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Las nuevas reglas ayudarán al juego sin afectar su esencia

Reloj de pitcheo se implementó en liga menor, pero no será utilizado a nivel de Grandes Ligas. Mike Janes/Four Seam Images/AP Images

Las Grandes Ligas acaban de anunciar nuevas reglas que se aplicarán en el 2018 para acelerar el ritmo de los juegos.

La primera de ellas debe tener un impacto significativo en el tiempo de los partidos, al limitar a seis por juego el número de visitas al montículo de coaches o managers.

Ojo: Estas visitas se refieren a conferencias en las que no va implícito un cambio de lanzadores e incluyen también los viajes de los receptores para ponerse de acuerdo con sus pitchers cuando ha habido algún cruce de señas.

Diez de diez para esta regla. Sobre todo en lo referente a las visitas interminables de los catchers a la lomita, a veces más de una por turno de un bateador.

Si el juego se va a extrainnings, cada equipo tendrá la posibilidad de una nueva visita a la loma.

Queda a criterio de los árbitros permitir un viaje del cátcher al box en caso de cruce de señas, si ya el equipo ha agotado sus seis visitas reglamentarias.

También se reduce el tiempo entre entradas, que usualmente superaba los tres minutos en cualquier circunstancia.

Ahora, en los juegos televisados localmente, el tiempo entre episodios será de dos minutos y cinco segundos.

En los que sean transmitidos nacionalmente se extenderá a 2:25 minutos, mientras que en la postemporada será de 2:55.

La diferencia entre juegos televisados local o nacionalmente, o en playoffs y Serie Mundial, tiene su lógica en los anuncios comerciales que se pasan entre innings, pero también con esta medida debe ahorrarse una cantidad de tiempo considerable.

Se buscará además agilizar las apelaciones de jugadas apretadas, facilitándole a los equipos el acceso inmediato a los videos en cámara lenta, aunque no queda claro si ello en realidad acelerará el proceso o si, por el contrario, lo hará más lento.

También se mantendrá la regla puesta en vigor en el 2017 sobre la permanencia de los bateadores en el cajón, para impedir que estos salgan de su posición ante cada pitcheo y consuman valiosos segundos innecesariamente.

Habrá que evaluar al final de la campaña si dieron o no el resultado para el cual fueron concebidas.

Hay otras opciones que pudieran tomarse en cuenta en el futuro.

Por ejemplo: si un pitcher está calentando en el bullpen, ¿por qué tiene que seguir haciendo envíos de preparación cuando llega al montículo, si se supone que ya llega listo? ¿No puede llegar y enfrentar directamente al próximo bateador?

Obviamente, toda circunstancia tiene excepciones, pues en caso de que el lanzador actuante se lesione repentinamente, hay que darle tiempo de calentar a su sustituto, pero esta es la menos frecuente de las situaciones.

En sentido general, las nuevas reglas recién anunciadas parecen positivas, porque, sobre todo, no afectarán la esencia del juego.

Será el mismo béisbol, pero más acelerado, sin necesidad de imponer criterios de softbol cervecero que a muchos disgusta.