A fin de cuentas, el béisbol es un negocio, en el que los jugadores se mueven como piezas de ajedrez, según mejor le convenga a las finanzas del equipo.

A menos que un conjunto esté metido de lleno en la carrera por la postemporada, los gerentes prefieren deshacerse de sus estrellas que estén a las puertas de la agencia libre y obtener a cambio prospectos que ayuden a largo plazo...hasta que se conviertan en agentes libres y así, el ciclo se repite una y otra vez.

He aquí seis peloteros que deberán cambiar de equipo, ya sea en el invierno o a mitad de la temporada del 2019.

Félix Hernández, Marineros de Seattle

¿Creíamos que el venezolano Félix Hernández se retiraría con el uniforme de los Marineros, equipo para el cual ha jugado desde su debut en el 2005?

Pues estábamos equivocados. El Rey Félix, en franco declive a pesar de que apenas tiene 32 años ya no es un puntal dentro de la organización de Seattle.

En dependencia de cómo le vaya en la primera mitad del 2019, la gerencia puede intentar moverlo para que vaya a reforzar, ya el pitcheo abridor, ya el bullpen, de algún equipo con aspiraciones de ir a la postemporada.

Todd Frazier, Mets de Nueva York

La división Este de la Liga Nacional será tan competitiva en el 2019, que los Mets no aparecen entre los aspirantes a ir a los playoffs. Simplemente las cosas no le están funcionando al otro equipo de Nueva York. El tercera base Todd Frazier será agente libre después de la próxima campaña y el equipo necesita una reconstrucción radical, que les permita planificar para la próxima década.

Tampoco es que por Frazier se puedan obtener prospectos demasiado valiosos o prometedores, pero definitivamente, este antesalista próximo a cumplir 33 años no forma parte del futuro.

José Abreu, Medias Blancas de Chicago

El cubano Abreu es uno de los mejores bateadores derechos que hay en las Grandes Ligas, pero a punto de cumplir 32 años comienzan a aparecer achaques que pueden limitar su tiempo de juego. Si los Medias Blancas pueden encontrar un comprador, no deben pensarlo dos veces.

Cualquier equipo estaría feliz de recibir a un hombre que en sus primeras cinco temporadas en las Mayores promedia 32 jonrones y 107 carreras impulsadas. Será agente libre después de la próxima temporada y difícilmente haya interés mutuo en continuar la relación laboral.

Sonny Gray, Yankees de Nueva York

Los Yankees buscarán lanzadores abridores en la agencia libre y entonces Sonny Gray no cabrá en el equipo. Además, ya demostró que el ilustre uniforme de rayas le quedó demasiado grande.

Quizás en un mercado más pequeño pueda retomar su carrera al nivel de cuando estaba con los Atléticos de Oakland Puede conseguirse buen acuerdo por un hombre que es joven (29 años) y en seis temporadas en las Mayores tiene un buen récord de 59-52 y efectividad de 3.66.

Madison Bumgarner, Gigantes de San Francisco

Los Gigantes no van a ningún lado por ahora, incluso si consiguen firmar a Bryce Harper. Es un equipo que se ha vuelto viejo y necesita un cambio drástico, prácticamente a partir de cero. A menos que San Francisco haga varias adiciones inesperadas, el intercambio de Bumgarner después de ejercer su opción por el último año de su contrato, es lo mejor para los negocios y para el futuro de la franquicia.

Luego de promediar 32.5 aperturas entre 2011 y 2016, el zurdo ha iniciado apenas 36 partidos entre el 2017 y 2018, pero la pasada campaña mostró estar recuperado y tiene apenas 29 años.

J.T. Realmuto, Marlins de Miami

Este es un caso diferente, pues no será agente libre hasta el 2021. Pero todo el mundo quiere hacerse de los servicios de quien posiblemente sea el cátcher más completo de todo el béisbol, bueno defensivamente, excelente bateador y una rareza como corredor veloz.

Realmuto no quiere seguir con el equipo, a pesar de que la gerencia le ha ofrecido una extensión contractual de entre 80 y 100 millones de dólares. No es fácil tener a un pelotero, por estelar que sea, disgustado dentro del clubhouse y a la larga, Derek Jeter y compañía terminarán cediendo a la tentación, pues es posiblemente el hombre por el que mejores piezas se puedan conseguir a cambio.

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Lo más difícil para un deportista estelar es darse cuenta del momento en que llegó la hora de decir adiós. A veces la mente no consigue entender las señales que le envía el cuerpo de que el tanque se quedó sin gasolina e insisten en continuar activos, echando a perder en muchos casos números realmente sobresalientes.

Este año se dieron cuenta de ello y dijeron no más el venezolano Víctor Martínez, después de 16 campañas repartidas entre los Indios de Cleveland, los Medias Rojas de Boston y los Tigres de Detroit, David Wright, tras 14 años con los Mets de Nueva York, Chase Utley, que se mantuvo por 16 temporadas entre los Filis de Filadelfia y Dodgers de Los Angeles y Jayson Werth, que también estuvo en Filadelfia y Los Angeles, además de Washington y Toronto por 15 zafras. Pero hay otros hombres a quienes la liga ya les queda grande y deberían optar por decir adiós.

Bartolo Colón (45 años)

Después de 21 temporadas en las Mayores, ya el carismático Bartolo Colón no tiene nada más que buscar. Convertido en el lanzador latino con más victorias en todos los tiempos (247), al dominicano se le acabó el béisbol. ¿A qué más puede aspirar? ¿A sumar un par de triunfos más a su récord? El problema es que ya por cada victoria se añaden tres o cuatro derrotas y su efectividad es tan gorda como el propio lanzador.

