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River perdió, pero el sabor no es tan amargo

BUENOS AIRES -- No siempre la planificación acertada en el fútbol es un reaseguro de que se va a conseguir un resultado positivo.

Ni teniendo buenos jugadores, ni siquiera jugando un buen partido. Porque lo azaroso es un condimento infaltable, ese que lo vuelve impredecible.

A priori, el viaje de River a la altura de Oruro, a esos más de 3.700 metros, era observado con un temor lógico. Es difícil que un equipo se traiga de allí un resultado positivo. En el mundo Millonario lo sabían, pero, sin embargo, que sea previsible no amortiguó el golpe de la derrota. Por el contrario. La forma fue la que transformó el traspié en doloroso. Por lo inmerecido y porque San José consiguió la diferencia que le posibilitó sumar de a tres en los últimos diez minutos de partido. Cuando los dirigidos por Marcelo Gallardo ya paladeaban un empate con sabor a victoria.

Podrá cuestionarse la eficacia de Marcelo Barovero en las dos acciones que culminaron en gol o el no haber definido algunas chances para marcar, pero el análisis debe ser más profundo y menos resultadista.

Observando desde esta óptica lo que resalta a la vista es que River dio un paso adelante en esa búsqueda del ideal futbolístico. Pero en el inicio hicimos referencia a la planificación y en ese rubro las sucesivas sesiones en la cámara hiperbárica, una serie de estudios que apuntabas a medir el rendimiento de los futbolistas en esas condiciones hostiles, más un cocktail de medicinas que se utiliza para mitigar esa falta de aire que genera jugar en la altura, fueron importantes para observar en cancha a un equipo que le jugó de igual a igual a un oponente que, en el llano, es claramente inferior, pero que en Oruro se hace muy fuerte (lleva 17 cotejos invicto, con 15 victorias y dos empates).

En cierto que se quedó con las manos vacías, aunque no siempre el balance hay que realizarlo mirando el marcador final. Y este es uno de los casos en los que la carpeta de apuntes de Gallardo y de sus asistentes se ha ido con muchas anotaciones positivas, más allá de haber comenzado la Copa Libertadores perdiendo, porque se trata de puntos que dejó en el camino y que estaban dentro de la lógica.

Ahora, de aquí en más tendrá que hacerse fuerte de local e intentar conseguir sumar en alguno de los dos compromisos que le restan como visitante (ante Juan Aurich y/o Tigres de Monterrey).

La carrera por ese objetivo tan ansiado comenzó con un traspié, sin embargo eso no condiciona lo que viene. En absoluto. San Lorenzo dio muestras en la edición pasada de que, para llegar al título, no importa el sitio en el cual se clasifique, la cuestión es ser eficaz en el momento de la verdad. Esa será la consigna que tendrá River por delante de ahora en más....