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A Stanton le pesan demasiado las rayas...por ahora

Getty Images

Giancarlo Stanton será muy MVP de la Liga Nacional en el 2017, pero deberá demostrar ahora de qué está realmente hecho.

No es lo mismo jugar relajado en un semivacío Marlins Park, que ante las rugientes tribunas del Yankee Stadium, donde los fanáticos, tan pronto te aman, como te crucifican.

Basta que entre en una de sus habituales malas rachas para que las rechiflas le caigan como aguacero. Entonces deberá mostrar una fuerza mental de la que muchos dudan.

Los tres párrafos anteriores pertenecer al artículo 15 dudas para arrancar la Liga Americana, publicado el 15 de marzo, dos semanas antes de comenzar la temporada del 2018, en que analizábamos qué jugador de cada equipo despertaba interrogantes de cara a la campaña.

Hasta ahora, a Stanton le está pesando más de una tonelada cada raya de su ilustre uniforme y los abucheos en Yankee Stadium son ensordecedores cada vez que el MVP de la Liga Nacional en el 2017 se para en la caja de bateo.

En 66 turnos, el hombre que despachó 59 bambinazos en el 2017 promedia para un anémico average de .197, con 29 abanicados, o lo que es igual, el 44 por ciento de sus veces se ponchó.

Lo ha hecho bien de visitante, de 31-10 (.323), con tres dobles, un triple y par de jonrones, siete remolcadas y solamente nueve chocolates.

Las cosas se ponen muy feas cuando juega en casa, en la Catedral del béisbol: de 35-3 (.086), con 20 oportunidades liquidado por la vía de los strikes (57%).

A Stanton se le ve perdido en el rectángulo de bateo, haciéndole swing a la pelota de manera descoordinada, como si tratara de adivinar la bola y pasándole bien lejos con el bate.

Luego vienen las tomas que hacen las cámaras de su rostro en el dugout, todo un poema, que muestran a un Stanton desconcentrado, preocupado en extremo por lo que le está pasando (y no es para menos). ¿Cuántas cosas estarán pasando por esa cabeza?

Por lo pronto, el debutante manager Aaron Boone sugirió la posibilidad de moverlo de turno en la alineación, después de mantenerlo tercero durante los primeros 16 partidos de la temporada.

Sería una decisión sabia, para restarle presión en medio de una situación delicadísima, que lo tiene psicológicamente aplastado.

Al menos Boone lo hará en la serie de cuatro partidos en la que los Yankees recibirán a partir del jueves a los Azulejos de Toronto.

"Dependiendo de cómo ellos (Azulejos) alineen a sus pitchers, podría moverlo en la alineación, pero no lo pondré demasiado abajo, quizás quinto o sexto, no más", dijo el mentor de Nueva York.

"Yo sigo trabajando. Es temprano. No hay demasiados aspectos positivos y eso debo reconocerlo y comprenderlo. Busco la forma de mejorar y ya encontraré la forma de salir de este mal momento", reconoció Stanton a la prensa tras la paliza de 9-1 que sufrieron los Yankees a manos de los Marlins de Miami, su antiguo equipo, ante el cual se fue de 7-0, con cuatro ponches en dos juegos.

"Es cuestión de tiempo y simplemente nos estamos acomodando", dijo por su parte Boone. "En algún momento se pondrá en marcha aquí y eventualmente la liga pagará las consecuencias de estas primeras malas rachas", añadió el estratega.

Los fanáticos de los Marlins estaban acostumbrados a estos slumps del slugger, aunque no tenían mayores consecuencias en la Capital del Sol.

Y como hacía en Miami, de pronto se calentará y empezará a producir jonrones enormes, devastadores, descomunales.

Entonces los abucheos de hoy se traducirán en ovaciones y la gente lo amará en la Gran Manzana. Tiempo al tiempo.