A menos que sueñe con jugar para los 30 equipos (va por 11 y le faltan 19), el Big Sexy está de más.

En el 2012 entró en una racha de cinco campañas seguidas con récord ganador, al registrar en ese lapso balance de 72-49 y efectividad de 3.56 en 932 entradas y un tercio, nada mal para un cuarentón. Pero entre el 2017 y 2018 tuvo récord de 14-26 y efectividad de 6.13, señal de que ya ese tanque se vació. Se entiende que entonces estaba buscando quebrar la marca que ostentaba el nicaragüense Dennis Martínez como el latino más ganador de la historia (245), pero ya lo consiguió y seguir sólo engrosará su casilla de derrotas /188), mientras su promedio de carreras limpias ya superó las 4.00 y anda por 4.12.

Brandon Phillips (37 años)

Hace seis o siete años atrás, cuando se debatía sobre los mejores defensores de la segunda base en las Grandes Ligas, era obligado incluir el nombre de Brandon Phillips, quien entonces vestía el uniforme de los Rojos de Cincinnati y dejaba a todo el mundo con la boca abierta por sus fildeos imposibles.

Ganador de cuatro Guantes de Oro en la Liga Nacional (2008, 2010, 2011 y 2013), Phillips asistió a tres Juegos de Estrellas e incluso fue el intermedista titular de la selección de Estados Unidos en el III Clásico Mundial de Béisbol, en el 2013.

Pero de aquel apenas queda la sombra. En el 2018, a los 37 años, apenas si pudo conseguir un contrato como agente libre con los Medias Rojas en junio, cuando la temporada ya andaba por la mitad. Apenas vio acción en nueve partidos, con tres imparables en 23 turnos (.130) y no fue incluido en el roster del equipo que disputó la postemporada y ganó la Serie Mundial. Nuevamente quedó como agente libre...libre de irse a su casa a disfrutar de su retiro.

Fernando Rodney (41 años)

Ezra Shaw/Getty Images
Cada vez son menos las flechas que le quedan por lanzar al cielo al dominicano Rodney, en su momento uno de los cerradores más dominantes de todo el béisbol. Al igual que Bartolo, Rodney ha sido un jugador itinerante, que ya va por diez franquicias y regresará en el 2019 con los Atléticos de Oakland, el equipo para el cual jugó en el 2018, luego de que la gerencia ejerciera una opción sobre el jugador.

Con su gorra de medio lado característica, el dominicano habrá cumplido 42 años cuando empiece la próxima temporada y entre el 2017 y 2018 ha desperdiciado 13 rescates en 63 oportunidades, demasiadas para quien está encargado de asegurar las victorias de su equipo.

Luis Valbuena (32 años)

Por edad, al venezolano Luis Valbuena debería quedarle gasolina en el tanque. Pero a algunos se les acaba antes el béisbol que a otros y si Valbuena se mantiene en las Mayores es por obra y gracia de la sabermetría, que le encuentra algún vericueto a los números para justificar su presencia.

Pero un hombre que después de 11 temporadas batea para average de .226 y en los dos últimos años lo ha hecho para .199 tiene poco o nada que hacer en el mejor béisbol del mundo.

Si acaso tenía a su favor un poder ocasional que en dos ocasiones (2015 y 2017) le permitió sacar más de 20 pelotas fuera del parque. Pero en el 2018 tuvo un bajón considerable, con promedio de .199 en 266 turnos, en los que se ponchó 100 veces y apenas disparó nueve bambinazos. Tendrá que trabajar muy duro sus agentes de Elite Sports Group para encontrarle empleo en la agencia libre.

José Reyes (35 años)

Hace tiempo que "La Melaza" dejó de ser aquel pelotero que encantaba con su juego explosivo, sus arriesgados corridos de bases y fildeos espectaculares de sus primeros años con los New York Mets. Luego de un periplo de cuatro campañas por Miami, Toronto y Colorado entre el 2012 y 2015, regresó a los Mets en el 2016 y allí ha pasado sus últimos tres años, donde su llama ha ido languideciendo.

Su compatriota Amed Rosario es el dueño del campocorto en Nueva York y el papel de Reyes se limita a ser sustituto de los titulares del cuadro interior. Sus números del 2018 lo dicen todo: .189 de average en 110 partidos y apenas cinco bases robadas en siete intentos, una bicoca para alguien que encabezó la Liga Nacional en estafas tres años seguidos entre el 2005 y 2007.

La velocidad del swing ya no puede con lanzadores que la sueltan a 95 y 100 millas por hora con la naturalidad de quien se toma un vaso de agua. Reyes probará suerte en el mercado de agentes libres y de veras la necesitará, pues con esos números recientes y 35 años en sus costillas, le será más fácil ganarse la lotería que encontrar un equipo que lo contrate.

Peter Moylan (39 años)

El australiano Peter Moylan ha sido un buen relevista intermedio o situacional a lo largo de sus 12 campañas en las Mayores, nueve de ellos con los Bravos de Atlanta. Pero próximo a cumplir los 40 años (2 de diciembre), su brazo ya no es el mismo.

Su recta ha perdido varias millas y en el 2018 tuvo balance de 0-1 y efectividad de 4.45 en 28.1 entradas a lo largo de 39 partidos. Cuando empiezan a acumularse las bases por bolas es señal de que comienza a desaparecer el dominio de la juventud. Ya no hay tanta velocidad y al intentar trabajar más las esquinas, así aparecen los boletos, que muchas veces se traducen en carreras.

