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Brecha financiera crea problemas en MLB

Los Dodgers de Los Angeles se apegaron a las reglas al firmar a Clayton Kershaw a un contrato récord la semana pasada, para un salario promedio de $30.7 millones. Sus nuevos propietarios vieron el potencial en la franquicia para la prosperidad económica, compraron al equipo por más de $2 billones hace dos años, e inmediatamente comenzaron a invertir en talento. Los nuevos propietarios de los Dodgers han operado al equipo de forma muy distinta a como lo hizo Frank McCourt, quien se aprovechó del valor del equipo para su propio beneficio, en lugar de gastar para mejorar al club.

Pero el contrato de Kershaw amplió las grietas que se están desarrollando entre los equipos de mercados grandes y todos los demás.

La pregunta creciente no es en realidad si los Dodgers están operando a su equipo apropiadamente, porque claramente sí lo están haciendo, dentro del contexto del convenio colectivo de trabajo vigente y la división de las ganancias. La pregunta no es si equipos como los Bravos, Rays, Rojos, Indios y otros están operando eficientemente, porque no importa las elecciones que hagan, su abastecimiento de fichas será menor que la montaña de dinero disponible para los Dodgers, Yankees, Medias Rojas, Filis y otros.

No, la pregunta es si ambos bandos -Los que Sí Tienen y Los que No Tienen, empleando una frase de la Guerra laboral de 1994-95- pueden continuar su trayectoria actual sin una pelea que interrumpa el desarrollo del deporte.

Los salarios siguen creciendo y los equipos de mercados pequeños y medianos siguen batallando más y más, para seguir el ritmo a la inflación. El departamento de operaciones de béisbol de los Bravos ha hecho un trabajo excelente para armar el equipo, pero debido a su mercado limitado y a un contrato de TV firmado hace muchos años, Atlanta se está estrellando contra el techo de sus limitaciones financieras. Los Bravos tuvieron que dejar que Tim Hudson se marchara, enfrentan pleitos de arbitraje con Freddie Freeman y Jason Heyward, y parecen estar apostando en su caso de arbitraje con Craig Kimbrel, quizá en un esfuerzo para mantener al mejor cerrador del planeta.

Kimbrel ganó $655,000 el año pasado, pero está logrando cifras históricas e inigualables en sus primeros años en Grandes Ligas, y por esto su representación envió una petición de arbitraje por $9 millones; la posición de los Bravos se encuentra en $6.55 millones.

Para un equipo que ha tenido una nómina estancada -entre $85 y $107 millones durante 13 temporadas consecutivas- Kimbrel quizá sea pronto alguien muy caro. Si ellos ganan este caso, ellos quizá puedan contener el costo un año o dos.

Pero, eventualmente, los Bravos serán obligados a tomar decisiones nada agradables: sí, en parte por los contratos que firmaron con B.J. Upton y Dan Uggla , pero también porque el costo de los grandes peloteros sigue creciendo.

Freeman, su mejor bateador, podría estar en el mercado o incluso haberse marchado en tres años, al igual que los Rays se verían obligados a cambiar a David Price, y los Indios podrían verse forzados a considerar un canje para deshacerse de Justin Masterson en julio.

Los Rojos no compitieron para mantener a Shin-Soo Choo, y quizá batallen para retener a Homer Bailey. Paul Daugherty escribió acerca de los recursos limitados del equipo. Del artículo de Paul:

Los equipos han encontrado una nueva forma de proteger las puertas de la mansión. Ellos saquean los bolsillos de las cadenas, buscando los derechos televisivos locales y regionales para sus partidos. El dinero es impactante para ciertos clubes.

Lo que solía ser un asunto de los Yankees ha hecho metástasis. Los Dodgers, que apenas salieron de la bancarrota, llegaron a un acuerdo por 25 años y $7 billones con Time Warner que fue el doble de lo que muchos creían que sería. Luego, la semana pasada, los Dodgers compraron siete años del brazo de lanzar de Clayton Kershaw, por $215 millones. Lo que eso hizo efectivamente fue destrozar la habilidad de Cincinnati para retener sus mejores pitchers abridores.

Incluso con esa cantidad descomunal de dinero, los Dodgers meramente están siguiendo los pasos de sus camaradas del Sur de California. Los Angelinos ya tienen un acuerdo que les paga $150 millones por año, hasta 2032. Hola, Albert Pujols y Josh Hamilton. Los Seattle Mariners reciben ahora $115 millones por año, de una cadena de cable de la que son propietarios, Root Sports. Los Marineros se están pagando a ellos mismos para pagarse a ellos mismos. Qué buen negocio. Bienvenido, Robinson Canó.

Los Filis y los Yankees ganarán $100 millones este año de la televisión local. Incluso los alicaídos Astros ganan $80 millones por ese conducto. El béisbol toma 34 por ciento de todos los ingresos locales, para ayudar a alimentar a sus equipos pobres. Esas son migajas que caen de la mesa del rey.

Y la lista sigue. Los equipos de la televisión se atascan del buffet de dinero, comprando jugadores y eructando. Es suficiente como para darle acidez estomacal a los aficionados de los Rojos.

El padre Walt [Jocketty] vende fe y esperanza, pero no caridad. Los Rojos tienen muy pocas posibilidades de ganar algo que no sean elogios por ser carne de cañón competitiva para los nuevos ricos de la TV. ¿No lo creen así?


Con respeto para Paul, pienso que algo de eso está exagerado. Los que No Tienen pueden ganar. Los Atléticos de Oakland han ganado la División Oeste de la Liga Americana los últimos dos años, los Rays han estado metidos de lleno en la carrera por el Este de la Liga Americana en las últimas siete temporadas. Ustedes pueden establecer el caso de que los Rojos fracasaron en ganar durante la postemporada en años recientes porque simplemente no jugaron bien, y el tamaño de su nómina no fue decisivo. Vaya, Cincinnati fue eliminado por los Piratas el pasado octubre.

Pero, indudablemente, los ejecutivos de los equipos de mercados pequeños y de tamaño mediano cada vez están más inconformes con el sistema económico del béisbol. Los que No Tienen batallan cada vez más para mantener a sus propios peloteros jóvenes, no tienen acceso a los principales agentes libres, y están limitados por los topes de gastos en el draft amateur y el mercado internacional.

El alcance y potencia de este descontento será aparente por primera vez en la elección del próximo comisionado, y podría seguir manifestándose en los meses previos a la siguiente negociación; el contrato colectivo de trabajo actual expira el 1 de diciembre de 2016.