En medio del alboroto por la Serie Mundial entre los Indios de Cleveland y los Cachorros de Chicago, se dio a conocer el examen toxicológico por el fallecimiento del lanzador cubano de los Marlins de Miami José Fernandez.

A la esperada presencia de alcohol en la sangre, pues se sabía que había estado bebiendo con unos amigos en un bar de Miami, se une la sorpresiva notificación de que había también cocaína en su organismo.

Asimismo, el informe establece que Eduardo Rivero, uno de los acompañantes de Fernández, también estaba bajo los efectos de cocaína y alcohol, mientras que Emilio Macías, la tercera víctima del accidente, dio positivo por presencia de licor en su cuerpo, pero no estaba bajo la influencia de ninguna droga ilegal.

¿Cambia eso en algo la percepción sobre el ídolo de los Marlins?

Para mí, lo único que confirma el consumo de esa droga es que José era tan humano como cualquiera, aunque ahora salgan muchos a bajarlo del pedestal donde se colocó por derecho propio por su entrega al deporte, por su energía contagiosa, por su liderazgo y su carisma, por su ayuda desinteresada a la comunidad.

La sorpresa que reconozco que me causó este informe toxicológico no disminuye para nada el dolor de su prematura muerte, por lo que representó para la comunidad del sur de la Florida y por la alegría que le trajo al béisbol en su breve paso por las Grandes Ligas.

Que tire la primera piedra el que esté libre de pecado.

No creo que esta mancha haga mella en la huella que dejó en esta ciudad, aunque ahora salgan puritanos a gritar la consabida frase de que la juventud está perdida.

Tal vez las Grandes Ligas desechen la idea de crear el premio José Fernández al pelotero joven que más se entregue sobre el terreno de juego.

Quizás los Marlins ya no valoren el clamor popular de rebautizar el estadio con el nombre del lanzador que más victorias consiguió en ese parque.

Es posible incluso que algunos que firmaron la petición para cambiarle el nombre al Marlins Park ahora quieran dar marcha atrás.

Pero para la fiel fanaticada que cada cinco días acudía al estadio para verlo lanzar, será recordado como el fiero competidor con sonrisa de niño, que le devolvió a muchos el interés por los Marlins, aunque ahora haya quienes se empeñen en matarlo de nuevo.

Nadie se muere dos veces.

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Los mejores choques en el fin de semana final de la temporada 2016:

Dodgers en Gigantes

En teoría, este fin de semana representa una preparación final de playoffs para los Dodgers, y su manager Dave Roberts nunca llevaría a Clayton Kershaw o Rich Hill o Kenta Maeda a 120 o 125 lanzamientos para ganar un partido en particular. Él va a proteger ese gran trío de lanzadores en su rotación y moderará el uso de sus relevistas, y si algún jugador de posición necesita descansar para recuperarse de lesiones, Roberts lo mantendrá fuera del terreno.

Pero la larga rivalidad entre ambas franquicias jugará un gran rol en lo que ocurra en este fin de semana, y siempre tiende a haber un poco de adrenalina adicional en estos partidos debido a la larga historia entre ambas organizaciones en las ocasiones que uno ha sacado al otro de la postemporada. ¿Alguien recuerda a Bobby Thomson? ¿Joe Morgan en 1982? Y los Dodgers entienden mejor que ningún otro equipo lo peligrosos que son los Gigantes si logran llegar a los playoffs.

Los Dodgers realmente no tienen nada tangible por lo cual jugar en este fin de semana, pero nada va a llegarles fácil ante los Gigantes.

Los choques de lanzadores:

Viernes: Rich Hill versus Madison Bumgarner

Sábado: Clayton Kershaw vs. Albert Suárez (Kershaw ha permitido siete hits sin carreras limpias en 18 entradas en sus últimas tres aperturas).

Domingo: Kenta Maeda vs. Matt Moore

Los Dodgers ya aseguraron el banderín del Oeste LN. Las oportunidades de los Gigantes de llegar a la postemporada: 72.9 por ciento.

Johnny Cueto fue dominante para los Gigantes el jueves en la noche.

El novato de los Dodgers Julio Urías le ha demostrado a su manager que merece lanzar en la postemporada. Los Dodgers experimentaron con algunos roles en la postemporada en su victoria el jueves. De la historia de J.P. Hoornstra:

En el acto más torcido de todos, los Dodgers lograron batearle a un lanzador zurdo en ruta a la victoria 9-4 sobre los Padres de San Diego. Eso les dio record ganador -- 22-21 - en partidos iniciados por lanzadores zurdos en esta temporada.

En las palabras de Dick Enberg, quien transmitirá su último juego de los Padres en este fin de semana: Oh my.

"Estamos encaminados por la dirección correcta", dijo el manager Dave Roberts.

Si los Dodgers tienen intenciones de exorcizar por completo sus demonios ante lanzadores zurdos antes de terminar la temporada regular, un gigantesco obstáculo de 6 pies 5 pulgadas se interpone en su camino: Madison Bumgarner, quien abrirá el partido inicial de la serie de tres juegos ante los Dodgers el viernes.


Azulejos en Medias Rojas

La oficina central de Grandes Ligas estuvo revisando los pronósticos meteorológicos para el fin de semana, y una realidad desafortunada ya está en juego: Debido a la suspensión de los Tigres por lluvia el jueves, va a haber por lo menos un partido de reposición el lunes, el día después de terminar la temporada regular, con la posibilidad de algunos más. La lluvia podría ser un factor en todo el fin de semana en el Fenway Park, y esto podría impactar algunas de las decisiones hechas por los Medias Rojas, porque ellos ya aseguraron el banderín del Este LA, y lo último que ellos quieren ahora es perder un jugador titular debido a las condiciones mojadas del terreno o a un lanzador abridor por varias demoras por lluvia.

Rick Porcello, Eduardo Rodríguez y David Price están pautados para abrir en este fin de semana, y posiblemente estén trabajando con algunas restricciones de pitcheos, ya que los Medias Rojas tienen la intención de mantenerlos frescos para el inicio de la postemporada.