No parece que los Bravos vayan a recontratarlo, ahora que Moylan llega a la agencia libre. El equipo quiere sangre joven y los veteranos que tenga deben aportar mucho más de lo que hace ya el australiano. Mejor decir adiós ahora, cuando se tiene un muy buen récord de 24-10 y efectividad de 3.10 en 499 juegos, que insistir en seguir y ver como el promedio de carreras limpias se dispara sobre las 4.00, como ocurrió con Bartolo Colón.

Joaquín Benoit (41 años)

Tom Szczerbowski/Getty Images
El dominicano Joaquin Benoit regresa a tantear la agencia libre, a pesar de no haber lanzado una pelota en Grandes Ligas en la temporada recién terminada. Benoit firmó con los Nacionales de Washington en el invierno pasado por un millón de dólares, pero fue enviado a las Menores después de los entrenamientos primaverales y nunca fue ascendido, a pesar de los problemas que tuvo el equipo en el bullpen.

En el 2017, la última vez que lanzó en Grandes Ligas con los Filis y los Pittsburgh Pirates, tuvo balance de 1-6 y efectividad de 4.65 en 52 partidos, con dos rescates en seis oportunidades. Quizás, por la escasez de lanzadores relevistas, podría recibir una nueva oportunidad, aunque la tiene más difícil que su compatriota José Reyes.

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Clayton Kershaw dejó a 29 equipos de las Grandes Ligas con la boca hecha agua.

Lejos de salirse de su pacto con Dodgers de Los Angeles, al cual le quedaban dos temporadas más, lo que hizo fue firmar una extensión contractual que lo atará al club hasta el 2021 y le añadirá 22 millones de dólares a su cuenta bancaria.

El estelar zurdo, que ha jugado toda su carrera con los Dodgers, tenía una cláusula que le permitía salirse del contrato que firmó en el 2014 por siete campañas y 215 millones.

Según reseña la página Baseball-Reference.com, de ese acuerdo le restarían por cobrar 34.6 millones en el 2019 y 35.6 millones en el 2020.

Ahora esos 71 millones le suma otros 22, más incentivos, además de asegurarse un año más de trabajo.

¿Decepcionante?

Probablemente Kershaw podría haber conseguido en el mercado de agentes libres un contrato de unos 120 millones y hasta cinco campañas, que si bien promediaría un salario anual inferior a los 31 millones por temporada que ganará con los Dodgers, le garantizaría más tiempo.

Rob Tringali/MLB Photos/Getty ImagesClayton Kershaw no se va a ninguna parte; seguirá siendo un Dodger al menos por los próximos tres años.
Ese promedio de 31 millones por año empatará como el segundo más alto de todo el béisbol, al igual que Miguel Cabrera y David Price y sólo superado por los 34.4 que recibirá Zack Greinke con los Diamondbacks de Arizona hasta el 2021.

Irse incluso, le daría la posibilidad de buscar en otros aires el anillo de campeón que le ha sido esquivo desde que debutó en el 2008.

Pero el zurdo parece que será de esa especie en peligro de extinción que prefiere jugar toda su carrera con un solo uniforme y eso merece aplausos, en tiempos donde la palabra lealtad está siendo borrada del diccionario.

Y está también el tema de la salud, algo que ha afectado a Kershaw en los últimos años.

Luego de promediar 31 aperturas entre 2009 y 2015, el tres veces ganador del premio Cy Young ha iniciado una media de 24 partidos entre 2016, 2017 y 2018, con varias visitas a la lista de lesionados.

Aunque para cuando comience la próxima temporada apenas habrá cumplido 31 años, nadie conoce su cuerpo mejor que él mismo y quizás esté consciente de que cinco campañas pueden ser demasiadas para su dañada espalda.

Si de aquí a tres años ya veremos qué puede depararle el futuro, pero por ahora, Kershaw ha aplicado el refrán de que vale más pájaro en mano, que cien volando.

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Ni Bryce Harper, ni Manny Machado. La pieza más codiciada en el invierno podría ser J.T. Realmuto, el cátcher estelar de los Marlins de Miami. El agente de Realmuto, Jeff Berry, dijo en una entrevista que está convencido de que su cliente vestirá un uniforme diferente cuando se abran los campos de entrenamientos primaverales en febrero. Ello significa que el receptor no aceptará la propuesta de extensión contractual de los Marlins por tres o cuatro temporadas y 20 millones de dólares por año. La receptoría es la posición que más tiempo lleva para que un jugador madure y los buenos enmascarados son sumamente escasos en cualquier béisbol de mundo.

J.T. Realmuto batea con Marlins
AP Photo/Rich Schultz
El precio de Realmuto en el mercado ahora mismo es posiblemente el más alto que haya para un pelotero de su posición, pues se trata del cátcher más completo de todas las Grandes Ligas. Seguro en la defensa, con un promedio de fildeo de .993, Realmuto tiene inteligencia para conducir a los lanzadores, buen brazo y certeza en los tiros a las bases, capacidad para bloquear envíos contra el suelo y excelente mascoteo para hacer strikes aparentes bolas. En toda su carrera ha cometido apenas 36 passed balls, casi nada, si se tiene en cuenta que Yasmani Grandal, titular del equipo que ha ganado la Liga Nacional en los últimos dos años, tuvo 31 sólo en el 2018. Con el madero ha sido un bateador sumamente consistente, con incrementos en los principales indicadores ofensivos cada año, desde que asumió la titularidad en la receptoría de los peces en el 2015. Y a eso súmenle la rareza de ser un corredor veloz, velocísimo, casi un aborto de la Naturaleza entre los hombres de su posición, habitualmente pesados y lentos. Cumplirá 28 años en marzo y desde hace rato, varios equipos han indagado por sus servicios, principalmente los Nacionales de Washington , los Atlanta Braves, Los Ángeles Dodgers y los New York Yankees. Realmuto todavía está bajo control de los Marlins por dos temporadas más, aunque es elegible para arbitraje tanto en 2019 como en 2020, antes de convertirse en un agente libre sin restricciones en el 2021.

