en el mundo del deporte, que trasciende en la cultura de cada uno de los equipos involucrados y de los países representados en la diversidad de jugadores, con la vista del mundo deportivo puesta en este altísimo escenario de una industria billonaria que genera atención y pasiones...

¿Tú vas a asignar al rol de lanzador abridor de un Juego de Serie Mundial a un muchacho con apenas 80 lanzamientos de liga mayor de experiencia?

Esta fue una decisión que le quita el brillo, el prestigio y el peso a la etiqueta "Abridor del Juego X de la Serie Mundial". Es como entrar en una etapa donde nadie tiene derecho a figurar o merecer algo por su esfuerzo (data), y simplemente "cualquiera hace aquí lo que sea" con tal de conseguir una meta en base a la idea que alguien o algunos pretenden imponer fuera del terreno.

La popularidad creciente del juego de "bullpen" usando un "iniciador" en vez de un "abridor" (que puede significar lo mismo, pero en términos de béisbol no es igual), ha causado en muchos equipos el replantearse el concepto de "rotación" y de definir roles en un cuerpo de lanzadores. Es una estrategia que le permite a un mánager tener en ciertos días la flexibilidad de plantear un juego completo en base a relevistas, bien sea para saltar un espacio de la rotación o para darle descanso adicional a algún abridor. En el pasado se usaba el darle la oportunidad a un relevista largo o a un aspirante a la rotación de vivir la experiencia y mentalidad de abrir un juego de liga mayor.

Pero hacerlo en una Serie Mundial de la forma como lo hizo Atlanta hoy fue una vergüenza disfrazada de sabermetría. La peor que para mí se ha visto en un terreno. Y digo disfrazada porque se hizo bajo el esquema del "opener". Que quede claro, la sabermetría no estaba a favor de la decisión de iniciar con Lee.

Y por mucho que yo personalmente apoyo el uso de la analítica en las decisiones, no estoy a favor del "opener" en una Serie Mundial.

Fracaso total

La normativa de Grandes Ligas es que al menos 3 horas antes del inicio del juego se anuncie el lanzador abridor. Aquí comienzan las expectativas del juego y con una rotación establecida no hay secretos sobre quien va a lanzar en los próximos cuatro o cinco juegos. Pero aún cuatro horas antes del Juego 4, el nombre del abridor de Atlanta aún era una incógnita. Tanto para Dusty Baker y sus Astros, como para los medios de comunicación alrededor del mundo, como para los 50 mil fanáticos en Atlanta y los millones de seguidores de la Serie Mundial en el planeta. Nadie sabía quién lanzaría este juego. Se especulaba otro juego de bullpen, así como ya se había dejado entrever en declaraciones del mánager. El hermetismo y secreteo parecían de una misión secreta de la CIA.

¿Cuál era el gran secreto?... ¿Repetirían con Fried? ¿Le repararon milagrosamente el peroné a Charlie Morton, fracturado en el juego 1? ¿Convertirían a un relevista largo en abridor? ¿Reactivarían a Greg Maddux a sus 55 años de edad?

La gran respuesta fue Dylan Lee, un lanzador de 27 años de edad que hizo su debut en Grandes Ligas el pasado 1 de octubre enfrentando 3 bateadores de los Mets. Al otro día enfrentó 6 bateadores y permitió 2 hits y 2 carreras. Veinte días después fue incluido en el roster de la Serie de Campeonato y lanzó dos entradas, permitiendo 3 hits y una carrera ante los Dodgers en el Juego 5. Fue incluido en el róster de la Serie Mundial y enfrentó a 3 bateadores de los Astros en el Juego 2, sacando dos outs. En total 80 lanzamientos. ¡Ochenta lanzamientos ante 19 bateadores enfrentados!

Con esta actuación, con esta experiencia, Lee apareció como el flamante abridor del Juego 4 de la Serie Mundial 2021.

Usted dirá....Bueno, pero...¿Qué tal y es parte de la intuición del mánager? ¿Y si es un arma secreta guardada que viene a ganar? Claro que puede pasar, pero esos casos raros están reservados para esos muchachos que son prospectos que muestran datos y condiciones fenomenales y por encima del nivel promedio de un jugador de liga mayor. Una estrella, o potencial estrella.

No tengo nada en contra de Lee, ni de las condiciones o proyecciones de este lanzador, pero si vamos a jugar con analítica, Lee es quizás una de las peores elecciones en números. Su WPA (Probabilidad de Victoria Agregada) en su poquísima experiencia está en números negativos, lo que indica que es un factor que te puede ayudar a perder, en vez de darte oportunidades de ganar. Su repertorio es limitado con sólo tres pitcheos que además no lucen por encima del nivel. De 12 bateadores enfrentados en la postemporada, ponchó a 3, pero también permitió tres hits. Lee es un relevista nato, fue abridor ocasional, hasta en su paso por la Universidad de Fresno State, donde abrió sólo 5 juegos de sus 42. Tras ser firmado por los Miami Marlins como selección de 10ma ronda del draft 2016, participó en 156 juegos de los cuáles abrió 25, el último en 2017 en clase A.