Los Azulejos sí van a tener mucho en juego; ellos están intentando asegurar uno de los comodines, y los mejores relevistas en el bullpen están exhaustos debido a su reciente carga de trabajo y la lesión de Joaquín Benoit. Pero la buena noticia dentro de la derrota de Toronto 4-0 ante los Orioles el jueves - que hizo que los Azulejos cayeran a un empate con los Orioles - es que el cerrador Roberto Osuna y el preparador Jason Grilli tuvieron la noche libre.

El antesalista Josh Donaldson entrará a esta serie jugando con un problema en la cadera. Durante la serie ante los Orioles, repetidamente hizo swing con molestias, en aparente dolor, y aunque ha querido seguir jugando con las molestias en aras del equipo, Donaldson ha tenido problemas últimamente, particularmente en la defensiva - y con su ofensiva, ha logrado 11 hits en sus últimos 44 turnos.

Mientras tanto, hay algún tipo de batalla entre algunos jugadores de los Azulejos y al menos un par de miembros de la prensa, lo que parece muy, muy extraño en esta época del año. De la historia de Steve Buffery:

Uno tiene que preguntarse si este equipo, que en algún momento estaba en el asiento del conductor por un puesto a la postemporada, pero que ahora esta batallando duramente para llegar a los comodines, se está resquebrajando, y parece haber un vacio de liderato en el camerino.

Por ejemplo, ¿por qué permitirían los líderes del equipo poner fotos de dos escritores deportivos de Toronto en la pared con una 'X' sobre su cara y el mensaje que reza, 'No le den entrevistas a estos tipos' (o algo parecido)?

A primera vista, parece un acto bastante juvenil. Pero además, poco profesional. Y es algo, según apuntaron un par de periodistas a un oficial de los Azulejos, que los Yankees de Nueva York permitirían en su camerino.

Y no se trata de solo esas fotos. Han ocurrido varios incidentes recientes dentro del camerino de los Azulejos que sugieren que ha habido algo de pánico que se está apoderando de ellos.

Cosas como: Alguien que sube la música cuando llegan los medios para hacer entrevistas antes de los partidos. Eso es algo que ha ocurrido más de un par de veces. Eso ocurrió de nuevo el jueves. De nuevo, a primera vista, tonto, estúpido. Pero ademas, innecesario. La prensa tiene un trabajo que hacer, al igual que los jugadores. Los fanáticos casi siempre se van del lado de los jugadores cuando hay problemas con la prensa, pero los equipos con actitud y confianza y no necesitan actos como estos como poner fotos de reporteros en una pared.

Hubo un incidente la otra noche cuando un par de periodistas intentaron acorralar al atribulado cerrador Roberto Osuna para una entrevista, pero él los ignoró. Finalmente, un reportero lo siguió hasta una parte privada del camerino y le gritó. Ciertamente eso es algo que nadie, especialmente un jugador joven como Osuna, necesita.

Las oportunidades de Toronto de llegar a la postemporada: 86.2 por ciento. Boston yaseguró el banderín del Este LA.


Orioles en Yankees

Ubaldo Jiménez volvió a lucir en grande para los Orioles, de nuevo, siguiendo con su racha de excelentes salidas en la parte final de la temporada, y los Orioles - un equipo que ha tenido algo del peor pitcheo abridor en las mayores en 2016 - llega al fin de semana con una excelente oportunidad de llegar a la postemporada y quizás asegurar ventaja de localía para el juego de comodines de la Liga Americana.

Los Yankees quedaron eliminados de la contienda por los playoffs el jueves en la noche, pero están terminando fuertes, barriendo a los Medias Rojas en los pasados tres días, y Michael Pineda, Masahiro Tanaka y Luis Cessa son los pautados para la serie final. Mark Teixeira está jugando sus últimos partidos y ha estado moviendo bien el bate, y ha dicho que quiere jugar ante sus familiares en el Yankee Stadium. Brett Gardner lleva de 24-8 con cinco boletos y un ponche en la última semana.

Kevin Gausman está pautado para lanzar el domingo por los Orioles, pero si Baltimore ya ha asegurado su boleto para ese entonces, Gausman podría lanzar el juego de comodines.

Las oportunidades de los Orioles de llegar a la postemporada: 88.7 por ciento.


Tigres en Bravos

Hace un mes, esto habría lucido como una buena oportunidad para los Tigres, una serie para cerrar la temporada ante el equipo con el peor record en la Liga Nacional. Pero Atlanta ha jugado bien últimamente, con Freddie Freeman liderando el camino - ha bateado casi .350 desde mediados de junio - y ya que esta será la última serie de los Bravos en el Turner Field, habrá algo de emociones adicionales para el equipo local. Esta serie será difícil para Detroit, que está a 1½ juegos de los Orioles y los Azulejos, y ahora los Tigres saben que si logran mantenerse con vida en el fin de semana, tendrán que jugar un partido de reposición el lunes en casa debido a la suspensión del jueves en el Comerica Park.

Jordan Zimmermann abrirá para los Tigres en el primer juego de esta serie, como un comodín completo: Ha lanzado dos veces desde el 10 de agosto, una salida terrible y una buena aparición en relevo. La suspensión del jueves le dio un día de descanso completo a los relevistas de Detroit, algo que siempre es bienvenido en esta época del año.

Los Bravos tendrán que lidiar con el caliente Miguel Cabrera; tiene 10 hits en sus últimos 22 turnos, y batea .333 en este mes mientras redondea otra estadística más para su resumé de Salón de la Fama. En 2016, Cabrera batea .313, con 31 dobles, 1 triple, 36 jonrones, 75 boletos y 105 impulsadas.

Las oportunidades de Detroit de llegar a la postemporada: 14.7 por ciento.


Mets en Filis

El número mágico para que los Mets ponchen su boleto a la postemporada es dos, y juegan ante unos Filis que han tenido problemas en la recta final. En septiembre, Filadelfia tiene efectividad colectiva de 5.12. Los Mets han tenido que depender de abridores jóvenes en la recta final, pero en la serie final de la temporada, los Filis colocarán a Alec Asher (cuatro salidas en su carrera) y Phil Klein (tres salidas en su carrera), ante Jerad Eickhoff y cierra la temporada ante Noah Syndergaard.

Por supuesto, los Mets quieren asegurar el boleto antes del domingo, para darles la opción de usar a Syndergaard en el juego de comodines.

