BOSTON -- Alex Rodriguez, quien jugará el viernes por última vez con los Yankees de Nueva York, no solamente es uno de los jugadores con más números acumulados en el diamante, sino que además es el que más dinero ha recaudado por contratos de trabajo en la historia de las Grandes Ligas de Estados Unidos.

Entre 1994, cuando debutó con los Marineros de Seattle, y diciembre del 2017, cuando recibirá el último cheque de su actual pacto con los Yankees, "A-Rod" tenía pactado recaudar pagos por un total de $437,2 millones de dólares.

Pero a ese gran total hay que deducirle los casi $18 millones de dólares que Rodríguez dejó de cobrar en el 2014 debido a una suspensión de 162 partidos por violar la política antidopaje de las ligas mayores.

De acuerdo a las reglas del béisbol, el dinero que los jugadores dejan de recibir por cumplir suspensiones se queda en las arcas de los clubes, por lo que Rodríguez, cuyo abogado demostró que tenía que recibir $2,8 millones de su salario establecido de $21 millones aunque no jugara un partido en 2014 -- debido a que la temporada de MLB se mide por días (183) y no por juegos -- en realidad habrá ganado cerca de $420 millones al final de su actual contrato.

De todas maneras, seguiría siendo el pelotero más rico de todos los tiempos. Por encima de Babe Ruth, Hank Aaron, Willie Mays y todos los que han fichado contratos exhorbitantes en la última década, de acuerdo a los registros de baseballreference.com y Spotrac.com.

"A-Rod", el hijo de los dominicanos Víctor Rodríguez y Lourdes Navarro, ya era rico antes de pisar por primera vez un terreno en el profesionalismo. Los Marineros le pagaron un bono de $1,3 millones de dólares después de reclutarlo como número uno en el sorteo colegial de 1993, desde una escuela secundaria de Miami, cuando tenía 17 años de edad.

Después de ganar cerca del salario mínimo en sus primeras tres temporadas en Grandes Ligas, Rodríguez escaló sobre el millón en 1997 y había ganado alrededor de $12 millones con Seattle cuando firmó el primero de los dos grandes contratos de su carrera.

En el invierno del 2000 fichó como agente libre con los Vigilantes de Texas por 10 años y $252 millones y ya estando en Nueva York escapó del acuerdo faltando tres años para concluirlo y firmó su actual pacto, por 10 años y $275 millones. Ese acuerdo incluye un paquete de compensación por $30 millones de dólares por explotar su arribo a marcas importantes de jonrones, pero en la práctica ese paquete nunca se llegó a ejecutar en Nueva York.

Solamente el contrato del jardinero Giancarlo Stanton con los Marlins de Miami ($325 millones de dólares por 13 años, del 2015 al 2027) supera individualmente los últimos dos acuerdos de A-Rod. Pero en sentido general, solamente el inicialista venezolano Miguel Cabrera se acerca al total recaudado por Rodríguez.

Cabrera, quien juega en Grandes Ligas desde el 2003, firmó una extensión de $248 millones por ocho años con los Tigres de Detroit (del 2016 al 2023) justo cuando estaba cerca de terminar su contrato anterior, una extensión de $152,3 millones por ocho años (2008-2015) con los mismos Tigres.

Cuando concluya el actual pacto de Cabrera, el toletero habrá recibido $400 millones en salarios, incluyendo más de $8,5 millones que ganó con los Marlins en los primeros cinco años de su carrera.

En la historia de Grandes Ligas se han firmado 12 contratos de más de $200 millones y Rodríguez tiene dos de ellos. El inicialista dominicano Albert Pujols, Stanton y el lanzador Zack Greinke son los únicos otros jugadores que han firmado contratos que les garantizan ganancias sobre los $300 millones de dólares en su carreras.

De todos, "A-Rod" es el que mayor provecho económico ha sacado a su talento por jugar al béisbol.

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ORLANDO, Florida -- Mark Teixeira ha sido un gran jugador de béisbol, uno que probablemente tendrá una placa en el Parque de los Monumentos en Yankee Stadium, pero no tan bueno como para ser declarado un tiro seguro al Salón de la Fama de Cooperstown.

