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Arbitraje: más de lo mismo...

No se trata de Arturo Brizio, se trata del "control", de la autoridad absoluta que el futbol mexicano pretende mantener sobre el gremio arbitral. "Encadena" a los jueces para así tenerlos sometidos y utilizarlos cuando la millonaria industria del futbol mexicano lo requiera. El arbitraje seguirá por el mismo camino porque el futbol mexicano -o quienes controlan al futbol mexicano- no le quieren dar la autonomía, la libertad y la personalidad necesaria que deben tener los responsables de procurar justicia en el campo de juego...

MOSCÚ, Rusia - No tengo nada contra Arturo Brizio. Siempre me ha parecido -al igual que su hermano Eduardo- un tipo educado, inteligente, honesto y trabajador. A lo que realmente hay que temerle siempre es a los intereses que rodean y presionan al futbol mexicano.

El nuevo presidente de la Comisión de Arbitraje ha presentado una "carta de recomendación" para conseguir su empleo de la misma empresa que es dueña del club América. ¿Es eso sano? ¿Mover una pieza en el organigrama de la "compañía" en un asunto tan delicado y grave como el arbitraje.

Estoy seguro de que Brizio puede hacer un buen trabajo, pero no le da al arbitraje mexicano lo que más necesita en este momento: Independencia, soberanía, certeza, personalidad propia. Los árbitros seguirán siendo manejados por el mismo grupo que casi "ancestralmente" ha manejado los hilos del poder en el futbol de México.

Y no es una tema menor, porque al final del día, se trata del órgano de donde procede la justicia en el campo de juego, "justicia" que en "control" de algunos -como lo ha estado siempre- puede terminar inclinando la balanza para transformarse en un fiel sirviente de los mordaces intereses que tiene la industria.

La Federación Mexicana de Futbol -los dueños de los equipos- parecen tener "miedo" de otorgarle a los árbitros un espacio de acción en el que puedan sentirse libres. Y tras los "fracasos" de Edgardo Codesal y de González Iñárritu, han acudido a un "hombre de casa", a un ex árbitro internacional que desde su retiro venía desempeñándose como un analista y comentarista de arbitraje en la televisora de la empresa que es dueña del popular club América y que controla las principales decisiones que tienen que ver con la administración del futbol en nuestro país. ¿A qué "huele" ese movimiento? ¿Fue una imposición? ¿Fue una elección de los propios árbitros? ¿Es una manera de mantener el control?

El gran problema del arbitraje en México no son los nombres. Pudo haber sido Bonifacio Nuñez, Felipe Ramos Rizo, Marco Antonio Rodríguez o en este caso Arturo Brizio, ellos no son el problema. El problema está en la nula autonomía que tiene el gremio arbitral, el juez del futbol en la cancha. Y cuando un juez no tiene autonomía o libertad para ejercer, termina siendo un instrumento del poder y de la avaricia de una millonaria industria llama futbol mexicano.

@Faitelson_ESPN