La gerencia podría negarse a cambiarlo, como exige el jugador, pero ello crearía un conflicto dentro del vestuario, pues no será fácil tener a un hombre que, independientemente de que sea un profesional, estará a disgusto y probablemente no se entregará en el terreno al 100 por ciento.

Entonces no le quedaría a Derek Jeter y compañía otra alternativa que sacarlo al mercado en un momento en que su valor está por las nubes y puede obtener mucho a cambio. Ahora bien, no hay ninguna regla que obligue a los Marlins a cumplir los deseos del pelotero y en caso de que lo complazcan, tampoco hay que mandarlo a un equipo contendiente.

En buena lid, los peloteros que no entienden que no son otra cosa que empleados de las franquicias que les pagan -y nada mal, por cierto- merecen ser enviados a equipos peores de los que están o a ciudades para nada atractivas, incomparables con la magia de Miami.

Pero tomárselo como algo personal podría generar una situación en la que todos pierden.

Entonces, ya que Realmuto no quiere seguir con el equipo, tiene la gerencia que buscar el equipo que esté dispuesto a desprenderse de las piezas más valiosas posibles por hacerse de sus servicios, pues al final de todo, se trata de un negocio.

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El zurdo Clayton Kershaw tiene ahora poco menos de una semana para decidir si sigue por los próximos dos años con los Dodgers de Los Angeles o si se sale del contrato que todavía le garantizaría 70 millones de dólares para su bolsillo en el 2019 y 2020.

Luego de perder el último juego de la Serie Mundial, Kershaw podría irse a la agencia libre y conseguir un nuevo pacto con el mejor postor que le garantice no sólo más dinero, sino más tiempo de trabajo.

Esta no es una decisión que se toma a la ligera y lo más seguro es que sus representantes hayan tanteado el mercado por debajo de la mesa para aconsejar al zurdo el mejor paso que dar.

Con la escasez de serpentineros estelares que saldrán este invierno a la agencia libre, podría no ser tan difícil para Kershaw superar los 70 millones que le adeudan todavía los Dodgers.

"No he tomado una decisión aún. Tenemos tres días para hablar, entre nosotros y los Dodgers, para ver qué sucede. Y luego partiremos de ahí", expresó a los medios el zurdo, tras la derrota del domingo.

"Ahora tengo tres días para pensar acerca de todo esto antes de concretar algo. Serán tres días bien ajetreados para mí", agregó.

A sus 30 años de edad, no suena tan descabellado un nuevo acuerdo por entre 80 y 100 millones y cinco temporadas, a pesar de que viene de la campaña más pobre de sus últimas nueve, con récord de 9-5 en 26 aperturas, luego de perderse tiempo de juego por una lesión.

Kershaw ya no es el mismo que entre el 2011 y 2014 ganó tres premios Cy Young y quedó segundo en la votación en otra ocasión.

La recta le ha perdido unas cuantas millas por hora de velocidad y su cifra de ponches (155) es la menor desde que abanicó a 100 en su año de novato.

Pero ello no quiere decir que haya entrado ya en su declive, aunque está a las puertas de ello.

El zurdo está en una meseta de rendimiento que puede durarle tres, cuatro campañas más, en dependencia de su salud.

Esa es la palabra clave para el estelar serpentinero, tal vez el más talentoso de su generación: salud.

Hay que tener en cuenta que en el 2018 solamente pudo realizar 26 aperturas y por tercer año seguido y cuarto en los últimos cinco no consiguió 30 juegos iniciados.

Clayton Kershaw
AP Photo/Matt Slocum
Pero si consigue mantenerse entre las 25 y las 29 aperturas, con una efectividad habitual por debajo de tres carreras limpias por cada nueve entradas de actuación, estará justificando el salario, ya sea el de los Dodgers, si decide seguir en el contrato, o el que logre pactar si se va a la agencia libre.

Salirse del contrato parece bastante probable e incluso lógico, por su valor en el mercado.

Lo que podría suceder es que se salga del acuerdo y vuelva a firmar, como agente libre, con los Dodgers.

Dinero le sobra a la franquicia de Los Angeles y sus ejecutivos han demostrado no tener el codo duro cuando de gastar plata se trata, aunque hasta ahora sus inversiones no les hayan dado los resultados esperados.

También está la opción de completar sus dos temporadas pendientes con los Dodgers y salir al mercado con 32 años.

Su valor para entonces debería ser menor, pero ya tiene 70 millones del lado de acá y todo lo que consiga a partir de entonces es ganancia.

O tal vez el lanzador decida cambiar de aires, en busca del anillo que le ha sido esquivo en estos 11 años en Los Angeles.

Por cierto, Brian Cashman, el gerente general de los Yankees de Nueva York, dijo que la prioridad del equipo en el invierno era reforzar el pitcheo.

¿Qué tal Clayton Kershaw en uniforme de rayas?

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Pregunta número uno: ¿Cuál es la regla del béisbol que dice que los lanzadores abridores ya ni siquiera pueden pasar de los 100 lanzamientos?

El veterano zurdo Rich Hill estaba regalándole a los fanáticos de los Dodgers de Los Angeles una joya de pitcheo, con apenas un hit permitido en seis entradas y un tercio, mientras sus compañeros le habían dado desde el inning anterior una ventaja de cuatro carreras y parecía que la Serie Mundial ante los Medias Rojas de Boston se empataba a dos triunfos por bando.