Las oportunidades de los Mets de llegar a la postemporada: 97.4 por ciento.


Piratas en Cardenales

Todos los partidos de los Cardenales ahora son de vida o muerte, y en este fin de semana, tendrán a Carlos Martínez, Jaime García y Adam Wainwright en el montículo - todos unidos, sabiendo lo que está en juego. En la controversial victoria del jueves ante los Rojos, el manager de San Luis Mike Matheny trabajó de forma agresiva, usando rápidamente su bullpen, intentando que las cosas ocurriesen.

Las oportunidades de los Cardenales de llegar a la postemporada: 29.7 por ciento.


Atléticos en Marineros

Para los Marineros se trata de esto. Están a dos juegos de los líderes en los comodines, así que tienen que ganar por lo menos dos de tres de Oakland y esperar que los Azulejos, Orioles y Tigres fallen sus últimas pruebas del 2016.

Las oportunidades de los Marineros de llegar a la postemporada: 10.4 por ciento.


Las carreras dentro de las carreras

Texas acaba de asegurar ventaja de localía a lo largo de los playoffs de la Liga Americana, y los Medias Rojas tienen medio juego de ventaja sobre los Indios por el segundo mejor record de la LA. Con Washington dos victorias por encima de los Dodgers al llegar los días finales, la siembra está casi asegurada en la LN, con los Cachorros en el No. 1, los Nacionales en el No. 2 y L.A. en el No. 3.

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Las historias sobre José Fernández seguirán saliendo, sobre su personalidad y su pasión y su presencia, y uno casi tiene que recordarse a uno mismo que solo tenía 24 años porque de alguna forma él se las arregló para tocar muchas vidas en corto tiempo. Pareció que compartió tiempo con casi todo el mundo en el deporte, momentos que se han convertido en memorias - realmente en recuerdos.

Brayan Peña nos dice cómo Fernández declaró que un día, Peña sería presidente de Cuba. La contestación de Peña: La única manera que eso podría ocurrir era si José era su compañero de papeleta. El manager de los Cachorros Joe Maddon habló sobre el primer lanzamiento que le vio hacer a Fernández en un partido, la convicción y la forma de lanzar tan única que él fue donde un coach y le comentó sobre lo especial que le parecía Fernández, luego de esa pequeña muestra de un solo pitcheo. Mike Matheny, manager de los Cardenales, habló sobre cuando veía a Fernández y reconocía lo bien que integraba las emociones positivas a todo lo que hacía en el terreno.

Nick Markakis siempre podrá decirle a sus hijos y nietos cómo, en los días finales de su vida, Fernández - quien parecía divertirse más que cualquier otro jugando el deporte que amaba - convirtió un momento de violencia en el terreno en un esfuerzo de entendimiento. El 14 de septiembre, Fernández lanzaba ante los Bravos, y luego que golpeara a Markakis con un pitcheo, José Ramírez lanzó una pelota cerca de la cabeza de Fernández, en aparente represalia. Lo que ocurrió después - lo pueden ver aquí - sobresale como una ventana a la personalidad de Fernández.

Fernandez se agachó debajo de la recta de Ramírez y salió del terreno furioso por el lanzamiento, por el que Ramírez fue expulsado, y las bancas se vaciaron. Pero a medida que los jugadores se empujaban unos a los otros, Markakis caminaba en círculos alrededor de Fernández, quien no estaba en búsqueda de pelea; él intentaba razonar con los Bravos. Dee Gordon se paró frente a Fernández, dispuesto a aguantarlo, pero en la grabación, se puede ver a Fernández decirle a Gordon que tenía sus emociones bajo control.

"Ven aquí", le dijo a Markakis, y ambos se juntaron, solo para hablar.

Luego de 70 segundos en la grabación, lo pueden escuchar por los micrófonos del terreno gritarle a los jugadores de los Bravos que él entendía la razón por la que Ramírez había intentado golpearle -- "¡No me importa!", decía repetidamente - pero añadía: "No lancen a la cabeza".

A medida que se restablecía la calma y Fernández se preparaba para seguir su turno al bate, él hablaba con el receptor de los Bravos Tyler Flowers (cerca de los 2:25 en el video), explicando su punto de vista. Los intercambios eran algo que casi nunca se ve en incidentes como estos donde se vacían las bancas, viendo al objetivo de un posible pelotazo tratando de explicarse a sí mismo y sirviendo como pacificador en vez de comenzar una pelea.

Así era José Fernández, un joven cuya felicidad en lo que hacía era tan aparente que era tangible, afectando a aquellos que le rodeaban: compañeros, rivales, fanáticos, reporteros, a todos.

Por eso es que la Asociación de Escritores de Béisbol de EEUU - los dueños de los premios de Jugador Más Valioso, Cy Young y los Novatos del Año y Manager del Año - haría un gran servicio creando un premio para honrar a Fernández y que proporcione una memoria anual.

El Premio José Fernández podría entregarse al jugador joven que, en sus primeros años en las Grandes Ligas, ejemplifique mejor el espíritu de alegría y pasión que tenía Fernández, en la forma en que juegue y trate a sus compañeros y fanáticos. Serían elegibles los jugadores en los primeros tres años en las Grandes Ligas. José Altuve habría sido un gran candidato para ese tipo de premio en sus primeros años en las Grandes Ligas, o Mookie Betts, o Francisco Lindor, el tipo de persona que son líderes jóvenes, en la forma que lo fue Fernández.

El impacto de Fernández en sus pares se reflejó en todo lo que ocurrió en Miami el lunes, desde la ceremonia pre juego hasta el cuadrangular de Dee Gordon; Gordon pareció honrar a Fernández de la misma forma que Bobby Murcer honró alguna vez a Thurman Munson.

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La temporada comenzó temprano en marzo, con una historia en portada en ESPN The Magazine en la que Bryce Harper, el reinante JMV de 23 años perteneciente a los Nacionales de Washington, declaró que el béisbol es "un deporte cansado".

Y terminará con la coronación de un campeón en la Serie Mundial.

En medio de esas cosas, la temporada se ha jugado teniendo en el fondo una contienda presidencial en la que la inmigración se ha convertido en uno de los temas centrales.

