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México: nunca es tarde...

Para tratar de jugar bien al futbol. La era de Juan Carlos Osorio en la Selección Mexicana ha tenido fundamentos en los resultados de la eliminatoria, pero tan sólo ha presentado breves parajes de buen futbol. Juntándolos todos, no alcanza aún para ofrecernos una certeza de que México competirá en el verano próximo de Rusia. Y este viernes tiene otra gran oportunidad para “volver a empezar”, para tratar de que sus mejores futbolistas, llenos, todos de ellos grandes condiciones que les han conducido a jugar en un nivel mayor del juego, empiecen a hacerlo con orden, con idea y con profundidad. Y lo demás, estoy seguro, llegará sólo: los goles, el triunfo, los tres puntos, la clasificación mundialista e insisto, la tranquilidad de saber que México tiene un equipo de futbol que juega a algo y que esta convencido de sus condiciones. Nunca es tarde...

CIUDAD DE MEXICO.- Ni rotaciones ni experimentos. Ni muy ofensivo ni muy defensivo. El futbol escapa de polémicas porque siempre se ha tratado de lo mismo. Y no es tan sólo ganar por ganar, como aseveran algunos, llevarse los tres puntos y golear al rival. No es ni siquiera una clasificación prematura para el Campeonato Mundial del próximo año. Sigue tratándose de lo mismo: Jugar bien al futbol. Y este viernes por la noche, México vuelve a su zona de confort futbolístico. Aquí, en la Concacaf, donde se siente “Rey”, donde en algunas ocasiones lo han llamado “Gigante” o “todopoderoso”, donde despierta susceptibilidades, envidias, pasiones desenfrenadas y muchas veces odio y encono. Y sigo pensando que no se trata de humillar al rival. Nadie espera que México llene de goles esta noche a Panamá. Se trata de jugar bien, en armonía de líneas, mostrar seguridad, orden en la zona baja e ideas, fundamentos y profundidad al momento de atacar. Jugando bien, México estará más cerca de todos sus objetivos: ganar, clasificar al Mundial, afianzar su distancia con respecto a los rivales del área y darnos cierta certeza de que el futbol mexicano mostrara una escena competitiva para el próximo verano.

La era de Juan Carlos Osorio se ha distinguido más por su efectividad en el proceso eliminatorio que por una condición propia de juego. México debe y puede dominar la Concacaf, pero ello, al final del día, no le garantizará nada cuando intente dar el salto de calidad que tanto anhelan los aficionados a este deporte en México y más allá de sus fronteras.

Futbolistas hay, existen, puede que no sea la mejor generación de la historia como llegaron a señalar algunos de forma exagerada, pero es un equipo que tiene sus fundamentos, líderes, jugadores de personalidad y un estatus distinto al pertenecer, la mayor parte de ellos, a ligas de un mayor tamaño competitivo que nuestra liga doméstica. En Guardado, en “Chicharito”, en Vela, en Ochoa, en Moreno, en Jonathan, en Giovani, en Herrera, en Jiménez, en Lozano y en Corona, México tiene a un grupo de futbolistas apto, que, lamentablemente, durante el verano no mostraron sus mejores condiciones, ni individuales ni colectivas, cuando afrontaron el reto de la Copa de las Confederaciones.

El entrenador, el señor Osorio, que contra viento y marea debe llegar a dirigir en Rusia 2018, debe entender también que necesita empezar a buscar un cuadro base y que sin perder su método para funcionar, las famosas rotaciones, puede encontrar una alineación que basada en la regularidad, el trabajo, las repeticiones, halle un fundamento para competir como equipo. Es tiempo de encontrar un equipo en la selección mexicana. Sin son 25, 23, 15, está bien, pero 11 que en realidad empiecen a entender a qué y cómo juegan.

El futbolista también tiene una responsabilidad. “Defender” al entrenador en los medios es bueno, cuando la razón les asista, pero el mejor sitio para “defender” al entrenador es en la cancha. Ellos no han estado en el nivel que pueden estar. Deben mejorar. Estar plenamente concentrados y entregados a la tarea de compenetrase como grupo y ofrecer sus mejores habilidades individuales.

Las ventaja mexicana no radica tan sólo en jugar como local en el Estadio Azteca. Reside en su mejor futbol, en su mayor historia, tamaño de la industria y pasión por el juego. Por ello, México es más que Panamá y que muchos de sus rivales del área futbolística. Pero, eso hay que hacerlo evidente en la cancha y no en los medios.

Jugar como equipo siempre será la mejor arma de una selección mexicana, pero individualmente hay futbolistas que pueden marcar diferencia en una noche que se presume húmeda y tensa en el estadio y cerrada y complicada sobre el césped. El liderazgo de Andrés Guardado, oficialmente el nuevo capitán de la Selección Mexicana tras el retiro de Rafael Márquez. Guardado llevara la batuta hasta Rusia y nadie mejor que él para hacerlo. Un chico, un hombre que se ha esmerado en una carrera limpia y competitiva sobre las canchas. Hoy, debe poner el carácter que tiene de sobra para “comandar” al equipo en los momentos más importantes. Otro nombre que sin duda tiene un alto grado de responsabilidad en la moral de esta selección es Javier “El Chicharito” Hernández. No sólo por los goles o por su peso histórico en el equipo, sino también por su temple y porque ha demostrado que es un futbolista que no se esconde en los momentos de mayor presión. Hay otros personajes que pueden darle a México un sentido diferente en los últimos metros de la cancha: Carlos Vela, sin duda, el futbolista de mayor alcance en cuanto a condiciones técnicas. Los otros dos, jóvenes, ambos con características distintas a la que suele tener el futbolista mexicano: “El Tecatito” Corona y “El Chucky” Lozano. Ellos deben tener la jugada distinta cuando el partido se vuelve áspero, cuando el rival se planta con 10 futbolistas por delante de su área chica y cuando la tribuna comienza a apretar con silbidos de impaciencia.

México tiene fundamentos para ser mejor de lo que ha sido en este verano futbolístico. Se sigue tratando de lo mismo. Para mí, no se trata ni siquiera de ganar por ganar o de golear o de tener ya el boleto para Rusia. Se trata de jugar mejor, de jugar bien y con ello, seguramente, aparecerá los demás. Porque nunca debemos olvidar que el futbol es un juego, donde los único que ganamos, la mayoría, son sentimientos, pasiones, recuerdos, fantasías. Hay que tratar de jugar bien. Lo demás, tarde que temprano, llegará.

@Faitelson_ESPN