Entonces, Hill acumulaba 91 envíos cuando Dave Roberts volvió a hacer de las suyas y le pidió la pelota, para comenzar a usar a su cuerpo de relevistas, el mismo que 24 horas antes se había combinado para trabajar 11 entradas en el maratón de 18 episodios.

Roberts destapó la caja de Pandora y sus relevistas recibieron un inmisericorde castigo de una ofensiva que llevaba dos carreras en sus últimos 23 innings.

Los seis relevistas que trajo permitieron en total ocho limpias en dos innings y dos tercios.

No hubo un cambio de pitchers que le saliera bien al manager de los Dodgers, pues todos aceptaron al menos una anotación.

Respuesta a la pregunta: No existe tal regla, aunque algunos managers no se hayan enterado.

Pregunta número dos: ¿Debía Eduardo Rodríguez lanzarle a Yasiel Puig?

Esta interrogante ya carece de importancia, pero de no haber sido por la reacción ofensiva de los Medias Rojas en el último tercio del partido, tendría en vilo a los fanáticos de Boston, ante un eventual empate a dos triunfos en la Serie Mundial.

El venezolano Rodríguez, abridor de emergencia ante el relevo de seis entradas de Nathan Eovaldi la noche anterior, se graduó de hombre, al retirar en blanco los cinco primeros episodios en un duelazo con Hill.

En el sexto se complicó y estuvo a punto de salir del atolladero con la rola de Cody Bellinger a primera con las bases llenas.

Pero a punto no se apunta y un error en la devolución de Christian Vázquez a primera en busca de completar una doble matanza le abrió las puertas del plato a la primera carrera de los Dodgers.

Dos hombres quedaron en bases y el cubano Puig venía a consumir turno.

La respuesta es sí. El "Caballo Loco" le botó la pelota sobre el jardín izquierdo y puso la pizarra 4-0, convirtiendo el Dodger Stadium en un manicomio en noche de luna llena.

Pero a lo largo de su carrera, el cubano ha tenido serias dificultades ante los lanzadores zurdos, las cuales se acrecentaron incluso este año.

Antes del bambinazo, ante zurdos bateaba en el 2018 para .202, con cuatro jonrones, incluida la postemporada, mientras que ante derechos lo hacía para .300 y 20 vuelacercas.

Dejar a Eduardo Rodríguez frente a Puig no fue un error de Cora, sino una decisión que salió mal, porque, a fin de cuentas, el hombre tiene un bate en la mano.

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Tan disparatada ha sido la manera de dirigir de Dave Roberts, que no sería extraño que fuera despedido a pesar de llevar a los Dodgers de Los Ángeles a la Serie Mundial por segundo año consecutivo.

Lo de Roberts ha sido un cúmulo de despropósitos, con absoluta falta de criterio lógico, un cambiar por cambiar, aunque en el séptimo inning se quede sin jugadores en la banca.

No se puede tapar el sol con un dedo y los errores del manager de los Dodgers no han escapado al ojo de los medios y los fanáticos e incluso en Los Ángeles ya hubo quien quemó una camiseta del estratega en repudio a su absurdo proceder en el manejo del equipo.

Pudiera pensarse que el hecho de llegar al clásico de octubre sería aval suficiente para conservar el puesto, a pesar de todo.

Pero existen antecedentes de dirigentes cesanteados incluso después de ganar la corona de la Serie Mundial. Casualmente, uno de ellos fue Bill Carrigan, el hombre que dirigió a los Medias Rojas de Boston en 1916, cuando el equipo le ganó la serie a los Brooklyn Robins, que luego se convertirían en los Dodgers.

Diez años después, los Cardenales de San Luis despidieron a Roger Hornsby a pesar de imponerse a los Yankees de Nueva York en el clásico otoñal de 1926.

Chuck Dressen, de los Dodgers, perdió el trabajo después de la Serie Mundial de 1953 y en 1960, los Yankees echaron al legendario Casey Stengel, después que Bill Mazeroski, de los Piratas de Pittsburgh, dejara al campo a los neoyorquinos con aquel histórico cuadrangular en el final del noveno del séptimo juego.

Getty Images¿Dave Roberts tiene el empleo de manager asegurado con los Dodgers?

A Stengel lo sustituyó Ralph Houk, quien ganó las coronas de 1961 y 1962, pero al perder la de 1963 ante los Dodgers se quedó sin trabajo.

El colmo de esta situación ocurrió un año más tarde, pues tanto Johnny Keane, manager de los Cardenales, como Yogi Berra, mentor de los Yankees, fueron despedidos al final de la Serie Mundial que dominaron los pájaros rojos.

Tampoco se salvó Danny Murtaugh en 1971, a pesar de ganar la serie con los Piratas ante los Orioles de Baltimore, ni Dick Williams, campeón con los Atléticos de Oakland en 1973.

La gerencia de los Gigantes de San Francisco atribuyeron a la mala dirección de Dusty Baker la pérdida de la corona ante Angelinos de Los Angeles y lo echaron después del séptimo juego, mientras que Tony LaRussa se retiró por voluntad propia tras coronarse en el 2011.

En defensa de Roberts podría alegarse la presión que viene de la oficina, con imposiciones de alineaciones en muchos casos para empezar los juegos, algo que se está haciendo cada vez más común en muchos equipos.

Pero esa atenuante se vuelve en su contra. Un manager debe mostrar carácter y hacer valer su autoridad en un acto tan trascendental como decidir quiénes son los peloteros que conformarán en line up y no bajar la cabeza por tal de conservar el empleo.

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Al ritmo que van las cosas en esta Serie Mundial, el de este miércoles podría haber sido el último juego de pelota en Fenway Park hasta el 2019.

