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Indios, vayan pensando en Charlie Sheen...

Sí, ya sé que Charlie Sheen no es el mejor modelo a seguir, pero nadie ha llevado a los Indios de Cleveland más cerca de ganar una Serie Mundial que él, aunque haya sido en la ficción.

¿Cómo? ¿Qué no ha visto usted la película Major League, de 1989, en la que Rick ''Wild Thing'' Vaughn lanzaba más duro que Aroldis Chapman y Pedro Cerrano bateaba jonrones más largos que Giancarlo Stanton y el Juez (Aaron Judge)?

Una de las mejores cintas sobre béisbol, Major League --y luego Major League II y Major League III: Back to the Minors-- narra la historia de una pandilla de malos jugadores contratados por los Indios, cuya dueña quería que el equipo quedara en último lugar para mudarlo a Miami, ciudad que para entonces no tenía franquicia de Grandes Ligas (Los Marlins nacieron en 1993).
''Wild Thing'' (Sheen), Cerrano (Dennis Haysbert), Willie Mays Hayes (Wesley Snipes), Jake Taylor (Tom Berenguer) y Roger Dorn (Corbin Bernsen) son la base de aquellos Indios que en la época en que se filmó la película llevaban 35 años sin ir a postemporadas.

De buenas a primeras, Cleveland volvió a estar en el mapa beisbolero gracias a la cinta dirigida por David Ward mientras en la vida real, la franquicia sufría con 29 campañas negativas de 35 posibles desde que perdió la Serie Mundial de 1954 ante los Gigantes de Nueva York.

Hasta entonces, los Indios eran el hazmerreír de la Liga Americana, que desde la película y sus dos secuelas hasta la fecha, ha asistido a otros tres clásicos de octubre, aunque sin ganar ninguno de ellos.

Cleveland ganó las Series Mundiales de 1920 y 1948, pero en sus siguientes cuatro visitas octubre (1954, 1995, 1997 y 2016) ha salido siempre por la puerta estrecha.

Algo tienen que hacer ahora, desde lo humano hasta lo divino, para tratar de romper esa racha.

El año pasado, le negaron a Sheen, un tipo de conducta escandalosa, el honor de lanzar la primera pelota en el choque inaugural de la Serie Mundial ante los Cachorros de Chicago.

Si la tribu llega a la máxima instancia de la postemporada en el 2017 también, déjenlo que lo haga esta vez e inviten a la ceremonia además a Haysbert, a Berenguer, a Bernsen y a Snipes, pues a fin de cuentas, todo es parte de un show antes de que empiece el juego.

No vaya a ser que le caiga al equipo la maldición de Jobú, la deidad africana que veneraba Cerrano, un santero que huyó de Cuba buscando libertad religiosa, según cuenta la película.