Teixeira, quien decidió el viernes retirarse al final de la temporada del 2016, fue un excelente primera base defensivo y uno de los bateadores ambidiestros más poderosos de la historia. Ganó cinco Guantes de oro y siempre fue candidato al galardón y es uno de cinco bateadores de ambas manos con más de 400 jonrones, junto a Mickey Mantle (536), Eddie Murray (504), Chipper Jones (468) y Carlos Beltrán.

Teixeira es uno de nueve jugadores con 400 jonrones y cinco Guantes de Oro y apenas el segundo de ese grupo que pasó su carrera jugando en el cuadro interior. El otro es el antesalista Mike Schmidt (548 jonrones y nueve Guantes de Oro), un miembro de Cooperstown desde 1995, su primer año de elegibilidad.

Pero Teixeira no fue un jugador tan dominante como Schmidt, un ganador de tres premios Jugador Más Valioso que es considerado ampliamente como el antesalista más completo de la historia.

Primero, lo positivo. En 14 temporadas con los Vigilantes de Texas, los Bravos de Atlanta, los Angelinos de Los Angeles y los Yankees de Nueva York, Teixeira batea .269 con 404 jonrones, 400 dobles, 1,281 carreras impulsadas y 1,085 anotadas. Superó los 30 jonrones en nueve ocasiones y las 100 impulsadas en ocho y en 14 partidos bateó cuadrangular a la zurda y la derecha, récord de todos los tiempos en el béisbol.

En un par de veces, "Tex" quedó entre los primeros 10 en la carrera por el Jugador Más Valioso de su liga. Quedó séptimo en 2005, cuando bateó .301 con 43 jonrones y 144 remolques, y segundo en el 2009, cuando logró su mejor desempeño con los Yankees, bateando .292 con 39 jonrones y 122 producidas.

Ahora, los datos que no ayudan mucho a Teixeira para ser un candidato de primera línea para soñar con el Salón de la Fama. En los primeros seis años de su carrera parecía que Teixeira era un seguro inmortal, pero desde que firmó su gran contrato de $180 millones de dólares por ocho temporadas con los Yankees, aparecieron las odiosas lesiones.

Teixeira, quien ha visitado la lista de lesionados en siete ocasiones en su carrera por diversas dolencias, especialmente en muñecas y rodillas, promedió .281, 35 jonrones, 113 impulsadas y 4.9 WAR entre 2003 y 2011, pero apenas .230, 18 jonrones, 53 impulsadas y 1.6 WAR desde el 2012 a la fecha.

Teixeira fue un bateador élite en el 2009, pero batea .249 con 25 jonrones y 75 carreras remolcadas por año desde que llegó a Nueva York. Esas no son estadísticas grandiosas para un bateador del medio de la alineación, mucho menos para un defensor de la primera base.

Esta temporada batea .198 con 10 jonrones, 27 remolques y 76 ponches en 77 partidos. No ha bateado por encima de .256 desde el 2010

De acuerdo a Baseballreference.com, las estadísticas globales de Teixeira son comparables a las de Tino Martinez, otro antiguo inicialista de los Yankees; Norm Cash, Gil Hodges, Derrek Lee, Rocky Colavito y Lance Berkman. Al igual que Teixeira, todos ellos fueron buenos jugadores, pero ninguno está en Cooperstown.

De los 217 ex ligamayoristas que alcanzaron el Salón de la Fama, solamente 21 jugaron en la primera base. De los inicialistas que que coincidieron con Teixeira, el retirado Jeff Bagwell y los activos Albert Pujols y Miguel Cabrera son los que mayores probabilidades tienen de unirse al grupo.

Teixeira fue un gran jugador, pero no tanto.

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El retroceso físico y las lesiones de Mark Teixeira en las últimas cinco temporadas hacen fácil olvidarse que él fue el foco de atención de la última gran guerra de ofertas entre los Medias Rojas de Boston y los Yankees de Nueva York -- y su decisión, en ese momento, pareció hacer la diferencia.

