George Springer acaba de ganar el premio de JMV de la Serie Mundial con una de las mejores actuaciones individuales de la historia. Probablemente José Altuve superará a Aaron Judge como el JMV de la Liga Americana. Si vamos a seleccionar un favorito para el JMV en 2018, Carlos Correa podría encabezar esa lista.

Esos tres se combinaron para nueve jonrones, 15 carreras y 18 remolcadas en la victoria de Houston en la Serie Mundial. En el momento de la verdad, las estrellas de los Astros de Houston dieron el paso al frente.

"Sabes, si nos ves jugar, sabes que chicos como George, José, Carlos dan el máximo cada noche", dijo el manager de los Astros A.J. Hinch luego del Juego 7. "Cuando el escenario brilla en su máximo splendor y comienza la ansiedad, uno solo se apoya en estos chicos".

Los Astros tendrán unido a este trio al menos por dos temporadas más. Altuve está firmado hasta el 2019, momento en el que llegará a la agencia libre y en el que buscará su gran contrato luego de firmar un contrato amigable al equipo en 2013 que le pagará apenas $6 millones en 2018 y $6.5 millones en 2019.

Por ahora, los fanáticos de los Astros podrán disfrutar de tres de los mejores jugadores en el béisbol al máximo de sus habilidades. Springer y Altuve tendrán 28 años la temporada que viene y Correa acaba de cumplir 23 en septiembre. Los Astros fueron apenas uno de dos equipos con por lo menos tres jugadores de posición en acumular WAR de 4.5 en 2017:

Astros: Altuve (8.3), Correa (6.3), Springer (5.0)

Dodgers: Justin Turner (5.7), Corey Seager (5.6), Chris Taylor (4.8)

Noten que Correa hizo eso en apenas 109 juegos luego de perder más de un mes de temporada por un desgarro en un ligamento del pulgar. Por eso es que podría ser candidato al JMV el año que viene. Recuerden, él también tuvo un arranque lento, con promedio de .233 y dos jonrones en abril. Denle 150 juegos y un mejor arranque, y podría ser un jugador de nueve victorias el año que viene.

Vamos a divertirnos un poco aquí. Es difícil argumentar que los Astros no tienen el mejor trío de jugadores de posición ahora mismo. ¿Y qué tal en temporadas recientes? No es tan raro el tener tres jugadores de cinco victorias en una temporada. Diez equipos lo han hecho desde 2010:

Medias Rojas 2011: 22.9 (Jacoby Ellsbury 8.1, Dustin Pedroia 7.9, Adrian Gonzalez 6.9)

Diamondbacks 2015: 21.5 (Paul Goldschmidt 8.8, A.J. Pollock 7.4, Ender Inciarte 5.3)

Medias Rojas 2016: 20.5 (Mookie Betts 9.5, Pedroia 5.7, Jackie Bradley Jr. 5.3)

Astros 2017: 19.6 (Altuve 8.3, Correa 6.3, Springer 5.0)

Azulejos 2015: 19.1 (Josh Donaldson 8.8, Kevin Pillar 5.2, José Bautista 5.1)

Astros 2016: 18.6 (Altuve 7.6, Correa 6.0, Springer 5.0)

Rangers 2011: 18.3 (Ian Kinsler 7.1, Adrián Beltré 5.8, Mike Napoli 5.4)

Medias Rojas 2013: 18.1 (Pedroia 6.3, Shane Victorino 6.1, Ellsbury 5.7)

Bravos 2012: 17.4 (Michael Bourn 6.1, Jason Heyward 5.8, Martín Prado 5.5)

Piratas 2014: 17.1 (Andrew McCutchen 6.3, Russell Martin 5.5, Josh Harrison 5.3)

Tigres 2014: 16.2 (Ian Kinsler 5.7, Víctor Martínez 5.5, Miguel Cabrera 5.0)

El trio de Houston no fue el mejor desde 2010, pero si notarán que desde que aparecieron en 2016, son el único grupo en aparecer dos veces. Un aspecto impresionante de su valor es que ninguno de ellos se benefició de ratings defensivos monstruoso de un solo año, razón por la cual algunos de los jugadores que aparecen en este listado lograron romper la barrera de las cinco victorias en WAR. Altuve, Correa y Springer son jugadores defensivos sólidos, y aunque Altuve ganó un Guante de Oro en 2015, ninguno de ellos son Guantes de Oro ahora mismo. Altuve tuvo más-3 carreras salvadas por la defensiva (DRS, por sus siglas en inglés), Correa tuvo un más-4 y Springer un menos-2 (extrañamente, tuvo mejores números en el jardín central que en el derecho).

En cambio, los tres jugadores de los Astros son tremendos jugadores completos: Bateadores de poder con alto porcentaje de embasamiento que juegan defensa sólida en posiciones importantes. Por eso es que han llegado a WAR de 5.0 en dos temporadas seguidas y son grandes candidatos a lograrlo por tercer año en fila.

¿Eso los convertirá en un trio histórico? Nos remontamos a 1960. Aquí les presentamos las instancias anteriores de tríos con WAR de 5.0 o más en temporadas consecutivas:

Marineros 1996-98: Ken Griffey Jr., Alex Rodríguez, Edgar Martínez

Rojos 1969-70: Johnny Bench, Tany Pérez, Bobby Tolan

¡Eso es todo! Solo ha habido otros dos tríos que lo han logrado en temporadas seguidas. El trío de los Marineros lo hizo en tres temporadas al hilo y los Rojos fallaron por muy poco en tener cuatro jugadores en hacerlo dos años seguidos, ya que Pete Rose tuvo WAR de 6.6 en 1969 y 4.8 en 1970.