José Fernández fue un inmigrante. Él intentó y falló tres veces en salir de Cuba antes de que su madre y él tuvieran éxito en un cuarto intento. El año pasado, se convirtió en ciudadano de EEUU. Y en el terreno de juego, siempre lució cualquier cosa menos cansado.

El argumento de Harper fue sobre los códigos no escritos en el deporte que limitan la auto expresión. "No puedes hacer lo que la gente hace en otros deportes", dijo. "Yo no estoy diciendo que el béisbol sea, tu sabes, aburrido o cualquier cosa, pero es la emoción de los chicos jóvenes que están entrando en el juego ahora quienes tienen un estilo llamativo".

Y Harper mencionó específicamente a Fernández. "José Fernández es un gran ejemplo. José Fernández te ponchará y se te quedará mirando mientras camina al dugout y agitará su puño al aire. ¿Y si le conectas un cuadrangular y lo celebras? A él no le va a importar. Porque lo venciste. Eso es parte del juego. No es como el viejo sentimiento de... si celebras un cuadrangular, te voy a golpear en los dientes. No. Si un chico celebra un cuadrangular para ganar el partido... quiero decir - lo siento".

Fernández no solo tenía ese estilo llamativo que Harper admiraba sino también un gozo sin límites por el juego. A medida que sus compañeros, sus rivales y los reporteros han hablado sobre Fernández en los últimos dos días, todo el mundo ha mencionado que él simplemente amaba jugar al béisbol, siempre jugaba con una sonrisa tan contagiosa, que hasta podía hacer reir a Barry Bonds en el dugout:

En Twitter, dos momentos de su temporada de novato fueron mencionados constantemente como una forma de terapia ante la tristeza. El primero fue cuando Fernández logró atrapar de forma improbable un lineazo que salió del bate de Troy Tulowitzki:

"¿Tú atrapaste eso?", fue lo que le preguntó Tulowitzki al lanzador, algo que lograron captar las cámaras. Fernández contestó con una mueca. "Sí". Por supuesto que lo hizo.

El segundo fue su reacción luego que Giancarlo Stanton conectara un cuadrangular para empatar el juego en la novena entrada en un partido que nadie recordaba, pero que ahora todo el mundo menciona por esto:

Los Marlins anunciaron que van a retirar el No. 16 de Fernández. Hubo varios reclamos en las redes sociales de que se le permita entrar al Salón de la Fama o que se cree un premio con su nombre. Pero el legado más duradero que nos puede dejar Fernández debe ser este: Mantener la diversión en el béisbol.

Esa es una idea importante que debemos entender en este año que ha sido tan polémico. Observando la ceremonia pre juego en el Marlins Park antes del partido del lunes, pude ver a Giancarlo Stanton y a Christian Yelich, un negro y un blanco, haciendo sus calentamientos prejuego juntos, ambos con ojos llorosos. Ví a compañeros de EEUU, de Cuba, de Taiwán, de Japón, de República Dominicana, de Venezuela, todos portando la camiseta con el nombre de Fernándezy el No. 16 en sus espaldas. Vi a Bonds, el hijo de un ligamayorista, un hombre con su propia gran huella en el deporte, llorando a lágrima tendida mientras un coro de escuela secundaria cantaba el himno nacional. Vi a Dee Gordon, otro hijo de un ligamayorista, llorar mientras recorría las bases luego que, de forma improbable, abriera el partido con su primer cuadrangular de la temporada. Vi a los Marlins colocar sus gorras en el montículo luego de haber vencido a los Mets.

Era un equipo vitoreando a un chico que había nacido en Cuba, que se escapó a México en un bote, que logró llegar a la Florida y se convirtió en estrella en el béisbol con una sonrisa que le hacía parecer un artista de cine. Todo eso sirvió como recordatorio de que este deporte logra unir a jugadores de todas partes del planeta. Todos traen sus propios códigos, su propio estilo de juego, su propio estilo llamativo. Pero queda en nosotros - jugadores y fanáticos - el entender nuestras diferencias, el entender que existen maneras diferentes de jugar este deporte. Que lanzar un bate algunas veces es simplemente el lance de un bate. Que podemos tener a un Mark Fidrych hablándole a la pelota, a un Rickey Henderson haciendo atrapadas con una sola mano, a un Dennis Eckersley señalando a los bateadores luego de poncharlos, a unos "Idiotas" de los Medias Rojas quebrando una maldición y un Asdrúbal Cabrera conectando un cuadrangular para dejar en el terreno al rival y lanzando su bate como si estuviera compitiendo en el lance olímpico del martillo. Todo eso es el béisbol.

Leí en alguna parte - lo siento, olvidé quién lo escribió, pero era una buena línea - que Fernández era uno de esos jugadores que saltando y gritando estaba llevando al béisbol al siglo 21. Hay algo de eso, aunque como Jeff Passan de Yahoo escribió, Fernández tenía "una capacidad de felicidad para no tomarse demasiado en serio ni él mismo ni lo que estaba haciendo."

En otras palabras: Hay que divertirse. Después de todo, esto es solo un juego.

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ORLANDO -- El cubano José Fernández falleció la madrugada del domingo en un accidente de bote, dejando a los Marlins de Miami sin su principal lanzador, a Grandes Ligas sin una de las estrellas jóvenes de mayor carisma de estos tiempos y al béisbol latinoamericano sin uno de sus mejores representantes de la actualidad y los años por venir.

Con 24 años recién cumplidos en julio y apenas cuatro en Grandes Ligas -- dos de ellos recortados por una operación "Tommy John" -- Fernández se había establecido como uno de los ases del juego. En 76 apariciones monticulares, tuvo récord de 38-17 (.667), efectividad de .258 y 589 ponches en 471.1 entradas. Promedió 11.2 ponches y 2.8 boletos por cada nueve entradas lanzadas.

Lanzando en Miami fue aún mucho mejor, con marca de 29-2 y efectividad de 1.49 en 42 aperturas. Su efectividad en casa es la más baja desde que la estadística fue hecha oficial, en 1913, entre los lanzadores que tuvieron al menos de 40 salidas. Los Marlins promediaron 1,127 fanáticos más en los juegos de Fernández que en el resto del calendario desde el 2011.

