Nos guste o no, las formas en que se verá y se medirá a la Selección Mexicana cambiará a partir de este sábado en Rostov. Es un México medido de forma diferente a partir de la osadía que tuvo el domingo en el Luzhniki. Ahora tiene el papel de protagonista de la película. ¿Está listo para ello? ¿Cumplirá con esa responsabilidad?
MOSCÚ, Rusia -- Juan Carlos Osorio parece muy consciente de la responsabilidad que conlleva el siguiente paso. Hace una semana, nadie esperaba nada de México. Hoy, todos esperan mucho.
La actuación ante Alemania le ha dado al futbol mexicano un valor diferente en la propia Copa del Mundo. Nadie, todavía, le contempla para alcanzar las rondas más adultas de la competición, pero se le tiene respeto, respeto más que miedo, porque saben que tuvo el fútbol para desmantelar y hacer ver mal a un cuatro veces campeón del mundo. A partir de hoy, México tiene otra visión, otra responsabilidad, otro riesgo para quienes lo enfrentan. La pregunta es: ¿Si México está dispuesto a adoptar esa nueva personalidad de su futbol?
Juan Carlos Osorio dice que sí y que sus jugadores están totalmente conscientes de ello. El sábado, en Rostov, contra Corea del Sur, México no sólo tendrá el balón, también la obligación de ser quien protagonice el juego. Osorio parece dispuesto a no sólo realizar, fiel a su costumbre, cambios en la alineación. También a hacerle entender a sus jugadores que serán exigidos de otra forma, bajo una presión distinta y hasta un estilo diferente del juego.
“México es el principal rival de México”, dice Osorio. Hace unos días, era evidente que era Alemania y la dificultad de enfrentar a un equipo hecho y derecho. Hoy, las cosas son diferentes. Sin menospreciar a los orientales, el análisis pasará más por lo que haga y deje de hacer México que por la calidad y los peligros del oponente.
México no se colocó en el nivel de los favoritos para ganar el Mundial tras su magistral exhibición ante Alemania, pero sí cambio la percepción a su alrededor. Se le considera un equipo peligroso, serio, con futbolistas que han elevado su nivel y con un entrenador que estudia perfectamente la forma de bajar los decibles del rival. La nueva visión implica más responsabilidades. ¿Estará dispuesto a adoptarlas?