Ha habido un par de otros tríos que lo han logrado, pero no en temporadas consecutivas:

Orioles 1967, 1969 - Brooks Robinson, Frank Robinson, Paul Blair

Rojos 1972, 1974 - Joe Morgan, Johnny Bench, Pete Rose

Esto pone al trío de los Astros en una compañía muy exclusiva. Una manera adicional de examinar su singularidad histórica es considerar sus posiciones. Springer jugó el jardín derecho en 2016, pero abrió más de la mitad de sus partidos en el jardín central en el 2017. He aquí los equipos que han tenido su intermedista, torpedero y jardinero central con WAR de 5.0 además de los Astros de 2017:

Filis 2007: Chase Utley, Jimmy Rollins, Aaron Rowand

Indios 1999: Roberto Alomar, Omar Vizquel, Kenny Lofton

Cardenales 1985: Tom Herr, Ozzie Smith, Willie McGee

Tigres 1983: Lou Whitaker, Alan Trammell, Chet Lemon

Cardenales 1952: Red Schoendienst, Solly Hemus, Stan Musial

Dodgers 1949: Jackie Robinson, Pee Wee Reese, Duke Snider

Medias Rojas 1942: Bobby Doerr, Johnny Pesky, Dom DiMaggio

Yankees 1942: Joe Gordon, Phil Rizzuto, Joe DiMaggio

Naps 1906: Nap Lajoie, Terry Turner, Elmer Flick

Obviamente, esta no es necesariamente la única forma de estudiar a los mejores tríos. Este método deja fuera a cualquiera que no haya logrado el WAR de 5.0. De todos modos, sin importar como lo estudiemos, este es uno de los tríos de estrellas jóvenes más impresionantes que hayamos visto en mucho tiempo.

Ah, una cosa más: No se olviden de Alex Bregman. Acaba de terminar su primera temporada completa en las mayores y tuvo WAR de 4.1. Luego de batear .256 en la primera mitad, bateó .315/.367/.536 en la segunda mitad. Es posible que el año que viene estemos hablando de uno de los mejores cuartetos de todos los tiempos.

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El Caballo Loco tiró con fuerza del carro y llevó a losDodgers de Los Ángeles a un triunfo de 5-2 sobre los Cachorros de Chicago en el arranque de la serie de campeonato de la Liga Nacional.

Por noches como estas fue que los Dodgers nunca se animaron totalmente a cambiar a otro equipo a Yasiel Puig, cuando el cubano se convirtió en un indeseable dentro del clubhouse.

La gerencia sabía el diamante en bruto que tenía y prefirió armarse de paciencia para esperar que El Caballo Loco, como lo bautizó Vin Scully, madurara en Los Ángeles, en lugar de hacerlo en cualquier otro lugar como rival.

Puig tenía la postemporada como asignatura pendiente, que finalmente está aprobando con sobresaliente y cargando sobre sus hombros al equipo, cada vez más Caballo y menos Loco, aunque igual de divertido.

No es sólo por las dos carreras impulsadas con doblete y su primer jonrón en playoffs, ni por el average de .500 y seis remolques que exhibe hasta el momento.

Se trata de la energía que le está imprimiendo al juego de pelota y que está contagiando a sus compañeros de la mejor manera posible.

Es liderazgo, haciendo el béisbol divertido de nuevo, como proclamó la campaña lanzada por su colega Bryce Harper, de los Nacionales de Washington.

La ofensiva de Los Angeles esperó pacientemente su momento, tras la salida del abridor colombiano José Quintana, para definir el partido contra el deficiente bullpen de los Cachorros.

El venezolano Héctor Rondón, incluido en el roster para esta serie, permitió jonrón solitario de Chris Taylor en el sexto para romper un empate a dos, mientras el zurdo Mike Montgomery toleraba otras dos, una de ellas por el bambinazo de Puig.

El japonés Kenta Maeda, movido al bullpen en la serie, se llevó el triunfo como relevo de un Clayton Kershaw que sigue sin convencer en la postemporada.

Kershaw permitió dos carreras por jonrón del cubanoamericano Albert Almora Jr. que puso el partido momentáneamente 2-0 favorable a los campeones y en dos presentaciones de playoffs suma ya cinco bambinazos recibidos, luego de tolerar 23 en 27 juegos en la campaña regular.

Ahora ha aceptado 15 vuelacercas en 20 encuentros en su carrera en playoffs, cuando el corazón se le pone chiquito al gran zurdo, considerado por muchos el mejor lanzador de la actualidad en todo el béisbol.

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Justin Verlander lanzó una joya de nueve entradas y Carlos Correa remolcó las dos carreras de su equipo para que los Astros de Houston vencieran 2-1 a los Yankees de Nueva York y ampliaran a dos victorias sin derrota su ventaja en la Serie de Campeonato de la Liga Americana.

Por segundo día consecutivo, la pizarra terminó con idéntico marcador, con gran dominio del pitcheo de ambos conjuntos y muy poca ofensiva.

Por segunda vez en su carrera y primera desde el 2012, Verlander lanza un partido completo en postemporada, para archivar su tercer triunfo en los playoffs del 2017.

Realizó 124 pitcheos, 93 de ellos por la zona de strikes (algunos dudosos por otra mala labor del umpire principal, esta vez Hunter Wendelstedt) y propinó 13 ponches.