Reclutado en el sorteo colegial del 2011, Fernández fue el Novato del Año y tercero en la carrera por el Cy Young de la Liga Nacional dos años después y en esta temporada, su segunda completa después de completar la recuperación de una operación de codo que lo marginó por 14 meses, es uno de los buenos candidatos al premio de mejor lanzador de su liga nuevamente.

Fernández, quien el pasado martes lanzó ocho entradas en blanco con 12 ponches sin boletos ni carreras a los Nacionales de Washington, tenía foja de 16-8, efectividad de 2.86 y 253 ponches en 182.1 innings este año con los Marlins. Iba quinto en triunfos, segundo en ponches y noveno en efectividad del viejo circuito y había establecido marcas personales en salidas (29), triunfos, innings y ponches.

De acuerdo a Brooksbaseball.net, Fernández realizó 7,404 lanzamientos en Grandes Ligas, incluyendo la temporada de exhibición de marzo. Utilizó mayormente su recta de cuatro costuras y curva, dejando el cambio en un tercer plano. También podía lanzar la recta en sinker y un cambio súper lento.

De todas formas, su mejor arma en el montículo era una capacidad de competir que lo convertía en fiera cuando subía al montículo. También era un bateador por encima del promedio entre los lanzadores. Esta temporada bateó .250 con seis carreras impulsadas y en 136 turnos en las ligas mayores conectó 29 hits, incluyendo siete extrabases -- dos jonrones --, y empujó 14 carreras.

Fernández, un nativo de la provincia de Villa Clara, abandonó Cuba de manera ilegal en 2008, jugó en una secundaria de Tampa y fue la selección de primera ronda (pick #14) del draft del 2011. Una cosecha que también produjo a los lanzadores Gerrit Cole, Sonny Gray, Dylan Bundy, Michael Fulmer y Trevor Bauer; los puertorriqueños Francisco Lindor, Javier Báez y George Springer; Trevor Story, Joe Panik y Kolten Wong, entre otros.

Fernández se hizo ciudadano de Estados Unidos en abril del año pasado y abandona este mundo con el mejor promedio de efectividad entre todos los lanzadores cubanos que tuvieron al menos 25 salidas en las Grandes Ligas. Ahora será imposible saber exactamente como terminaría su carrera, pero por la edad y talento, Fernández tenía una proyección para, posiblemente, ser el primer lanzador de su país en el Salón de la Fama de Cooperstown.

La violenta muerte de Fernández enluta a todo el mundo del béisbol, especialmente a Miami, Cuba y toda Latinoamerica.

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Qué noticia más triste y deprimente con la que nos levantaron el domingo: José Fernández, muerto a los 24 años en un accidente en un bote.

Imaginen a Fernández, con 14 años, en un bote a 10 millas de la costa de Miami, con las luces brillantes asomándose en el horizonte. Imaginen el sentimiento - en su tercer intento de irse de Cuba - de estar tan cerca del sueño que tu familia desea.

Así que imaginen ver esas luces, pero sabiendo que todavía no pisas suelo estadounidense. Las leyes de EEUU establecen que a los desertores que llegan a la costa, se les permite quedarse. Pero si la Guardia Costera de EEUU captura el bote en el agua, los pasajeros son enviados de vuelta a Cuba. Eso fue lo que le ocurrió a Fernández. De vuelta en Cuba pasó tiempo en prisión, encerrado junto a asesinos. En su temporada de novato en 2013, él le dijo a un reportero que no quería pensar sobre la comida en la cárcel o los presos con los que compartió la celda. "Para ellos, sus vidas ya habían acabado", dijo. "¿Qué importaba si te mataban? Era solo una muerte más".

La familia Fernández haría un cuarto intento. Se irían a México esta vez, un viaje más largo, pero con menos patrullaje de la policía. Fernández se mareó y estuvo desmayado por 24 horas. En un punto, su madre se cayó del bote y Fernández saltó al agua para regresarla a la embarcación. Lo habían logrado. Terminaron llegando a Estados Unidos.

Así que imagínense eso.

Su historia es una que ejemplifica el sueño americano, con una familia dispuesta a arriesgar sus vidas para llegar aquí. En la secundaria en Tampa, Florida, asistió a clases adicionales de inglés para aprender el lenguaje. Su brazo derecho se desarrolló y se convirtió en algo especial. Los Marlins de Miami lo seleccionaron en la primera ronda del sorteo de 2011 y dominó tanto la Clase A que abrió la temporada 2013 con el equipo de Grandes Ligas.

Desde su primer lanzamiento en las mayores hasta su último el pasado martes - un cambio de 91 mph a Daniel Murphy que resultó en un rodado - fue el lanzador más emocionante en el juego. La lista de los lanzadores que tienen repertorio que pueda igualarse al de Fernández es muy corta: la recta electrizante, ese slider que parece quebrarse hasta el infinito, un cambio que parece injusto. ¿A quién podríamos en esa lista? Pedro Martínez, el joven Kerry Wood, Randy Johnson, quizás Dwight Gooden en esos primeros años, quizás Nolan Ryan. Y de hace muchas eras atrás, Sandy Koufax o Bob Feller.

Supongo que uno podría cocinar alguna fórmula de "medidor de emoción" para medir esto: la tasa de ponches y el promedio de bateo permitido y la probabilidad de no permitir hits y la velocidad de la recta y todo eso. Pero ¿cómo mides el entusiasmo contagioso y la energía que Fernández traía al juego? Su repertorio recuerda a un Pedro en su mejor momento, pero además tiene elementos de Fernando Valenzuela y Mark Fidrych. No se le podían quitar los ojos de encima.

El domingo, todo el mundo hablaba de su sonrisa, cómo se mantuvo con el espíritu de un chico grande a pesar de que era uno de los mejores en el deporte. Él tenía ese raro carisma que se podía sentir incluso a través de una pantalla de TV, una personalidad en un deporte que intenta convertir a todo el mundo en un robot de profesionalismo aburrido. Esa alegría inicialmente cayó mal en algunos jugadores; él tuvo algunos roces con jugadores contrarios, quienes creían que el joven cubano era un poco arrogante. ¿Acaso ellos siquiera conocían su historia?

