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Nadie toque a estos peloteros

En la medida en que empiezan a definirse qué equipos tienen aspiraciones reales de luchar por entrar a la postemporada y cuáles no van a ningún lado, empiezan las llamadas entre gerentes generales en busca de piezas que puedan ayudar a aquellos que siguen en la pelea.

Pero por muy mal que luzca el panorama para algunos conjuntos, hay ciertos jugadores que la gerencia debe resistir la tentación de cambiarlos, aunque les ofrezcan en canje el oro y el moro.

J.T. Realmuto, Marlins

Todo el mundo quiere a Realmuto, el receptor de los Marlins de Miami.

Pero si algún jugador debe ser inamovible por los Marlins, en medio de su reestructuración, debe ser Realmuto.

La construcción de un equipo sólido comienza por el cátcher y Realmuto es joven, talentoso, bueno defensivamente y sólido bateador, a lo que une una velocidad en bases rara para hombres de su posición.

Cuando comenzó el desmantelamiento de Miami bajo nueva administración y fueron canjeados Dee Gordon, Giancarlo Stanton, Marcell Ozuna y Christian Yelich, Realmuto expresó su malestar y pidió irse también.

Pero Derek Jeter y compañía dijeron no y pasados los dos primeros meses, el estelar cátcher se unió al flujo de juventud y ha mostrado un alto nivel de profesionalismo, al aceptar su papel primordial en la reconstrucción del equipo.

Raisel Iglesias, Rojos

Caso similar es el del cubano Iglesias, uno de los cerradores más confiables de todo el béisbol, aunque con los Cincinnati Reds reciba muy pocas oportunidades de salvar juegos.

Bajo control del equipo hasta el 2022, sería demasiado apresurado deshacerse de sus servicios a cambio de prospectos que siempre son una caja de sorpresas, aunque sean varios los equipos que necesitan desesperadamente sus servicios.

Nomar Mazara, Rangers

El jardinero dominicano de Texas es uno de los jugadores menores de 24 años menos valorados, pero con potencial para convertirse en una estrella.

Bajo control del equipo hasta el 2022, podría ser junto a Joey Gallo, una de las dos piezas fundamentales en el futuro de la franquicia, cuando ya no estén los veteranos Adrian Beltre y Elvis Andrus.

Recién acaba de cumplir 23 años el 26 de abril pasado y está en su tercera campaña. En su segunda temporada superó ya el centenar de impulsadas (101) y en el 2018 va en camino de sobrepasar los 20 vuelacercas que disparó en el 2016 y 2017.

Tiene un mundo por crecer y no tiene sentido, cuando todavía no ha completado su maduración deportiva, canjearlo, aunque en el arbitraje salarial, el próximo invierno, su salario su incremente hasta más de siete dígitos.

Yoan Moncada, Medias Blancas

Ya a Moncada lo cambiaron una vez, cuando era el prospecto número uno de la organización de los Medias Rojas de Boston y de todo el béisbol.

Pero los Medias Rojas lo hicieron para obtener al estelarísimo Chris Sale. No se cambia al cubano por figuras igualmente prometedoras, pero con más atraso en su desarrollo deportivo.

Todavía muestra sólo destellos de cuán bueno puede llegar a ser, pero con 23 años cumplidos el 7 de mayo, es una de las piezas en torno a la cual debe girar la reconstrucción de los Medias Blancas, a diferencia de su compatriota José Abreu, un veterano que por cuestión de tiempo y edad no debe formar parte de ese proceso.

A.J. Pollock, Diamondbacks

Arizona se encuentra en una disyuntiva con su jardinero central A.J. Pollock, quien será agente libre después de esta temporada.

Pero Pollock es, junto al primera base Paul Goldschmidt, uno de los jugadores más emblemáticos de la franquicia.

El gerente general Mike Hazen debería tener como prioridad una extensión contractual sólida para impedir que el pelotero de 30 años, ganador de Guante de Oro en el 2015, llegue al mercado.

Actualmente en la lista de lesionados, el patrullero central se ha echado sobre sus hombros la ofensiva del equipo, ante la misteriosa baja de Goldschmidt.

Pollock está en su séptima campaña con Arizona, único equipo para el cual ha jugado, una rareza en estos tiempos.