Correa puso delante a los Astros en el cuarto con bambinazo solitario por la banda derecha contra Luis Severino, abridor de los Yankees, con otra sólida faena hasta que abandonó el partido tras recibir un pelotazo bateado por Yuli Gurriel que le pegó en su mano izquierda.

El manager Joe Girardi reclamó interferencia de un niño que recordó el incidente de Jeffrey Maier, aquel chico que ayudó al entonces novato Derek Jeter a batear un cuadrangular en playoffs contra los Orioles de Baltimore, al impedir que Tony Tarasco capturara la bola.

Esta vez, aunque el guante del pequeño Carson Riley también invadió parcialmente el terreno, el batazo era inalcanzable por Aaron Judge y tras la revisión del video, los árbitros ratificaron el cuadrangular.

Entre Correa y el pequeño gigante José Altuve fabricaron la del triunfo en el final del noveno ante el misil Aroldis Chapman.

Después de un out, Altuve sonó su segundo imparable de la tarde y corrió como alma que lleva el diablo cuando Correa conectó tendido entre el jardín derecho y el central.

El tiro de relevo de Didi Gregorius al plato llegó con el tiempo suficiente para esperar al venezolano, pero el receptor dominicano Gary Sánchez perdió la pelota.

Varias lecturas dejó este encuentro.

1.- A.J. Hinch, el manager de los Astros, sabe que no cuenta con un bullpen sólido, al estilo de sus rivales y por ello no confía mucho en sus relevistas.

2.- El corrido de las bases vuelve a costarle caro a los Yankees. Brett Gardner sacudió un lineazo a la esquina del jardín derecho y cuando parecía que se detendría en la intermedia con un doble, fue enviado a la antesala por el coach Joe Espada. Luego de que el corredor había comenzado a frenar tuvo que acelerar nuevamente y perdió fracciones de tiempo valiosas que permitieron a la defensa de Houston matarlo en tercera.

3.- Gary Sánchez no durará mucho como cátcher y será movido a otra posición. Sus deficiencias defensivas son demasiadas para alguien con la responsabilidad de conducir el cuerpo de pitcheo de una franquicia que quiere volver a la tradición ganadora. Esa jugada decisiva en el plato fue criminal.

4.- Si Girardi aspira a remontar contra Houston como lo hizo contra Cleveland, tiene que hacer modificaciones en la alineación. Mantener al Juez de segundo bate es un sin sentido, toda vez que el muchacho está perdido en el plato.

5.- Por segunda jornada seguida, es imperdonable que a esta altura de la competencia, el árbitro principal se equivoque en los conteos con una frecuencia escandalosamente alta.

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Como el chiste del gran humorista cubano Guillermo Álvarez Guedes, siempre hay un león sordo que echa a perder el concierto de violín en medio de la selva.

Los Astros de Houston, en la Liga Americana, y Dodgers de Los Angeles, en la Nacional, han cabalgado cómodamente en la cima de su división hasta esta altura de la temporada, rumbo a los playoffs.

Pero las lesiones de dos jugadores claves en la última semana vienen a ser el león sordo del cuento de Alvarez Guedes, que podría descarrilar, o al menos hacer tambalear el dominio impuesto por los dos equipos.

El campocorto puertorriqueño Carlos Correa estará ausente entre seis u ocho semanas, tras someterse a una operación del pulgar izquierdo, lo cual abre un hueco inmenso en el medio de la alineación de los Astros.

El zurdo Clayton Kershaw, algo tan simple como el mejor lanzador de todo el béisbol, fue colocado en la lista de lesionados tras abandonar el juego del domingo en el segundo inning por molestias en la espalda y desde ya se sabe que no regresará en principio de aquí a un mes o mes y medio.

La pregunta es ¿cuál ausencia tendrá un impacto mayor? ¿La de Correa con Houston o la de Kershaw con Los Angeles?

En 84 partidos, el boricua estaba en una temporada de MVP, con average de .320, 20 cuadrangulares, 67 carreras impulsadas, 39 extrabases entre sus 104 hits y un promedio de embasamiento de .400.

Su proyección hasta el momento de lesionarse lo llevaba a paso de 33 cuadrangulares, 111 remolques y máximas en todos sus indicadores ofensivos.

Perder de pronto al principal motor en el ataque puede resultar grave, independientemente de que la alineación tenga a otras piezas poderosas como el venezolano José Altuve, George Springer, el debutante cubano Yuli Gurriel o el suplemente de lujo Marwin González, inmerso en su campaña consagratoria.

De hecho, es el versátil González quien ha asumido el papel de torpedero de todos los días mientras dure la ausencia del titular de la posición.

Marwin, un bateador de .257 en sus primeras cinco campañas, ha explotado en el 2017, con un average de .320, 18 bambinazos y 58 impulsadas, cifras que ya constituyen una máxima en su carrera.

Tal ha sido su mejoría que el manager A.J. Hinch se ha visto obligado a colocarlo, día tras día, en la alineación, ya como defensor del cuadro, ya en los jardines, por aquello de que "el que batea tiene que jugar".

Ahora le tocará a Hinch encontrar a quien asuma la función de cuarto palo y ya ha experimentado con el veteranísimo Carlos Beltrán, con Evan Gattis y con Gurriel.

Si la ausencia de Correa se va a sentir en los Astros, más se extrañará a Kershaw en los Dodgers. Pueden apostarlo.

El zurdo es líder en victorias (15) y efectividad (2.04) de todas las Grandes Ligas y andaba camino a su cuarto premio Cy Young en el viejo circuito.

