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Mike Moustakas es la pieza que redondearía a los Mets

Tras la llegada de varios elementos como Jay Bruce y Adrián Gonzalez, los Mets solo necesitarían un jugador como Mike Moustakas para darle competencia a los Nacionales en la División Este de la Liga Nacional. AP Photo/Charles Krupa

Luego de un 2017 decepcionante, los Mets de Nueva York buscarán en el 2018 un rebote que los lleve a disputar la primacía en el Este de la Liga Nacional, ahora de la mano del manager debutante Mickey Callaway.

En los últimos siete días, la gerencia de los Mets ha dado importantes pasos encaminados a recuperar el ritmo que llevó al equipo hasta la Serie Mundial en el 2015 y a repetir visita a la postemporada un año después.

El equipo evitó el arbitraje salarial con los abridores Jacob deGrom, Noah Syndergaard y Matt Harvey, los relevistas Hansel Robles, Jeurys Familia y AJ Ramos, el jugador de cuadro Wilmer Flores y el receptor Travis d'Arnaud.

De esta manera, el cuerpo de iniciadores y los tres principales hombres del bullpen ya están listos para la próxima campaña.

También en la semana los Mets firmaron por tres campañas al agente libre Jay Bruce, un hombre que estuvo la segunda parte del 2016 y la primera mitad del 2017 en Nueva York y que ahora regresa para reforzar la alineación.

Y para defender la primera base, el mexicano Adrián González llega a precio baratísimo, en busca de resurgir tras un 2017 lleno de lesiones que lo limitaron a 71 juegos de acción.

A sus 35 años, El Titán ya entró en el declive de su carrera, pero si la salud lo acompaña, todavía podría aportar en el medio de una alineación que tiene como ancla principal al cubano Yoenis Céspedes, otro que estuvo la pasada campaña perseguido por las lesiones.

González debutó en el 2004 con los Rangers de Texas, pero no fue hasta el 2006, con los Padres de San Diego, que se convirtió en un jugador de todos los días.

Desde entonces, El Titán participó en al menos 156 partidos cada campaña hasta el 2016.

Molestias recurrentes en la espalda y el surgimiento explosivo de Cody Bellinger le costaron el empleo con los Dodgers de Los Angeles, que lo canjearon este invierno a los Bravos de Atlanta, con la condición de que este último equipo lo dejara inmediatamente en libertad, para poder convertirse en agente libre.

Pero a los Mets sigue faltándole una pieza clave para redondear el equipo, tanto ofensiva, como defensivamente. Esa pieza tiene nombre y apellido: Mike Moustakas.

No nos engañemos. David Wright está retirado del béisbol, aunque él no se haya enterado. En las tres últimas tres temporadas, de 486 partidos posibles, sólo participó en 75 entre el 2015 y 2016, mientras que en 2017 no pisó jamás un terreno de pelota.

Es una utopía pensar que porque aparece en el roster de 25 regresará a jugar y en su mejor forma.

Nueva York requiere de un antesalista que pueda sumar poder a una tanda que ya luce bien con Céspedes, Bruce y El Titán como columna vertebral.

Moustakas, agente libre relativamente joven (29 años), viene de su mejor temporada, en la que disparó 38 cuadrangulares y remolcó 85 carreras con los Reales de Kansas City.

Aunque es cliente de Scott Boras, el agente que más dinero generalmente le consigue a sus representados, en este caso no estamos hablando de un jugador en exceso caro, que bien podría aspirar a un pacto de 70-80 millones por cuatro o cinco campañas.

Su nombre ha sonado en otras ciudades, como Milwaukee. E incluso en Baltimore, donde han valorado su contratación ante la inminente pérdida del dominicano Manny Machado.

Pero es en Nueva York donde Moustakas parece encajar mejor. Sería la guinda sobre el pastel para devolver a los Mets a la lucha por el banderín en una división que se ve accesible, con sólo los Nacionales de Washington como contendientes.

Con los Filis de Filadelfia y los Bravos en reconstrucción y los Marlins de Miami en fase de tierra arrasada, la lucha debe ser entre Nacionales y Mets.

Si Moustakas se une al grupo que ya cuenta con Céspedes, Bruce, González, Asdrúbal Cabrera, d´Arnaud, Michael Conforto y Amed Rosario, los Mets volverían a estar en condiciones de competir, cruzando los dedos porque esta vez las lesiones no descarrilen al equipo.