El entrenador de la Selección Mexicana comparecerá este jueves en Futbol Picante. Un programa de 90 minutos, donde se le cuestiona con severidad cada parte de su proceso y se hurga en la intimidad del técnico colombiano. Roberto Gómez Junco y Hugo Sánchez, críticos en la gestión del entrenador, acorralan a Osorio sobre el controversial tema de las rotaciones y los exprimentos. Con el tiempo volando rumbo al 17 de junio, día en que México debuta en el Mundial ante Alemania, Osorio se descubre y muestra lo que siente, lo que sueña y lo que teme de México en Rusia 2018... Osorio, sin desperdicio alguno...
MEDELLÍN, Colombia .- El suspiro de Juan Carlos Osorio puede indicar y también presagiar muchas cosas. Por un lado, él sabe bien que, a esta altura, nada ni nadie le apartará de la gran ilusión de su vida: dirigir en un Mundial. Por otro lado, entiende que habrá una gran presión y que el nivel futbolístico que ha alcanzado hasta ahora no le alcanzará para sortear un grupo donde destaca la mejor selección del mundo y la gran favorita para ganar el Mundial.
Osorio está sentado en su café favorito de esta ciudad. Voltea hacía un horizonte tapado por las nubes y salpicado por la lluvia que cae a esta hora de la tarde. “Es lluvia tropical. Es lindo mojarse aquí”, dice sonriendo tímidamente. “Aquí las ‘tormentas’ se diluyen rápidamente”.
El entrenador nacional estará este jueves, en un programa especial, exclusivo de ESPN, Futbol Picante (23:00 hrs, por ESPN2/ 00:00 hrs por ESPNDeportes en Estados Unidos) desde Medellín, donde tocará algunos de los puntos más delicados y controversiales de su gestión. Osorio abre su mente y se descubre tal cual ante las cámaras y las interrogantes de dos personajes que han criticado su gestión: el reconocido analista de TV, Roberto Gómez Junco y el legendario ex goleador del Real Madrid, Hugo Sánchez, cuestionan al colombiano sobre las rotaciones (alternativas tácticas), los experimentos en la cancha, la idas y venidas en las alineaciones, el poco nivel futbolístico que la selección mostró en los grandes torneos y hasta los dos momentos más dramáticos de su gestión: el 7-0 ante Chile de la Copa América del Centenario y el 4-1 ante Alemania de la Copa de las Confederaciones.
Osorio no se “salva” de casi nada durante una grabación de poco más de cuatro horas de duración total. El aficionado requerirá poner mucha atención cuando el entrenador se refiera al plan que pasa por su cabeza para la fecha del 17 de junio, día en el que México debuta en el Mundial ante Alemania. Lo que dice de la actual generación de futbolistas (¿La mejor de la historia?), de la inactividad que han tenido la mayor parte de los elementos que actúan en Europa y que son la base de la selección. Lo que enfatiza sobre la Liga MX, de qué acusa a los clubes, sus planes, sus sueños, Rafael Márquez y el quinto Mundial, los laterales (para él marcadores de punta), Salcedo, Diego Reyes, Jonathan González, la fortuna de contar con jugadores como Hirving Lozano y Jesús “El Tecatito” Corona. En quien confía y en quién no. El futbol y el negocio, la FMF y Decio de María y muchos otros temas que rodean su mente cuando el tiempo para Rusia 2018 se recorta de forma dramática.
Además, Juan Carlos Osorio ha permitido a ESPN adentrarse en un “mundo” poco conocido de acuerdo con su carácter y personalidad. Nos presentó a su familia, a su esposa, Juliette, con la que lleva una larga relación de 26 años, sus dos hijos (los adolescentes Juan Sebastián y Sergio) y el dolor de ausentarse de la casa y cómo ha afectado a su familia la presión de dirigir a una selección como la mexicana. Osorio nos revela cosas muy íntimas. Una de ellas, un asalto a mano armada, el pasado 24 de noviembre, sobre Viaducto (irónicamente casi esquina con la calle de Medellín, Colonia Roma), cuando unos hombres sobre una motocicleta le colocaron un arma en el cuello.
Habrá tiempo de que usted logre sus propias conclusiones sobre lo que revela Osorio y lo que le espera a México en el Mundial. A mí, me queda claro, una vez más, que se trata de un personaje muy inteligente, enterado, metido realmente en su “negocio” que es la cancha de juego, con sus ideas y sus obstinaciones, su testarudez y que, entre sus virtudes y sus defectos, ganan los primeros. Sigo pensando que Osorio es el hombre ideal para dirigir a México en el Mundial. Lo va a hacer, pero de ahí a que algunas de sus doctrinas funcionen o no, puede existir un largo trecho.
El Mundial, para México, ha comenzado lejos del Estadio Luzhnikí. En Medellín, en el Valle de Aburrá, con el infaltable aroma del café y de la “bandeja paisa”, cerca de las estatuas de Botero y de los picos de la cordillera central de los Andes. El Mundial ha comenzado en una tarde lluviosa de Medellín, donde un par de horas más tarde, sin embrago, apareció un precioso doble arcoíris pintando el grisáceo horizonte. ¿Saldrá también para Osorio y para México en el Mundial?