En la temporada baja 2008-09, la oficina central de Boston se puso a Teixeira como objetivo para redondear su alineación: Un bateador ambidiestro con gran poder, con defensiva de Guante de oro y el tipo de enfoque mental de teflón que ayudaría a su transición a un equipo de mercado grande. En 2008, los ocupantes de la inicial de los Medias Rojas solo conectaron 25 jonrones (empatados en el puesto 14 en todo el béisbol), y con la salida de Manny Ramírez mediante cambio a los Dodgers de Los Angeles, el pensamiento era que Teixeira podía ser el nuevo complemento para David Ortiz. Durante varias semanas, parecía que los Medias Rojas eran los favoritos para quedarse con Teixeira.

Sin embargo, los ejecutivos de los Medias Rojas siempre tuvieron miedo de que los Yankees se metieran en el medio e intentaran quedarse con el toletero. El enfoque de los Yankees en el inicio de la temporada fue el lanzador CC Sabathia -- a quien conseguirían con un contrato record de $161 millones - y la pregunta en la industria era si Nueva York estaría dispuesto a otorgar otro gran contrato. Y la respuesta a esa pregunta fue sí: un acuerdo de ocho años y $180 millones a Teixeira.

A pesar que los Medias Rojas habían sido cuidadosos con los Yankees, comoquiera se sintieron frustrados, ya que sabían el impacto que podía causar Teixeira. Y de inmediato, sus temores se confirmaron, ya que Teixeira conectó 39 jonrones y remolcó 122 carreras en su primera temporada con los Yankees, quienes ganaron 103 juegos y capturaron el banderín del Este de la Americana. Boston tuvo que conformarse con el comodín y fue barrido por los Angelinos de Los Angeles en la Serie Divisional.

Luego que los Yankees perdieran el Juego 1 de la Serie Mundial ante Filadelfia, Teixeira le conectó cuadrangular a Pedro Martínez en el Juego 2 para darle ventaja a los Yankees. En la parte final del Juego 6, fue Teixeira el que atrapó el lance final de Robinson Canó para el out final, y Teixeira lanzó su puño al aire para unirse a la celebración en el medio del terreno por el primer campeonato en su carrera.

Sin embargo, esa fue la última vez que lograron celebrar, y desde entonces, los Yankees han estado en un lento descnso, ya que su nucleo de Derek Jeter, Alex Rodríguez, Teixeira y otros envejecieron. En las últimas cinco temporadas, Teixeira se ha perdido 307 juegos, y aunque probablemente podría intentar seguir jugando a los 36 años, otra temporadas o dos podrían representar una enorme lucha. Un jugador que se ha ganado cerca de $200 millones en su carrera podría conseguir un acuerdo modesto de una temporada o alguna oferta de liga menor, porque tendría que demostrar que todavía puede jugar y producir. Mientras tanto, los Yankees ya casi se han movido por completo de esa generación de jugadores que ganó el título del 2009; Alex Rodríguez, Sabathia y Brett Gardner son los únicos restantes.

Teixeira tiene otros intereses y otras habilidades, y ha hecho algo de trabajo en televisión. Tiene tres hijos, y es posible que le quiera dedicar más tiempo a su familia, lo que le ha impulsado a llegar a la meta más temprano que tarde.

Teixeira tiene 400 dobles en su carrera, 404 jonrones y casi 1,300 impulsadas. Ha ganado cinco Guantes de Oro y terminó segundo en la votación del JMV en su primera temporada con los Yankees. Pero no ha llegado a los 2,000 hits en su carrera y tiene promedio de por vida de .269, así que probablemente se quede muy corto de una elección inmediata al Salón de la Fama.

Pero con el tiempo, su carrera de 14 temporadas será bien elogiada por su defensiva y su poder. Y los Yankees siempre valoraron su consistencia en su esfuerzo.

Pocos jugadores pueden decir que son catalogados como jugadores clave en franquicias históricas - pero eso es lo que Teixeira fue para los Yankees en 2009, y para los Medias Rojas.