En mi trabajo, puedo sentarme en mi casa y observar muchos partidos de béisbol. Lo natural es enfocarse en los mejores equipos, los partidos más importantes de la noche. Pero yo siempre tenía que observar a Fernández, incluso aunque fuese solo por algunas entradas aquí y allá en un partido de poca relevancia. En su primera temporada, quizás carecía del pulimento de una estrella como Clayton Kershaw o Madison Bumgarner, pero era sorprendente. Los contrarios le conectaron apenas para .182, mientras convertía a los mejores bateadores en meros aficionados. Solo cuatro lanzadores abridores han permitido un promedio menor: Pedro, Luis Tiant, Ryan y Koufax. Logró el premio de Novato del Año y terminó tercero en la votación del Cy Young y luego pasó la temporada baja corriendo casi 600 millas semanales en bicicleta para perder peso. Su abuela logró salir de Cuba y pudo verlo lanzar.

Fue sometido a la cirugía Tommy John en su segunda temporada, y tristemente, sabemos ahora que el que te operen el codo no es una tragedia. Como se esperaba, trabajó duro y volvió a lanzar 14 meses después. Se convirtió en ciudadano de EEUU. En esta temporada, había vuelto a ser uno de los lanzadores más dominantes en las mayores, el alma y corazón de un equipo que se mantuvo en la contienda por el comodín a pesar de los problemas de lesiones de Giancarlo Stanton. Sus números finales en el 2016 leerán 16-8, efectividad de 2.86, 253 ponches en apenas 182.1 entradas. En su antepenúltima salida, ponchó a 14 Dodgers en siete entradas en blanco. Luego venció a los Bravos. Y luego venció a los Nacionales 1-0, ponchando a 12 y permitiendo apenas tres hits en ocho brillantes entradas.

Fernández le dijo a sus compañeros que se había sido el mejor partido que había lanzado en su vida.

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Los helicópteros pasaban por encima de su cabeza y la alegría llenaba el rostro de José Fernández, lo que significa que este momento fue era como la mayoría de los momentos en su vida, porque él se había acostumbrado a sacarle alegría - en el béisbol, en el pitcheo, en contar un cuento, en una conversación sobre sus primeros días luego de haberse ido de Cuba - en todo a su alrededor.

Era la tarde del 3 de julio, y Fernández y sus compañeros estaban en la línea de tercera base en Fort Bragg, Carolina del Norte, antes del partido en honor a los soldados apostados allí. Yo observé a José mirar los helicópteros pasando por encima de él, con su celular en su mano, con el que retrataba todo lo que estaba ocurriendo, y cuando las banderas se bajaron, él caminó hacia mí, mirando lo que acababa de capturar.

Fernández se había conmovido mucho con lo ocurrido ese día, parándose en los jardines y firmando autógrafo tras autógrafo. A medida que volvía al dugout justo antes del juego, Fernández notó que alguien desplegaba una bandera hacia él desde las gradas - una bandera de la 82ª División Aérea - y le pidió que se la autografiará, y él caminó hacia el dugout de los Marlins y logró que cada jugador, entrenador y hasta el manager Don Mattingly la firmara, desde Christian Yelich a Giancarlo Stanton.

Luego caminó hacia la línea de foul para escuchar el himno, y ver los helicópteros.

"¡Logré grabarlo todo!", gritó emocionado. Parecía que esa era la forma en que siempre hablaba sobre todo.

Él era un gran fanático del béisbol, como lo es cualquier jugador en el deporte, alguien que amaba ver lo que otros jugadores hacían, alguien que amaba ver a otros equipos. Fernández me dijo una vez que si no hubiese sido pelotero, habría seguido comoquiera el deporte muy de cerca, jugando béisbol de fantasía, porque todo lo que hacía, lo hacía con pasión.

Como alguien que tuvo problemas para aprender español en la Universidad, le pregunté, en la primavera de 2015, cómo fue que pudo aprender inglés tan bien luego de salir de Cuba, y se echó a reir y me contó una historia sobre sus problemas con el lenguaje. En sus clases en la secundaria, según contó José, su maestro le pedía a sus estudiantes que solo hablaran inglés en la clase, y él no reconocería su presencia en clase hasta que así lo hicieran. Pero un día Fernández tuvo muchas, muchas, muchas ganas de ir al baño, así que siguió repitiendo la palabra en español,: baño. Baño.

El maestro le seguía insistiendo que dijera la palabra en inglés.

"Baño", seguía diciendo.

En inglés, le insistía el maestro.

En medio de la desesperación y cuestionándose si el maestro realmente lo entendía, José hizo un gesto sobre la razón por la que necesitaba ir al baño. "Y me enviaron a la oficina del principal por eso", dijo riéndose.

Luego de terminar la historia, se fue a los jardines del complejo de entrenamiento primaveral de los Marlins para correr en la franja de advertencia. Fernández venía de una cirugía Tommy John y no podía esperar para lanzar de nuevo, pero todavía tenía mucho trabajo por delante para lograrlo. Los cielos del sur de la Florida se abrieron mientras él se estiraba, y los otros jugadores corrieron a guarecerse de la lluvia, al camerino, a la jaula de bateo.

Fernández se quedó corriendo en el terreno, con el lodo de la franja de advertencia manchando la parte trasera de su camiseta, y luego de un rato, salió del terreno, todo empapado, sonriendo y hablando de la experiencia.

Irradiaba la misma alegría que tenía cuando me mostró su video de los helicópteros.

"Tienes que poner eso en Twitter", le dije.

"Papi, yo no sé cómo hacer eso", me dijo.

"¿Y qué tal Facebook?", le pregunté.

"Yo no sé cómo hacer nada de eso", me respondió.

Yo le dije que si me enviaba el video por correo electrónico, me encargaría de publicarlo en las redes sociales por él.

Me pasó su teléfono. "Aquí tienes, hazlo", me dijo, y poco después, todo el mundo pudo ver, en ese momento, el José Fernández que sus compañeros y sus amigos conoces, un joven sonriente y muy feliz

Y ahora ese joven se nos ha ido.

