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Con Dempsey gana MLS; pierde EEUU

LOS ÁNGELES – La noticia cayó como un baldazo de agua fría y la única reacción pertinente es el shock.

Clint Dempsey regresa a la Major League Soccer, tras haber firmado un multimillonario contrato con los Seattle Sounders, que lo ligará a la poderosa franquicia del estado de Washington durante los próximos cuatro años.

El asombro poco a poco va dando paso al análisis, y con esto llega la decepción.

Dempsey estaba llamado a ser la próxima cara del fútbol en los Estados Unidos, el heredero al trono de Landon Donovan y, convengamos, una mejor versión de este, debido a las agallas que había mostrado hasta ahora en su carrera.

Sin embargo, esto es un paso atrás. Diez pasos atrás, para él, para el seleccionado dirigido por Jurgen Klinsmann, y para el futuro del balompié norteamericano.

Dempsey, un volante talentoso, con sacrificio y goleador, tuvo 8 millones de razones por temporada para regresar a casa, jugar ante estadios llenos (los Sounders promedian 40 mil expectadores) y ser el pez grande en una pecera pequeña.

El tema es que está para más, mucho más. La temporada pasada había logrado un traspaso a un equipo de buen nivel europeo, y Tottenham Hotspur tuvo que desembolsar una suma importante para contar con él en sus filas.

Al mismo tiempo, Dempsey había dicho que quería jugar a un nivel de Liga de Campeones, para prepararse de la mejor forma para la venidera Copa Mundial en Brasil.

Es por eso que la decisión no deja de sorprender. Según reportes, el texano ganaba por encima de 7 millones de dólares en el Reino Unido, y le quedaban dos años de contrato.

A los 29 años, se encuentra en la cima de sus poderes, y no sólo logró quitarle protagonismo a Donovan en el equipo nacional, sino que además se había convertido en un mejor embajador, al tomar el camino más difícil, ese al que el '10' siempre le tuvo alergia.

Dempsey llegó a Inglaterra, sufrió y se acostumbró, batalló, demostró y logró superarse. El sueño americano, en su mejor expresión, triunfando en la mismísima Premier League.

¿Quién dice que no le quedaba un paso más arriba? ¿Un Manchester City, un Manchester United, o por qué no, un grande de Alemania, España o Italia?

Esto nunca lo sabremos, porque, aunque suene duro, Dempsey lo tiró todo por la borda por asegurarse el futuro.

Quiero dejar en claro lo siguiente: no tiene absolutamente nada de malo asegurarse la tranquilidad económica para las próximas cinco generaciones de su familia, y lo aplaudo por eso.

Sin embargo, Dempsey tenía un contrato similar en Europa, y su regreso a la MLS siempre iba a estar garantizado, cuando él lo quisiese, y con un jugoso contrato esperándolo.
Decisión correcta, pero demasiado prematura.

Donovan se fue joven a Alemania, pero el Bayer Leverkusen lo intimidó y, eligió el estrellato local a los retos de pelearla en el mayor escenario.

Desde entonces ha salido campeón con los San José Earthquakes y Los Angeles Galaxy, ha jugado mundiales, y se ha dado el gusto de jugar algunos meses en el Everton inglés y en el Bayern Munich, todo esto sin presión, ya que siempre estuvo atado a aquel bendito (¿fatídico?) pacto con la MLS.

La decepción pasa porque Dempsey parece estar siguiendo los pasos de Donovan en lugar de seguir forjando su propio camino, uno que iba a ser más beneficioso para todos.
Dempsey era la esperanza, y junto a un puñado más de jugadores (Jozy Altidore, Michael Bradley o Maurice Edu) era el espejo y el ejemplo a seguir, en un mundo futbolístico en el que los jugadores de campo norteamericanos aún no reciben el respeto que se merecen.

Si uno saca de la ecuación a los porteros (Brad Guzan, Tim Howard, Brad Friedel, Kasey Keller, Marcus Hahnemann), los mejores prospectos estadounidenses deben primero pasar por el anonimato de las ligas de Noruega, Suecia o por las ligas de ascenso británicas o teutonas, antes de poder dar el salto.

Teniendo en cuenta el talento real que ofrece la población multicultural del país de las barras y las estrellas, esto es una suerte de insulto, y una aberración que hay que cambiar a la fuerza.

Dempsey la estaba cambiando, pero ya no más.

¿A quién idolatrará ahora José Villareal? ¿DeAndre Yedin, Oscar Sorto o Luis Gil?
La MLS es hoy una mucho mejor liga, pero el fútbol en los Estados Unidos lo pagará demasiado caro.