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DETROIT - ¿Cómo lanzarle a Ian Kinsler?

Esa es una pregunta difícil. El receptor Jarrod Saltalamacchia jugó por varios años contra Kinsler, intentando en vano de responder esa pregunta. Incluso ahora que son compañeros, no tiene una respuesta concreta para eso.

"Si le golpeas en las costillas, no te puede conectar un doble", respondió el broma el veterano receptor.

Kinsler, como dijo recientemente un cazatalentos a ESPN.com, es un "dolor en el trasero" al uno intentar prepararse para enfrentarlo porque te puede lastimar de varias maneras. El veterano intermedista de los Tigres de Detroit es veloz y ágil, pero puede batear con poder; ya tiene 14 jonrones y no hemos llegado a la mitad de la temporada.

Suele arropar el plato, pero no puedes dominarlo pegado debido a su swing corto y rápido. Y es tan buen bateador, especialmente con su cobertura del plato de este a oeste, que un lanzamiento bajo y lejos de la zona tampoco es la respuesta.

"Como receptor, uno tiene que dejarle saber a su lanzador, 'Oye, está arropando el plato, así que si tiras un lanzamiento quebrado, tiene que ser más corto que corto'. No puede quedarse encima del plato porque básicamente se convierte en un lanzamiento a la altura de la rodilla para él", dijo Saltalamacchia. "Nuestros reportes de cazatalentos en el pasado decían que era mejor lanzarle despegado, pero despegado y bajo; los cambios han sido buenos en el pasado, y con elevación tardía, pero uno tiene que poder lograr el primer strike ante él. Si caes atrás en el conteo, quedas a su merced".

Su tenacidad en el plato suele agotar a los lanzadores contrarios. Su versatilidad mantiene despiertos en las noches a los cazatalentos. Y ambas han sido de gran ayuda para los Tigres en esta temporada. Y eso es solo a la ofensiva. Pareen eso con sus asombrosas capacidades defensivas, y definitivamente él está en la conversación para ser considerado como JMV de los Tigres luego de 74 juegos en esta temporada.

"Realmente es como un catalítico", dijo el manager Brad Ausmus. "Él es la parte superior de nuestra alineación. Nos da cierta ventaja. Tiene fuego de ganar. Ha estado aquí por mucho tiempo y ha dejado en claro que no se preocupa por sus propios números, solo quiere ganar. No deja pasar un buen pitcheo, así que es un buen ejemplo para nosotros".

Con seis pies de estatura y 200 libras de peso, el físico de Kinsler no grita exactamente "toletero", pero lleva ritmo para lograr más de 30 jonrones esta temporada.

Ya ha logrado dos campañas con más de 30 bambinazos, en 2009 (31) y 2011 (32). De acuerdo, eso fue durante su tiempo con los Vigilantes de Texas, cuando jugó en el Globe Life Park en Arlington, un estadio amigable para los bateadores, pero de la forma en que ha estado bateando esta temporada, no es de ilusos imaginarse otro año monstruoso.

"Ha sido más un bateador de rachas en términos de jonrones en las temporadas, pero tiene poder. Es solo que, por la razón que sea, no es del tipo de poder que tiene un Miguel Cabrera", dijo Ausmus. "Miggy puede batear mal una pelota y aun así la puede sacar; Kins tiene que pegarle realmente bien para sacarla, especialmente en nuestro estadio".

El jugar en los confines menos amigables del Comerica Park requirió que Kinsler hiciera algunos ajustes en los inicios de su estancia con los Tigres. Tuvo que recalibrar su swing cuando fue cambiado a Detroit, y eso no se tradujo en un éxito inmediato.

"Cuando yo llegué aquí yo sabía que era un estadio grande, y yo sabía que habían chicos aquí detrás de mí que me podían remolcar y se supone que yo fuera un preparador de mesa", le dijo Kinsler a ESPN.com. "Yo realmente quería aplanar mi swing y batear más líneas, y eso me alejó de mi poder".

Ese ajuste llevó a un aumento significativo en su porcentaje de líneas, que saltó de 16.8 por ciento en sus cuatro años en Texas a 21.6 por ciento en sus tres años con Detroit, de acuerdo con ESPN Datos.