Los Medias Rojas de Boston derrotaron 4-2 a Los Angeles Dodgers y ahora llevan ventaja de dos triunfos por cero en el clásico de octubre, cuyas acciones se trasladarán a partir del viernes a territorio californiano.

Un renovado David Price parece haber enterrado para siempre a aquel incapaz de ganar una apertura en postemporadas.

Maddie Meyer/Getty Images

Luego de sumar balance negativo de 0-9 en 11 partidos iniciados en playoffs, Price ganó por segunda ocasión consecutiva con otra actuación dominante.

Es como si hubieran quitado a uno y puesto a otro. El zurdo tuvo un solo momento de flaqueza en el cuarto, cuando le anotaron las dos carreras de los Dodgers, pero luego se recuperó y retiró a los últimos siete bateadores que enfrentó, antes de dar paso al bullpen.

Y ni hablar de los relevistas que tantas dudas despertaban antes del inicio de la postemporada.

Joe Kelly en el séptimo, Nathan Eovaldi en el octavo y Craig Kimbrel en el noveno, retiraron de 1-2-3 sus respectivos innings.

O sea, que desde el hit del cubano Yasiel Puig en el cuarto episodio, remolcador de la segunda carrera de Los Angeles, desfilaron por el plato 16 bateadores y todos cayeron en orden, como fichas de dominó.

Dave Roberts volvió a presentar una alineación absolutamente derecha y no acaba de aprender que el béisbol NO es una ciencia exacta.

Es arte y oficio.

¡Es la Serie Mundial! En el line up deben estar los bateadores más calientes del momento y agruparlos de manera que sus conexiones sean productivas.

El máximo jonronero del equipo (Max Muncy), el Jugador Más Valioso de la reciente serie de campeonato de la Liga Nacional (Cody Bellinger) y un bateador de 25 vuelacercas en la campaña regular (Joc Pederson) no pueden quedarse sentados en el dugout sólo porque la Madre Naturaleza los hizo zurdos.

No es el momento de experimentar. Sólo a una mente obtusa se le ocurre poner a Kike Hernandez por delante de Puig e incluso mantener al boricua contra viento y marea, a pesar de su producción nula por completo.

Ya verán, pueden anticiparlo, que en los juegos en el Dodger Stadium, cuando Boston use a los derechos Rick Porcello y Ethan Eovaldi, Roberts sacará de la alineación a David Freese y a Matt Kemp por el simple hecho de ser bateadores diestros, sin importar que el primero promedia .600 en los dos primeros juegos de la serie y el segundo ha remolcado carrera en cada uno de los partidos.

De todos modos, las esperanzas de los fanáticos de Los Angeles están puestas precisamente en esos tres juegos que se avecinan (dos al seguro, uno de ser necesario), bajo las reglas de la Liga Nacional.

No puede darse el lujo Alex Cora, mentor de los Medias Rojas, prescindir del poderoso bate del cubano J.D. Martínez, quien irá a patrullar el jardín derecho.

Ya de por sí ello implica debilitar la defensa, pero más arriesgada luce la idea de bajar a Mookie Betts a la intermedia, posición que ha jugado 15 veces en su carrera, con un promedio de fildeo de .954.

Creo que pierde más Boston con esta movida, que si Cora pasa a Betts al jardín central y deja en la banca a Jackie Bradley Jr.

Los grandes partidos casi siempre se deciden por un jonrón o por un error, aunque la defensa sea el elemento menos valorado de los tres básicos que componen el juego de pelota.

Y los Dodgers han demostrado tener la capacidad de recuperarse si el rival les regala el más pequeño margen de error.

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Cuando parecía que no podía bajar más la temperatura en la fría noche de Boston, Eduardo Núñez vino a echarle a Los Angeles Dodgers un tanque de hielo igual al que Yasiel Puig derramó días atrás sobre la cabeza del colega Enrique Rojas.

El dominicano Núñez vino de emergente por su compatriota Rafael Devers en el séptimo inning, con dos hombres en bases y dos outs, y con un solo swing desequilibró un partido que se mantuvo nivelado hasta ese momento.

Maddie Meyer/Getty ImagesJ.D. Martínez y Eduardo Núñez de los Medias Rojas de Boston celebran en el primer juego de la Serie Mundial ante LA Dodgers
Ese fue el momento clave del primer juego de la Serie Mundial 2018, en la que los Medias Rojas de Boston arrancaron con ventaja tras imponerse con marcador de 8-4.

Ambos managers movieron sus piezas y mientras a uno le salió bien la jugada, al otro le resultó mal. Así es el juego este.

Vamos al escenario. Los Medias Rojas ganaban 5-4 y tenían dos corredores en circulación, con par de outs en la pizarra.

El derecho quisqueyano Pedro Baez lanzaba de relevo por Los Angeles, cuando el director Dave Roberts decidió sustituirlo por el zurdo Alex Wood para enfrentar a Devers, también bateador izquierdo.

Error de Roberts, pues Devers en su corta carrera batea para average de .280 ante los zurdos y .246 frente a derechos.

Y aparentemente habría sido un error de Alex Cora también, al sacar a Devers y enviar de emergente a Núñez para enfrentar al zurdo Wood, pues los números del dominicano han sido mejores ante serpentineros derechos (.286), que ante los pitchers del llamado brazo equivocado (.263).

Pero cuando los dos dirigentes proponen, sólo uno puede salir airoso y como dice el también colega Héctor Cruz, Cora o tiene ángel o hizo un pacto con el diablo, porque todo le sale bien una y otra vez.

El bambinazo de Núñez fue la mejor prueba de ello.