Su lesión le haría perderse entre seis a ocho aperturas, demasiadas para una rotación que con la excepción del también zurdo Alex Wood, no ha sido para nada extraordinaria.

Y el propio Wood, invicto en sus primeras 14 aperturas, se derrumbó en su más reciente salida, al ser castigado con siete limpias en 4.2 episodios por los Bravos de Atlanta.

Seamos honestos. En sus primeros cuatro años en las Mayores, Wood fue un lanzador promedio, sin penas, ni glorias.

Hay que ver si esas 11 victorias consecutivas antes de su primera derrota es el inicio de una consistencia que lo lleve a un nivel superior en su carrera o si es simplemente fruto de una buena racha, como le ha ocurrido a muchos serpentineros a lo largo de la historia.

¿Podrá Wood asumir el liderazgo de un cuerpo de pitcheo que ha perdido a su macho alfa? No es lo mismo trabajar a la sombra de un astro que dar un paso adelante y decir aquí estoy yo.

Peor aún. ¿Cuán seria es la lesión de Kershaw, que ni el mismo manager Dave Roberts se atreve a poner una fecha para su posible regreso?

Si bien la falta de Correa es importante, la de Kershaw podría tener proporciones devastadoras.

Ojalá pueda regresar a tiempo para los playoffs, aunque, sin querer ser ave de mal agüero, les recuerdo que el calvario del difunto José Fernández que lo obligó a perderse más de un año de acción comenzó en el 2014 con dolores similares en la espalda, después de haber sido bateado libremente el 9 de mayo en un partido ante los Padres en San Diego.

Una semana más tarde era sometido a una operación Tommy John para repararle los ligamentos del codo y no pudo regresar hasta el 3 de julio del 2015.

Lo demás es historia.

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LAKE BUENA VISTA, Florida -- Con dos premios de Jugador Más Valioso (MVP) y tres segundos lugares en sus primeras cinco temporadas, el jardinero Mike Trout, de los Angelinos de Los Angeles, ha sido por muchos el mejor jugador de Grandes Ligas desde que fue instalado como titular en la alineación de su equipo en 2012. En el 2017, sin embargo, el torpedero puertorriqueño Carlos Correa podría estar listo para amenazar el reinado del norteamericano.

Correa, de 22 años, entrará a su tercera temporada con los Astros de Houston bateando .276 con 42 jonrones, 58 dobles, 164 carreras impulsadas, 128 anotadas y un OPS de .829 en 252 partidos. Con 20 años y apenas 99 partidos fue el Novato del Año de la Liga Americana en el 2015 y en el 2016, su primera temporada completa, conectó 69 extrabases y remolcó 96 carreras.

De mantenerse saludable no hay ninguna razón para pensar que Correa no elevará su desempeño al nivel de los jugadores que compiten el JMV -- como Trout, su compañero José Altuve, Manny Machado, Josh Donaldson, Mookie Betts, Miguel Cabrera y Adam Jones, entre otros -- especialmente si se toma en cuenta que juega una de las posiciones defensivas más importantes del juego y por la categoría de equipo que tendrá a su alrededor en lo adelante.

"Obviamente el enfoque de uno es tratar de dar el máximo todo el tiempo para ayudar al equipo a ganar y con una buena actuación, vienen los premios", dijo Correa a ESPN Digital antes de un partido de exhibición contra los Bravos de Atlanta en el Complejo ESPN de Disney en Orlando.

"Pero el enfoque principal es tratar de hacer un buen trabajo para que el equipo gane, y eso me llevará a las otras cosas", dijo Correa.

Trout, quien a los 25 años empató una hazaña de Barry Bonds (2000-04) al quedar en los primeros dos puestos de la votación al MVP en cinco temporadas consecutivas, es uno de los principales candidatos al premio desde su arribo a las ligas mayores, incluso sin importar que la temporada pasada su equipo quedó en el penúltimo lugar de la División Oeste de la Liga Americana.

Desde su debut, Trout ha liderado cada año el joven circuito en Victorias Sobre Reemplazo (WAR, por sus siglas en inglés), un coeficiente que mide el desempeño en todas las áreas del juego. De hecho, sus 48.5 WAR lo ubican como 12do. de todo el béisbol entre los peloteros ofensivos activos.

En la lista de los activos que están por encima de Trout se encuentran algunos de los principales candidatos al Salón de la Fama: Albert Pujols (101.1), Adrián Beltré (90.2), Carlos Beltrán (70.4), Miguel Cabrera (69.6), Chase Utley (64.4), Robinson Canó (62.4), Ichiro Suzuki (59.9), Ian Kinsler (50.9), Dustin Pedroia (50.7), Joe Mauer (50.0) y David Wright (49.9).

En sus primeros 10 meses en Grandes Ligas, Correa acumula 10.1 WAR. El único otro torpedero que ha logrado más para los 22 años de edad es el dominicano Alex Rodríguez (14.4 entre 1994 y 1997), un tres veces JMV con el que Correa generalmente es comparado. Muchos en la industria consideran que Correa, al igual que hizo "A-Rod", dominará su liga por un largo período de tiempo.

"Los vaticinios y las comparaciones son parte del juego, pero jamás debemos dejarnos guiar por lo que otros piensan que ocurrirá, sino trabajar fuerte para forzar los resultados. No hay ningún deporte más impredecible que el béisbol. Lo único que podemos controlar es trabajar duro y poner empeño en el campo", dijo.