Una vez Kinsler se sintió más cómodo con sus ajustes en su mecánica, su poder comenzó a regresar. Eso no ocurrió de la noche a la mañana, pero gradualmente llegó a un lugar la pasada temporada dónde se sintió que podía proveer ambos elementos de la ofensiva: la habilidad de embasarse, y la habilidad de batear con poder.

¿Cómo lo logró? No hubo una fórmula mágica, según insiste el coach de bateo Wally Joyner, solo una gran ética de trabajo.

"Con un deseo de ser un jugador de Grandes Ligas, con un deseo de estar en la jaula de bateo por varias horas y de estar en el terreno por varias horas para perfeccionar su juego y su habilidad de producir cada día", dijo Joyner.

Kinsler admite que no puede batear regularmente con poder para todas las bandas. Es un bateador que suele halar la pelota y cuyos cuadrangulares usualmente son hacia el jardín izquierdo. De acuerdo con ESPN Datos, solo 14 de los 146 cuadrangulares de Kinsler en su carrera han sido hacia el central (10) o hacia el derecho (4).

Eso no es algo atípico, pero hay un elemento de su swing que lo hace único como bateador de poder.

"No tiene una carga, como tal, como la mayoría de los bateadores", dijo Saltalamacchia. "La mayoría de los bateadores tienen una patada y una especie de paso hacia la pelota. Él simplemente la conecta desde su posición quieta. Es algo diferente, pero obviamente tiene un bate rápido. Puede arropar la pelota. Es un muy buen bateador".

Debido a su swing es corto y rápido, puede quedarse encima de las rectas, pero también tiene el balance suficiente para hacer daño ante lanzamientos quebrados.

Kinsler no siempre ha tenido un swing tan corto. Un cazatalentos de MLB, quien evaluó a Kinsler cuando estaba en la Universidad en Missouri, dijo que él solía batear la pelota para todos lados y empujar la pelota hacia las bandas con "un golpe de línea".

Una vez llegó a las mayores, se adaptó. En vez de tratar de emplear el mismo swing que usaba en la universidad, lo acortó, añadiendo más rapidez y poder en la parte final del mismo, y aprendió a halar más la pelota.

"Hizo un gran trabajo con sus ajustes", dijo el escucha.

Obviamente eso le ha rendido dividendos al seleccionado en la ronda 17 del sorteo.

Kinsler admite que sería bueno tener otra temporada sobresaliente a la ofensiva como en esos dos años en Texas, pero no está embriagado con la idea de los cuadrangulares.

"Todo el mundo vive enamorado del cuadrangular, pero ¿es valioso un tipo que batea .210 y que saca 35 pelotas por temporada?", se preguntó Kinsler. "La industria parece pensar que eso es valioso. Pero yo no creo que sea valioso. 35 turnos, 35 turnos de un total de 600, vas a batear un cuadrangular. ¿A qué equivale eso en victorias? ¿Cuándo se conectaron esos jonrones?

"Digamos que un chico batea 35 jonrones y 10 de esos no valieron la pena porque su equipo estaba ganando con gran ventaja o perdiendo por mucho. Ahora solo logró 25 jonrones por temporada que realmente significaron algo. ¿Cuántos de esos juegos en los que bateó un jonrón se lograron ganar?"

Los sentimientos de Kinsler van a la par con sus propios números. De acuerdo con ESPN Datos, en realidad él bateó un alto porcentaje de cuadrangulares para tomar ventaja en los partidos en sus temporadas en las que logró menos de 30 jonrones. De los cuadrangulares que logró en sus temporadas con más de 30 vuelacercas, solo 30 por ciento de ellos fueron para tomar ventaja, en comparación con el 37 por ciento en otras temporadas.

Sin embargo, esa no es la única reflexión del valor de Kinsler. Lejos de ello.