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Como dijimos detalladamente a principios de esta semana, la clase de agentes libres del 2016 es extremádamente débil. Probablemente habrá pocos bates de impacto, pero se espera una escasez de pitcheo abridor, y el poder estelar en general estará muy por debajo del promedio. Esta dinámica podría impulsar el mercado de cambios y llevar a una de las temporada bajas más emocionantes que se haya visto; estamos hablando de jugadores Todos Estrellas y ex JMV con potencial de cambiar de equipos - nombres grandes tales como Chris Sale, José Fernandez, Andrew McCutchen y Ryan Braun. He aquí algunos de los más grandes:

Chris Sale, LHS, Medias Blancas de Chicago: Los Medias Blancas escucharon ofertas por Sale de casi todos los equipos en las mayores en la fecha límite de cambios directos. Además ellos pidieron algunos nombres importantes a cambio, tales como el jardinero central de los Medias Rojas Jackie Bradley Jr. y el receptor de los Yankees Gary Sánchez, de acuerdo con varias fuentes. Al final, los Medias Blancas decidieron mantener el equipo intacto, pero la mayoría de los expertos espera que ellos hagan una renovación en la temporada baja y que estén más dispuestos a cambiar a Sale. Dado lo limitado del mercado de agentes libres en cuanto a lanzadores abridores, Sale podría tener gran demanda, y muchos equipos contendientes tienen los prospectos o el talento joven en Grandes Ligas para intentar una corrida por él, incluyendo a los Yankees, Medias Rojas, Cardenales y Dodgers. José Fernández, RHS, Marlins de Miami: Los Marlins escucharon ofertas por Fernández en las reuniones invernales del año pasado, incluyendo conversaciones muy serias con los Diamondbacks de Arizona y los Dodgers de Los Angeles, pero ellos decidieron quedarse con él. Esta temporada baja, Fernández estará más cerca de la agencia libre, pero su valor de cambio nunca estará más alto. Los Marlins han hecho un gran trabajo controlando las entradas de Fernández - incluso aunque eso les haya costado algunos partidos esta temporada - y su gran modo de trabajo, su pasión y sus resultados lo convierten en un buen candidato para un equipo de mercado grande. El sistema de fincas de los Marlins es débil, al igual que su profundidad de Grandes Ligas, así que sospecho que muchos dentro de la organización están empujando para que Fernández sea cambiado. Dicho esto, cualquier potencial acuerdo tendría que ser aprobado por el dueño Jeffrey Loria, y no estamos seguros de que él lo permita, considerando las aspiraciones de playoffs de la organización en 2017.


Zack Greinke, RHS, Diamondbacks: Los Diamondbacks rechazaron a los Dodgers cuando L.A. llamó este verano intentando adquirir de vuelta a Greinke; ellos le dijeron a los equipos que no tienen ningún interés en cambiarlo. Sin embargo, si los dueños deciden hacer cambios dramáticos en la oficina central, una nueva administración tendría que considerar cambiar a Greinke y sacar de sus libros su contrato de más de $200 millones. Ese dinero podría ser utilizado para reconstruir la organización en muchas maneras diferentes y significativas.


Andrew McCutchen, CF, Piratas de Pittsburgh: Esta sería una movida poco popular en Pittsburgh, pero cambiar a McCutchen se ha convertido en una posibilidad real. Los Piratas piensan que su cotizado prospecto Aaron Meadows estará listo tan pronto como el año que viene, y ellos han discutido internamente la posibilidad de mover a su jardinero izquierdo Starling Marte al jardín central para poner a Meadows en el izquierdo. Una buena movida para McCutchen sería hacia los Dodgers, quienes podrían darle buen uso en el jardín izquierdo, donde estaría mejor posicionado en este punto de su carrera.


Ryan Braun, OF Cerveceros de Milwaukee: Los Cerveceros ya han discutido un cambio con los Dodgers que involucre enviar a Braun a Los Angeles por Yasiel Puig; esperen que esas discusiones se retomen en el invierno si Puig no tiene un gran final de temporada. Otros destinos potenciales incluyen los Azulejos (si Edwin Encarnación y José Bautista se van por la vía de la agencia libre); los Nacionales, quienes necesitarán reemplazar a Jayson Werth; y los Cardenales, de quienes no se esperan que ejerzan la opción del equipo sobre el jardinero izquierdo Matt Holliday.


Joey Votto, 1B Rojos de Cincinnati: Los Rojos están en modo completo de reconstrucción. Un cambio de Votto haría sentido - especialmente si ellos pueden conseguir un gran paquete de prospectos a cambio. Eso sería extremadamente difícil, considerando que todavía le quedan siete años y $192 millones en su contrato (con una opción del equipo para el 2024 por otros $20 millones - con una cláusula de salida por $7 millones). Incluso si su equipo no ejerce la opción, él jugaría los últimos dos años de contrato a los 38 y 39 años. Sin embargo, si los Rojos están dispuestos a asumir una cantidad importante de dinero en la parte final del contrato, ellos podrían encontrar a alguien dispuesto a hacer la transacción en los Azulejos o los vigilantes. Votto, nativo de Toronto, encajaría a perfección en la alineación de los Azulejos si ellos no firman de vuelta a Encarnación o Bautista. Su bate zurdo ayudaría a balancear mejor la parte media de la alineación, y él encajaría muy bien entre Josh Donaldson y Troy Tulowitzki en una alineación reconstruida para el 2017. Mientras tanto, los Vigilantes estarán cobrando el dinero del seguro por Prince Fielder, cuya carrera ha terminado, y su otro inicialista ahora mismo, Mitch Moreland, está pautado para convertirse en agente libre.


Carlos González, OF, Rockies de Colorado: González ha sido mencionado en rumores de cambios durante los últimos dos años, y eso no va a cambiar en esta temporada baja. Podría convertirse en agente libre al final de la temporada 2017, y no parece que haya conversaciones para una extensión de contrato ahora mismo entre los Rockies y él. Con la aparición del novato David Dahl y el continuo desarrollo de Charlie Blackmon, ambos jardineros, haría sentido de béisbol para los Rockies el cambiar a CarGo, especialmente si ellos logran conseguir un paquete de pitcheo como el que lograron por Tulowitzki hace un año.


