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México y el "día siguiente..."

Ese que tanto tiene que ver con la consistencia y que históricamente ha sido un obstáculo en el crecimiento del futbol mexicano. ¿Cómo mantener la calma ante tantas voces triunfalistas que exigen lo máximo cuando en el futbol siempre hay que ir con cautela, con humildad y respeto? México necesita de la misma mentalidad que tuvo ante Alemania para jugar el sábado en Rostov ante Corea del Sur. La pregunta es: ¿Lo hará o volverá a los parajes de encanto y desencanto que tanto han identificado a su futbol?

MOSCÚ, Rusia.- El nombre del juego para México empieza a llamarse ahora: “consistencia”.

Y sin abundar demasiado, entenderemos que se trata de uno de las grandes insolvencias del futbol mexicano en su historia. La falta de una regularidad, que se traduce en constantes altas y bajas, en ir, con poco tiempo de por medio, de lo sublime a lo ridículo; Lo veremos el sábado en Rostov, cuando ante Corea del Sur, adquiera otra clase de responsabilidades y otro tipo de personalidad para con el juego, los rivales y hasta los observadores. Atestiguaremos al México de la mañana siguiente, ese que saboreó la victoria, que de pronto se sintió poderoso e intocable. Ese que despliega sus toques de guerra con la arrebatada bandera alemana en sus blasones y que se detiene a escuchar cómo susurran a su paso portentoso paso que está para cosas mayores. Yo quiero ver a ese México, supuestamente maduro, entendiendo que debe sostener su atrevimiento del domingo, sin reservas, sin titubeos y respondiendo a lo que el mundo entero del futbol espera de ellos. Quiero ver, oler y sentir a ese México.

Nadie tiene duda del paso que logró en la primera jornada del Mundial. Hoy mismo, tras haber examinado a las 32 selecciones participantes en el Mundial, está claro que entre México y España se reparten las mejores sensaciones de la cancha. Es decir, que no solo fue el resultado en sí, también fue la actuación, esos primeros 45 minutos que quedaron para las memorias históricas del futbol mexicano. De ahí a pensar en una realidad de lo que ocurrió en el Estadio Luzhniki.

México entrará como favorito al duelo ante Corea del Sur, pero deberá entender que cada partido es diferente y que esta lleno de circunstancias y que la única forma de resolverlos es manteniendo una postura elocuente, humilde, con gran respeto por el rival y completamente concentrado en la cancha. Si México sostiene la mentalidad que tuvo ante Alemania, pondrá las cosas en su sitio, con su mejor futbol sobre los orientales.

Las voces alrededor de la selección establecen que el entrenador deberá repetir una alineación que logró el éxito, pero el estilo de Juan Carlos Osorio se dirige hacia otra dirección. Él asegura que mantendrá siete o quizá ocho jugadores que son su base, pero que hará las adecuaciones necesarias, dependiendo siempre de la estrategia que se tenga ante el rival. México debe ser el mismo en mentalidad ante los sudcoreanos, pero en futbol podría y tendría que intentar cosas diferentes.

El día siguiente, ese que tanto le cuesta al futbol mexicano digerir y entender, madurar y creer. La confirmación de lo que supone ser el despertar de un futbol hacia los sitios para los que esta soñado y concebido. Habrá que verlo.

@Faitelson_ESPN