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Tigres: el temor de volver a fallar

David Faitelson ESPN

Pizarro y Nahuel rechazaron la presión de representar al futbol mexicano. La empresa que paga sus sueldos (Cemex) se encargó de que posaran con la bandera mexicana en el centro del campo del Estadio catarí, donde este jueves debutan en el Mundial de Clubes. La realidad es que en este Tigres siguen pesando recuerdos amargos de su competencia internacional. Cuando Tigres ha dejado el calor y la protección “de casa”, ha encontrado parajes poco memorables de su historia futbolística. Y hoy, actúa como un animal herido. No quiere más responsabilidades. No quiere más peso sobre sus hombros. No quiere volver a pasar por aquella experiencia, casi trágica en lo futbolístico, del Monumental de River del 2015 y de otros escenarios de la Concacaf donde no ha alcanzado el nivel que ha mantenido en la última década en México. Tigres tiene temor de volver a fallar…

SAN DIEGO, California.- El tigre tiene “hambre”, pero ya antes, cuando en este tipo de escenarios tenía a la presa lista para ser cazada. devorada, ha tenido que recular. Hoy, actúa sigilosamente, por… ¿Precaución? ¿Desconfianza? ¿Miedo?

De lo primero que se han encargado de decir algunos de los líderes del equipo es que no representan al futbol mexicano en esta competencia.Y lo que parecía una polémica algo inútil, podría ser también un reflejo evidente de la amarga experiencia que este club ha tenido cuando afronta torneos y reflectores internacionales. Quiere decir que Tigres no quiere poner sobre sus hombros todo el peso del futbol mexicano para no volver a afrontar el escrutinio y para no ser juzgado luego como el club que no es capaz de representar fiel y cabalmente la capacidad de nuestra liga y de nuestros valores futbolístico. Tigres no quiere la responsabilidad. Ya la tuvo en aquel Estadio Monumental de River y la vio aplastada. Ya la ha tenido en diferentes espacios de la Concacaf y no ha podido. ¿Qué han hecho Guido Pizarro y Nahuel Guzmán? Lo único que pueden hacer: escudarse, protegerse. “Vamos representando a Tigres”, dijo uno. “Que nadie se cuelgue de mis tetas”, dijo el otro.

Tigres debe jugar a plenitud el Mundial de Clubes y aprovechar este maravilloso momento. Esta obligado a vencer a su rival inicial, el Ulsan Hyundai sudcoreano que no ha ido con sus mejores futbolistas al evento. Y luego, debe presentarse en la semifinal ante el Palmeiras brasileño, flamante Campeón sudamericano, para “matar” de una vez “los fantasmas” de aquella fatídica final de Libertadores del 2015. Ese será el punto de medición de este club que en efecto representa los intereses de juego de la Liga MX.

Puede que el asunto también corresponda a un tema de cultura o percepción futbolística. En Sudamérica, los clubes personifican a los clubes y nada más. Es decir, si Boca va a jugar Libertadores o Mundial de Clubes , la mitad del país, la que se siente identificada con River, los quiere ver en desgracia. En México, no tenemos esa educación por el juego. Podría ser que todo este “escándalo” de redes sociales que terminó en este miércoles con Pizarro y Guzmán sosteniendo la bandera mexicana en el centro del campo del estadio de Qatar, haya sido un tema de apreciación pasional diferente por el juego.

Pero yo creo que hay algo más en asunto. Creo que Tigres huye de la presión, desecha responsabilidades y asume una costumbre que por años marcó e identificó al futbol regiomontano: “Somos nosotros solos y los demás no existen”. El otro camino, el que no se atrevió a tomar Tigres, es el de decir: “Sí, señores. Somos el mejor club de México y aceptamos con mucho gusto la representación del América, de Rayados, de Cruz Azul, de Chivas, de Pumas y del León en este Mundial de Clubes”.

Tigres ha sido precavido. Se ha alejado de una responsabilidad porque la realidad es que tiene temor de volver a fallar.

@Faitelson_ESPN