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¿A lo "Panenka" o a lo "Piojo"?

Sea como sea, el América ganó el partido que tenía que ganar. Y a partir de aquí, justo a tiempo, puede seguir creciendo mientras se sumerge más en el mundo donde sus jugadores, en la cancha, y sus aficionados, en la tribuna, parecen sentirse más cómodos: En el "mundo" del 'Piojo'. Una muestra de personalidad es también una señal positiva y alentadora en un club como el América. Tal parece que el regreso de Miguel Herrera empieza a dar sus primeros frutos. Hay mucho camino por delante, falta futbol y profundidad, pero algunas pistas en el campo empiezan a señalar el rumbo que requiere un equipo de estos tamaños. El América ganó algo más que un Clásico caliente, pasional y cerrado ante Pumas. Ganó una esperanza hacia su futuro inmediato.

LOS ANGELES, CA.- Tres fechas no parecen ser suficientes para establecer un juicio definitivo sobre el porvenir de un club en el futbol mexicano, pero sí, en cambio, podemos encontrar algunos momentos preciados que podrían enviar mensajes definitivos.

El América aprovechó una tarde de sábado llena de pasión en el Estadio Azteca. Ganó algo más que un juego muy parejo ante Pumas, ganó un Clásico y eso empieza a marcar diferencia. Mostró, además, que está comenzando a sumergirse en un “mundo” que conoce bien, donde sus aficionados, desde la tribuna, se sienten cómodos y sus futbolistas, en la cancha, encuentran resultados.

El regreso al “mundo” del 'Piojo' ocurrió cuando le quedaba poco más de 10 minutos al "derbi" ante Pumas. El grito y los ademanes desesperados desde la banda eran de Miguel Herrera. El entrenador del América saltaba, se retorcía, chiflaba y requería la atención de Oribe Peralta: "El 10...El 10...", gritaba eufórico 'El Piojo' para indicar que fuese Cecilio Domínguez el que cobrara el penalti que el árbitro había decretado a favor del América. Algunos minutos más tarde, y tras cobrar la falta “a lo Panenka”, el América podía sentirse ganador del primer Clásico de la temporada. Había vencido, legítimamente, a los Pumas. El triunfo significaba, también, la primera gran victoria desde el regreso de Miguel Herrera a Coapa.

Pero podríamos y hasta deberíamos ir más allá. El mensaje principal que llega a través del triunfo americanista sobre Pumas radica en una cuestión mental antes que futbolística, sello imprescindible en los equipos del 'Piojo' y la manera en la cual logró sus mayores éxitos en su primera etapa como entrenador del popular club.

El América está lejos de jugar como quisiera el 'Piojo', pero ha comenzado a pensar y a reaccionar como le gusta al 'Piojo'. Y ese es el primer aviso de que el América anda mejor que el torneo pasado y que puede andar mucho mejor en el futuro inmediato.

No hay penaltis bien tirados y mál tirados. Lo que hay son penaltis convertidos en gol. Lo que cuenta aquí es que Miguel Herrera sabía que el hombre ideal para cobrar la falta en la agonía del juego era Cecilio Domínguez. ¿Por qué? Porque justamente el paraguayo tendría la capacidad y el temperamento de hacer lo que hizo. Dialogar con el portero de Pumas, sonreír ante la aparente presión y entender que había que "vengar" --en cierto modo-- lo que su compañero --Silvio Romero-- había hecho en los últimos minutos de la primera mitad y que le valieron dejar la cancha bajo una poderosa rechifla. Cecilio hizo lo que tenía que hacer: tomar la pelota como se lo ordenó su entrenador, meter el balón a la portería, festejar con la tribuna y enviar un mensaje contundente de que este América se ha desprendido de todos sus complejos y que va mejorar en todos los aspectos hasta colocarse en el sitio que debe estar en el futbol mexicano.

Hay, por otra parte, muchos aficionados, especialistas, periodistas y también los clásicos porristas del América que parecen tener prisa en colocarle a Cecilio Domínguez la etiqueta de figura y hasta de ídolo. Hasta ahora, el paraguayo no ha jugado ni 10 partidos completos con el América. Hay que tener calma y esperar. Apunta bien, pero hasta ahí nada más. Hay otras pistas en la cancha que hacen indicar que este América puede ir de menos a mucho más: el regreso de Paul Aguilar por la banda derecha --tanto en defensa como en proyección ofensiva-- y la mejoría notable de Carlos Darwin Quintero. El jugador colombiano era, hasta hace no mucho, el mejor de la Liga. Luego, se perdió. Tuvo una lesión grave, pero si alguien sabe recuperar futbolistas ese es Miguel Herrera. Lo mismo con el ecuatoriano Renato Ibarra que por momentos parece detenido en su proceso. 'El Piojo' parece haber encontrado ya una alineación base en la cual trabajar. En las próximas horas se incorporará el colombiano Mateus Uribe, la ultima contratación del club.

El América no juega todavía como tendría que jugar y parece expuesto a la tradicional irregularidad que siempre afecta a los equipos del futbol mexicano, pero ha dado una muestra, en el sitio y a la hora indicada --en un Clásico-- cómo se debe jugar un partido y cómo se debe ganarlo. El América empieza a volver al "mundo del Piojo", un mundo donde, generalmente, no vive tranquilo pero sí cercano a una felicidad completa.

Es muy fácil confundirse en un torneo como el mexicano donde, antes de que nada, siempre impera la irregularidad, pero el América da una muestra poderosa de su carácter, de su personalidad. El resto, es futbol y eso lo puede conseguir con el paso de las fechas. Por ahora, las señales son positivas y alentadoras.

@Faitelson_ESPN