¿Es la mejor opción que dicta la analítica? No.

¿Qué mensaje le das a tu organización cuando en tu primera Serie Mundial desde 1999 tu abridor de un juego con la Serie en ventaja, es uno de tus relevistas de tu equipo AAA en Gwinnett? Uno que ni siquiera estaba en el róster de 40 hace un mes.

Cada equipo es autónomo, pero ¿qué mensaje manda el béisbol de Grandes Ligas ante severa decisión? Usted paga un boleto de $1,000 o más para ver como abridor a un relevista promedio en la majestuosa Serie Mundial?

Gracias a los Dioses del béisbol, esto no funcionó. Obviamente la cara de Lee al salir del bullpen en camino hacia la lomita era un poema. Ni el mismo se creía la magnitud de la asignación. Nada menos que enfrentar a Jose Altuve abriendo un juego, un lanzador de rectas ante un MVP que no discrimina. En el primer pitcheo Altuve pudo embasarse por hit al cuadro. Ya el semblante de Lee se puso peor y pasó por bolas a Michael Brantley. Próximo bateador, Alex Bregman, a quien en cuenta de 2-2 logró ponchar (sólo había conectado 1 hit en la Serie Mundial). Siguiente bateador Yordan Alvarez, cuatro bolas seguidas.

Parecía que la cabeza de Snitker iba a explotar. Saltó de su silla. Cada paso que dio hacia el montículo era como pisar lava. No terminó de subir a la montaña y ya Lee estaba pisando esa misma lava. Lucía hundido, derrotado, decepcionado, desconcertado y humillado a nivel mundial. No siempre se tiene éxito en el béisbol, y eso lo sabe muy bien un hombre del bullpen, pero no es lo mismo no poder responder en una sexta o séptima entrada para resolver una situación de juego, que ser el primero en la lista de lanzadores del día y tener que salir tras apenas 15 envíos y sólo 5 strikes, dejando las bases llenas y la posibilidad latente de perder un juego que te puede hacer perder la ventaja de localía en la Serie Mundial.

Kyle Wright vino a encargarse del asunto y enfrentó a Carlos Correa quien conectó un rodado a tercera base, pero permitió que Altuve anotara la primera carrera. Con dos outs, Wright ponchó a Kyle Tucker para acabar la entrada y Atlanta arrancó perdiendo 1-0.

Wright actuó por segunda vez en la serie y en su debut en el juego 2 se midió a 3 bateadores...todos ponchados. Wright había sido ya abridor en la postemporada 2020 incluyendo una actuación de 6 entradas con sólo 3 hits permitidos. Wright le cambió el semblante al juego consumiendo 4.2 entradas permitiendo sólo 5 hits y amarrando a los Astros. Una vez más fue el hombre que le daba un respiro a Atlanta.

La pregunta de todo el mundo en el Truist Park, y en el mundo es: ¿por qué Wright no fue el abridor? ¿Por ser derecho? Houston no es un equipo que varía su alineación de acuerdo a un lanzador derecho o zurdo, ni van a cambiar la estructura de sus "caballos" por la mano del abridor o iniciador. Altuve es Altuve contra derechos o zurdos.

Esta terrible decisión, la cual estoy más que convencido que fue controversial y emocional dentro de las paredes de la organización de los Atlanta Braves, puede que adquiera menos peso tras el despertar ofensivo de los Braves y contando con la forma como el resto del experimentado bullpen resolvió las siguientes 8 entradas. El Truist Park explotó con cuadrangulares consecutivos de Dansby Swanson y Jorge Soler que pusieron a los Braves arriba en el marcador. Ganaron por la mínima 3-2, pero esa primera carrera de Houston pudo ser la clave del hundimiento de Atlanta. Fue el riesgo más grande que se haya visto en una Serie Mundial.

Pero el impacto emocional para un lanzador como Dylan Lee es por ahora irreparable. Quizás no vea más acción en la serie. Pasará a un capítulo poco deseado, así gane el anillo. No es su culpa, es culpa de quienes quieren reinventar la rueda y usar la sabermetría como excusa. La analítica del béisbol es una ciencia hecha para apoyar decisiones en base a datos, a proyectar probabilidades en base a muestras. La decisión de iniciar con Lee, estoy convencido que no fue una decisión sabermétrica, fue un capricho, un invento disfrazado de analítica en base a la fórmula del iniciador. Un disparate que salió mal y pasará así a la historia.

Leonte Landino es periodista y productor de contenidos de Béisbol de ESPN International. Es miembro activo de la BBWAA y SABR. Puedes seguirlo en twitter @leontelandino