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"El Chucky": Una esperanza a la cual aferrarse

La impresionante adaptación del exjugador del Pachuca al futbol europeo es hoy la máxima esperanza a la cual parece aferrarse la Selección Mexicana. El jugador diferente, que puede hacer cosas distintas, todavía dar mucho más en su desarrollo futbolístico. Hay, sin embargo, algunas dudas: su juventud, inexperiencia ante la presión de un Mundial y el hecho de que la liga holandesa, el futbol de los Países Bajos, no tiene hoy el nivel de antaño. A pesar de todo y como ha sucedido con otro ejemplos en la historia del futbol mexicano, Lozano es una esperanza a la cual aferrarse.

CIUDAD DE MEXICO -- Lo recuerdo ensenándome el tobillo: “Esta me la hicieron en Puebla. Y esta de aquí fue contra el América. Y aquí tengo otra que no puedo olvidarla porque me dolió muchísimo”.

Hirving Lozano me estaba -digamos- “presumiendo” las heridas que había sufrido en el futbol mexicano y todo suponíamos que, tras su arribo al futbol europeo, esas pastadas provocarían que estuviera más tiempo en el consultorio médico del PSV que en la cancha. No ha sido así. Los números son por demás extraordinarios hasta este momento: solo por la Liga, ha convertido 13 goles (16 contando la Copa), con 6 asistencias y 1706 minutos en el terreno de juego. Mejor, imposible,

Casi todas las historias del futbol mexicano están apegadas a una esperanza. Alguna vez fue Hugo, en otras Cuauhtémoc, luego Giovanni y Vela y, más recientemente, “El Chicharito”. Aferrarse a la ilusión de que un sólo jugador puede transformar para siempre a este futbol ha sido un terrible error. Les tengo “buenas” y “malas” noticias: hay una nueva esperanza a la cual abrazar y en la cual soñar.

“El Chucky” y 10 más. Ese parece ser el sentir -y hasta la exageración- que el futbol mexicano propone esta vez, cuando el tiempo empieza a recortarse de forma dramática para el Mundial de Rusia. El exjugador del Pachuca encabeza a la liga holandesa en goles y ha sido una pieza decisiva para que el PSV Eindhoven permanezca como el mejor club de la Eredivisie. Los primeros meses de Lozano en los campos europeos han sido extraordinarios. Se ha adaptado perfectamente al ritmo, nivel de juego, a su nuevo entrenador, compañeros y a otros aspectos que van incluidos en la vida de un futbolista. Ni el idioma, el clima o la comida y hasta la lejanía de sus seres queridos -como ocurría en el pasado con el futbolista mexicano- han afectado al “Chucky”. Este cada instante, en cada minuto, en cada juego luce mucho mejor y más confiado. Tal parece que llegará en plenitud para cuando México debute en el Mundial el 17 de junio ante Alemania.

Las únicas dudas que los expertos de cancha señalan radican en dos temas: primero, su juventud, sus 22 años, y la manera en la cual la presión puede afectarle en un evento de la envergadura de un Mundial. Ya en otros momentos de su carrera, Lozano ha mostrado que la inexperiencia termina afectándole y alejándolo de la faceta protagónica que tiene y que todavía puede alcanzar su juego. El otro asunto a considerar es el nivel del futbol holandés, un futbol alejado últimamente de las grandes condiciones que presume su historia. Holanda no fue a la Eurocopa de Francia en el 2016 y no estará en el Mundial de Rusia. Hay un evidente descenso en su nivel futbolístico y el final de una generación de nombres como el de Van Persie, Robben y Snijder. Sus famosos clubes -Ajax, Feyenord y el propio PSV- no han contado con su acostumbrada trascendencia en los certámenes europeos. El futbol de los Países Bajos atraviesa por tiempos precarios. ¿Cómo separar el rendimiento del “Chucky” de ese panorama?

Yo creo -y supongo que Juan Carlos Osorio también- que se trata de un futbolista diferente, con características extraordinarias y que esa “frescura” puede otorgarle las “armas” para tener un gran Mundial. “El Chucky” es la carta bajo la manga de México, el futbolista desequilibrante, capaz de hacer lo que otros no pueden o no se atreven. Lo empiezan a conocer, pero no saben -los rivales- hasta donde es capaz de llegar su futbol. Nosotros tampoco.

Como ocurre casi siempre, lo más complejo de un futbolista está encerrado en su mente. No sabemos cómo va a reaccionar durante el verano, en los majestuosos escenarios rusos, un chico que hasta hace poco corría lleno de sueños por los campos de la Universidad del Futbol en Pachuca. No conocemos, -ni él mismo lo sabe- por fortuna, hasta dónde puede llegar este jugador. Puede terminar siendo más de lo que ha mostrado hasta ahora o puede terminar “escondido” detrás de su juventud e inexperiencia. Ese es el dilema, el interesante dilema que representa el futbolista de mayores condiciones que el futbol mexicano tiene hoy con miras hacía su futuro.

Por ahora, digamos que es “El Chucky” y 10 más, pero ya antes hemos conocido la desilusión cuando suponíamos que habíamos descubierto al “elegido”.

México no tiene un Messi, ni un Cristiano, ni un Iniesta, ni un Neymar, ni un Griezmann, ni un Muller. Sus expectativas deben basarse en el juego de conjunto, pero Hirving Lozano es una invitación a soñar, a creer, a matizar como alguna vez lo hicimos con Hugo, con Giovanni, con Vela y con “Chicharito”. Es el futbolista diferente que puede darle al futbol mexicano un carácter diferente. De ahí a que pase en realidad, hay un buen trecho...

@Faitelson_ESPN