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Chivas y Pumas: lo que el viento se llevó...

ESPN

Mendigando su grandeza... Pumas y Chivas jamás entendieron que el futbol mexicano se transformaba y que esa transformación significaba ajustes importantes, decisiones valientes y coherentes, personajes indicados. Dos grandes que nunca comprendieron el futuro, los que los clubes de Monterrey proponían basados en la globalización de la Liga MX, en poderosas inversiones y en planteles sobrados, llenos de derroche y presunción. Chivas y Pumas estaban dormidos, aletargados, distraídos en otros temas, cuando "la tormenta" pasó y los arrasó. Hoy, mendigan por la mitad de la tabla en la búsqueda de una esperanza -por no llamarle un milagro- que les permita competir por el título... Chivas y Pumas y lo que, penosa y hasta trágicamente, el viento se llevó...

CIUDAD DE MÉXICO.- Los dos deambulan por la mitad de la tabla, más cerca del fracaso y la ignominia que de la gloria. ¿Cuándo Chivas y Pumas dejaron su protagonismo histórico para mendigar por un clasificación a la Liguilla? ¡Qué tristeza, qué pena!

Ninguno de los dos estaba preparado para lo que el futbol mexicano proponía en el futuro inmediato. Uno porqué juega sólo con mexicanos y el otro porqué no tiene la economía de los llamados "grandes". Ni Chivas ni Pumas estaban listos para "la tormenta" que comenzó en el norte y se propagó hasta algunos otros horizontes pudientes de nuestro futbol.

Fueron los clubes de Monterrey. Quizá primero Rayados y luego Tigres, quienes encendieron la mecha de una nueva forma de competir. Invertir grandes cantidades, aprovechar los reglamentos de globalización que alardeaba la Liga MX y crear planteles de 18 jugadores de primer nivel, con dos y en ocasiones tres elementos confiables por posición. Derroche, presunción, alarde de poder, llámelo como usted quiera, pero las reglas del juego han cambiado en el futbol mexicano y algunos de los llamados "protagonistas" no estaban listos para jugar y competir con esas nuevas reglas.

Chivas tenía que haberse amparado, primero con decisiones coherentes, luego con un fortalecimiento del trabajo de fuerzas básicas y después con una economía solvente que le permitiría contar y retener a los mejores mexicanos del medio doméstico. Mientras el futbol mexicano vivía en la metamorfosis, Chivas lo hacía en la zozobra. Problemas personales del dueño, falta de continuidad en los proyectos y elecciones incorrectas en los personajes que debían tomar decisiones.

Pumas es una historia parecida. El cambio lo tomó justo cuando su gran mecenas -el Grupo ICA- los ingenieros graduados de la UNAM; que por años mantuvieron al equipo cayeron en la desgracia económica. ICA fue a bancarrota y entonces Pumas dejó de tener a un patrocinador solvente y apasionado por sus colores y volteó hacia Rectoría y encontró una Universidad pública enorme con sus tradicionales dificultades políticas. Su cantera se precipitó, hasta el grado de no producir con la garantía de otras épocas y los extranjeros que contrataba no tenían ni las características ni el nivel para jugar en Pumas.

Tomás Boy y Miguel González Michel sufren cada fin de semana. Ninguno de los dos tiene el equipo que dice tener -ese debe ser el mensaje al interior y al exterior- y ambos saben que alejarse de la Liguilla es como firmar "una sentencia de muerte" en esta clase de equipos.

Dos clubes de valía histórica, de abolengo, que siempre se las arreglaron para competir por el título y que hoy navegan casi a la deriva en busca de un viento milagroso que les lleve a buen puerto. El naufragio se ambos no sería nada extraño en un torneo donde los ricos y poderosos se han vuelto intratables.

Tigres, Rayados, América, Cruz Azul, León, Pachuca, Santos. Todo ellos con el material necesario para pelear por el campeonato. Han generado, prácticamente, su propia Liga, un club VIP a donde se accede con nóminas de 80 o 90 millones de dólares. Chivas y Pumas en un pelotón donde nos les correspondería competir, pero donde está reflejada su realidad de estos tiempos.

Ninguno de los dos vio el futuro inmediato. Ambos confiaron en que sus fórmulas serían eternas, en que en un torneo que siempre elevaba el pensamiento de "cualquiera puede ser campeón", ellos estarían ahí. No están más, a pesar de que alguna vez uno fue llamado "El Campeonísimo" y el otro fue la base, el corazón y la esencia de las selecciones mexicanas. El equipo de Hugo y el de Chava Reyes están a la deriva, mendigando por una Liguilla que se acerca, se aleja, se acerca y se vuelve a alejar. Más pobre el que alguna vez fue rico y poderoso, al que nunca alcanzó ese nivel. Pobre, Pumas, pobre, Chivas, su historia no merece este paisaje.

@Faitelson_ESPN