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Esta vez sí le creemos, señor Vergara

La famosa promesa incumplida del "seremos campeones". El dueño de las Chivas no sólo se ha reinventado, también ha reinventado el entorno de las Chivas y ello se ha traducido en la vuelta del club a los niveles deportivos que históricamente le corresponden. Vergara puso las piezas en su lugar. Dejó que las decisiones de futbol las tomaran quienes sabían de futbol y se alejó del escenario mediático que tanto parecía disfrutar, pero que al mismo tiempo propiciaban daños al interior del club. Hoy, sí le creemos al señor Vergara: Chivas puede ser Campeón.

LOS ANGELES, CA.- LOS ANGELES, CA.- "Vamos a ser Campeones', decía una y otra vez Jorge Vergara. Casi nadie le creía en aquellos tiempos. Hoy, la historia es diferente. El dueño de las Chivas se ha reinventado y al mismo tiempo ha reinventado su entorno y el de sus Chivas.
¿Fue acaso la llegada de Matías Almeyda? ¿Fueron las grandes inversiones que se hicieron en ciertos futbolistas? ¿O tal vez fue un cambio en la actitud y en el proceder del propio dueño del club?

Sea como sea, el denominador en común en la asombrosa recuperación de las Chivas, dejando atrás la peor época deportiva de su historia, se llama Jorge Vergara. A partir del alejamiento de Vergara en ciertas decisiones de futbol, de cancha y de la soberanía que adquirió el puesto del entrenador, Chivas creció y dejó atrás los días de penumbra y tristeza futbolística.

Almeyda le dijo a Vergara que la diera el control absoluto de los temas futbolísticos. Y Jose Luis Higuera, otro personaje fundamental en esta recuperación de Chivas, le recomendó a Vergara que se alejara del desgaste que significaba aparecer en los medios todos los días. Esos dos pasos han sido fundamentales para que Chivas haya ganado tres Copas y este en la final del torneo de Liga en tan sólo dos años.

Lo mejor que hizo Vergara desde el mismísimo día en que, brillante, inteligente o violentamente (para algunos) disolvió la Asamblea de Socios y compró las acciones del club fue dejar las decisiones de la cancha en la mente y en las manos de quienes sabían de futbol. Atrás quedaron las famosas "comisiones de futbol" o asesores del equipo que le daban ciertos consejos que el dueño de Omnilife seguía o desechaba. Almeyda termino con el inoperante puesto de Director Deportivo que a decir del propio Vergara "era una posición desde la cual se 'grillaba' al entrenador". Vergara tiene siempre la última palabra, pero lo hace amparado en la inteligencia deportiva de Almeyda y su grupo de trabajo.

Alejarse de los medios fue otra decisión fundamental. No sólo por el desgaste que ello implicaba, también por los mensajes que muchas veces distorsionados recibían los futbolistas. Vergara quiso, en su momento, manejar Chivas como lo hacía con sus vendedores en Omnilife, y no estaba mal, al menos para nosotros, los medios, pero sumergido en su propia euforia decía cosas que otros no sabían entender. Tener control de sus emociones fue fundamental.

Fue Vergara el que se reinvento. Fue el que propicio los cambios, primero en su persona, luego a su alrededor. Le dio a Chivas el torneo necesario, los personajes ideales y hoy tiene al equipo en el sitio donde siempre prometía y jamás cumplía: peleando por el título de la Liga. "Vamos a ser campeones", decía una y otra vez. Nadie le creía. Esta vez, sí le creemos, señor Vergara.

@Faitelson_ESPN