El hecho de que no esté mostrando señales de retroceso a pesar de su edad - acaba de cumplir 34 años el pasado miércoles - solo le añade lustre a su atractivo. Se ha mantenido como alguien duradero - jugando en 154 partidos o más en cuatro de las últimas cinco temporadas - y parece tener un modo de jugar parecido al de Benjamin Button a medida que envejece.

En raras ocasiones se le ve cansado, incluso luego de una larga racha de partidos. En cambio, suele inyectar vida y ambiente al camerino. Se encuentra entre los regulares que suelen llevar a cabo partidos de baloncesto frente al aro improvisado frente a su casillero. Tiene una elaborada rutina de estrechón de manos con el hijo de su compañero de equipo Víctor Martínez, Víctor José. La energía de Kinsler se asemeja mucho a la de un chiquillo.

"Yo soy un chico grande", dijo Kinsler. "100 por ciento".

No suele ponerle demasiado pensamiento a la posible duración de su carrera, pero él siempre ha admirado la longevidad de su ex compañero Torii Hunter. La mayor prioridad de Kinsler es jugar lo suficiente como para que su hijo de cinco años, Jack, pueda tener una verdadera probada de lo que es la vida en las Grandes Ligas.

"Me gustaría que mi hijo se lleve en su recuerdo las memorias de los camerinos y las jaulas de bateo y de atrapar elevados en los jardines", dijo Kinsler. "Así que hasta la edad que eso sea, me gustaría jugar hasta esa edad".

Y añade: "Yo quiero ser como Ken Griffey Sr. y Ken Griffey Jr".

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NUEVA YORK - En un mundo ideal para los Yankees de Nueva York, Mark Teixeira estaría teniendo una temporada monstruosa, contribuyendo a un equipo ganador y haciéndose muy atractivo para su llegada a la agencia libre en el próximo invierno.

Mientras tanto, el cotizado prospecto de la primera base Greg Bird estaría creciendo en Triple A, puliendo todos los aspectos de su juego antes de asumir con confianza el trabajo como inicialista titular en Grandes Ligas en 2017.

Pero los Yankees no viven en un mundo ideal, razón por la que lo que alguna vez lució como una Fortaleza, con un obvio plan de sucesión, es ahora una gran señal de interrogación.

Tanto Teixeira como Bird están lesionados. Los Yankees perdieron a Bird antes de comenzar la temporada por una cirugía de hombro, evitando que pudiese seguir la labor que comenzó en el 2015, cuando promedió .261, con 11 jonrones, 31 impulsadas y OPS de .872 en 46 partidos de Grandes Liugas. Teixeira, quien está pautado para volver de una lesión de rodilla el sábado, ha lucido más como un jugador de 63 años que uno de 36. Teixeira apenas batea para .180 y no ha logrado cuadrangular en sus últimos 141 turnos, la peor racha de su carrera. Hace apenas un año para esta fecha, Teixeira era candidato temprano al JMV de la Liga Americana con OPS de .926. Su actual OPS de .535 está entre los peores en el béisbol.

Una vez Teixeira vuelva al equipo, el futuro de los Yankees en la primera base podría aclararse un poco más. Por su lado, Teixeira necesita demostrar que todavía puede jugar. Aunque sigue siendo un gran guante, tiene que batear más para justificar un trabajo como titular en algún otro equipo el año que viene. Si puede jugar de la forma que lo hizo en los primeros cuatro meses de la temporada pasada, los Yankees podrían considerar extenderle una oferta calificada en el invierno, con la posibilidad, en caso de que acepte, de que sirva como protección para cuando Bird vuelva a la acción. Teixeira también podría rechazar el acuerdo de una temporada y buscar un contrato multianual en otro lado, lo que le permitiría a los Yankees recibir un turno compensatorio en la primera ronda.

Es cierto que esto es mucho pedir, ya que Teixeira - aunque históricamente siempre ha tenido arranques lentos - no ha mostrado señales de una recuperación.

Bird, de 23 años, se mantiene en gran parte como una interrogante. De todas las posiciones en el terreno, la primera base es la que probablemente menos impacto recibe por una lesión de hombro, aunque sigue siendo una incógnita como la cirugía le afectará en el plato. Aun así, los Yankees podrían tener que lanzar los dados sobre Bird el año que viene. next year. Lució bien en el 2015 reemplazando a un lesionado Teixeira, y básicamente igualó su producción con un swing perfectamente adecuado para el Yankee Stadium.

