Al menos no por ahora.

"No voy a decir que es un 100%, pero se ve así", dijo Martínez. "Hay un alto, alto porcentaje de que esta sea mi última. Pero nunca se sabe".

Martínez no quiere asegurar nada porque hace tres años se sorprendió a sí mismo con una extraordinaria campaña, justo en el año que había asomado la posibilidad de retirarse. Bateó 37 jonrones e impulsó 145 impulsadas, ambas cifras topes de su carrera.

"Nunca esperé tener la clase de año que tuve productivamente", dijo. "Así que nunca voy a decir que esta será mi última temporada, hasta que esté seguro. Podría ser uno de esos años en lo que todo me funcione perfectamente".

Es difícil imaginarse a los Marineros sin Martínez, quien es uno de los consentidos de los fanáticos en Seattle.

El dos veces campeón bate de la Liga Americana y seis veces Todos Estrellas es el líder vitalicio de los Marineros en juegos jugados (1769), hits (1973), veces al bate (6230), dobles (466), boletos (1133) y anotadas (1102).

Tiene promedio de por vida de .317 con 273 jonrones y 1100 carreras impulsadas.

En un equipo lleno de veteranos y jugadores que trabajan fuerte, Martínez podría ser el más respetado. No habla mucho, lidera con el ejemplo, pero todos en el clubhouse lo escuchan cuando tiene algo que decir.

"Edgar es probablemente el más humilde de los grandes jugadores que he conocido", dijo el segunda base Bret Boone. "Para un tipo con todos sus logros, la manera como actúa y como hace lo suyo, es de verdad admirable".

Martínez probablemente alcanzaría los 2000 hits en abril o mayo. Al prentársele acerca de la hazaña, dijo interesarse por otras metas.

"No tengo mente en eso", dijo. "No quiero decir que los logros numéricos no quieran decir nada para mí. Sí. Pero como equipo, ir a la Serie Mundial, eso es una meta. Es algo que nunca he logrado en mi carrera".