No sabe perder, pero es una simple estadística que no implica ni asegura que va a levantar trofeos. En Coapa, terminar invicto el campeonato sirve de poco o de nada. Y el América está concebido para ganar títulos. Miguel Herrera sabe que el equipo puede dar aún mucho más de lo que ha sido y no quiere que sus jugadores se confíen o se acomoden en el simple hecho de una racha sin derrota. Para el América es más importante encontrar ya el juego que le permita ser un equipo confiable en la liguilla que batir récords que sólo sirven para el anecdotario. El América está invicto, sí, con números maravillosos, pero la pregunta sigue siendo la misma: ¿Sería el favorito en una hipotética final ante Tigres?
LOS ANGELES, CA.- El América sabe que vive amparado por algo que no le sirve de nada, porque puede terminar invicto el torneo y mantenerse así hasta la final, pero si no es campeón, todo habrá sido un fracaso.
Miguel Herrera se pone más exigente: “No me gusta todavía. Faltan, faltan detalles”, dice luego del cómodo triunfo del sábado ante el León, que significó igualar la marca del América de Mario Carrillo (y de Cuauhtémoc Blanco) del 2005, que comenzó el campeonato invicto en las primeras 11 fechas. El América se ha vuelto un equipo efectivo. Seguro atrás, con uno de los mejores porteros de la Liga, un mediocampo confiable y un ataque que, basado en sus grandes individualidades, resuelve los partidos. Dieciocho goles a favor y sólo 7 en contra -la mejor diferencia de la Liga-. Herrera ha vuelto a parar un equipo sólido de atrás hacia adelante, con equilibrio, sin duda, la base para apostar por campeonatos.
Pero todo sabemos que este América puede y debe dar más. Hasta ahora, el futbolista más destacado ha sido el colombiano Mateus Uribe, quien ha conseguido goles de gran manufactura y ha mostrado ser uno de los hombres más trascedentes en el mediocampo ofensivo del América. Pero se espera más de los refuerzos Jérémy Ménez y Andrés Ibargüen y que la regularidad se apodere finalmente de futbolistas como Cecilio Domínguez y Renato Ibarra. La temporada de Oribe Peralta ha sido buena, a “secas” y el joven Henry Martín ha visto cómo se ha detenido su impetuoso paso goleador de las primeras fechas. Pero más allá de ello, el América tiene forma y fondo futbolístico, suficientes para ser uno de los grandes candidatos al título -nada nuevo en su historia-. Lo que le falta y supongo que busca Herrera es el golpe de calidad que le transforme en un equipo completamente seguro el día en que tenga que afrontar un juego “a matar o morir” ante Tigres, el campeón defensor del campeonato. El América va en camino hacia ello. Es indudable. Todos los síntomas lo indican, pero le falta y sin duda no le alcanza con mantenerse invicto en el torneo.
Seis fechas por delante en la Liga, cuatro de ellas como local en el Azteca (Toluca, Cruz Azul, Monterrey y Santos) y dos visitas, una a Puebla y la otra a Aguascalientes para enfrentarse al Necaxa. Enseguida, las instancias finales de la Liga de Campeones de la Concacaf, donde podría toparse en semifinales ante Tigres. El América puede terminar invicto el torneo, pero no le sirve de nada si no recoge trofeos. La Liga y el de Concacaf están en su camino. Hoy, más allá del invicto en 11 fechas, la pregunta sigue siendo la misma: ¿Sería el favorito en una hipotética final ante Tigres?