Pero eso no signfica que ya se haya probado a sí mismo. Los problemas del derecho Luis Severino -- que se encuentra de vuelta en Triple A luego de arrancar la temporada con 0-6 y ERA de 7.46 - es el cuento de precaución más reciente de que una buena y corta corrida como novato no garantiza el éxito en el Año 2.

Aunque los Yankees no van a tomar ninguna decisión hasta el invierno, parece probable que sigan su camino sin Teixeira y que le den el trabajo como titular a Bird en la inicial. Es en función de los mejores intereses de los Yankees el ponerse más jóvenes e intentar construir una base sólida en la organización antes de que se hagan disponible en el mercado jugadores como Bryce Harper y la potencialmente histórica clase de agentes libres en el 2018.

La clase de agentes libres de la venidera temporada baja es débil. Eso, junto con el deseo de Hal Steinbrenner de reducir la nómina y crear más flexibilidad financiera, significa que los Yankees tendrán que mejorar con talento interno.

Muchos fanáticos de los Yankees parecen listos para observar jugar a chicos por algunos años en vez de sufrir por el mismo ciclo aburrido de jugadores veteranos solo para resolver. Viniendo de una lesión, Bird no va a ser la alternativa perfecta, pero es la más probable.

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BALTIMORE - El manager que ha tenido siempre todas las respuestas a todas las preguntas, de repente no pudo contestar una. Al preguntársele quién jugaría en la primera base para los Yankees de Nueva York si Mark Teixeira se queda sin jugar por un tiempo significativo, Joe Girardi solo pudo decir esto: "No tengo idea. Tengo que hablar con mi gerente".

Teixeira salió de juego el viernes en la noche en el partido ante los Orioles de Baltimore -- un partido en el que los Yankees desperdiciaron una ventaja 5-2 para eventualmente perder 6-5 - en la parte aja de la tercera entrada luego de indicarle a Girardi que su rodilla derecha se le había trancado. Teixeira fue enviado al doctor de los Orioles para una primera revisión y luego al hospital para un examen de resonancia magnética. Los resultados no estuvieron disponibles luego del partido, pero el sábado se conoció el desgarre en el ligamento de la rodilla, por lo que Teixeira fue colocado en la lista de lesionados de 15 días.

Como resultado, luego del primer tercio de la temporada que ha probado ser un tercio de un mal equipo, los Yankees no tienen idea de quién va a jugar en la primera base el sábado - ni el domingo, ni el lunes ni el martes.

"Ref lo hizo bien", dijo Girardi sobre el novato Rob Refsnyder, quien fue utilizado como medida de emergencia tras la salida de Teixeira del partido. "Hizo dos jugadas, y lució bien".

Cuando se le preguntó sí se sentía cómodo con Refsnyder, un buen bate pero sin posición, jugando en la primera base de forma regular, Girardi cubrió sus apuestas.

"Sí, quiero decir, hoy hizo el trabajo", dijo. "Pero no ha jugado mucho. Pero es algo que, como dije, vamos a hablarlo".

La segunda suposición obvia, por supuesto, es que el tener un primera base sustituto es algo que los Yankees debieron haber tenido en mente hace meses - para ser precisos desde el 2 de febrero, el día en que Greg Bird, el aparente heredero del puesto de Teixeira en el sistema de fincas de los Yankees, fue sometido a una cirugía para repararle un desgarre en el labrum que lo inactivó por esta temporada y probablemente parte de la del 2017.

Los Yankees pensaron que ellos podrían sobrevivir con una amalgama de jugadores utility como Dustin Ackley, apariciones esporádicas de los receptores Austin Romine y Brian McCann, y en ocasiones del antesalista Chase Headley. Era el mejor escenario de la peor clase, especialmente considerando que Teixeira no ha estado lo suficientemente saludable para jugar una temporada completa desde 2011.