Para Correa, quien debutará con Puerto Rico en el Clásico Mundial de Béisbol de marzo, las metas más inmediatas son colectivas. Houston comenzará el 2017 como uno de los equipos más completos del juego y Puerto Rico intentará repetir o mejorar su actuación del Clásico Mundial de hace cuatro años, cuando dejó a varios favoritos en el camino para avanzar hasta la gran final, que perdió ante República Dominicana.

"Nos sentimos bien confiados", dijo Correa sobre las expectativas de los Astros. "Tenemos un tremendo equipo, contamos con mucha más veteranía. Jugadores como Beltrán, Brian McCann y Josh Reddick son buenas adiciones que nos ayudarán en gran manera", agregó.

"Era algo que siempre quise hacer, representar a Puerto Rico con mucho orgullo", dijo Correa sobre el Clásico Mundial, que tendrá a Puerto Rico enfrentando a Italia, México y Venezuela en Guadalajara, del 9 al 13, en el Grupo D de primera ronda.

"La meta es tratar de ganar el clásico, no simplemente competir", dijo Correa.

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Hay contribuciones valiosas que nunca podrían ser cuantificadas, como esa primera vez en el entrenamiento de primavera de los Indios el año pasado en que los jugadores jóvenes de Cleveland vieron cuánto orgullo tuvo Mike Napoli al avanzar 90 pies por un pitcheo desviado. Fue un momento que algunos de ellos mencionaron al final de su temporada, cuando el equipo comenzó a tomar un enfoque muy diferente en las bases.

Hubo un valor no cuantificable en el tiempo que Napoli tomó para jugar cribbage con el joven jugador de cuadro José Ramírez todos los días. O el trabajo que el receptor Chris Giménez hizo con Trevor Bauer, guiándolo para mejorar su enfoque con algunos cambios necesarios. O el hecho de que una hora después de que Starlin Castro fuera negociado con los Yankees, Carlos Beltrán se acercó a él con un mensaje de texto y le ofreció cualquier ayuda que necesitara.

Basados en la composición del clubhouse de los Astros, era evidente que Houston -una organización que ha tenido éxito recientemente debido a su aplicación de métricas- no vio el valor en esos intangibles tanto como hicieron otros equipos. Pero algunos jugadores que llevaban el uniforme de Astros salieron recientemente de esa experiencia repitiendo las mismas palabras: Necesitan a algunos veteranos allí. Esos jugadores podrían realmente usar alguna guía.

A través de los movimientos realizados este invierno, Houston tendrá eso junto con una formación mucho más profunda. Los Astros intercambiaron por Brian McCann, firmaron a Josh Reddick, y el sábado, amararron al bateador boricua en un contrato de un año.

El cubano Yulieski Gurriel firmó el pasado verano con los Astros un contrato que aparentemente será uno de los últimos grandes acuerdos para los agentes internacionales libres por 47,5 millones de dólares en cinco años, y parece posible que no llegue a la novena posición. La alineación de Houston podría verse así:

CF George Springer
3B Alex Bregman
2B José Altuve
SS Carlos Correa
LF Carlos Beltrán
RF Josh Reddick
BD Evan Gattis
C Brian McCann
1B Yulieski Gurriel

Hay una enorme flexibilidad entre los jugadores de posición de Houston, como sucedió con los Cachorros de Joe Maddon el año pasado. Bregman y Gurriel pueden jugar en el cuadro y en los jardines, permitiendo al manager A.J. Hinch combinar basado en rotaciones y las necesidades defensivas en un día dado, ya que también cuenta con una banca profunda: el jugador de cuadro Marwin González y los jardineros Nori Aoki, Teoscar Hernández, Tony Kemp y Jake Marisnick.

Hay una necesidad de un abridor adicional, por supuesto -Houston tiene la rotación menos fuerte en las mayores, y los Astros estaban hambrientos de profundidad la temporada pasada- y el equipo hará más movimientos con su personal este invierno. Vale la pena recordar, sin embargo, que la producción de carreras de Houston podría proporcionar un margen mucho mayor de error para el personal de pitcheo.

Y la dinámica del club será muy diferente el próximo año. Un ex Astro dijo del equipo, en palabras que parecían ser más una observación que una crítica, que ellos "necesitan a algunos adultos allí adentro".

Tendrán más experiencia con McCann, Reddick y Beltrán. Esto ayudará, junto con toda la mejora aparente en su producción ofensiva.

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Los Astros de Houston presentaron al otro jardinero recién contratado: Josh Reddick, y hay una percepción en algunos rincones de la industria de que el jugador puede ser eficaz sólo como reemplazo. Esto se debe a todos los bateadores derechos en la alineación que están por encima suyo; él, un bateador zurdo, provocará a menudo que sus turnos después de la cuarta entrada den lugar a un cambio de pitcher. Los managers contrarios convocarán a un zurdo. El año pasado Reddick tuvo 104 apariciones en el plato contra tiradores de la llamada mano equivocada y no pudo conectar extrabases, promediando apenas para .155.

El OPS de Reddick contra derechos y zurdos durante los últimos cinco años fue el siguiente:

2016 .871/.366
2015 .826/.654
2014 .849/.533
2013 .695/.667
2012 .778/.751

La temporada pasada, los Astros colocaron consecutivamente a cuatro derechos en el tope de su alineación: George Springer, Alex Bregman, José Altuve y Carlos Correa. Debido a las estadísticas de Reddick, podría ser que el manager de los Astros, A.J. Hinch, coloque a Reddick entre ese grupo, así obligaría a los directores contrarios a pagar un precio contra un derecho en el caso de llamar a un zurdo contra Reddick. Si Hinch pone a Reddick quinto y al receptor Brian McCann séptimo, sería una decisión mucho más fácil para los managers traer al zurdo para hacer frente al quinto, sexto y séptimo de la alineación.

