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Todos los caminos llevan a Roma...

El cine y el futbol no son comparables, pero sí lo podrían ser los sueños de grandeza que tienen ambos rubros. En la cinematografía, hace tiempo que México envía señales de su calidad y valor. La película “Roma” parece la culminación de ese largo y sinuoso camino que alguna vez llevó al cine mexicano hasta los niveles más bajos y ruines de su existencia. El futbol, en cambio, jamás ha alcanzado ese nivel de excelencia. Se ha asomado con una medalla olímpica o con triunfos en selecciones infantiles, pero hasta ahí nada más. No ha dado ese paso de calidad. ¿Lo veremos en el 2026? Por ahora, todos los caminos nos llevan a “Roma”, una obra maestra de la cinematografía mexicana.

SAN DIEGO, California.- Me gustaría que algún día el futbol mexicano gozara de un triunfo de la calidad y el nivel de “Roma”, pero para ello, además de talento, disciplina y entrega, se necesita ciertos pasos y condiciones que no sé si el futbol de México esté dispuesto a tomar.

Por lo pronto, comparando el cine con futbol --una situación comprometida y comprometedora-- ninguna escena del futbol mexicano, así sea el oro olímpico de Londres 2012 o los triunfos en los Mundiales Sub 17 están a la par de lo que ha conseguido la obra maestra de Alfonso Cuarón.

Yon de Luisa se quedó pensativo en el “verdadero o falso” que se le plantaba el jueves de la semana pasada en Toluca. “México debe llegar a las semifinales en el Mundial del 2026”. Algunos segundos de vacilación precedieron a una respuesta con una sonrisa tenue: “Sí, debemos hacerlo…”.

Pero para que ello sea realidad --que México se asome a las semifinales de un Mundial-- debe ocurrir algo más que el deseo de un joven, inteligente, audaz y soñador presidente de la FMF. El futbol mexicano requiere hacer las adecuaciones necesarias para apuntalar la gestión de Gerardo Martino, sobre todo en cuanto a la situación de la reglamentación de jugadores extranjeros en la Liga y el fomento para que los clubes, donde nace y se desarrolla el futbolista, crea más en el elemento mexicano.

Lo anterior, más un trabajo serio, basado en la continuidad y quizá el punto más delicado de todos: el hecho de no ver al futbol sólo como un negocio. Cuidar el negocio sin transgredir la parte futbolística, encontrar el equilibrio adecuado. ¿Lo podrá lograr la administración de De Luisa? Ya otros federativos han llegado llenos de ilusiones, han contado con grandes generaciones de jugadores, buenos entrenadores, han sido sedes de un Mundial entero en casa (1986) y otro como si estuvieran en casa (en 1994) y el paso no se ha logrado. ¿Alguien puede garantizarnos que esta vez será distinto? Nadie.

“Roma” es la obra fantástica de Cuarón, con un trabajo maravilloso de las actrices Yalitza Aparicio y Marina de Tavira, además de la aportación de Eugenio Caballero (arte), Sergio Díaz (sonido) y Lyn Feinstein (música). El futbol mexicano no ha llegado todavía a esos niveles de calidad y de triunfo, pero sueña con ellos permanentemente, y tiene algunas condiciones que suponen una gran ventaja y otros más que se transforman en sus más temibles enemigos. Esperemos que todos los caminos del futbol mexicano le conduzcan a encontrar, algún día, a su propia “Roma”.

@Faitelson_ESPN