Pero el descabellado plan de los Yankees se fue a pique el domingo, cuando Ackley se dislocó el hombre en un partido ante los Rays en St. Petersburg, Florida. Fue sometido a una cirugía que acabó su temporada pocas horas antes de que la rodilla de Teixeira también sucumbiera. Para empeorar las cosas, Girardi anunció antes del partido que McCann había sufrido una hiperextensión del codo mientras buscaba un slider errante el miércoles y no estará disponible por varios días.

Incluso si descontamos el bate impotente de Teixeira - batea .180 y no ha conectado cuadrangular desde el 13 de abril - se debe respetar su bate y la forma en que salva los errores de los jugadores del cuadro de los Yankees y las carreras del cuerpo de lanzadores. De repente, los Yankees pasaron de tener un primera base titular a ninguno, salvados por un novato que no tuvo en su poder un guante de inicialista hasta apenas hace par de días atrás.

"Es la realidad del juego", dijo Girardi. "Uno nunca sabe lo que va a pasar diariamente. Así que sabremos muy pronto, y tendremos que lidiar con eso".

Eso de que los Yankees hayan fallado en tener un inicialista sustituto es como si a un hospital se le olvidara comprar un generador de respaldo de energía. Uno sabe que tarde o temprano, lo vas a necesitar. Para los Yankees, ese momento llegó antes de lo que se esperaba, pero aun así, no hay excusa para pretender que no se sabía que ocurriría.

Luego de la derrota ante los Orioles, quienes se colocaron tres puntos porcentuales por encima de los Medias Rojas de Boston en la cima del Este de la Liga Americana, Girardi reconoció lo obvio sobre su equipo, que tiene ahora marca de 25-29 y está a 6 ½ juegos en la cuarta posición en la tabla.

"No estamos donde queremos estar", dijo. "Vamos a tener que jugar mucho mejor en los dos tercios de temporada que restan para llegar a donde queremos estar".

Para eso van a necesitar, entre otras cosas, uno inicialista listo para jugar en Grandes Ligas. Refsnyder, quien no mostró ansiedad alguna en el plato en su breve retorno a las Grandes Ligas (bateando .308 con cuatro hits en sus pasados 17 turnos), sigue siendo un trabajo en progreso en el terreno. Por eso es que los Yankees lo movieron de la segunda base al jardín derecho a la tercera base, y ahora, a la primera base.

Como era de esperar, Refsnyder dijo las cosas correctas cuando se le preguntó si se sentía listo para jugar diariamente en la primera base -- "Si eso es lo que Joe necesita, eso es lo que yo voy a hacer" - pero reconoció que la suma total de su experiencia en dicha posición es de apenas "un par de días".

"En lo que me estoy enfocando ahora es en lograr repeticiones en las prácticas y sentirme tan cómodo como sea posible", dijo.

Los Yankees tienen algunas opciones en Triple A. La más obvia es Nick Swisher, quien se movió a la primera base/DH cuando sus rodillas de 35 años ya no le permiten jugar más en los jardines. Pero batea apenas .243 con OPS de .621 para el Scranton y fue superado por su compañero Chris Parmalee, quien está empatado en el liderato del equipo con siete jonrones, OPS de .785 y tiene 28 años, aunque este último ya fue subido al equipo grande el sábado.

Todo esto se pudo haber resuelto, por supuesto, si Alex Rodríguez no hubiese tirado la toalla en su intento de aprender a jugar la primera base, lo que le habría dado a Girardi la opción de mover a Carlos Beltrán fuera del jardín central y al puesto de bateador designado, donde pertenece.

"Bueno, él no se sentía cómodo haciéndolo", dijo Girardi con tristeza. "Así que uno tiene que lidiar con eso de otra forma".

Para los Yankees, ese día ha llegado. Ahora mismo, como Abbott y Costello, el equipo no tiene respuesta a la vieja pregunta: "¿Quién estará en primera?"

Pero contrario a Abbott y Costello, la pregunta no es graciosa cuando los Yankees la formulan, incluso si la respuesta es tan poco satisfactoria.

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