Springer castiga a los zurdos. La última campaña promedió contra ellos .385 de OBP y un porcentaje de slugging de .560. Podría tener algún sentido colocar a Reddick como primer bate, con Springer detrás de suyo para hacer pagar un peaje a cualquier zurdo. Pero Springer estuvo muy cómodo en ese turno el año pasado, y los Astros podrían querer dejarlo allí.

Altuve, Correa y Bregman son derechos que cada año tuvieron mejores números contra lanzadores diestros, lo cual no es inusual para jugadores jóvenes, que han crecido viendo principalmente a pitchers diestros. Bregman se sacudió de algunos problemas iniciales después que Hinch lo movió al segundo turno, entre Springer y Altuve.

Entonces, ¿de qué manera debe organizar Hinch su alineación? Al comienzo de la temporada, me inclinaría por poner a Reddick segundo, entre Springer y Altuve, para crear más distancia entre Reddick y McCann en el orden. Correa y Bregman serían cuarto y quinto, seguidos por McCann.

Sea como sea, Hinch tiene excelentes opciones.

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Contra viento y marea, Puerto Rico ha comenzado a recuperar su espacio en las Grandes Ligas, con una joven generación cuyas caras más visibles son los campocortos Carlos Correa y Francisco Lindor.

Correa y Lindor lideran un grupo que integran además, entre otros, Javier Baez (Cachorros de Chicago), Héctor Santiago (Angelinos de Los Angeles), Enrique Hernández (Dodgers de Los Angeles) y Eddie Rosario (Mellizos de Minnesota).

Es la camada que toma el batón de la generación de transición que integran Yadier Molina, Carlos Beltrán y Angel Pagán, que siguió a la época dorada de Juan 'Igor' González, Iván Rodríguez, Bernie Williams, Roberto Alomar y Carlos Delgado

Correa, de los Astros de Houston, fue el Novato del Año de la Liga Americana en el 2015, al aventajar en la votación a su compatriota Lindor, de los Indios de Cleveland.

El primero ha recibido mayor atención mediática desde que fue escogido por los Astros como número uno en todo el draft amateur del 2012, mientras que Lindor fue seleccionado por los Indios en el octavo turno en general del 2011.

Y como es de humanos establecer comparaciones, muchos ya se preguntan quién de los dos es mejor, sobre todo, para tratar de determinar cuál de ellos ocupará la posición como paracorto titular en la selección de Puerto Rico en el próximo Clásico Mundial de Béisbol.

Debutaron con apenas seis días de diferencia en la pasada campaña, Correa lo hizo el 8 de junio y Lindor el 14. Y desde el primer momento, se convirtieron en piezas fundamentales de sus respectivos equipos.

Si tomamos los primeros 162 juegos de cada cual, encontraremos notables diferencia a favor de uno y en otro, en dependencia del renglón de que se trate.

El de Houston está mejor dotado físicamente, con una estatura de seis pies y cuatro pulgadas y 215 libras de peso, y recuerda al Alex Rodríguez de sus inicios con los Seattle Mariners en 1994, mientras que el de Cleveland tiene 190 libras distribuidas en una estatura de 5.11.

Esa es una de las razones por las que Correa es un bateador de más poder, en tanto Lindor basa su ofensiva en su mejor capacidad de contacto.

En esos primeros 162 juegos de sus carreras, Carlos bateó para promedio de .271 y Paquito lo hizo para 40 puntos más, .311, pero el primero despachó 30 bambinazos y remolcó 100 carreras, mientras que el segundo botó 19 pelotas y empujó 84.

Para que se tenga una idea de cuán grandes han sido ambos, basta señalar que solamente Igor, entre los peloteros puertorriqueños, bateó más de 30 jonrones en sus primeros 162 juegos.

González despachó 31 vuelacercas, mientras que los 30 de Correa igualan los que batearon Orlando "Peruchín" Cepeda y José Cruz Junior.

Asimismo, los .311 puntos de average de Lindor sólo son superados por los .314 de Cepeda en ese lapso de juegos entre todos los jugadores boricuas que han pasado por las Mayores.

A la defensa, Lindor ha sido un inquilino casi permanente en los titulares de Béisbol Esta Noche, con 15 carreras salvadas, mientras que Correa, quien también ocasionalmente aparece en los resúmenes diarios, tuvo menos siete.

Para quienes gustan de las estadísticas sabermétricas, el WAR de Lindor en sus primeros 162 juegos fue de 7.3, por 5.5 para el Novato del Año del 2015.

Esas son las cifras. Más allá de eso, Correa se ve más completo, con un desempeño más pausado, más maduro, a pesar de tener un año menos de edad que Lindor, quien por su parte, juega más alegre, con mayor liderazgo dentro del equipo.

Por lo pronto, Lindor ya ganó su primera invitación al Juego de las Estrellas, apenas en su segunda campaña, mientras Correa, no lo duden, estará en próximas ediciones.

Pero eso es una percepción personal. Si yo fuera el manager de Puerto Rico en el Clásico Mundial, posiblemente colocaría al jugador de Cleveland en el campocorto, mientras que al de Houston le buscaría otra posición, ya en la intermedia, ya en la antesala.

Pero sin dudas sería alrededor de ellos dos que conformaría el equipo, sin entrar en controversia sobre cuál de los dos es mejor jugador. ¿Qué cree usted?