José Quintana, LHS, Medias Blancas: Es poco probable que los Medias Blancas cambien a Sale y a Quintana, pero por lo menos uno de los dos se tiene que ir si esperan reconstruirse apropiadamente. Si ellos no logran el paquete de prospectos que ellos quieren por Sale, ellos podría decidir que la mejor oferta que logren por Sale sería lo suficientemente buena por Quintana; el equipo que intente conseguir a Sale podría terminar aceptando un cambio por Quintana. De cualquier modo, los equipos estarán haciendo fila por ambos, incluyendo los Yankees, Vigilantes, Astros, Medias Rojas, Cardenales y Dodgers.


Jake Odorizzi, RHS, Rays de Tampa Bay: Los Rays han mejorado su alineación al conseguir en cambio bates de poder como Steven Souza Jr., Corey Dickerson y Matt Duffy. Pero su trabajo está lejos de completarse; ellos necesitan uno o dos bateadores para el medio de su alineación. Salir de otro lanzador abridor mediante cambio no es algo ideal - ellos cambiaron a Matt Moore en la fecha límite de traspasos directos - pero podría ser la única forma realista de que los Rays, con presupuesto limitado, puedan armar una mejor alineación.

Todd Frazier, 3B Medias Rojas: Frazier será agente libre luego de la temporada 2017. A menos que los Medias Blancas decidan darle un contrato multianual, el cambiar a Frazier en esta temporada baja es la movida más lógica. Los Mets son un destino ideal para Frazier, ya que sería un reemplazo sólido para David Wright. Otro posible destino serían los Gigantes, quienes necesitan fortalecer su alineación con otro bate de poder.
MIAMI - Los Mets de Nueva York enfrentan un duro desafío el sábado cuando se midan a José Fernández (11-4, 2.53 ERA) mientras que tendrán en el montículo a Jacob deGrom (6-4, 2.38) a las 7:10 p.m. ET.

Fernández tiene marca de 25-1 con efectividad de 1.43 en 36 aperturas de por vida en Marlins Park. Su única derrota en dicho estadio vino en su debut en esta temporada el 6 de abril ante los Tigres de Detroit, cuando permitió cinco carreras en 5 2/3 entradas.

Fernández también tiene marca de 2-0 con efectividad de 1.32 en seis aperturas de por vida ante los Mets. Eso incluye su salida el 5 de junio cuando lanzó siete entradas en blanco y logró 14 ponches ante ellos.

Sin embargo, DeGrom también está en medio de una buena racha. Viene del primer juego completo de su carrera - una blanqueada en la que permitió un hit a los Filis de Filadelfia. Tiene marca de 3-0 con efectividad de 0.93 e sus últimas cuatro aperturas.

Terry Collins indicó que es poco probable que utilice a Michael Conforto en el jardín central en este fin de semana en los espaciosos jardines del Marlins Park. En cambio, el debut de Conforto en dicha posición probablemente tendrá que esperar a la venidera estancia en casa de los Mets.

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LOS ANGELES - Kenta Maeda está teniendo el tipo de inicio en su carrera de Grandes Ligas que José Fernández realmente puede apreciar.

Quizás este jueves ambos puedan hablar de ello, pero es posible que quieran salir primero de su choque en el Dodger Stadium.

Maeda, el sensacional novato de los Dodgers de Los Angeles, hará la quinta apertura de su carrera este jueves luego de permitir apenas una carrera en sus primeras cuatro salidas. Fernández, quien será su rival para los Marlins de Miami, sabe un poco sobre hacer un gran alboroto a su llegada a Grandes Ligas.

Fernández era novato en el 2013, aunque su debut llegó a la tierna edad de 20 años. Maeda tiene 28, con ocho años de experiencia profesional en Japón.

Mientras se agenciaba el premio de Novato del Año en el 2013, fue nombrado al Juego de Estrellas y terminó tercero en la votación del Cy Young ese año, Fernández logró ocho aperturas en blanco a sus contrarios y 16 salidas en las que permitió una carrera limpia o menos.

Maeda todavía tiene mucho camino por recorrer para igualar esa gesta, pero ya tiene de 4-4 en aperturas de una carrera o menos, permitiendo su única carrera cuando Joe Panik de los Gigantes de San Francisco le conectó cuadrangular el pasado 17 de abril. Maeda incluso lanzó 6 1/3 entradas en blanco en el Coors Field en el pasado fin de semana, ignorando la tendencia del estadio donde abunda la ofensiva.

La efectividad de Maeda de 0.36 es la segunda mejor en las Grandes Ligas, sus tres victorias son la novena mejor cantidad, su WHIP de 0.87 lo ubica empatado con la octava mejor marca y el promedio de bateo de los contrarios de .189 lo coloca empatado en el puesto 11.

Fernández, quien comienza su primera temporada complete desde que se sometió a una cirugía Tommy John en el 2014, está teniendo un inicio de temporada lento según sus estándares, al compilar marca de 1-2 en cuatro aperturas y efectividad de 4.37. Pero ha lanzado bien contra los Dodgers en el pasado, con marca de 2-0 en tres aperturas y efectividad de 2.84 (19 entradas). Ganó su única otra salida en el Dodger Stadium en 2013.

En sus dos salidas en el Dodger Stadium, Maeda permitió su única carrera en 13 entradas (efectividad de 0.69).

Los Dodgers necesitarán que Maeda extienda su brillante corrida ya que los Marlins buscarán la victoria para completar la barrida en cuatro juegos. Los lanzadores de los Marlins han maniatado la ofensiva de los Dodgers, permitiendo apenas cinco carreras en total.

El inicio de la carrera de Maeda es solo una pequeña muestra, pero eso no significa que no sea histórica. De acuerdo con el Elías Sports Bureau, Maeda es apenas el tercer lanzador desde 1900 en tirar por lo menos 25 entradas en sus primeras cuatro aperturas en las Grandes Ligas sin permitir más de una carrera.

A pesar que el novato que más atención atrajo a principios de abril fue Trevor Story de los Rockies de Colorado, Maeda está ganando mucha atención gracias a sus actuaciones.

"Hay algunas cosas buenas sucediendo ahora mismo, y Kenta está en la cima de esa lista", dijo el manager Dave Roberts.

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