Llamó la atención la alineación abridora absolutamente derecha que puso Roberts para enfrentar al zurdo Chris Sale.

No se puede jugar estrictamente por el libro y estos son los momentos en que los managers deben sacar a relucir su instinto.

Tanto en la serie divisional ante los Atlanta Braves, como en la serie de campeonato de la Liga Nacional frente a los Milwaukee Brewers, Roberts mantuvo contra viento y marea a Cody Bellinger ante serpentineros zurdos, aun cuando el muchacho andaba mal al bate. Y ahora que se calentó en los últimos juegos y resultó el Jugador Más Valioso de la fase anterior, lo deja en la banca para colocar en el jardín central a Kike Hernandez, un hombre que entró a la Serie Mundial con average de .115, con tres hits en 26 turnos.

Andrew Benintendi le explicó con su bate al mentor de los Dodgers que el béisbol no es una ciencia exacta y esa teoría de zurdo vs zurdo o derecho vs derecho no tiene que funcionar con la precisión de un reloj suizo.

Benintendi le bateó tres hits en igual cantidad de turnos a Clayton Kershaw y luego sumó un doblete ante el también zurdo mexicano Julio Urías.

Y la mejor noticia para Cora es que por segunda salida consecutiva, su cerrador Craig Kimbrel retiró el noveno sin permitir carrera, luego de una postemporada tambaleante, en la que fue castigado en cada salida ante los New York Yankees en la serie divisional y los primeros juegos de la serie de campeonato de la Liga Americana contra los Astros de Houston.

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Los Medias Rojas de Boston y Los Angeles Dodgers, dos de los cuatro equipos más emblemáticos de todas las Grandes Ligas (que me disculpen los Cachorros de Chicago , pero por delante de ellos están los Yankees de Nueva York y los Cardenales de St. Louis ), disputarán la Serie Mundial del 2018.

Los Medias Rojas, el mejor equipo de toda la campaña regular, con sus 108 triunfos que son récord en la historia de la franquicia, bajo el mando del debutante puertorriqueño Alex Cora, parten como favoritos sobre los Dodgers, en su segundo clásico de octubre consecutivo, tras perder en el 2017 en siete juegos ante los Astros de Houston .

Varias cosas interesantes nos depara esta Serie Mundial, que comenzará con el duelo entre los dos mejores zurdos de los últimos cinco años: Clayton Kershaw, por Los Angeles, frente a Chris Sale, por Boston.

1.- Estadios antiguos

La Serie Mundial comenzará en el Fenway Park de Boston, el estadio más antiguo de todos en las Grandes Ligas, inaugurado en 1912, justo el año en que los Medias Rojas consiguieron 105 victorias, la cifra mayor de la franquicia hasta las 108 que lograron este año.

Y después de los dos primeros juegos, las acciones se trasladarán al Dodger Stadium de Los Angeles, que abrió sus puertas en 1962 y es el tercer estadio más antiguo de las Mayores.

Sólo el Wrigley Field de los Chicago Cubs (1914), se interpone entre Fenway Park y Dodger Stadium en cuanto a tiempo de explotación.

2.- Los mismos rivales, 102 años después

No es una Serie Mundial inédita, como muchos piensan. En 1916, los actuales Dodgers se hacían llamar Brooklyn Robins y enfrentaron a los Medias Rojas en el clásico de octubre.

Boston ganó cuatro juegos y los Robins sólo uno. Ernie Shore ganó dos de los cuatro partidos y el entonces lanzador Babe Ruth, de 21 años, se enfrascó en un duelo de 14 innings con Sherry Smith para imponerse en el segundo juego de la serie 2-1.

3.- Mookie Betts a la intermedia

Foto: Getty.Bajar a Mookie Betts a jugar segunda base es una de las opciones a las que, seguramente, apelará Alex Cora.
Cuando las acciones se trasladen al Dodger Stadium, los Medias Rojas tendrán que jugar bajo las reglas de la Liga Nacional, o sea, sin bateador designado.

Pero ni Boston, ni cualquier otro equipo, puede darse el lujo de prescindir de un bateador del calibre del cubano J.D. Martínez, a quien el manager Alex Cora enviará a patrullar el jardín derecho.

Entonces la opción es bajar a Mookie Betts a jugar segunda base, una posición que no le es ajena del todo.

En el 2014 jugó 14 partidos en la intermedia y este año lo hizo una vez.

No deja de ser una apuesta arriesgada, pues el promedio de fildeo de Betts como intermedista es de .956, mientras que Martínez también debilitaría la defensa en la pradera derecha.

Pero estamos hablando de los mejores bateadores de la Liga Americana en el 2018 y es un riesgo que vale la pena correr.

4.- Machado y Puig, los villanos azules

El dominicano Manny Machado y el cubano Yasiel Puig, más allá de sus capacidades ofensivas y defensivas indiscutibles, tienen la capacidad de desequilibrar al rival con sus conductas irreverentes, de momento odiosas.

De Puig se sabía desde su debut en el 2013, pero Machado se vistió de villano en la serie de campeonato de la Liga Nacional, desde su tropezón intencional con el primera base de los Milwaukee Brewers, Jesus Aguilar y la controversia en las redes sociales con Christian Yelich, quien lo calificó de "sucio".

La imagen del dominicano tocándose los genitales ante los abucheos del público en Milwaukee sobrepasó los límites y de haber habido un octavo juego en el Miller Park se hubiera llevado algún bolazo en las costillas.

5.- Duelo de cerradores de lujo

Kenley Jansen lanza (Dodgers Los Angeles)
AP Photo/Jeff RobersonKenley Jansen, un cátcher convertido en lanzador, ha salvado 268 desde el 2010, siempre con los Dodgers.