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Las Grandes Ligas están viviendo un cambio generacional con la inyección de jóvenes talentosísimos cuyas edades no rebasan más allá de los 25 años.

Esta nueva ola que domina el béisbol en la actualidad puede atribuirse a varios factores.

Uno de ellos es fortuito y tiene que ver con la coincidencia en tiempo de muchos peloteros de primer nivel, algo tan normal como que en otros momentos la camada de jugadores no siempre sea tan buena.

Pero a mi modo de ver, el dominio actual que van imponiendo los más jóvenes es consecuencia directa de la lucha contra el uso de sustancias prohibidas para mejorar el rendimiento deportivo.

Si bien es una guerra que nunca terminará, el interés de MLB para atacar a los tramposos ha dado resultados y cada vez son menos -- al parecer -- los que acuden al engaño para sobresalir.

Y parte de ese engaño era la extensión de las carreras deportivas a edades inusuales, donde lo normal es que comience un declive natural.

Así vimos a Barry Bonds disparar sospechosamente 73 jonrones en una temporada a los 37 años de edad, por sólo citar un ejemplo de muchos que abundaron en la era de los esteroides.

En esta época post-esteroides, el béisbol le pertenece a los jóvenes, aquellos con más reflejos para reaccionar a envíos que llegan a casi 100 millas por hora en fracciones de segundos hasta el plato.

Ojo, no quiere decir que no hayan excepciones, pero solamente unos pocos elegidos por los dioses del béisbol pueden seguir derrochando su talento cuando la mayoría de sus compañeros de generación ya vieron pasar sus mejores momentos y muchos se fueron al retiro.

Pero no todos los días salen los Ichiro Suzuki, David Ortiz o Adrián Beltré, que consiguen competir con la sangre fresca que viene como un tsunami a reclamar los puestos cimeros del mejor béisbol del mundo.

Lo cierto es que estamos siendo testigos del nacimiento de una generación brillante, que tiene posiblemente en Bryce Harper y Mike Trout a sus dos principales exponentes.

Hasta los juegos del miércoles 20 de abril, los bateadores de 25 o menos años habían acumulado el 30 por ciento de los 411 jonrones registrados en la joven temporada. Esa cifra supera en un cinco por ciento la registrada en el 2015 y es mucho mayor que la del 2010, cuando los jovenzuelos consiguieron en 18 por ciento de los bambinazos.

Jugadores de 25 o menos lideran los principales departamentos ofensivos de las Mayores.

El dominicano Manny Machado, de los Orioles de Baltimore, tiene el average más alto (.407) y acumula más hits que nadie (24).

Harper, de los Nacionales de Washington, es el máximo remolcador de carreras (22) y va empatado en cuadrangulares (8) con el novato Trevor Story, de los Rockies de Colorado. Nolan Arenado, también de los Rockies, los secunda con seis vuelacercas y 16 remolques.

El jardinero de los Nacionales es dueño también del promedio de slugging más alto (.849), delante de Machado (.780) y Story (.758).

Y el venezolano Jose Altuve, de los Astros de Houston, es el máximo robador de bases (7).

Entre las estrellas que dominan los titulares beisboleros en la actualidad, la lista de jovencitos es larguísima, más allá de los ya mencionados.

¿Dónde dejamos a Kris Bryant y Addison Russell, de los Cachorros de Chicago? ¿O los boricuas Carlos Correa y Francisco Lindor, de Houston y Indios de Cleveland, respectivamente?

Aunque hemos estado oyendo de él desde el 2013, es ahora que el cubano Yasiel Puig acaba de llegar a los 25 años.

Igual pasa con el venezolano Salvador Perez, uno de los mejores catchers de todo el béisbol, que a sus 25 años ya acumula tres Guantes de Oro con los Kansas City Royals.

La cosa es ver cuántos de ellos son capaces de mantenerse en la élite más allá de sus años picos, para convertirse en los Big Papis, Ichiros o Beltrés del futuro.

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Bienvenidos a territorio latinoamericano. Bienvenidos a las paradas cortas en las Grandes Ligas.

Hay 30 equipos en la MLB. De ellos, al menos 17 planean usar en el Día Inaugural a un torpedero nacido en la región.

El venezolano Alcides Escobar ganó el año pasado el Guante de Oro en la Liga Americana. El curazoleño Andrelton Simmons se lo llevó en la Liga Nacional los dos años antes de ese.

Muchos de los más sonoros nombres que brillan hoy en las mayores proceden de países ubicados por debajo del río Grande: Elvis Andrus, Erick Aybar, Asdrúbal Cabrera, José Reyes...

Casi la mitad de los mejores 10 prospectos de MLB.com en el campocorto salen de América Latina: los venezolanos Orlando Arcia (número 3), Franklin Barreto (8), Gleyber Torres (9) y el curazoleño Ozhaino Albies (10).

Verdaderos astros latinos en ascenso despliegan su talento como campocortos: el vistoso cubano Adeiny Echavarria, el productivo arubeño Xander Bogaert, el bisoño dominicano Ketel Marté y el boricua Francisco Lindor.

Y está el boricua Carlos Correa, claro, el Novato del Año en la Liga Americana la temporada pasada. El natural.

La búsqueda de la alineación ideal de América Latina encuentra un verdadero desafío para quien trate de precisar quién es el mejor paracorto hoy.

¿Alguien se atreve?

LA MAGIA DE ALCIDES

El shortstop con la mejor defensiva en la actualidad tiene que ser Escobar, el infielder de los outs imposibles y las contorsiones circenses.

