Uno de los grandes porteros del futbol mexicano es también una historia llena de deterioro, angustia, drama y al final de profunda lamentación. Pablo Larios cambió el estilo de los porteros en México y les introdujo hacia los nuevos tiempos. Al mismo tiempo, fue un ejemplo de como el futbol consume a los futbolistas justo cuando el día en que la cancha deja de estar en el panorama. Larios no tuvo una vida ordenada tras su retiro y tampoco la ayuda apropiada que parecía suplicar del medio y de sus compañeros. Descanse en paz, un gran portero, excelente personal, al que el destino le tuvo deparado un intempestivo final...
CIUDAD DE MEXICO -- El fallecimiento de Pablo Larios no sólo ha llenado de pena al futbol mexicano, también ha abierto un viejo capítulo poco atendido y comprendido sobre lo que ocurre con el jugador profesional cuando sus días en la cancha se agotan.
“No estamos preparados para ello”, dice el veterano Carlos Hermosillo. “Llega el final y no sabemos qué hacer con nuestras vidas”.
Nadie sabe con exactitud qué pasó con la vida de Larios una vez que se retiró de las canchas. Lo que está claro es que no fue una vida ordenada, ni saludable y que seguramente encontró carencias económicas en comparación a lo que fue su fructífera trayectoria en diferentes clubes del futbol mexicano. La salud de Larios se fue deteriorando hasta que ocurrió lo inevitable esta mañana de jueves en un hospital de Puebla.
“Necesitamos afianzarlo en la Comisión del Jugador. Preparar al futbolista para cuando llegue el momento del retiro. No todos están listos para ello”, dice Carlos Poblete, ex compañero de Larios en el Puebla.
Una pensión, un seguro de vida, un seguro medico, orientación, la posibilidad de estudiar, de continuar preparándose. No todos los futbolistas pueden terminar siendo entrenadores, asesores, directivos o analistas de televisión. Pablo Larios era uno de ellos. Y el futbol, al que tanto le dio, lo dejó a la deriva, olvidado, abandonado a su suerte.
La historia del futbol mexicano lo recordará -creo yo- como uno de los 10 mejores porteros nacidos en México. En un club muy exclusivo que incluye a Carbajal, a Campos, a Ochoa, a Calderón, a Oswaldo Sánchez,'Tubo' Gómez ,Rafael Puente y otros más que alcanzaron un nivel extraordinario bajos los postes. A Larios se le reconocerá el hecho de haber sido el primero en salir, con un estilo atrevido -casi “kamikaze”- en aquellos tiempos. “Yo fui su obra maestra”, acepta Jorge Campos. “Él fue mi inspiración”.
Pablo Larios se ha adelantado. Lo recordaremos como lo que fue: un gran portero, un buen ser humano que, lamentablemente, no tuvo las condiciones para encontrar el camino correcto en la vida ni tampoco contó con la ayuda adecuada para superar lo que el retiro del futbol le deparó. Lo de Larios debe quedar como un ejemplo de lo que hizo en la cancha y de lo que fue tras su retiro, cuando el futbol y los futbolistas lo olvidaron y lo dejaron consumirse hasta el fatal desenlace. QEPD.