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Chivas "veta" a un futbolista...

Y todos nos quedamos de brazos cruzados, es más, algunos aplauden la decisión o la ven como algo muy normal de acuerdo con la historia del futbol mexicano. Lo de Oswaldo Alanís es vergonzoso. Es una muestra inequívoca de que el futbol mexicano sigue manejándose en los tiempos ambiguos, donde los dueños del balón se sienten con el derecho y hasta con la obligación de pisotear al futbolista. También es un reflejo del país, de nuestro país, donde el trabajador, el obrero, el empleado, el oficinista, el campesino tiene pocos derechos frente al "patrón". Y es pisoteado, humillado, ultrajado por aquellos que se sienten superiores. Es una pena.

LOS ANGELES, CA.-- Siempre he pensado que la cancha es sólo un reflejo de lo que ocurre en una sociedad, en un país. Y el futbol mexicano es casi un retrato idéntico.

No sé, todavía, de qué estoy más impactado: si de lo que han hecho el Guadalajara, Jorge Vergara, José Luis Higuera y Almeyda en pleno siglo XXI o de la frialdad e indiferencia que ha mostrado parte del futbol mexicano, del periodismo y hasta de la opinión pública en un tema tan delicado. Porque al final del día, no se trata del defensor de Chivas o de la Selección Mexicana. Se trata de un ser humano, de un trabajador y el futbol es un reflejo de cómo se trata en este país al obrero, al mesero, al campesino, al empleado, al oficinista y a unas personas que todos los días salen a trabajar con la misión de alimentar a su familia y hacer de esta una mejor nación.

Lo resumía muy bien una editorial del diario español El País: Pidió un aumento de sueldo y no sólo no se lo dieron, sino que lo "congelaron" seis meses, podría perderse el Mundial y yo agregaría que tiene sobre su cuello la implacable y angustiosa "espada" de los dirigentes del futbol mexicano con su famoso, deleznable y asqueroso -no se me ocurre otro epíteto- "Pacto de Caballeros".

Lo que me parece más increíble es que el medio futbolístico mexicano e incluso algunos sectores del medio periodístico lo vean con una pasividad y naturalidad asombrosa. Me hierve la sangre cuando de pronto escucho por ahí frases como: "El jugador tiene la culpa. Debía haber aceptado la oferta del Querétaro" o quizá la de: "Debieron ponerse de acuerdo" y aún más la que directamente expresó el entrenador de Chivas, Matías Almeyda, admitiendo que él y el equipo ejercerán "un veto" sobre el futbolista. México debe ser el único futbol del mundo donde un entrenador anuncia "el veto" de un futbolista y todos nos quedamos de brazos cruzados como si no pasara absolutamente nada. ¡Que vergüenza!

Oswaldo Alanís es un futbolista, un ser humano como usted y como yo, con obligaciones, compromisos, sueños, ilusiones y problemas y el futbol mexicano parece estarle dando el trato que históricamente le corresponde a muchos de los trabajadores de este país. Los tiempos han cambiado -en otros lados, parece detenido- pero han cambiado y las nuevas reglamentaciones de FIFA le permiten al futbolista decidir su futuro -convertirse en un hombre libre, dueño de su presente y de su futuro, sin cadenas que lo aten a nada-. Alanís no ha llegado un acuerdo con Chivas y no ha querido aceptar la oferta de jugar en Gallos Blancos, pero al menos por seis meses más, sigue siendo jugador de Chivas y quizá de la selección mexicana de futbol y por un tema contractual, el club y el entrenador deciden relegarlo de la cancha. Lo han "vetado", frente a nuestras narices, ojos y oídos. Lo han "vetado".

Y lo peor podría estar por llegar para el futbolista. En el verano, cuando termine su contrato en el Guadalajara, escuchará, supongo, ofertas del mercado mexicano y ahí se interpondrá el famoso y absurdo "Pacto de Caballeros", donde sin el consentimiento de Chivas, el jugador no puede negociar con ninguna otra entidad. Es esa una verdadera vergüenza para el futbol y para México como país.

¿Qué hizo Chivas? Presionar. Presionó al futbolista separándole del club, lo presionó advirtiéndole que no será tomado en cuenta para jugar, lo presionó con el Mundial y lo presionará más cuando llegue el momento de ejercer el "Pacto de Caballeros" o de "sinvergüenzas" que tiene y presume el futbol mexicano.

@Faitelson_ESPN