"Acostumbro a verlo en acción desde el left", contó hace poco uno de sus compañeros, el jardinero izquierdo de los Reales de Kansas City, Alex Gordon. "Completa jugadas que yo no soy capaz ni siquiera de imaginar".

El nativo de La Sabana es protagonista de atrapadas de feria y lances sorprendentes, cada semana. No de balde ganó el Guante de Oro, a pesar de tanta competencia.

Escobar fue el Jugador Más Valioso de la última Serie de Campeonato del joven circuito y disputó toda la postemporada como primer bate de Kansas City. No es la ofensiva, sin embargo, su punto fuerte.

El toletero derecho nunca ha bateado sobre .300 en las mayores. Desde que es titular, en 2010, jamás ha conseguido un OPS sobre .700 ni ha anotado 100 carreras en un campeonato. Es un fino robador, con dos cosechas sobre 30 estafas, pero apenas logró 17 en 2015, a pesar de que fue primer bate durante buena parte de la justa.

"Que busquen a uno de esos tipos sabermétricos y que trate de explicarlo, porque yo no entiendo nada", expresó en octubre el manager de los monarcas, Ned Yost, tras verle batear para .478 en la Serie de Campeonato.

Pero sí, hay un motivo aparente, como subraya el coach Rusty Kuntz: "Es un competidor. Mientras más grandes son las luces, mejor es él".

LLEGA LA HORA DEL BORICUA

Correa no tiene la espectacularidad con el guante que exhibe Escobar. Por lo menos, no todavía. Debutó en la gran carpa con apenas 20 años de edad con los Astros de Houston y resultó el recluta más sobresaliente de la Americana. Está comenzando su carrera. Nunca ha sido más apropiado aquello de que estamos asistiendo al nacimiento de una estrella.

El boricua es un predestinado. En su debut, sacudió 22 cuadrangulares y robó 14 almohadillas en apenas 99 choques, con .857 de OPS y un WAR de 4.1, números sorprendentes, habida cuenta que no completó siquiera 100 compromisos.

"Va a ser un pelotero especial", aseguró Bruce Bochy, su rival, piloto de los Gigantes de San Francisco. "Tiene el potencial para ser uno de los mejores en este deporte. Ya ha levantado cejas, con lo bueno que es. Es impresionante su disciplina en el plato, con sólo 20 años de edad, así como su capacidad atlética en las paradas cortas".

Correa es tan bueno, que durante algún tiempo se dijo que los Astros estaban contentos de perder y perder, porque ser últimos en el beisbol les aseguraría su firma. Fue la primera selección absoluta en el draft de 2012.

Con él, y con otros compañeros de generación, en la Isla del Encanto ha renacido la esperanza de ver a Puerto Rico nuevamente como potencia del beisbol.

"Desde que firmé, sueño con hacer grandes cosas en la pelota", confesó Correa, hace poco. "Ahora que estoy en las mayores, esa es una de mis metas: ser una de las caras más reconocibles del juego".

Escobar es el paracorto de los campeones mundiales y posiblemente el guante más notable en la posición, hoy. Pero falta muy poco, quizás meses, para que ocurra un cambio de mando y empiece, definitivamente, la era de Carlos Correa.

TAMBIÉN SON TITULARES

Elvis Andrus (Venezuela, Vigilantes)
Erick Aybar (Dominicana, Bravos)
Xander Bogaerts (Aruba, Medias Rojas)
Asdrúbal Cabrera (Venezuela, Mets)
Eduardo Escobar (Venezuela, Mellizos)
Freddy Galvis (Venezuela, Filis)
Didi Gregorius (Curazao, Yankees)
Adeiny Echavarría (Cuba, Marlins)
José Iglesias (Cuba, Tigres)
Francisco Lindor (Puerto Rico, Indios)
Ketel Marte (Dominicana, Marineros)
Johnny Peralta (Dominicana, Cardenales)
Alexei Ramirez (Cuba, Padres)
José Reyes (Dominicana, Rockies)
Jean Segura (Dominicana, Diamondbacks)
Andrelton Simmons (Curazao, Angelinos)
Jonathan Villar (Dominicana, Cerveceros)

ESPERAN SU OPORTUNIDAD

Ehire Adrianza (Venezuela, Gigantes)
Alexi Amarista (Venezuela, Padres)
Iván De Jesús Jr. (Puerto Rico, Rojos)
Wilmer Flores (Venezuela, Mets)
Pedro Florimon (Dominicana, Piratas)
Osvaldo Martínez (Puerto Rico, Orioles)
Rey Navarro (Puerto Rico, Angelinos)
Eduardo Núñez (Dominicana, Mellizos)
José Ramírez (Dominicana, Indios)
Miguel Rojas (Venezuela, Marlins)
Luis Sardiñas (Venezuela, Marineros)
Ruben Tejada (Panamá, Mets)

LA PRÓXIMA OLA

Cristhian Adames (Dominicana, Rockies) Ozhaino Albies (Curazao, Bravos)
Orlando Arcia (Venezuela, Cerveceros)
Javier Báez (Puerto Rico, Cachorros)
Franklin Barreto (Venezuela, Atléticos)
Daniel Castro (México, Bravos)
Aledmys Díaz (Cuba, Cardenales)
Marco Hernández (Dominicana, Medias Rojas)
Dixon Machado (Venezuela, Tigres)
Raúl Mondesí (Dominicana, Reales)
Yadiel Rivera (Puerto Rico, Cerveceros)
José Rondón (Venezuela, Padres)
Gleyber Torres (Venezuela, Cachorros)

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