Si los dos mejores zurdos de los últimos años se verán las caras en al menos uno o dos juegos de esta serie, los dos cerradores más dominantes en la última década serán encargados de asegurar las victorias de sus respectivos equipos.

El curazoleño Kenley Jansen, un cátcher convertido en lanzador, ha salvado 268 desde el 2010, siempre con los Dodgers, mientras que Kimbrel, en el mismo lapso de tiempo, acumula ya 333 rescates divididos entre los Atlanta Braves, los San Diego Padres y los Medias Rojas.

Las casas de apuestas en Las Vegas dan a los Medias Rojas ligeramente favoritos sobre los Dodgers.

Sin embargo, a favor de los azules de Los Angeles está el prolongado descanso de los bostonianos, que no juegan desde el martes pasado.

Una semana de asueto, mientras el rival se mantuvo activo por tener que jugar siete partidos en la serie de campeonato de liga, muchas veces suele ser perjudicial.

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Aunque apenas estamos terminando el segundo mes de temporada y aún falta mucho béisbol por jugarse, ya hay equipos que se sabe no van para ningún lado.

Sólo se trata de terminar el calendario de 162 juegos y comenzar a prepararse para la campaña del 2019.

A menos que ocurra un milagro, conjuntos como los Orioles de Baltimore, los Vigilantes de Texas, los Medias Blancas de Chicago, los Reales de Kansas City , los Azulejos de Toronto, los Rojos de Cincinnati y los Marlins de Miami , entre otros, están fuera de toda opción.

Entonces, sus respectivas gerencias deberían comenzar a deshacerse de ciertos jugadores, muchos de ellos abocados a la agencia libre y que difícilmente podrán retener para el futuro.

Mejor soltarlos ahora para obtener algo a cambio que perderlos al final del año y quedarse con las manos vacías.

Manny Machado, Orioles

Manny Machado
Bob DeChiara-USA TODAY Sports

Los Orioles no deberían esperar mucho más para poner en el mercado al estelar dominicano, quien será sin dudas junto a Bryce Harper, uno de los dos agentes libres más cotizados en el invierno.

Baltimore está en el sótano del Este en la Liga Americana, a diferencia de los Nacionales de Washington, en la pelea por un boleto a la postemporada en la Nacional, por lo que Harper no es negociable, a menos que se produzca un colapso de proporciones catastróficas en el equipo de la capital.

Machado está envuelto en la mejor campaña de su carrera y aporta además la capacidad de jugar el campocorto y la antesala con una defensa de 'nivel Dios'.

Los Dodgers de Los Ángeles, que finalmente han comenzado a recuperar terreno en una división bastante abierta, requieren más que nadie de sus servicios, tras la pérdida por toda la campaña de Corey Seager y la endémica falta de producción ofensiva del equipo.

Cole Hamels, Vigilantes; J.A. Happ, Azulejos

Entre las piezas más necesitadas por cada equipo con aspiraciones de ir a los playoffs están los lanzadores abridores.

Dos zurdos estelares podrían hacer sus maletas e irse a brindar su aporte a otras tierras: Hamels y Happ, pues sus respectivos equipos tampoco van a pasar más allá del 30 de septiembre, fecha final del calendario regular.

Hamels, de 34 años, tiene en su contrato una opción del equipo para el 2019, que de activarla le garantizaría 20 millones de dólares de salario, demasiado dinero para una franquicia que necesita sangre joven para renovar un roster que se ha envejecido.

Un serpentinero con vasta experiencia en postemporadas, que incluso fue Jugador Más Valioso en la Serie Mundial del 2008 con los Filis de Filadelfia, es una pieza por la cual se puede obtener material valioso en un canje ahora.

Los Yankees de Nueva York necesitan reforzar su cuerpo de abridores si pretenden avanzar a la Serie Mundial y este zurdo les vendría como anillo al dedo.

Happ, por su parte, es un año mayor que Hamels y también formó parte de los Filis campeones del 2008.

El zurdo de los Azulejos está como el vino, mientras más viejo, mejor, viviendo sus mejores años, con 37 de sus 99 victorias en Grandes Ligas desde el 2016 hacia acá.

Regresar a Filadelfia no sería una mala opción para reforzar el cuerpo de serpentineros que encabeza el veterano Jake Arrieta.

Mike Moustakas, Reales

AP Photo/Charles Krupa

Si alguien necesita un antesalista probado y de poder, busca en Kansas City. Moustakas está de más en los Reales, con los que firmó por una campaña y poco más de seis millones de dólares tras fracasar en conseguir un pacto multianual en la agencia libre el pasado invierno.

Moustakas podría ser de gran ayuda para los Medias Rojas de Boston, que tendrían que ceder en el canje al jovencito dominicano Rafael Devers, quien ofensivamente ha quedado por debajo de las expectativas y defensivamente califica como el antesalista más deficiente de la Liga Americana, con ocho errores y promedio de .924.

José Abreu, Medias Blancas

Quinn Harris/Icon Sportswire

Y aunque todavía le falta un año más antes de llegar a la agencia libre, el cubano es un desperdicio de talento en los Chicago White Sox.

Abreu irá a su último año de arbitraje salarial, donde debe subir su sueldo hasta unos 20 millones.

Teniendo en cuenta que los Medias Blancas están en reconstrucción con peloteros muy jóvenes, el cubano, de 31 años, no tiene una edad en concordancia con ese proceso.

Su poderoso y consistente bate vendría muy bien para Nueva York, que ha tenido todo un comité en la primera base, entre Greg Bird, Tyler Austin y Neil Walker.

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